Partida Rol por web

El instituto Shinata es uno de los mas prestigiosos del país, no por ser uno privado y costoso, sino por que una cantidad increíble de egresados son personas importantes en la actualidad, artistas, músicos, doctores incluso políticos, lo que se traduce no solo en el aporte fiscal, sino en una cantidad aún mas increíble de dinero recibido por medio de donaciones de aquellos que aún le guardan cariño a sus recuerdos de aquella época. Es por ello que el instituto cuenta con una gran cantidad de jardines, piscina y otras comodidades que un instituto normal no podría ofrecer, por un precio dentro de lo razonable. Es este el lugar en donde estudias. 

Has vivido una vida bastante buena, no perfecta, pero al menos no habrían cosas reales (fuera de los dramas adolescentes) para poder quejarse. Tu familia te quiere, tienes amigos y has tenido un buen pasar en el instituto, sin que te acosen los matones o te hagan bullying tus compañeros de clase, de hecho, podría decirse que incluso eres algo querida en la comunidad aunque tu no lo sepas de primera mano, algunos compañeros e incluso compañeras te miran con cierto anhelo al ser tan moe, tu torpeza inspira cierta ternura en la gente. 

Una vida muy buena... hasta hoy. 

Nada mas al llegar al instituto, nadie te saludaba, muchos te miraban con curiosidad, otros con envidia y otros... podría decirse que te miraban como si miraban a un insecto o algo que odiaban, incluso unos cuantos te miraban como si les hubieses roto el corazón. Un aura incomoda te rodeaba allá donde fueras, por suerte escuchas la campana de clases y te diriges a tu sala de clases, mientras varios parecen intentar contenerse cuando te miran. ¿Que diablos está pasando? Te sientas en tu puesto de clases rodeada por tus compañeros de clases, aunque no lo hagan directamente es como si todos te miraran o pensaran en ti, como si hubiese un gran peso aplastándote. El profesor aun no llega. 

Se sentía totalmente desubicada. Hasta ahora había vivido una vida cómoda en un entorno donde conocía a todo el mundo y ahora por sugerencia de su hermano mayor, que había conseguido una plaza para ella a través de sus influencias, estaba allí en aquella institución tan prestigiosa pero a la vez tan... fría. 

Abrazaba su agenda mientras subía al aula con una rodilla raspada. Había tenido una caída el día anterior y aún llevaba un par de tiritas y tenía la piel roja, por suerte al menos el uniforme estaba intacto aunque... ¿Cuantos días iba a durar eso? 

Emitió un suspiro y empezó a avanzar hacia las clases tratando de no llamar la atención, agradeciendo que fuesen a empezar ahora para no seguir entre aquellas miradas. Trató de pasar desapercibida aunque parecía imposible hasta que llegó a su asiento en el aula, donde la situación empeoró. 

Empezó a sentirse muy nerviosa, tanto que cuando sacó su estuche este se abrió y empezó a rodar todo lo que había dentro, los bolígrafos, las gomas y el portaminas, acabando todo en el pasillo del aula o bajo los pies de algunos compañeros. Se ruborizó, queriendo que la tragase la tierra antes de levantarse lentamente para recogerlo todo. 

El profesor ingresa a la sala y el delegado de curso rápidamente pide que todos se levanten para saludarle como es costumbre en Japón, tras su positiva todos vuelven a tomar asiento y reina un silenció casi de sepulcro, todos esperando a que el profesor diga algo, el objetivo de la clase de hoy, sin embargo ese no pareciera ser el caso. El profesor se sienta en su asiento y suelta un suspiro, es un hombre anciano de unos ochenta años, sin embargo sus ojos están rojos como si hubiese estado llorando hace poco. 

"Se que hoy deberíamos comenzar a ver la materia de limites, para que puedan progresar con cálculos, pero mi corazón no esta bien para hacer matemáticas hoy" Exclama el profesor apenado, muchos alumnos asienten una y otra vez, como si lamentaran la muerte de un héroe de la humanidad "Y todo es por culpa de una estudiante, una estudiante que esta en esta sala"

Por unos momentos, el aire alrededor tuyo parece descender notoriamente, es considerable como decae la temperatura solo por las miradas frías, como si te miraran con ojos de pescado aquellos que están alrededor tuyo, aunque ahora el profesor confirma tus sospechas, al parecer algo malo esta sucediendo... tus instintos dicen ¡CORRE!

