Partida Rol por web

Sarah reprobó a su hijo con la mirada por decir lo de Feoncia, pero en su interior sabía que el pequeño no poseía maldad, solo que carecía de filtro a la hora de decir las cosas, como suele suceder con los niños. Joshua quería saber quién sería el elegido, y su madre comprendía sus ganas. Y respecto a los sorteados en cuestión, entre los que se encontraba John, ellos habían aceptado su destino.

Cada papel fue desdoblado y se supo quién se acomodaría con qué niño. A Joshua le había tocado un pequeño de nombre Peter; a Jay (más bien a su familia) una niña llamada Bethsy. Valery no sabía qué papel había sacado la abuela ni pudo saberlo pues fue hora de que fueran a jugar.

El salón rosa del Ayuntamiento era un área espaciosa en la cual se podía jugar en paz. Las paredes habían sido pintadas de rosa pálido, y en las paredes colgaban diferentes cuadros así como algunos papeles informativos. Desde un mapa de la ciudad a fotos de los 10 últimos Alcaldes ocupaban una pared completa. Tres puertas daban a dicho espacio, y los niños habían ingresado por la del este. La del oeste daba a un jardín y no tenían idea a dónde dirigía la del sur. Estaban acompañados de un adulto, la señora Hamilton que les informó.

-Pueden jugar aquí. En un rato les traeré el chocolate, ¿sí? Sí, eso.

Había en total 10 chicos de entre 7 a 12 años. Estaban sentados sobre el suelo de madera, en círculo, rodeados de las pinturas y cuadros, además de la consabida bandera norteamericana.

-Pssstt… psssttt… oigan, tengo una idea de un juego que puede molar. Eso si no son gallinas –anunció Ralph, un muchacho grandulón que tenía fama de ser un poco bully.

-Entonces, ¿son gallinas?

La señora Hamilton había ido a buscar sus bebidas y seguramente a cotorrear sobre los niños que habían sido escogidos, o sobre cualquier chisme que mereciera su atención. Era una persona buena pero demasiado curiosa a veces.

Jay se sienta "Como un cowboy" en una de las sillas, con el respaldo por delante. Una vez más, cosas de niños (Aunque Vampirella suele hacer PinUps de esta forma, pero la verdad es que esto es esto, y aquello es aquello)

"¿Gallinas, dices? Creo que te has equivocado Ralph. Esto es Ault, en la zona de All-Valey. Los gallinitas son los niños de Beach City"
"¿Verdad, leones de Ault?" dice animando al grupo como sólo el hijo de Sarah podría hacerlo

"Venga, cuenta el juego" dice esperando que sea algo como colarse a robar galletas, o contar historias de miedo

Miro todo expectante a ver que papel saca mi abuela, la verdad malditas ganas tengo de aguantar a alguien que no sea de mi supuesta familia idílica en casa...

¨Con cara de angelito miro a mi abuela.

-A ver si pronto vamos a casa tengo frío- digo para que disimuladamente se libre de la tontería esa de los papelitos, escucho eso de ir a jugar fuera... Se que mi abuela querrá que lo haga... Y con algo de pesadumbre asiento y voy donde dicen.

Miro a ese niño y paso de él me siento en la sala con pose algo digna...

Ya en otro lugar para jugar, Joshua observa lo que hace Jay y niega con la cabeza divertido mientras se dispone a contemplar con la mirada a Ralph.- Oye... ¿Eres el Demoledor? - pregunta divertido por la película sobre el dibujo que lleva el mismo nombre de aquel niño. Además con la apariencia que tenía, se parecía bastante a la animación y le causaba cierta gracia, no era de hacer bullying, pero si le divertía interiormente. 

- Cuenta, a ver qué planeas... - responde interesado mientras cruza sus brazos y cada tanto le dedica una mirada a la niña que lo había ignorado, demasiado pija, estirada... Una barbie. Esas cosas no le agradan a Joshua, le gusta que las personas tengan ganas de divertirse y por sobre todas las cosas, escucharlo. 

