Partida Rol por web

En la inconsciencia de Reba el extraño con cancerosa cara de luna y su tío se conjugaban en un loop continuo, en el que ella daba un paso hacia atrás y ello/s daban uno y medio hacia delante. Si aquello seguía mucho tiempo más iba a terminar vomitando su propio corazón a los pies de aquel terror...

Tony no reaccionaba, al parecer estaba atrapado no solo físicamente, si no que su mente parecía haber sido transportada lejos del cementerio.

Desde el suelo, Chief se giró, desesperado, buscando ayuda.

Y se encontró con una Reba que parecía haber perdido los estribos, atrapada en su propia pesadilla por la forma en que la muchacha actuaba.

Al menos Cliff había visto su gesto hacia la pala y ahora estaba tratando de liberar a Tony a base de fuerza bruta.

Tratando de incorporarse, comprobó que aquella figura misteriosa había desaparecido, por lo que decidió buscar la rosa, lo que había desencadenado aquella pesadilla cuando Reba se pinchó con ella.

Los golpes de la pala liberaron a Tony. Y lo hicieron a tiempo porque el hombre ya tenía todo el pecho desgarrado por el avance de las púas. Las plantas se retiraron ante la violencia ejercida por Cliff como si fueran serpientes asustadas, regresando a las entrañas de la tierra. A su paso dejaron caer al joven vividor quien, en el suelo, se frotaba dolorido todo el cuerpo. Tenía parte del pecho y las piernas en carne viva¹.

Los demás respiraron un momento, mirando hacia la entrada del cementerio. El tipo de los pinchos y las ropas negras ya no estaba allí. Se había retirado tan misteriosamente como había aparecido. Cliff, agotado por el esfuerzo, se apoyó en la pala recuperando el aliento.

Cheff sostenía la rosa en la mano. Estaba marchita como si hubieran pasado días desde que la hubieran puesto, pero él la había visto lozana cuando Reba se pinchó en la mano. Depositándola un momento sobre la lápida se acercó a la chica para ayudarle a recuperar la consciencia.

Al otro lado del cementerio un par de ancianas recién llegadas miraban al grupo con extrañeza.

Cliff boqueaba apoyado en la pala y observaba a Tony en el suelo. Poco a poco iba regulando las pulsaciones y cuando dejó de jadear, se dirigió a Tony.

—¿Cómo estás? Hay que llevarte a un hospital o una casa de curas para que te arreglen eso. ¡Joder! Tiene que doler.

En ese momento levantó la cabeza y observó a las dos ancianas que les observaban y les hizo un gesto con la mano para que se acercaran. Las mujeres caminaron hacia el grupo pero mantuvieron cierta distancia de seguridad.

—¿Han visto lo que ha ocurrido aquí? ¿Pueden describirlo con sus palabras? —jadeó nuevamente.

- ¿Cómo te encuentras? - preguntó realmenet preocupado, ya que ella y Tony habían sido ambos desencadenantes de lo sucedido y los que más habían sufrido las consecuencias a su vez.

O quizá por ello...

Le apartó suavemente varias hojas que tenía en las rastas y la ayudó a incorporarse, buscando su mirada para asegurarse que volvía a estar con ellos.

- O al menos pasar por una farmacia... - sugirió cuando Cliff habló de hospitales, temeroso de como podrían explicar lo sucedido a su compañero.

Tony abrió los ojos despacio, como si el mundo entero estuviese agarrado a sus párpados y le costase la vida abrirlos. Se encogió e intentó incorporarse. El dolor de las heridas le hizo quejarse sensiblemente pero se ayudó de Chief para terminar de levantarse.

—Gracias —le dijo en voz baja—. Joder, me han dejado hecho un Cristo... —dijo mientras se miraba las heridas— Oh, perdón, no pretendía blasfemar —se apresuró a añadir al darse cuenta de lo que había dicho—. Estoy bien... Bueno, he tenido días mejores, ¿sabes? Pero estoy bien.

No era de hacerse el duro. Nunca fue el Gary Cooper de nadie. Era la vergüenza la que le hacía ocultar el dolor en aquel momento. Él había provocado todo esto. La figura de siempre le había jugado una mala pasada y había provocado todo aquello. Siempre pensó que estaría de su lado, no contra él. Pensaba que la rosa sería algo positivo y él había mandado a sus compañeros a por ella... Entonces recordó la escena... ¡Joder, Reba!

Tony se giró hacia la lápida con preocupación y rapidez.

—¿Cómo está Reba? —preguntó nervioso— ¿Está bien? —añadió mirando a Chief y agarrándolo del brazo.

Mientras ayudaban a incorporarse a Reba se dieron cuenta de que estaban llamando mucho la atención en el cementerio. Una de las ancianas se había ido, quizás a llamar a algún responsable, y la situación podría volverse incómoda. ¿Habría visto alguien lo que había sucedido?