"¡Como puede alguien ser tan desvergonzada como para aparecer nuevamente por estos lugares después de lo que le has hecho a la pobre señorita Hikari!" 

El profesor no puede mas y rompe a llorar en su escritorio. A esa tal Hikari, seguramente Hikari Yamato, solo la has visto en los pasillos de la escuela, seguramente esta dentro del top 3 de las estudiantes mas deseadas y mas amadas de todo el instituto, una chica seria pero gentil, presidenta de los clubes de ciencia y literatura, además de haber permanecido un tiempo en el consejo estudiantil. ¡Pero no le habías hecho nada! ¡La última vez que la viste fue ayer cuando le entregaste aquel endulzante que estaba en el techo del instituto! ¿No la habrás envenenado? 

"¡Que no escape!" Varios alumnos se levantan de sus asientos y se aproximan lentamente a ti... la puerta de salida esta a tus espaldas...

— ¿Pero que... ?

No podía creérselo. Estaba todo el mundo mirándola. Y no por su torpeza, sino relacionado con una chica a la que apenas conocía y que había visto por última vez ayer. No entendía que era lo que había podido suceder. Pero mientras todas las miradas se clavaban sobre ella solo pudo hacer una única cosa. Levantarse y salir corriendo aprovechando que tenía la puerta cerca. No entendía nada pero no quería ser arrollada por sus compañeros. 

— ¡Lo sientoooooooooooooo!

Fue lo que gritó mientras se trataba de alejar de ellos. 

Y así dio comienzo la persecución. Ameiko tomo la decisión mas sabía a la cual podía optar, correr, pero sus perseguidores parecían bastante motivados por lo que en cuando se les paso el aturdimiento comenzaron a correr tras tuyo. ¡Todos parecían bastante molestos!

¿Donde ir? ¿Habrá un lugar seguro? ¿Un lugar donde esconderse? Todas esas preguntas flotaban en tu mente y se iban respondiendo solas... ¿Un lugar donde esconderse? A menos que tengas llaves del instituto eso sería algo complicado, casi todas las salas estaban en uso debido al inicio de las clases, y debido a ese mismo inicio de clases la salida del instituto ya estaba cerrada y no se abriría hasta el termino de la jornada. ¿Un lugar seguro? Eso también estaba difícil, como podías ver mientras corres mas y mas personas se suman a la persecución, al parecer no es solo tu curso, sino toda la escuela la que esta mosqueada contigo ¿Donde ir? Parecía haber una sola opción...

Por naturaleza huyes al azar por el instituto esquivando gente y zigzageando por los pasillos, realmente se había causado un gran alboroto. Huiste por el casino, por los jardines y los pasillos... cuando ya eran demasiados te acorralaron cerca de las escaleras dejando como única opción el tejado, el lugar en donde encontraste el endulzante la última vez. Subes amargamente sabiendo que se aproximaba el final de esta travesía... 

"¡La tenemos!"

"Ahora vas a pagar.."

"Ya no tiene donde huir"

"¿¡Como puede una chica simple como tu haber conquistado a Yamato-san!?"

La turba enardecida se acercaba a ti paso a paso... sin embargo cuando ya casi estaban sobre ti algunos estudiantes comienzan a volar por los aires. 

"¡Corran, es Hayamane!" 

"¿¡Que creen que le hacen a mi tesoro!?" Exclama la chica algo ruborizada, bastante, no, decir bastante es poco, al parecer extremadamente avergonzada "Le han intentado poner sus sucias manos encima a mi Ameiko... ¡creo que perderán unos cuantos dedos!"

Hayamane Kokoro, temida en el instituto por tener reputación de delincuente, si hay alguien con quien no debes relacionarte es con ella, o al menos eso es lo que dicen los estudiantes. Es usual verla en las salas tras clases al haber sido castigada, solo una vez habías tenido contacto con ella, una vez que en el pasillo le pasaste a pegar en el hombro por accidente, la mirada que te dedico casi hace que te de un infarto, pero fuera de eso nunca habían intercambiado palabras. Sin embargo ahora mismo ella estaba allí defendiéndote, provocando que los que te perseguían ahora sean los perseguidos. 

