Partida Rol por web

Todo iba bien hasta que el vidrio de mi ventana estalló en mil pedazos, alcé a tiempo la mano desde el volante y volteé el rostro para cubrirme. Mi mente trabajaba velozmente tratando de comprender qué había pasado, una emboscada, claro, pero ¿Cómo no la habíamos visto venir?
-Puta madre -exclamé al tiempo que me bajaba del auto con el arma en la mano, entonces vi la barra flotando y supe que era nuestro amigo invisible; antes de que pudiera dispararle nuestro jefe realizó una serie de maniobras que duraron un suspiro y disparó a los agresores.
Vi que la barra caía al suelo y que chorros de sangre salían de la nada, me decidí a sacarle su inmunidad y su ventaja al bastardo, tomé unos polvos de ibn ghazi y los arrojé allí donde estaba para que no volviera a escaparse.

Cuando los polvos cayeron sobre el hombre caido en el suelo, su forma se dibujó impregnándose de esa solución, como una especie de película de color terroso. Vieron la forma de su cuerpo, y que efectivamente era un hombre. No parecía llevar armas, más que la barra de metal. Se miró las manos como si no diera crédito.

Ahì estaba, le gustaba el modo en que Lucky habìa tomado el asunto y como habìa hecho aparecer a ese maldito gusano. Esperò a que Einar reaccionara y ella se quedò muy cerca de la joven con el libro pero manteniendo la pistola en alto por si tocaba su turno de disparar, no se iba a tentar el corazòn despuès de lo que habìa visto.

-Bien hecho, Lucky.

Mirò a Einar, no necesitaba su ayuda pero algo la hizo re pensarlo y entonces disparò.

Ej disparó sobre el hombre invisible que justo se había levantado. Las balas atravesaron el chaleco y volvieron a dar con él en el suelo. La barra de hierro se le escapó de la mano. Ahora le tocaba a Mephisteo decidir que hacer.

Ocurrió todo demasiado deprisa como para comprenderlo a su debido momento, ante sus ojos un hombre en el suelo despues de ser tiroteado por su jefe..al parecer querían hacer que el coche sufriera un accidente o similar. Si lo que querían era el libro que falta de táctica mas rastrera...Como la moto estaba parada en el semáforo se bajó de ella con rapidez y con la mano diestra sacó las esposas mientras se sentaba sobre la cadera del hombre herido, así no se movería, no al menos si no quería sufrir. Con un gesto rápido fue a ponerselas, ese cabrón no se iba a escapar porque si.

Sin dejar de caminar realizó dos disparos más contra el camionero y ya a la altura de su amigo invisible, que para su desgracia ya no lo era, le dá una patada en la cara para facilitar a su compañera que le espose.

- Buen trabajo, bicho raro. - murmura a su compañera antes de darse la vuelta - Proteged el libro. - señaló a Tagashi con el dedo índice mientras volvia a su moto - ¡Y que el OIS se lleve a ese cabrón y limpie esto! - sentenció ya a lo lejos.

Mephisteo cayó sobre el hombre ex-invisible y le agarró con una llave, esposándole. Mientras, Einar volvía a demostrar que era multitarea. Descargó dos tiros más sobre el hombre del camión mientras pateaba la cabeza del detenido. El primer tiro dió en su pecho, cerca del corazón.

El hombre se ahogó, falto de respiración, pero sus problemas terminaron cuando una bala reventó su cabeza en cien fragmentos, esparciendo sangre, sesos y hueso por toda la cabina del camión. El semáforo se puso en verde en ese momento, y todo volvió al silencio, excepto los gruñidos de aquel tipo.

-Estoy herido... joder -se le escuchó decir con voz desquiciada.

Una vez subió a la moto aparecieron la agente especial al mando Shaw y su séquito de estirados, dió la vuelta a la moto y se puso al lado de la ventanilla de la mujer - Que su escolta policial se quede aquí limpiando esta mierda, - sentenció con una media sonrisa sin mirar a la mujer - tenemos al asesino, - señaló flexionando el codo hacia atrás y usando el pulgar para señalar al roadster de Tagashi - nos vemos en el cuartel general, agente especial al mando Shaw. - se despidió volviendo a girar a una velocidad mas que considerable y retomando la marcha con sus chicas.