John miró a todos lados en la sala, buscando libros. No era un niño para jugar sin más ni menos con otros niños, ni tenía los mismos intereses que ellos – o muy probablemente no los tenía. Se sentía, en cierta forma, desarraigado y habría preferido de mucho poder quedarse con los adultos, pero la madre le había significado que tendría que conformarse. No había trato especial en la educación que impartían los religiosos.

John suspiró y decidió que, en vez de buscar, sería mejor preguntar simplemente a las personas competentes – en este caso, a una persona, la señora Hamilton. “Señora Hamilton”, se puso a su lado, “por favor, ¿podría darme un libro para leer o decirme dónde puedo encontrar uno? No hablo de cuentos de niños, aunque también leo esos, si no hay nada más. Pero si no...” Como estás en el Ayuntamiento… “Libros de historia… crónicas de la ciudad… algo así… también me gustarían mucho.”

Jay afirma bien claro que no es un cobarde, que esos son los niños de Beach City, quiere saber de qué trata este juego que Ralph plantea. Valery pasa de Joshua, tiene frío y no quiere estar aquí pero no hay otra salida. Todavía no sabe qué papelito sacó su abuela pero luego se enterará. Joshua, por su parte, piensa que Valery es demasiado estirada, y prefiere centrar su atención en lo que El Demoledor piensa plantear. Respecto a John, no está interesado en jugar sino en conseguir algún libro para leer que sea facilitado por la señora Hamilton. Debe esperar que regrese con la cocoa para pedirlo pero seguramente alguna cosa habrá.

-Bien… me gusta que sean valientes, excepto por… bueno, el huérfano de allí.

Señala a John con un dedo regordete. Había otros niños allí, entre ellos una chiquilla llamada Melody.

-Te callas…

-O qué, cara de nada…

-O… o le digo a la señora Hamilton…

Ralph hizo un chasqueo con la lengua, de fastidio, y se dedicó a seguir con su proposición, olvidándose de aquellas dos personas.

-Un amigo mío fue a la Biblioteca Municipal, íbamos a prender fuego una parte pero la señora Goldfinger estaba justo haciendo sus recorridas así que nos escondimos en la parte más oscura del edificio. Y entre los libros había uno que nos llamó la atención.

Ralph mira por si viene la señora Hamilton, mientras Clarisa, la niña que había defendido a John, se había quedado junto a él delante de la puerta.

-Es este.

Sacó una especie de libro, más bien parecía una revista antigua, las hojas eran tan finas que podrían caerse a pedazos. La tapa era de algo similar al cuero, poseía un olor extraño, fuerte.

-Hay que abrirlo lento que se rompe.

Así que el Demoledor, en sus ojos había una aprobación implícita el nombre que Joshua le había colocado, dio vuelta las primeras páginas con deliberada lentitud. Entonces les mostró una hoja que tenía algo escrito en una página, y en la de al lado mostraba la ilustración de un ser muy extraño: era una especie de hombre de traje, demasiado alto y delgado. Su rostro era como un óvalo blanquecino sin cara. Sus brazos eran demasiado largos y unos tentáculos le sobresalían de la espalda. Muchos de los niños se movieron un poco para atrás al ver la imagen.

-Se llama Slenderman. Es como un demonio que vive en los bosques. Aquí dice cómo podemos llamarlo... dicen que te da cosas si puedes sobrevivirlo.

Jay se mosquea ante lo que ha dicho Ralph.

"Oye Ralph, que se que eres malote y todo eso, pero las bibliotecas no se queman. Eso no es de malote ¡Eso es de ser un degenerado, mala persona y de ser un mal amigo con todos! " la madre de Jay, pese a ser la mujer mas dura de todo el pueblo, le inculcó el amor a la lectura. Y se nota.

