Partida Rol por web

Una oscura noche de invierno te situas, como tantas otras, delante de tu escritorio para ocuparte del quehacer de empresas que te dejó tu sire antes de irse.
El trabajo resulta extenuante, pero la costumbre y tu cuerpo de vampiro te han hecho ser inmune a esa fatiga y desaliento.

Al cabo de un par de horas de trabajo, llaman a tu puerta.

Maldigo haber tenido que hechar a la última secretaria. Para colmo de males, parece que ni así puedo hacer que los números cierren.

Hojeo la agenda, para ver si tengo alguna reunión apuntada. Si es así, trato de tener a mano los papeles que viene a discutir esa persona. Si no esperaba a nadie me acerco a la puerta, corro el pestillo y (con el pestillo trabado) abro ligeramente solo un poco.

Apenas puedo ver a mi visitante, trato de hacer que mi mirada se cruce con la suya. En cualquier caso, digo:

Adelante, eres bienvenido.

No tienes visita planeada y no le conoces. Es un joven bien vestido, con un porte regio y una mirada firme que sostiene a la tuya sin problemas. Lleva un traje azul oscuro y una gabardina, y fuma tranquilamente un cigarrillo.

-¿Me permite pasar, señor DeWolf? Tenemos asuntos importantes que atender usted y yo. Vengo en nombre del Príncipe.

Tras estudiarlo durante unos instantes, corro el pestillo y le hago señas para que entre. Le indico que siga hasta mi escritorio, pero antes de cerrar la puerta miro hacia afuera y veo si hay movimiento. Al cerrar, vuelvo a trabar el pestillo.
Le ofrezco algo de mi mejor whysky (por lo menos, el mejor que me queda), diciendo: Toma un poco, mantendrá el frio alejado.

Independientemente de la reacción, me acomodo en mi escritorio y,luego de observarlo a los ojos un buen rato digo:
Siempre es un honor recibir a un enviado del Príncipe. Dime, que asuntos te traen por aquí.

Coge el vaso tal y como se lo ofreces, pero hay algo en él que te hace pensar que no es fácil de controlar.
-Gracias, señor DeWolf. Me traen asuntos importantes de parte del Príncipe. Lo cierto es que necesito toda la información que posea usted sobre su sire. Es reo de muerte actualemnte en esta ciudad, y quizás algo que usted posea nos puede ayudar a dar con su paradero actual. Si no coopera, está decretado que toda su progenie muera en su lugar. Así que...
Su tono desprende amenazas ocultas, pero también una delgada linea que te puede permitir salvarte.

Creo que se tanto como ustedes. Hace tiempo que no lo veo. De hecho, durante el último año me pidió que me apartara de mi propia empresa y de algunos emprendimientos que teníamos en común. Los últimos encuentros fueron meramente telefónicos. Creo que está usted frente al hombre equivocado.
No obstante, tengo entendido que el conglomerado de mi antiguo Señor es ahora dirigido por alguien más. Desconozco su nombre, pero creo que es el hombre que buscan.
Lamento no poder ser de mayor utilidad. No obstante, por mi parte estoy dispuesto a cooperar con nuestro Principe en todo lo que sea necesario, como siempre. Creo que si tuviera alguna idea de los cargos que se le imputan, tal vez se me ocurriría algo...

Esencialmente se le imputan crímenes entre el ganado. Desfalco y malversación de bienes. Pero lo principal son dos asesinatos de cainitas a plena luz de las farolas y ante ojos mortales.Por ello es buscado y merece la muerte. Rotura de la Mascarada...Mueve la cabeza como diciendo que tu sire es estúpido.

Bueno…pues eso si es raro. Verás, mi Señor no se caracterizaba por la intervención directa en los conflictos, si entiendes a que me refiero. Con solo chasquear los dedos podía tener movilizados a cuantos matones quisiera, incluidos algunos cainitas. Además, era demasiado cuidadoso y metódico para cometer un acto como el que se le imputa. Atacar a alguien de la Estirpe a plena luz parece más un acto de desesperación o de algún novato. Créeme, no se llega al puesto de mi Sire siendo joven, y menos siendo estúpido. En cualquier caso, ¿puedo saber quienes eran estos cainitas? Tal vez me suenen de algo.

Jamás lo vi entre los hombres del Príncipe. Eso quiere decir que, o bien es realmente su hombre de confianza, o simplemente es un pobre idiota que mandó a la picadora de carne. En cualquier caso, puede serme útil para averiguar algo más. Si es alguien importante, quiere decir que el Príncipe pretende realmente averiguar que pasó (aunque si empieza por mí, es evidente que no tiene ni idea). Si tan solo es carne de cañón, mejor. El pobre idiota no sabe donde se metió. Pero, cuando llegue el momento, aceptará cualquier ayuda con tal de salir.

Mira el vaso, pero no bebe de él. Lo agita tranquilamente.
Eran meros anarquistas con preciosos cócteles molotov que le tenian por destino. Un poco de fuego y su bestia rugió. Los despedazó con sus propios dientes. No eran importantes, pero has de saber que la Mascarada si lo es. Lo cierto es que sería preocupante que os sonaran. Se llamaban Jack Merrick y Joseph Garrow. Meros matones.