Mephisteo levanta al gilipollas del suelo agarrándole de las muñecas si te vuelves a quejar te romperé una costilla...más... le escupió basicamente el comentario en la cara, luego vió el gesto del jefe y supuso que quería que metiese al hombre en el todoterreno. Lo llevó hasta este chicas podréis haceros cargo de este? pestañeo varias veces mientras movía la nariz de una forma hasta graciosa, le picaba...y no se podía rascar. Miro de reojo como su jefe se largaba en la moto, ala, que ganas de correr...

La agente se acercó, quitándose las gafas. Menudo desastre. Ahora habría que analizar toda la escena, recoger los cadáveres, llamar al juez... El cabreo de la agente llegó a un grado crónico.

-Malditos frikis. ¡Quiero un informe de esto, Dickinson! ¡No se puede uno liar a tiros en medio de la calle y luego marcharse! ¡Se le va a caer el pelo!

Vió que metían al detenido en el coche, y se marchaban. Cooperación entre agencias. Esa gran asignatura pendiente.

Central del Servicio Especial, avenida Teresa Ashcroft, Chicago

La mañana comenzaba en el edificio, sede y cuartel general del Servicio Secreto en Chicago, la capital del Nuevo Gobierno Terrestre. En el hall, la seguridad les dejó pasar sin más, tras el escáner de rigor a su PCPU. Einar mandó que llevaran a los calabozos al hombre invisible, y que le dieran asistencia médica. Realmente, en ese momento ya no era invisible, ya que había agotado su fuerza orgónica, o no quería mantenerla al resultar estúpido por los polvos de Ibn Ghazi que le había tirado encima. Era un varón joven, atlético, de pelo rubio, que llevaba ropa casual y un chaleco antibalas un tanto maltrecho.

Tagashi dió aviso de que tenía un tomo arcano, y lo llevaron al área de máxima seguridad del archivo, donde los expertos lo analizarían. Aprovechó para buscar información sobre los datos que había visto EJ en su visión. Mephisteo fue hasta su taquilla, dejando la pistola, con poco que hacer salvo rellenar los informes. Jane estaba en la misma situación, así que se encontraron en las mesas de trabajo de su sección, donde llegó Dickinson masticando chicle.

Poco después, les indicaron que el jefe estaba esperando a que se presentaran en su despacho, y se encaminaron hacia allí.

El archivo de custodia de fondo antiguo del Servicio Secreto contenía una gran cantidad de libros antiguos y una colección de microfilm, digitalizados y bases de datos que llegaban casi a los 2 millones de títulos listados. Era un sitio donde lo oculto resultaba cotidiano, y donde los magos del Servicio Especial acudían para buscar información y nuevos hechizos. Aunque este material, en particular, debía ser solicitado por canales oficiales.

Cuando llegó con el tomo arcano, Cevy, la maestra archivera, se hizo cargo de él. Llevaron el documento a un escáner de alta tecnología, y el ordenador comenzó a trabajar mientras Tagashi buscaba en la base de datos y corroboraba lo que ya imaginaba. Caeleno, el planeta intemporal que contiene la Biblioteca de Pnakotos, donde los yithianos guardan todos sus conocimientos.

Entró en el despacho sin llamar, mascando el chicle de forma algo exagerada, no es que fuese necesario hacerlo así, pero sabía que resultaba irritante y eso a él le gustaba.

- Jefe, antes de nada quiero decirle que no me gusta el contacto del OIS... - señaló con un dedo hacia fuera - No respeta a este cuerpo y le faltó al respeto a mi equipo. - despues de la puntilla hacia Shaw, que esperaba llegase a sus oídos pronto, guardó silencio esperando a ver que decía su superior.

La nazzadi parpadeó, realmente interesada. No solía perturbarse por muchos motivos.

-El análisis preliminar parece indicar que el idioma del documento es yithiano. Una lengua sobre la que apenas se ha investigado. Creo que existe algún especialista en Europa, que se ha dedicado a estudiar documentos en esta lengua. El proceso de traducción será largo, pero necesitamos a algún especialista para que analice el documento. O quizá un equipo. Este parece un grimorio bastante extenso, si es que es un grimorio... No podemos arriesgarnos a que una sola persona estudie su contenido. Podría perder la razón.

