Partida Rol por web

Escucho la conversación sin dignarme en intervenir, sigo examinando al acompañante de Violetta, el que se hace llamar Geoffrey. No ha dicho palabra, ¿que hace aquí?
No puedo evitar sonreir sutilmente cuando menciona nuestras escasa posibilidades de sobrevivir tras el abrazo, no es tan facil acabar conmigo.
Dejo hablar a mis compañeros, esperando que consigan algo de información util para salir de ese lugar, las salas elegantes no son lugar para mí.

La respuesta no era lo que Sav esperaba y las malas noticias estaban apunto de aparecer...Conseguimos salir del castillo a caballo pero sufrí un percance y caí mientras el amanecer nos pidan los talones... Sav temía hacer la pregunta aunque la expresión de Bernini no dejaba sitio a la esperanza...No lo consiguieron?

he seguido el rastro de Aricia hasta aquí, al menos se que ella si está en la ciudad.

Sav comprobaba la vestimenta del iniciadoientras se limpiaba para no dejar rastro de su idiotez.

Tanto Aricia como Gianni hacen referencia a un orgullo de haber sobrevivido con el "Aquí estamos" ante el cual Violetta asiente.

- No estáis todos los que empezasteis, ni sois todos los que acabaréis. ¿Qué le ocurrió al setita User?

entonces se dispone a responder a la pregunta de Giani

- Lo creas o no, así es. Si hay un titiritero planeando este encuentro, soy tan agena a su identidad o sus planes como vosotros mismos. 

Aunque, ya que lo mencionáis, debo deciros que después de que desvelarais ante el príncipe y Valerius que servís a los fundadores, es probable que éstos pronto me pidan cuentas de vuestros progresos y los asuntos que os han traído a Londres.

Se encoje de hombros meneando la cabeza y prosigue:

- Como sea, solo quería alertaros de los peligros que corréis en estas calles. Lo que dijo Mithras es cierto. Hay un vástago insurgente sembrando el caos entre los nuestros por lo que toda precaución es poca. Y por otra parte, os desaconsejo abandonar la ciudad sin previo aviso; de ser así el príncipe rápidamente os imputaría el asesinato de Vance declarando una caza de sangre a vuestro nombre.

Geoffrey se encuentra apartado otra vez sin decir nada. De vez en cuando ves que da unos pasos por la sala toqueteando el terciopelo que ata las cortinas o paseando los dedos por los detalles del mobiliario de la habitación.

No dirías que esté especialmente nervioso, pero sus movimientos hacen pensar que se trata de un hombre de carácter activo.

El hombre no os quita el ojo de encima. Aunque ahora que te fijas bien, en realidad parece que mira todo el rato a Violetta más que a vosotros.

Sav empieza a hacer algunos apaños al cadáver seco y frío de aquel pobre desgraciado. Si bien sus intentos por desgarrar más las heridas parecen ocultar las marcas de colmillos, el cuerpo cada vez toma un aspecto más grotesco y llamativo.

Es probable que el intento de Sav no consiga ocultar lo ocurrido y el gangrel en el fondo lo sabe.

Escucháis pasos acercarse por uno de los extremos del pasaje.

Maldición pensó para si mismo Sav al escuchar los pasos que se aproximaban, Vamonos, rápido dijó Sav mientras tiraba de Bernini en dirección opuesta al sonido de los pasos con la esperanza de salir del callejón antes de que vieran el cadáver y dieran la voz de alarma

La desazón me cubrió como si de un frio baldazo de agua se tratase. Había pasado muchas penurias para encontrar a mi Creador, prueba de ello era mi inexperiencia a la hora de alimentarme.

Encontrar a Sav me había dado una luz de esperanza pero ahora, con sus nefastas palabras, todo volvía a cubrirse de conjeturas y desesperanzas.

Volví el rostro cuando comenzó a “trabajar” en el cadáver del hombre y de espaldas al hijo de la noche comencé a murmurar muy por lo bajo.