"¡Vengan para acá!" Exclama la chica amenazando con el puño a unos cuantos rezagados que quedaban en el tejado, corre tras ellos hacia la puerta que da a la escalera y se detiene para dedicarte una dulce sonrisa "Ya regreso cariño, voy a sacar la basura~"

Puedes escuchar como los gritos se van alejando en la distancia a medida que van bajando por los pisos, unos cuantos estudiantes que antes te habían estado persiguiendo ahora estaban inconscientes esparcidos por el suelo como si fueran papeles arrugados, esa chica era una persona de temer. 

Pero... ¿Porque está pasando todo esto? 

Como si fuera por arte de magia escuchas una voz que viene de... ¿arriba? 

"E...Etto... ¿Estás bien Ameiko Fujibayashi? ¿Puedes oírme? ¡Lo siento mucho! ¡He cometido un grave error!"

Aquella escena era absurda, parecía sacada de cualquier manga. Era todo terriblemente absurdo y se sentía atrapada y confundida en aquella vorágine de violencia y odio que fue detenida por la persona más inesperada. Se quedó frente a la chica, parpadeando unos segundos aunque con un deje de alivio cuando empezó a deshacerse de sus perseguidores. 

A medida que escuchaba los gritos de sus compañeros siendo golpeadas, las piernas le temblaron por los nervios y la adrenalina y se dejó caer sobre el suelo de la azotea bajo la luz del sol matutino. Aún no hacía un calor insoportable y sintio una brizna de alivio al ver como al menos se quedaba sola y alguien había salido a protegerla. Pero aún había muchas preguntas, ¿Que había pasado? ¿Por que la otra chica la había llamado su tesoro? ¿Por que habían causado todo ese revuelo?

Mientras estaba sumergida en sus pensamientos escuchó aquella voz del cielo y giró la cabeza hacia arriba alzando una ceja al escuchar aquella explicación tan... confusa.

— ¿Que error? 

El tiempo a tu alrededor parece detenerse por completo y todo toma un aspecto mas gris. Da la impresión de que nada puede andar, excepto tu, que por un extraño motivo puedes moverte con libertad. Sobre tu cabeza da la impresión de que los cielos se parten, incluso puedes ver una brillante luz muy intensa que comienza a ser emitida de la fractura... de la figura desciende una figura, sin embargo no es un ser deslumbrante de semblante divino o solemne, sino que una figura femenina, juvenil e incluso de aspecto torpe la cual baja... baja muy rápidamente y no parece que sea con gracia... mas parece que está a punto de estrellarse contra el piso...

"¡Cuidado!" Exclama con los ojos llorosos mientras va cayendo. 

Cosa que sucede. Ante tu vista un ente de aspecto angelical cae con la misma agilidad que un saco de papas sobre el suelo, golpeando su sacro trasero contra el concreto del techo, por poco conseguiste evitar que caiga sobre ti. 

La chica parece ser de aproximadamente tu edad y su voz había coincidido con la que habías escuchado hace unos instantes. Tiene el cabello color rosa y tiene rasgos notoriamente no humanos, además su vestimenta es extraña. Sus ojos permanecen cerrados mientras se queja y se soba el trasero mientras se pone de pie, luego procede a quitarse el polvo y en volverse hacia ti con los ojos llorosos, con la velocidad de un rayo toma tus manos con una postura lamentable. 

"¡Esto es terrible!" Exclama la chica notoriamente en pánico "¡He perdido uno de los endulzantes del jefe mientras volaba por aquí y ha resultado que tu se lo has entregado a unas estudiantes por accidente! ¡No entiendes! ¡Esa cosa es veneno, veneno del más ruin y romántico del mundo!

Lleva ambas manos a la cabeza, sus movimientos parecen teatrales y exagerados, cosa que le quita un poco de seriedad, pero no deja de ser un ente que no debería existir que ahora esta frente a ti. 

"¡Eso es amor líquido, algo que ustedes no deberían tener acceso, ha creado recuerdos falsos en las implicadas y en su entorno, recuerdos que las vinculan contigo directamente!"