¿Qué habían visto ellos?

¿Les había parecido ver a un individuo con la cara llena de pinchos en el umbral del cementerio? ¿Dónde estaban ahora las zarzas? La tierra estaba removida y manchada de sangre pero no veían rastro de ellas.

Tony se levantó como pudo. Efectivamente aquello dolía un verdadero infierno.

Reba dejó que la luz metalizada que bañaba el cielo del cementerio inundase su consciencia, iba volviendo en si, jadeando, mientras escuchaba a Chief diciendo algo, lo oía hueco, pero al verle la cara mientras apartaba unas hojas de su pelo, comprendió qué le decía.

- Me... Encuentro bien. Coño.- Todavía jadeaba, notaba los olores de su sueño, olores recordados de algo acontecido años atrás y sumado a la extraña aparición que había visto junto a la puerta. - Había... Alguien o algo junto a la puerta, no se si sería por la impresión del dolor o... No, juro que vi a un tipo imposible, alguien que no debía estar allí... O no con esas heridas en la cabeza.

La mujer iba volviendo en si mientras veía a Cliff, por el rabillo del ojo ayudando a Tony y preguntando algo a unas marujas que la miraron mal. Les devolvió una expresión igual de agradable mientras Stevens, volviendo en si, se avalanzaba en su dirección preguntando por ella.- Estoy mejor que tú, creo, ¿No estoy sangrando... No?- Preguntó a Darbonne mientras se palpaba el cuerpo, tratando de notar cualquier posible escape de líquido caliente. Se fijó en las heridas de Tony, ciertamente tenían mala pinta.- Creo, creo que vamos a tener que hacer noche aquí, chicos, necesitas algún tiempo de descanso, tío, a ver si eso no se infecta.- A ver si así, al menos, conseguían poder investigar un poco más sobre la maldita orden secreta, aquel extraño ataque... O el tipo con cara de luna y clavos en la cabeza... El espectáculo debía continuar... Creepy as fuck.

La anciana que se había quedado mirando pareció despertar de su letargo ante la pregunta de Cliff ¡y salió apurando el paso tras su compañera! Fuera lo que fuera lo que creyesen haber visto (si habían visto algo siquiera) estaba claro que no había sido lo mismo que el grupo. Es más: tenía pinta de que pensaban que Chief, Reba, Cliff y Tony estaban haciendo algo 'raro' en el cementerio. Probablemente irían a hablar con un encargado o incluso la policía.

—Joder —masculló Cliff cuando las mujeres decidieron marcharse asustadas—. Está claro que aquí ha sucedido algo raro y que solo está en nuestras putas cabezas. ¿Qué es esto? ¿Algo así como un sueño compartido? Joder, para ser un sueño...

Cliff dejó la frase en suspenso mirando las heridas de Tony y levantó la mirada hacia Reba.

—Yo también lo he visto... tendríamos que investigar sobre ese tipo. Pero, ¿cómo? —ladeó la cabeza—. Pero ahora hay que curar eso. ¿Puedes andar tío? —le preguntó a Tony—. Vamos a mi coche y te llevo a algún sitio a curar esas heridas.

Chief escuchó a Tony a unos metros de distancia, al parecer en esa bruma que mezclaba la consciencia de la inconsciencia le había confundido con Cliff y se disculpaba por blasfemar*.

Al ver que su viejo amigo corría a buscar información en aquellas mujeres, se acercó al muchacho y le tendió el brazo para que se incorporara.

- Tranquilo, está bien, ¿ves? - dijo señalando a la reportera y negando con la cabeza cuando ella le preguntó si estaba sangrando.

Miró a Cliff, a la mujer corriendo y al grupo allí reunido.

- Creo que había un motel en la entrada y tendremos que cambiarnos antes en una gasolinera, no creo que con estas pintas nos fuesen a dar habitación... - dijo el sacerdote viendo como sus pantalones estaban agujereados. - Una vez tengamos a Tony reposando en una cama, tendremos que buscar una farmacia para limpiarle bien las heridas y decidir si tenemos que ir al hospital.

- Pues vamos allá, antes de que nos detengan por andar dejando gallinas decapitadas por los cementerios.- Comentó Reba, algo más compuesta pero aún así deseando tumbarse aunque fuere por tan solo 5 minutos lejos de la vista de los transeúntes. 

Se acercó a Tony para ver si necesitaba ayuda, pero lógicamente no iban a cargar entre tres con él, y esperaba que nunca llegasen a eso, pero visto lo visto ya esperaba cualquier cosa de esta aventurita. Se preguntó qué la retenía, tal vez pudiese pillar un Greyhound o la mierda de línea de autobuses que fuera de vuelta a casa. Después se giró para ver a sus tres compañeros de 'sueño compartido' y desechó por completo la idea. En fin.

