Partida Rol por web

"No hace falta que te molestes, joven. Que más que latino pareces alemán" dice Hillary con una expresion matriarcal y maternal "Si somos los ultimos de una dinastia, es que somos familia"

"Y lógicamente, eso te vuelve un Clinton"

Quizá por primera vez en lo que va de noche en lo que llevamos de siglo, Hillary ha dicho algo con sentido.

Ella le intenta poner la mano en la cabecita, como si fuera un niño pequeñoç

"Aparte, no tiene nada de malo el ser latino. No te tienes que avergonzar de ello"

El uniformado comprendió a medias lo que le estaban diciendo, pero Ilyana le hizo un gesto como que “lo dejara ser” y entonces se centró en las palabras que le importaban, y ellas eran que los Elegidos aceptaban ver a Dorys… miró a ambas personas pasando por su mente la idea de que eran, como menos, algo raros, pero confiaba en los motivos de su líder.

-Su Gracia quiere que sepan que les pagará enormemente por sus servicios, en Sehun hay un cheque esperándoles que es valedero en cualquier Banco del Sistema. Pero más importante que el dinero es la misión, la que les dirá ni bien los llevemos.

Estiró sus manos y hizo un gesto de saludo, el de su planeta natal, una V formada con el índice y el anular, un signo de “hola”, “adiós” y de “victoria” por igual.

Ilyana saludó a su vez y mirando a los dos estrambóticos tripulantes, la mujer y el hombre que parecían llevarse de una forma inusual, les dijo:

-Ahora deben ir a la nave militar. Ha sido un placer el traerlos aquí. Sé que la profecía es real, confío en ustedes para salvar todo el sistema del dominio de un tirano.

Se ladeó hacia adelante en un saludo de respeto y dijo.

-Id en paz.

Hillary mira el gesto

Lo aprende
Lo memoriza
Lo hace suyo

Y se despide a la mujer con el pelo de Tinky Winky con el mismo gesto del indice y el anular. Con identica expresión, con identica actitud.

"Vamos, comandante. Cumplamos nuestro destino y que la directora Dorys nos diga que hacer. Porque tras esto ¡Seré presidente en lugar del presidente!"
"S Clinton, vamos allá. Puedes ser racista y latino, pero no seas maleducado y no hagas esperar a una dama"
 

-Perfecto Ylyana- digo y ya ignoro por completo a Hillary la cual me tiene totalmente harto.

-Un cheque... Vamos pasta gansa, se acabó malvivír..- Pienso y camino hacia ese lugar ignorando a la rubia aunque ahora mismo me sienta como un cordero que llevan al matadero...

Ingresaron por la nave militar que los llevaría al planeta de Su Gracia con mayor seguridad que la astronave anterior. Las salas estaban llenas de soldados, de distintos trajes y con diferentes armamentos. Algunos comandaban a otros, dando órdenes de diferente naturaleza; Algunos iban y venían por los pasillos, llevando planillas, trasladando robots. La cantidad de tareas que se realizaban en este vehículo era enorme.

-Bien –dijo el hombre que les había hablado de Su Gracia, ese de rasgos orientales, conduciéndolos a una recámara cómoda pero de poco mobiliario.

-Mañana llegaremos al sistema. Mientras tanto pueden recorrer lo que deseen de nuestra nave, son nuestros invitados. Es nuestro deber protegerlos en este viaje, así como es el suyo el salvar al sistema del tirano.

El hombre se cuadró y los dejó a solas, sin embargo un guardia se apostó en la entrada, estaba como a sus órdenes o algo así. S y Hillary estaban metiéndose cada vez más en una misión de la cual eran el eslabón principal para la victoria y la realidad era…

Que ellos ni siquiera sabían de qué se trataba todo aquello.

"Necesitaré una ducha, un vestido adecuado" dice mirando el saco de reo presa que llevaba encima "mi tratamiento de belleza, y algun tratado acerca de la profecía y de la estirpe Shelun ]|["

"Para mi amiguito y familiar R, a él le vendrán bien unos frijolitos, unos tacos y chilaquiles"
"Y tequila. He escuchado que ellos beben tequila en lugar de agua"
 

Paso ya de esa mujer, ni siquiera se sabe mi nombre ni nada y me tiene muy harto.

-Ignore lo que dice la perdedora de las elecciones pasadas, mi nombre es S, me gustaría darme una ducha y comer algo, gracias por todo- le digo amablemente al hombre de rasgos orientales, es raro tanta amabilidad por su parte derrepente pero no tengo nada que perder ...

Los habitáculos de ducha se hallan separados por una pantalla que responde a las órdenes de ellos dos, de manera que cuando entran en el baño cada uno tiene privacidad absoluta. Chorros de agua a distinta temperatura llenan la estancia mientras una luz plateada brilla en el ambiente. La misma también cambia a petición de su dueño, así que Hillary puede hacerla del color que desee, lo mismo que L.

Luego de la suntuosa ducha, un ducto de aire caliente los seca. En un sector creado para tal fin hay ropas secas, de estilo femenino y masculino, aunque con colores similares al de los habitantes: turquesas, púrpuras, verde brillante, todos tonos muy llamativos.

La ropa propia ya ha sido retirada por un robot para su limpieza y remendado. 

El hombre asiático se ha retirado y solo queda el guardia, sumido en sus asuntos, custodiando la entrada principal a la habitación de ambos. 

Desde ventanales tridimensionales se ve el precioso y profundo espacio exterior.

"Hola, señor" le dice Hillary al guardia

"¿Puede contarnos acerca de esta nave, y acerca de la Doctora?"
"¿Que clase de gran mujer es?"
 

