Partida Rol por web

Solo habíais estado unos días apartados, pero sabíais que vuestro encuentro habría sido idéntico de haber pasado años o incluso siglos. La compañía de los viejos conocidos resultaba reconfortante incluso para unos corazones fríos como los vuestros y a pesar de las malas noticias, pronto compartís también las pistas y empezáis a trazar un plan de acción.

Sonrío levemente, mirando a los dos, con complicidad.

- El dinero y el sustento no serán problema. Los humanos son seres simples, ávidos de sexo y otros placeres. Marionetas sencillas y simples. Esta noche quizás cueste algo más, pero en noches futuras es probable que localice una presa que me proporcione el dinero suficiente para emprender el viaje. - conocía mi sitio, y sabía que no era este, pero no iba a ser la que se dejara engatusar o sostener. Era tanto o más capaz que mis compañeros para encontrar los recursos necesarios para ir a Londres.

- Agradecería poder pasar el día en el refugio, Jäger. Si todo sale bien, mañana podríamos plantear el viaje a Londres.

No me parece mal que uses tus talentos. Contesto a Aricia quien parecía ya haber planeado algo para conseguir dinero y proseguir el viaje. Respecto al refugio, hay más sitio bajo los muelles y al menos sobreviviremos. Digo por los comentarios sobre el refugio de la cainita. Tampoco harían falta muchos cuerpos, con encontrar un rico adinerado podríamos acabar con el y sacarle lo que tuviera.

Pero estos días pude escuchar la historia extraña sobre un asalto a un barco el "Allkings" Al parecer un barco que superaba en gran medida las fuerzas del Allkings. Y en vez de conseguirlo fueron vapuleados. Pero los marineros cuentan extrañas historias sobre vientos y cosas así. Solo pude sacar un nombre un tal Vance. Expongo a los dos, ahora estábamos de nuevo juntos y a lo mejor sabían algo. Al menos mejor que estuvieran informados.

Mi cara muestra cierto disgusto, pero no por que sea selecto con mis presas, sino por la perspectiva de matar y robar que parecen encontrar tan sencilla mis compañeros.

-Me temo Aricia, que a tu vestido no le sentaría nada bien el agua de debajo de los muelles, como tampoco le sentaría bien a mi biblia. Yo intentaré conseguir unas monedas con las que pagar una habitación en la pensión, no quedan muchas horas de oscuridad así que mejor no perderé tiempo-

Me pongo en pie dispuesto a salir a realizar el funesto proceso, aunque cabeceo con la historia de Jäger

-Vance... no me resulta conocido. Los marineros son gente supersticiosa, pero me mantendré atento por si acaso. ¿Mañana tras el anochecer en este mismo lugar?-

Las pisadas del malkavian hacen chirriar la madera bajo sus pies mientras se aleja por el mismo sitio que entró.

Los muelles apestaban a cloacas y salitre. La niebla pegajosa soltaba una fina llovizna que quizás solo fuera el agua que las ráfagas de viento arrastraba cuando estallaba la marea contra el rompeolas un par de calles más abajo. La cuestión es que a penas había gente y una fina capa de humedad se iba acumulando en tus ropas y piel cuando por fin lograste ver una silueta oscura recortarse entre la oscuridad, casi la confundiste con una de tus visiones, si no fuera por el sonido de sus botas salpicando en los adoquines y el olor a sudor humano que solo alguien con tus sentidos agudizados sería capaz de discernir.

Sin pensar mucha más en ello, esperaste a que os cruzarais y te lanzaste a su cuello como un perro de presa. Llevabas ya muchos años haciéndolo como para tener reparos a estas alturas: hombre, mujer, noble... importaba poco cuando el hambre acechaba y a veces, cuanto menos sabía uno de sus víctimas mejor para la consciencia.

Bebiste de el desconocido, y luego de un mendigo. A ambos les sacaste algo más de sangre de la que sabías resultaba estrictamente segura para los pobres desgraciados; pero al fin y al cabo estabas por ahí de paso y poco importaba el destino de un par de desconocidos más. Con suerte y si ninguna enfermedad les alcanzaba pronto, saldrían del paso con unos cuantos días de aturdimiento y volverían a sus aburridas existencias.

Tras registrarlos sacaste algunas monedas. Pocas. Ocho chelines que servirían para pagar una habitación decente en el distrito y un anillo de compromiso mediocre del primer asaltado.

El hambre, y tal vez cierto nerviosismo al encontrarme en tierras extrañas, me hacen cazar con mas voracidad que de costumbre y tras cometer el pecado me asalta cierto remordimiento que acayo rezando por su bienestar.