"Oye tu" ×le dice a Melody la rubita " Que es lo que te pasa? " le dice por lo bajini, notandola mas asustada que de lo habitual. [b]" Ese del libro se parece a Nergal. De 'The Grim Adventures of Billy and Mandy' no te parece, Mel? "

 Entusiasmado como nadie al ver que el demoledor está por mostrar algo, rápidamente se escurre entre los niños con la intención de colocarse a su lado. Curiosamente la diferencia de tamaño es muy notoria, tanto que Joshua parece un niño escuálido al lado de Ralph. Aunque eso en verdad no importa cuando en medio de la historia que está contando, con previa pelea de por medio, es la imagen de aquel libro lo que le llama mucho la atención. 

Sorprendido acaricia con la yema de los dedos ese dibujo mientras piensa en los juegos de rol, que tan bien conocía ya que es su afición favorita y el pensar que pueda existir algo así, sería una locura realmente. Pero como Josh ha nacido para la aventura, quiere saberlo todo y más aún comprobar su existencia. 

- ¡Qué guay! - expresa enloquecido. - Oye Ralph el demoledor. ¿Cuándo vamos? - pregunta ya planificando una vez que cese el periodo invernal un gran escaqueo que le permita ir hacia los bosques para buscar al dichoso ente. - Es una leyenda, pero yo me sumo. No sé... Después tendré tema para una partida de rol. Quiero conocerlo, además... ¿Rapta niños? ¿Qué hace realmente? -  vuelve a la carga divertido. Hasta su rostro se había iluminado. 

Aki, esperando que viniera la señora Hamilton para hacerle su demanda ya todo formulada mentalmente, se dio cuenta sorprendido de que la niña pequeña a su lado lo había defendido de alguna manera, y aunque no necesitaba que se defendiera a él, sintió un impulso de agradecimiento y dio un toque con la palma en las espaldas de la chica: “Gracias”, le susurró sonriendo.

Escuchó sumamente desinteresado, sólo porque no había más que escuchar, las fantasías del llamado Demoledor, y se sorprendió otra vez más por oír al chico… bueno, a un otro chico cuyo nombre no sabía o había olvidado… incriminar sensatamente la intención de quemar parte de una biblioteca. Lo miró brevemente para recordarse su cara, luego confrontó su mirada otra vez a los aspectos interesantes de la pared opuesta, al menos más interesantes que la fanfarronería del chico alpha.

Que es lo que te pasa? " le dice por lo bajini, notandola mas asustada que de lo habitual. " Ese del libro se parece a Nergal. De 'The Grim Adventures of Billy and Mandy' no te parece, Mel? "

Melody escucha la pregunta de Jay y responde, también por lo bajo:

-Nada que dé Ralph nunca es bueno…

El comentario le llega a los oídos a John y Joshua que se hallan más cerca de la pequeña. El chico de cabellos enrulados acaricia con fascinación el dibujo que muestra a ese hombre, o especie de hombre, de traje. Le hace acordar a los juegos de rol…

Cita:

-Se lleva a los niños a su mundo, nunca vuelven a aparecer –la comisura de los labios del gordo sube en una macabra expresión –pero también otorga deseos. Tienes que pasar su prueba, y ofrecer un sacrificio.

Los mira a todos en la sala: sus ojos pasan por Jay, Melody, Valery, Joshua y finalmente John, ignorando a la mayoría de los otros niños.

-Pero para eso hay que invocarlo.

Un portazo hace que todos den un respingo, pero se trata de la señora Hamilton con los vasos con la cocoa caliente, y tienen pequeños malvaviscos flotando.

-Traje seis, ahora voy por los otros... 1...2...3...4, 4 más. Oh, están todos tan animados ¡qué bonito!

John ignoró la mirada que Ralph lo lanzó. Simplemente no le interesaba el cuento este sobre el hombre en el bosque raptando niños. La realidad le interesaba a John más que las fantasías, y lo menos le interesaban las fantasías desagradables.