—Tranquilos —dijo Tony mientras todos intentaban ayudarle—, estoy bien. Parece más de lo que... —un gesto de dolor interrumpió la frase y les miró con gesto de disculpa— Bueno, sí, duele. Igual es buena idea descansar un poco. Sí. Gracias...

Se agarró a sus dos compañeros y se encaminó hacia el coche. Intentando no demostrar dolor.

—¿Sueño? —respondió a Cliff— Joder, me ha dolido como si no lo fuese, ¿eh? —añadió intentando volver a su tono bromista habitual— Lo que no recuerdo bien es al tipo de la entrada. Yo estaba más pendiente de encontrar al otro... —dijo echando un último vistazo— ¿Vosotros lo visteis?

- Yo solo vi al tipo raro de la entrada. Parecía salido de un espectáculo de sadomaso pasado de rosca, como Bob Flanagan, el tío ese que se clava puntas en la polla. Seguro que esas señoras de antes son fans. Su cara era redonda y blanca, como la puta luna, y tenía clavos en ella que se hundían en su cráneo y parecía sonreír con gusto, el muy hijo de perra, como si supiese lo que iba a pasar. No vi a nadie cerca de ti, ni alrededor de la lápida.- Respondió Reba a Tony.

- Si no hubiera estado aquí, pensaría que has tenido una pesadilla y estabas describiendo al protagonista de esa película de terror de la década pasada. - Chief recordaba que a finales de los ochenta hubo una moda de películas de terror pero solo recordaba los anuncios en las marquesinas y mezclaba caras quemadas o cubiertas con muñecos con cuchillos y garras.

Un poco más tarde se habían aseado y cambiado de ropa, tal como Chief había comentado, en el lavabo de una gasolinera. Tony todavía tenía laceraciones y le dolía un poco si se movía demasiado pero con unas vendas improvisadas habían apañado lo suficiente como para que la cosa no fuera a más.

Por un momento pensaron en la teoría del sueño compartido pero los restos marchitos de una rosa blanca que ahora estaban sobre el salpicadero del coche eran, cuanto menos, desconcertantes. Desde que habían empezado la búsqueda de las canciones perdidas habían sucedido todo tipo de cosas raras.

- ¡Tffff! Pues vosotros diréis cómo preferís proceder. Todavía no hemos descubierto una mierda sobre esa orden secreta y tenemos a Tony herido, peor puede que el resto tengáis una vida a la que volver más pronto que tarde, no todos podemos ser una radiojockey con un compromiso de dos horas semanales y tres eventos musicales al mes con los que ir tirando. ¿Hacemos noche aquí y tratamos de encontrar entre todos otra forma de indagar sobre el misterio del día o continuamos con nuestro viaje?- Reba tenía unas ganas locas de colocarse hasta las trancas, peor era consciente de que no era el puto momento.

Tony seguía con la mirada perdida en algunos momentos. En ocasiones torcía la boca, inmerso en sus pensamientos sobre aquella figura, sobre por qué había desembocado todo en esto. Desde luego tenía ganas de saber más. En realidad, no eran ni ganas, era necesidad.

—Por mí, seguimos buscando a la puta secta esa... —dijo casi con más rabia que deseo— Yo necesito saber más de toda esta mierda o voy a volverme loco. Necesito alguien que me pueda explicar qué cojones pasa...

Desde luego tenía pocas cosas en que pensar más allá de seguir adelante. Era como si todo lo ocurrido en aquel día fuese un camino de no retorno y ni se planteaba hacer otra cosa que no fuese seguir adelante con el plan.

- El señor me ha puesto este sendero frente a mí, Él dirá cuando debo regresar con mi rebaño. - dijo un Chief un tanto preocupado por Tony, al cual había ayudado a curar sus heridas en aquel baño una vez sacaron una muda de ropa nueva del maletero.

Miraba aquella flor marchita sobre el salpicadero, meditando sobre lo ocurrido.

- ¿Quién era esa... criatura? - había dudado si decir persona, ser o cualquier otra variante - ¿Por qué estaba en la tumba?

No tenía claro la relación que tenía con Josephine o con Johnson pero estaba claro que en aquel momento...

- Tenemos que saber más de esa Hermandad.

—La que dejó la rosa era una figura que siempre se me ha aparecido. Desde chico. Nunca le había visto la cara pero hoy se la vi por fin... —respondió Tony a Chief. Después describió a la figura con vehemencia. Se notaba que aquel hombre era parte importante en la vida de Tony y había marcado eventos importantes— Del otro no me di ni cuenta... —confesó torciendo un poco la boca— Estaba muy agobiado intentando quitarme unas zarzas de encima —añadió mientras se señalaba los vendajes con los dedos.