Termino de ducharme, me visto y me miro al espejo con la nueva ropa

-jaja mira al tipo- digo y sonrio me peino y salgo a hablar con el capitán.

-¿Que me puedes contar de todo esto?- Digo con mi voz pasota habitual

El guardia se voltea al verlos, los observa un solo momento y les responde, solícitamente pero con un tono de voz semi mecánico. Al verlo bien parece que tuviese implantes, no que fuese totalmente humano sino una mezcla cibernética.

-Su Gracia, Dorys, es una gobernante de gran inteligencia. Quiere retomar el control del sistema pero no en su poder, porque sabe que el poder en demasía es malo. Es nocivo.

Se apoya en la pared para continuar hablando.

-Estuvo mucho tiempo buscando a los Elegidos, y pudo reconstruir la leyenda gracias al cilindro que halló en Hypnos VI, ese que habla de Aquél que Ordenará el Caos. 

Ellos dos que aun no habían interrumpido el diálogo tampoco le parecían los Elegidos, pero si Su Gracia lo decía:

-La Prueba del Pozo los hará crecer y obtener el equilibrio. Así hemos sido instruidos por Su Gracia. Es una gran mujer. Lo sabrán al conocerla.

"Hablanos de la leyenda y de Hipnos VÍ" dice Hillary ahora, repatingandose en algún sofá cercano y pasando un poco del tema.
Más que nada, la voz del robot le parece relajante. Como uno de esos supersticiosos sonidos ASMR que estaban de moda a principios del siglo XXI.

"Y hablanos de la prueba del Pozo" dice ella, pensando en que seguramente sea atragantarse a sandwiches de Chopped de marca "El Pozo" Tiene que ser eso ¿O es que acaso esperan que se pongan a ver la peli esa japonesa de la niña del Pozo? ¿Sadako? Anda ya.

-Y ¿porque fuimos elegidos para ella?- Digo extrañado, alguien como yo no está acostumbrado a que se le elija para algo bueno y se le haga una prueba...

El Guardia accede a relatar la leyenda, sobre el motivo por el que son los Elegidos, o la prueba del Pozo, alega no tener dicha información aunque asegura que Dorys debe tenerla.

-Del planeta árido surgirán dos. Dos que son uno, tan diferentes que se complementan. Dos de diferente sexo y con distintas habilidades que serán escogidos por el azar como el Alfa y el Omega; el primero y el último.

En sus ojos ahora hay una leve indicación de respeto, seguramente porque está pensando que tal vez, después de todo, estos dos sujetos tan raros puedan ser los que liberen a la galaxia.

-Serán llevados a morir pero su destino es sobrevivir. El monstruo de muchas patas no podrá con ellos, nadie podrá con ellos... aunque serán débiles hasta que la Sacerdotisa complete el ritual. Deben ser protegidos, guiados, llevados al Pozo, y sacados renacidos.

Su voz aunque electrónica en parte, tiene un tono calmo pero lleno de respeto.

-Saldrán de allí con su verdadero yo, asomando de adentro hacia afuera. Su poder se verá. Él y Ella, el Alfa y Omega, el Principio y el Fin será la vuelta de la rueda del destino. Sacarán al Caos que reinó, y ordenarán la paz en el Sistema. 

"Macho y mujer" musita hillary
"Joven el, experta y capaz ella"
"El, latibo y ella no-racista"

Incluso a una tonta'r culo como ella no se le escapa lo raro de una sociedad avanzada y científica que crea en profecias. Pero mira, si esto la ayuda a sobrevovor y a poder enfrentarse a su odiado Trump... perfecto

-Osea somos los personajes de una profecía- sonrío de forma burlona-vamos esto es como una peli- sonrio alegre realmente, pensé siempre que mi anodina existencia no servía para nada.

No hubo respuesta del soldado a los comentarios de ellos dos, solamente un respeto en su postura frente a ambos, como si empezara a digerir que realmente fuesen de tal importancia como la leyenda lo decía.

La nave tardó lo suyo en hacer el viaje, pero pronto empezó a aproximarse a la órbita del planeta en donde la comandante Dorys los esperaba.

-Pueden volver a sus ropas antiguas si están más cómodos así –les dijo el soldado –las ropas habían vuelto a ser traídas, siendo remendadas y completamente limpias y esterilizadas primero.

-En dos unidades entraremos al sistema –confirmó el hombre.

Hillary y S se acomodaron en los asientos y vieron surgir el planeta de anillos delante de sus ojos. El solado permaneció en su posición, viendo desde las ventanas holográficas, el cambio de espacio.

Hillary ve los ropajes. Mejor que la ropa con la que casi la ejecutan.

Se prueba uno, y luego otro, y luego otro...

"S" le pregunta al zagal "¿Este vestido me hace gorda?"
 

Llegaron al planeta, S estaba muy silencioso pero esa era parte de su forma de ser. Fueron escoltados hacia un edificio piramidal, de paredes espejadas y cuya entrada era un triángulo opaco que se abría de costado. Pasaron por un largo pasillo que en realidad estaba formado por una cinta transportadora que los llevaba, de manera que no se cansaran de caminar. Al final de éste ingresaron en un salón enorme, en cuya pared norte había un asiento que flotaba. Sobre este una joven de piel gris, ojos grandes y ropas perladas los miraba.

-Los elegidos, mi señora Comandante –dijo el capitán asiático.

-Den un paso al frente… oh, sí. Sí, sí… veo que son especiales.

Ella hizo una insinuación con la mano para que se aproximaran.

-Antes de empezar con la tribulación debo saber un poco más. Díganme elegidos, díganme por qué en ustedes está depositada la fe de la Galaxia.