Encontrar al Creador, debo encontrar al creador, encontrar al Creador, debo encontrar al Creador, encontrar…

Y esas palabras fueron las que Sav pudo escuchar mientras me deja arrastrar fuera de aquel maldito callejón.  

Ver al bruto destrozar los restos de lo que fue un hombre me causo un grotesco acceso de humor; Me volví para no verle ufanado en empeorar los frutos de mi trabajo, ¡pobre imbécil!, estaba empeorándolo todo.

Escapaba a mi entendimiento, no obstante, el porqué de la desesperación por ocultar el macabro acto. ¿Acaso los que eran como yo no se alimentaban?, ¿O pensaba el tal Sav que luego de beber de la sangre de cualquier victima esta se iría del sitio como si nada hubiera pasado?. O tal vez, solo tal vez había cosas que yo no sabía.

Dudaba, quizás el bruto pudiera enseñarme y por lo tanto, Sav todavía me era de utilidad.

El comportamiento del hombre es extraño, se mueve como yo, nervioso por estar en un salón, es un hombre activo. Pero lo más extraño es como mira a nuestra anfitriona, parece que esté aquí para vigilarla, para evitar que diga algo que no debe. No le quito el ojo de encima mientras empiezo a andar lentamente por la habitación, atento a cualquier movimiento sospechoso del hombre.

La mención del setita me llama la atención y decido hablar por primera vez en toda la noche.

-User cayó ante uno de nuestros enemigos más antiguos, el sol. No porque fuese debil.- mientras hablo cruzo mis brazos frente a mí y no puedo evitar apretarme los antebrazos con fuerza al recordar como se había sacrificado para salvarme. "¿Qué idea estupida le llevó a salvarme?" pienso mientras vuelvo a hundirme en los recuerdos de mi pasado, la mayoría dolorosos, pero no puedo permitirme olvidarlos.

Camináis deprisa hacia el otro extremo del callejón y salís de allí justo en el momento que el viandante que oíais acercarse se perfila como una lejana sombra a vuestras espaldas. Por los pelos, os habéis librado.

Queda atrás una voz masculina exclamando algo demasiado lejano para distinguir su contenido. Habían encontrado el cadáver, así que decidís seguir alejandoos de allí lo antes posible para evitar cualquier encuentro que os pudiera relacionar con el caso.

No os sentís seguros hasta llegar a un concurrido puente sobre Támesis donde incluso a esas alturas de la madrugada hay gente y carruajes pasando de forma esporádica.

Bernini no sabía nada y las dudas sobre que consiguieran salvarse volvieron a la cabeza de Sav, no quería darlos por muertos la ciudad era muy grande y el mismo había sobrevivido contra todo pronostico.

Dime, ¿has visto a alguien más a parte de mí? Se que Aricia se encuentra en la ciudad y quien sabe si el resto esta también.

La situación se complicaba y andar por una ciudad como Londres con un desquiciado iniciado como Bernini, no era lo más recomendable para no llamar la atención.

Necesitaban ayuda, quizá de los clanes locales si Aricia había llegado a su territorio seguramente no pasaría desapercibida al igual que ellos no lo harían por demasiado tiempo.

Vamos echaremos un vistazo y haremos algunas preguntas o lo intentaremos al menos.

Aun no me acostumbro a mi nuevo estado, pienso en ello mientras escucho las palabras de Sav un buen rato después de haber dejado el callejón donde “EL” dejo el cuerpo despedazado de un hombre. Hemos corrido desde ese lugar y nuevamente hasta el puente en el cual estuve y no estoy para nada cansado.

¡Increíble!, sin dudas me he vuelto “UN DIOS” entre los mortales.

El bruto tiene dudas y sin embargo no voy a contradecirle. Aricia no es alguien que quiera volver a ver pero quizás sea la puerta por la cual he de cruzar para llegar hasta donde se encuentra mi Creador y solo por eso pienso arriesgarme a volver a ver a la mujer.

No, Sav, digo contrariado, no he visto a nadie más que a ti. ¡NECESITO! Encontrar a mi Creador. ¡Lo NECESITO! , le digo suplicante, Y voy a acompañarte a donde tu vayas con tal de encontrarle.