La miró un momento. Ella era uno de los pocos magos a los que respetaba. Normalmente, al resto lo trataba con desdén.

-¿Alguna teoría?

Su jefe, y el de todos, era el señor MacMahon, jefe de zona del Servicio Especial y antiguo vicedirector de la organización. Todos le respetaban. Era un tipo que, ante la prejubilación que la directiva del Ministerio de Seguridad le propuso, decidió rebajar su rango para seguir trabajando en el cuerpo que había visto nacer, por el cual había luchado y en el que había dado su vida trabajando. No en vano, uno de los métodos de entrenamiento de los poderes psíquicos recibía su nombre.

Estaba tras una mesa de diseño, algo austera, con un ordenador incorporado, y como siempre colgaban de la pared una serie de cuadros que mostraban escáneres cerebrales que, en realidad, parecían fractales caprichosos. Un hombre alto, humano de raza negra, con una larga gabardina, estaba de pie mirando por la ventana cuando llegaron.

MacMahon alzó la ceja, como si lo que hubiera dicho Dickinson le molestara.

-Ya he recibido un par de llamadas cariñosas del OIS. Pero que se jodan. Esta investigación es nuestra, el presidente nos las dió de modo prioritario. Los hombres de negro tendrán que aprender a agachar un poco la cabeza. Pero sin embargo... procure ser amable. La amabilidad es gratis, y abre muchas puertas. No se si me entiende...

El hombre que estaba de pie junto a la ventana no se giró para mirarles. Siguió mirando Chicago, como si la cosa no fuera con él.

-Han traído material sensible, y a un detenido. Hace treinta minutos realizamos una comprobación rutinaria de ADN para identificarle, y un cuarto de hora más tarde hemos recibido una visita... Parece que este asunto es un poco oscuro, y es de una magnitud que no conocíamos. El señor Johnson -se refería al que estaba de pie- Me ha dicho que el atentado de París y el asesinato de Yi están relacionados.

- Se hará lo que se pueda. - asintió ante la petición de amabilidad por parte de su jefe, y una mierda - Si, hemos traido un tomo arcano, sabemos que es lo que el asesino buscaba y por lo que Yi dió la vida. - dijo mirando de reojo al hombre que miraba la arcología por la ventana - El hombre que trajimos es el asesino, tiene capacidades para volverse invisible y desconocemos si algunas más. - explicó tratando de no asociar a aquel tío con el negro del que le habló EJ de su visión - Ahora le apretaremos un poco las tuercas para ver que nos cuenta, - sentenció apoyándose levemente en una de las paredes - pero esto apesta a rivalidad corporativa, jefe. - concluyó examinando la reacción del visitante.

Se habìa quedado callada porque sabìa que quien tenìa que hablar era Einar pero tenìa unas ganas locas de retrucar lo de la amabilidad y tal pero claro, ella nunca habìa sido muy impulsiva y no iba a empezar ahora con tonterìas que pudieran poner en peligro no sòlo su puesto sino el de su jefe. Bajò la mirada, escuchando y mirando de reojo al hombre aquel que los miraba y escuchaba todo lo que se decìa. No estaba muy convencida de poder confiar en èl o en nadie pero Einar debìa estarlo porque incluso estaba contàndole del libro arcano a McMahon.

Respirò profundo y mirò a Einar sin gesto alguno, como si no estuviera pensando nada pero realmente estaba preguntàndose si podìan confiar en cualquiera. Al menos no decìan màs nada y entonces ladeò la cabeza, eso no podìa ser corporativo, no, habìa visto el inicio de todas las cosas y esa monstruosidad que no se iba de su cabeza pero Einar era un hombre inteligente, quizàs por eso habìa dicho aquello buscando desviar la atenciòn hacia ese punto.

La nazzadi hizo un gesto removièndose en su lugar, mirando a su jefe. ¿McMahon serìa de fiar? ¿Què habìa detràs de todo aquello? Era algo muy pero muy grande.