John le dio gracias a la señora Hamilton por la taza de chocolate y ahora le preguntó lo que mentalmente ya había ensañado preguntarla:

“Señora Hamilton por favor, ¿podría darme un libro para leer o decirme dónde puedo encontrar uno? No hablo de cuentos de niños, aunque también leo esos, si no hay nada más. Pero, como estamos en el Ayuntamiento… me figuro… ¿no habrá libros de historia… crónicas de la ciudad… algo así?”

Sorprendido como niño que recibe su regalo de Reyes, Joshua abre los ojos como platos y sin poder evitarlo sonríe un tanto ansioso, aquello era impresionante. Es que dentro del mundo de aquel chico de rulos, todo podía ser real ya que reside en la imaginación, entonces el tener un libro tan cerca y con esa historia escalofriante, le recuerda a sus lecturas sobre Lovecraft. 

- Cuéntame más e ignora a los pijos. - responde al Demoledor ya con toda la intención de seguir hablando. - Oye, dices que hay que invocarlo... ¿Qué necesitamos? ¿Me lo prestas para leer? - pregunta y prosigue. - Es que estas cosas me fascinan, no sé... Molan y tienen ese misterio que perturba la realidad. ¡WoW! estoy ansioso. - comenta un tanto enloquecido, quiere leer todo y buscar lo necesario para hacer el ritual o lo que sea que se haga. 

No puede evitarlo, además en su mente de niño curioso extremo se imagina ofreciendo a algunos de los presentes como obsequio para que el monstruo le conceda deseos. - ¿Es la versión oscura del genio de Aladín? Molaría que fuese así, me gusta eso... Cuenta más. ¡Por favor! - termina por decir cuando coge dos tazas de chocolate, una para él y otra para su nuevo amigo: Ralph. 

La referencia no le pasa por alto a Jay

"Hombre, si es así, yo prefiero al genio. Es más divertido, mejor persona y no te pide sacrificios"
"A todo esto ¿Que clase de sacrificios dice que pide? ¿Chucherias, dinero, o perritos?" inquiere el hijo de Sarah, quien no deja que se le escape ninguna "Porque si me pide que le entregue mi videoconsola, se puede ir con viento fresco por donde sea que haya venido."

La Consola. Nadie sabe como narices la consiguió, pero La Consola de Jay permite jugar a todos los juegos. Cuando decimos "Todos" es "REALMENTE TODOS". Su madre conoce a uno de esos genios de la informática, y tal.

Y dicho esto, sigue con Melody

"Ese Slender, o Nergal, es solo un dibujo muy malo para ancianitos, de hace más de veinte años ¿Vas a dejar que te asuste?"
"Es un engañaviejas, para esos pobres fósiles viejales, llenos de canas, de arrugas hasta en los pelos de la nariz, y que cada dia están más cansados¹. Nosotros somos niños ¿Vas a dejar que te asusten?"

-Slenderman- digo pensando  y algo me suena... Una leyenda contada por mi abuelo...-a mi eso me suena, me han dicho siempre que no nombre a ese hombre...- Digo como saliendo de mi propio espacio, me acerco a la niña.

-Soy Valery- le digo intentando ser amable y me acerco a Joshua mirando sin coger el libro ese dibujo de reojo- me contaron historias de miedo de ese ser... Los mayores de mi familia pero son cuentos de miedo que se cuentan a veces en Halloween- digo convencida, en mi mundo de algodones alguna vez me han contado una historia de miedo.

De repente así como un ángel que cae del cielo, entre las habladurías de Jay, aparece Valery a dirigirle la palabra. Sí, era a él y no sabía cómo sentirse al respecto. Es que toda esa confianza de niño hablador y caradura, se le ha esfumado de repente cuando comienza a ponerse rojo como tomate de la vergüenza. Era ella y le estaba diciendo algo.  Wow. 