El hallazgo de un anillo de compromiso merece una especial consideración y se lo muestro a las sombras para que opinen, como de costumbre sus opiniones son variadas y esencialmente inutiles así que al final opto por lo mas cristiano y devuelvo su anillo al desgraciado antes de encaminarme a la pensión ensayando las palabras que me enseño Aricia

-a ruum plis, chip- bueno, bastará

Mire la marcha de Giani y luego mire a Aricia.

Creo que no queda mucho que hacer. Podríamos tratar de averiguar algo más sobre ese Vance, es posible que estos marineros borrachos puedan decirnos algo que luego sirva. O si no buscar a algún prestamista al que podamos robar para obtener algunas monedas. Digo sin más, lo cierto es que no tenía grandes planes para la noche, el tema del dinero parecía que Aricia lo había ya pensado, pero el tema del Allkings me tenía preocupado. Esos relatos mostraban que no era algo natural.

Miro irse a Giani no sin cierta pena. Vivíamos en unas condiciones duras y el mundo alrededor nuestro nos odiaba, pero por sus creencias, cada noche debía ser peor incluso para él. Era una forma de complicarse la no-vida que yo no entendía.

- Los pasos de uno en uno, Jäger. Creo que deberíamos asegurarnos la estancia y la comida antes de buscar pistas o preparar el viaje a Londres. Afianzamos un paso antes de dar el siguiente.

Me levanto de la mesa y extiendo el brazo, buscando el codo de Jäger para salir del sitio. - ¿Me acompañáis a dar una vuelta por la zona? Seguro que encontramos algo de nuestro interés, y cuanta más seda y oro lleve encima, mejor.

Mire a la mujer entrecerrando los ojos, dudaba de sus intenciones. Pero también sabía que era inteligente y había sobrevivido mucho tiempo con sus artes, por lo que confiaría en ellas.

Entiendo. Conteste a su comentario, entendía que era mejor no apresurarse y era cierto que sin dinero, sería imposible seguir ninguna pista. Claro por supuesto. Pero no olvides que no soy una mascota. Comente mientras había paso entre los marineros, dado que algunos parecían algo bebidos. Bien tú dirás dónde vamos, te cubriré las espaldas si es necesario.

Habíais llegado a un acuerdo, al parecer Aricia tenía bastante claro que debía buscar la gente con dinero de la ciudad y estaba claro que aquello no lo iba a encontrar en el "clover" ni en ningún otro antro del distrito portuario.

La intuición de la chica estaba en lo cierto, había que alejarse del puerto ¿pero hacia dónde? la orientación no era precisamente el fuerte de la Lasombra, pero para ello contaba con el buen olfato del experimentado Brujah, que con algunos días de ventaja en la ciudad guió a la chica por las calles que subían en dirección a la colina del castillo.

La limpieza en las calles y la ausencia de vagabundos en los rincones os hacía pensar que ibais en la buena dirección. Las casas de una y dos plantas se repartían a ambos lados de la avenida, alumbradas por tintineantes farolas que ya pronto no serían necesarias cuando en una hora a lo sumo, pasara el sereno a apagarlas y dejar que la luz tenue de las islas británicas bañara las calles bajo el perpetuo techo de nubes grises. Una instantánea sentencia de muerte si no encontrabais refugio antes.

Cuando echáis un vistazo a vuestro alrededor, ambos creéis reconocer la estructura urbanística gremial a la que os tiene acostumbrados el continente. Sin lugar a dudas, Jäger tiene el convencimiento de encontrarse en la calle de los herreros; lo cual significaría que no estáis precisamente en el sitio más opulento de la ciudad. Los herreros pertenecen a la baja burguesía y siempre han sido un gremio menor que aunque no vivan en la pobreza, tampoco llevan el tren de vida que parecía estar buscando su compañera.

Por otro lado, y sin haber intercambiado todavía opiniones, un cartel y las mesas fijas cerca de algunos establecimientos le hace pensar a Aricia que se trata del barrio de los prestamistas, pues aquello te recuerda a la "calle de los cambios" que había en tantas ciudades del sur de europa. Se trataba de calles regentadas por judíos muchas veces, o prohombres de buena reputación que manejaban el comercio general de la ciudad. Sin duda un lugar perfecto para encontrar opulentas víctimas.

De alguna parte de la ciudad os llega el olor a pan recién horneado y la afluencia de tránsito en la calle empieza a aumentar ligeramente. La ciudad está empezando a despertar.