Después de observarlo pensativamente unos instantes dice:
Discúlpeme un segundo.

Abre un cajón de su escritorio y, tras rebuscar en su interior, saca una agenda de cuero negro, con la inscripción “2002” en letras doradas. Está bastante gastada e incluso algo cubierta de polvo. Pasa varias páginas, hasta detenerse en una. En su margen superior puede verse claramente una letra “G” en color rojo. Tras echarle un breve vistazo, la deposita sobre el escritorio.

Ninguno me suena. Aunque conocí a un tal Garrow. Agente de Bolsa, hace unos años hicimos algunos negocios juntos. Solo lo traté por teléfono. En cualquier caso, dudo que sea el mismo. Vivía en Hong Kong y, por lo que tengo entendido, no es de la Estirpe.

Ahora…déjeme serle franco, ambos sabemos que hay algo más detrás de todo esto. Yo tengo intenciones de averiguar que diablos es. Y creo que usted también, de otro modo no estaría aquí hablando conmigo. Pues bien, puedo quedarme aquí durante los próximos tres meses, contándole todo lo que se sobre mi antiguo Sire, o puede decirme cuales son sus hipótesis. Al menos las que crea que tengo derecho a saber. Sr. Cody, odiaría hacerle perder el tiempo a usted o a nuestro Príncipe

No te suenan los nombres. Estás de acuerdo con él en que eran meros anaquistas.

Muy bien. Tienes tres meses. Pero no creas que podrás escapar de la justicia del Príncipe.-Entorna los ojos mirándote fijamente.-No podrás salir de la ciudad para nada. Si lo haces, serás cómplice. ¿Has entendido, mi joven amigo?Con la lengua se acaricia los labios y se va directo hacia la puerta.Nos veremos algún día. Espero...
BLAM! El portazo aun resuena antes de que puedas moverte del sillón. Los últimos movimientos que realizó casi ni los pudiste ver. Era al menos tres veces más rápido de lo que cualquier humano.

Marc se reclina en su sillón y una leve sonrisa se dibuja en su rostro.
Al menos gané algo de tiempo.

Después, se dirige a una gran biblioteca que ocupa dos paredes enteras de la habitación. Toma un libro de lomo rojo (sin nada en particular) de uno de los estantes y lo abre en una página marcada. Con un bolígrafo negro escribe, “Nathaniel Cody: enviado del Príncipe??? Voluntad. Velocidad. Clase.”
Vuelve a dejar el libro en el estante y acto seguido, levanta el teléfono y disca algunos números.

Hablas con tus contactos. Parece ser que es tu día de suerte. Al primero que llamas te indica una dirección de un tipo dedicado a "buscar" a los desaparecidos. Se dice que usa el espiritismo, pero tu contacto no sabe nada más. Te da una dirección y te dice que si no te importa lo extraordinario, que vayas a visitarle.
La dirección es de una casa de campo en las afueras de Portland, EEUU.

Estoy por enfrentar una casa de sangre y mi única pista es un demente que dice hablar con los espíritus. Y que vive en Pórtland, Estados Unidos, por todos los demonios…
Será mejor que me ponga a trabajar.

Varias horas después, la habitación parecía completamente revuelta. Había libros y carpetas desparramados por todos lados. Montones de papeles estaban desprolijamente apilados en el escritorio, junto con algunas libretas de anotaciones. En el teléfono celular (y también en el fijo) titilaba una luz roja que presagiaba el pronto fin de la batería. Los primeros rayos del alba comenzaban a colarse por el horizonte. Marc apagó su computador y se desplomó sobre el sillón.

Diablos, ¿y ahora que?

Cómo, tu casa y oficinas tienes todos los seguros a la orden del día (para algo estás forrado y eres ventrue). El método que quieras puedes usarlo, ya que una de las empresas de tu sire se dedica "misteriosamente" al comercio de paquetes grandes entre EEUU y Francia. Presupones que tu sire era más listo de lo que aparentaba.

La empresa es tuya (era de tu sire, pero para evitar problemas te la ha dejado a tí, así que las irregularidades con ella son culpa tuya).

Después de discutir unos minutos con la “encargada” del local, ambos llegaron a un acuerdo sobre los “honorarios” que percibiría, los cuales debieron ser cancelados en su totalidad antes de abandonar el local. Surgieron algunas dificultades, dada la reticencia de la “empleada” en prestar “servicios a domicilio”, pero cuando el precio estuvo acordado, incluso fue posible acceder a un descuento por “noche completa”.

Podía sentir la sangre joven correr por sus venas, llamándolo. Marc se reprendió mentalmente, no era propio de un Ventrue perder la compostura. Trató de concentrarse en sus objetivos. Diablos, su propia vida estaba en juego.

La llevó a recorrer algunos de los selectos clubes nocturnos de la ciudad (escarbando en lo más profundo de su billetera para encontrar alguna moneda o recurriendo a sus Disciplinas Oscuras cuando fuere necesario). Cuando finalmente terminaron en la intimidad de su apartamento, mientras le extendía otro “Margarita”, le preguntó directamente:

Dime una cosa niña, que te parece el mundo que te acabo de mostrar. ¿Crees que podrías arreglártelas bien en el?