Intentando recuperar la compostura, o al menos pensar en el monstruo de los niños, le dedica una mirada a la chica mientras la invita a conversar sobre ello.- Joshua... - se presenta. - La verdad que deberías si te apetece contarme de esas historias, toda información sirve... Yo sólo leo a Lovecraft es mi favorito y tiene un bestiario muy extenso que es admirable cómo pudo salir de esa mente tanto bicho. - comienza a hablar y se corta en seco, se había animado y no la quería espantar... Calla Josh. 

- Cuenta lo que sabes y... ¿Quieres chocolate? -  pregunta al mirar el entorno, debía coger una taza más con urgencia o se la quitaba a Ralph. Todo sea para quedar bien, no asustarla y que siga hablándole. 

John, al momento que aún espera la respuesta de la señora Hamilton, de pronto gira la cabeza en dirección de Joshua al oír la referencia a Lovecraft. Vaya, acaso lee Lovecraft?

Sin embargo, como el chico sigue hablando del bestiario de Lovecraft, supone que, en vez de leer realmente novelas del maestro de la literatura de suspenso, sólo lee las historias del juego de rol ese que se basa sobre la atmósfera de las novelas de Lovecraft.

De inmediato pierde el interés y mira de nuevo a señora Hamilton.

John no estaba interesado, simplemente no le importaba ese cuento de un ser raptando niños así que cuando la señora Hamilton retornó, le hizo el pedido que sí deseaba:

“Señora Hamilton por favor, ¿podría darme un libro para leer o decirme dónde puedo encontrar uno? No hablo de cuentos de niños, aunque también leo esos, si no hay nada más. Pero, como estamos en el Ayuntamiento… me figuro… ¿no habrá libros de historia… crónicas de la ciudad… algo así?”

La mujer se pone a pensar unos momentos y confirma:

-Oh sí!! Déjame unos momentos ir a buscar. Tenemos unos libros aquí sobre el pasado del pueblo –como si pensara que está frente a un niño pequeño, por más que le haya pedido algo más de adulto, aclara –no tienen muchas fotos, pero tienen algunos dibujos. Creo… dame un minuto. Y ustedes sigan jugando, niños. ¡Qué ricura!

Evidentemente la señora Hamilton, para bien o mal del grupo, no tenía muchas luces.

Joshua fue encarado por Valery en el sentido de que la niña se animó a dirigirle la palabra. De inmediato una tonalidad roja fue cubriendo su cara, y Ralph se hubiera burlado, sí… lo hubiera hecho pero el gordo estaba más emocionado por responder las cuestiones referentes al ritual. Si apenas había tocado su taza de chocolate con malvaviscos.

-No te lo presto!

Eso sí lo dijo, no tenía intenciones de despegarse del libro aquel.

 - ¿Es la versión oscura del genio de Aladín? Molaría que fuese así, me gusta eso... Cuenta más. ¡Por favor! -

Había preguntado el niño con rulos, y realmente quería saber de qué iba la cosa. Respecto a Jay, pues él se quedaba con el genio de Aladdin y no con esta cosa de traje, sobre todo si se le ocurría pedirle algo tan importante y único como su consola.

-No te va a pedir la consola -le hizo saber Ralph, entre fastidiadio y confundido. Melody retrocedió más aunque el pequeñajo le daba a entender de que no había razón para tener miedo. John se interesa por la mención de Lovercraft un momento pero luego vuelve a la mujer, mientras que Joshua le ofrece algo de chocolate a Valery.

-Tenemos que hacer un círculo -empieza a explicar el gordo -tal como estamos ahora está bien. En medio del círculo tenemos que poner algo nuestro, un pelo de la cabeza... o una gota de sangre -esa parte la agrega entre susurros, no sea que la mujer grande vaya a oír y les quite el volumen y la diversión -Después tenemos que dibujarlo. No importa si está bien o mal, creo que no sabe de dibujos, pero quiere verse dibujado. Y unas hojas de árboles... eso es importante. Los árboles son importantes para él.

Se acerca a los más próximos y aclara -yo traje hojas... y luego se recita esto de aquí... aunque no sé si lo vamos a decir bien... estaría bueno igual primero deshacernos de la vieja esa