El paseo había sido más largo de lo que esperaba. El Sol no estaba demasiado lejos de salir de su descanso nocturno, pero podía jugarme las cartas a uno o dos intentos para poder hacer las cosas bien.

Miro los alrededores, buscando una casa de tamaño modesto, donde una familia grande tuviera problemas para vivir. Necesitaba a un prestamista soltero a ser posible, sería más sencilla una larga estancia en su casa.

- Demos un paseo - le digo a Jäger, mientras realizo mi búsqueda. - Y no eres un perro, pero si me gustaría que te hicieras pasar por un soldado o guardaespaldas. Será más fácil encontrar cobijo así.

- A "room" you say? - el posadero hace énfasis en acentuar la pronunciación británica de dicha palabra .- Is that what you want?

el tipo se mostraba bastante alegre y simpático a pesar de lo temprano de la hora en que os encontrabais, luego te mira de arriba abajo y añade:

- Sure fellow, show me the money and I'll see what I can do.

Evidentemente no entiendes ni una sola palabra, quizás eso de "room" que te enseñó Aricia, pero poco más. Al ver tu cara de desconcierto el posadero se friega la punta de los dedos haciendo el gesto internacional de dinero y acto seguido hace repicar los nudillos sobre la madera de la mesa.

Este idioma tiene algo de frances, y diría que algo de aleman, pero sigue resultandome bastante incomprensible, por suerte el gesto final es bastante reconocible

Dejo sobre la mesa algunas monedas y luego hago lo que debería haber hecho desde el principio

-¿parla français?¿parla italiano?¿spritch deusch?¿mluvi cesky?¿latine loquitur?-

siendo este uno de los principales puertos de este pais y este un posadero sin duda algo ha de hablar, aunque sean unas palabras de frances

El posadero se te queda mirando a los ojos muy serio durante unos largos y tensos segundos, entonces vocea un grito y un hombre algo más joven que él con algunas canas en la barba aparece por la puerta.

Con un elegante francés te explica que su hermano no habla muchos idiomas, y que aquél es un lugar frecuentado por autóctonos mayormente. Acto seguido negociáis el precio y le pagas la habitación con lo que saqueaste del último desgraciado que se cruzó en tu camino.

Por fortuna, la habitación que se te concede no dispone de ventanas al exterior; por el mísero precio que has pagado no se considera que puedas aspirar a tener vistas, algo que para ti es un verdadero alivio al no tener que preocuparte por si algún rayo de sol te calcina a medio día.

Tu cuerpo se entumece y descansas en los turbulentos y surrealistas sueños habituales.

Cuando te levantas al día siguiente la habitación está tal y como la dejaste.

Tras rezar un rato dando las gracias por otra noche me marcho de la posada sin entretenerme. Aunque podría ser interesante cazar les dije a Aricia y Jäger que nos encontraríamos en la misma taberna de ayer al anochecer así que me dirijo a ella sin perder mas tiempo, Ambrogino debe llevarnos poca ventaja y será mejor no entretenernos lo mas mínimo

Llamas a una casa y una mujer con falda larga y apariencia ingenua os abre la puerta. Parece que la historia de Jäger haciéndose pasar por un guardaespaldas encaja a la perfección. La susodicha no es muy agraciada y al rato de estar hablando con ella en el umbral de la puerta, se oye una voz de hombre des del interior.

"What's wrong Darla? Who's there?"

La mujer se aprisa a decirle que no es nada y os dais cuenta en seguida de su necesidad de salir de la rutina y hablar con alguien distinto a su padre enfermo que yace en la habitación del fondo. Darla os explica que no tiene ningún sótano, pero si una boardilla y un despacho sin luz natural que usan de trastero. A la mujer le extraña la pregunta y se muestra reacia a dejaros pasar, pues a su padre no le haría ninguna gracia.

Es ahí cuando el empleo de dominación surte su efecto a la perfección. Pasáis al interior y os lleva a la boardilla donde hay espacio pero no mucha comodidad. Des de vuestro escondite escucháis como el padre riñe a gritos a Darla por haber tardado tanto y por su incrédula obsesión de atender a cualquier extraño que se presenta ante la puerta. No escucháis que la chica le replique a su padre, con lo que asumís que vuestra presencia en aquel lugar seguirá siendo un secreto.

El día llega y con él la magia que encanta vuestros cuerpos desaparece temporalmente. Os sumís en el sueño y al siguiente anochecer despertáis en la oscuridad de la austera boardilla.