¿Que ha pasado?, ¿por que te has separado de su lado?, !cuéntamelo todo!, por favor, cuéntame...

La intervención de Jäger me evita hablar del fin de Usher que solo se que fue imprudente.

¿Hemos sido imprudentes al hablar ante el principe de nuestros motivos para venir aquì? puede, pero también era la única manera de apartar de nosotros las sorpresas sobre ser ese misterioso asesino, al menos un poco

-Tendremos en cuenta vuestras advertencias, y como le dijimos al principe procuraremos ayudar si está en nuestra mano. Pero nuestra misión es clara, localizar a Ambrogino Giovanni y lo que robo. ¿Tal vez podríais ayudarnos un poco en este asunto?-

La voz desesperada de Bernini resultaba incómoda si de pasar desapercibidos se trataba, confundido y abandonado en un lugar y mundo desconocidos para él no duraría mucho sin ayuda.

A duras penas conseguimos salir del castillo negro, ibamos a caballo huyendo del amanecer, mi caballo tropezo y cai al suelo, es la última vez que lo vi. Consegui sobrevivir fusionandome con la tierra para que el sol no me matará... despues el rastro de Aricia me llevo hasta aquí donde te encontre.

Seguís conversando mientras paseáis por el Strand* y Sav sigue buscando alguna pista sobre Aricia o algo que delate su presencia en la ciudad.

Después de dar un par de vueltas, el gangrel consigue identificar varios sitios en los cuales podría haber vástagos según dicta su experiencia: verjas de seguridad, porticones en las ventanas, una inquietante inmovilidad o figuras sospechosas entrando y saliendo de dichos edificios.

Mansión Strand

Posada en la calle contigua

Teatro Strand

Conforme avanza la noche el nivel de gente va disminuyendo con rapidez pudiendo identificar más fácilmente a los habitantes de la noche. Siguiendo varios rastros no tardaron en encontrar indicios de actividad cainita en las inmediaciones de una calle.

Sav fijó su mirada en la posada, acudir a la mansión podría parecer demasiado directo y prefería un encuentro algo más casual o fortuito. El gangrel indico a Bernini la dirección a seguir.

Ahora será mejor que mantengas la calma, en cuanto entremos evaluarán si somos una amenaza... si lo somos probablemente nos maten y si parecemos demasiado débiles probablemente lo hagan también... déjame hablar a mi.

Habías estado sirviendo mucho tiempo a aquellas sanguijuelas como para entender qué estaba haciendo tu guía, Sav, mientras paseabais por la ciudad. En seguida te das cuenta que se esta parando y observando con atención unos edificios en particular; justamente aquellos con protecciones, siniestramente oscuros y solitarios o con un ambiente que definirías como "extrañamente familiar".

¡Estaba bien!. ¡ESTABA CONDENADAMENTE BIEN HIJO DE PERRA!. Tú eras el lobo y yo la dulce ovejita. ¡JUGARIAMOS ESE JUEGO!, yo obediente y sumiso tu autoritario y demandante.

¡Guíame/dejo que lo hagas!, a donde tú quieras ir yo he de acompañarte.

Se el amo yo el esclavo. Se el camino que yo he de andar.

Pero no te demores, ni te detengas pues puedo arrepentirme de seguirte y más bien pronto que tarde, quizás aprendas de primera mano aquella cita que reza “a veces los lobos visten piel de oveja”.

¡Oh, claro!, digo entre susurros y mirando hacia todas partes con una rara expresión en el rostro. Desconcierto o miedo, un poco de ambas o quizás ninguna de ellas. ¿Quién sabe?.

Sigo muy de cerca a Sav, casi pegado a su espalda como una ovejita dócil que sigue a su guardián pastor. ¿Confundido, indefenso o perdido?, o quizás loco a esta nueva realidad por la que ahora le toca transitar.

Sigo a Sav, en silencio y obediente. Esperando que sean sus “sabias” palabras las que nos guíen a buen puerto…