Partida Rol por web

Maria estaba por dejar cuando el doctor insistía en sus preguntas y ella se paró dudando un segundo. -No, no tenemos medico si es a lo que te refieres.- Dijo la mujer mirando de reojo a Pablo a ver si decía algo el.

Sin embargo las palabras de Samir la hicieron darse la vuelta.

-Si, precisamente lo he dejado solo abajo, voy a avisarle para que suba con vosotros.- Dijo con una amable sonrisa mientras ponía rumbo al ascensor para dejaros.

Pablo sonrió tontunamente. -Nada de doctores, si no es lo vuestro tendréis que evitar que os den, jeje.-

Rhys intento zapear al bicho. Era más duro de lo que habría esperado en un sitio como ese. 

Intentas  compilar y lanzar una rutina de ataque hacia el Hellhound, pero sus defensas son duras y tu ataque queda en nada. El icono virtual se abalanza encima tuyo con la intención de clavar sus colmillos, que si bien es una simple representación virtual, no dejar de ser doloroso si las descargas fríen tu cerebro.

-Bien-dijo Samir-Creo que voy a ir a dar una vuelta, hacer algunas preguntas... ver qué puedo averiguar sobre estos tipos. Aunque si no he oído hablar de ellos, dudo que sean una gran amenaza. No tienen en su haber ninguna "hazaña" reseñable. Cuando vuelva si os parece, comenzamos a preparar las defensas. No sería malo que Checkmate buscase en la red a ver si averigua algo. 

- Se lo diré – confirmé a Samir a modo de despedida antes de levantar el brazo – Eh, María, espera, por favor. Voy con usted. – quizás Checkmate la había mandado aquí arriba con cualquier excusa tonta para tener tiempo a solas y trastear la red. Si era el caso cualquier pequeño tiempo que le ganara le vendría bien.

Me puse en camino sin prisa para alcanzar a María y bajar con ella hasta donde estaba Checkmate.

El programa hincó sus dientes entre los vóxeles de Checkmate. Dolía, mucho. Durante un momento sintió ganas de vomitar. Apretó los dientes y notó sangre en la boca.

- Jodido bicho. Ya veremos quién ríe el último... - 

Dicho esto, Samir se largó. Tendría que hablar con algunas personas, viejos contactos de su banda que solía encontrar por los garitos de siempre. Si hubiera alguna historia que contar de estos tipejos, seguro que la oiría en alguno de aquellos lugares. 

Checkmate activó SpeedyGonzalvez y sus piernas virtuales empezaron a moverse como las de un dibujo animado. Ese skin había sido un poco caro, pero molaba un montón.

El martillo volvió materializarse en su mano. Aceleró hacia el perro mientras le apuntaba haciendo una pistola con sus dedos. Lanzó el Zap y a continuación pasó como una exhalación junto al perro, blandiéndol la maza contra él.

El combate se sucedía a la velocidad de la luz mientras tu activabas tus programas, uno de tus ataques fallaba pero el martillo daba de lleno y la representación virtual transformaba las lineas de código en una bonita explosión de chispas de color azulado.

Pero el programa ofensivo estaba lejos de descompilarse y sus ojos brillaban como nunca mientras continuaba con su ataque.

En el último momento un segundo zap hizo saltar una ráfaga de chispas sobre el lomo del perro, que sin amilanarse lanzó otra dentellada. Afortunadamente Rhys la evitó a tiempo.

Giró sobre sí mismo y repitió la jugada. Zap, Zap, Banhammer. Como en un videojuego, era cuestión de ritmo. Solo que aquí te morías de verdad. En fin, esperaba que detrás del perro no hubiera sólo un perfil de citas de Pablo...

Esquivabas el ataque del Hellhound y te ponías serio. Si no espabilabas con ese dichoso hielo negro te acabarían pillando o peor, te quedarías como un vegetal en la silla. Empezaste con tu "ritmo" de ataques y la ráfaga de rutinas fueron directas al núcleo del programa ofensivo desmontandolo por piezas.

El programa estaba a tus pies virtuales a punto de ser desfragmentado y sonreías cuando blandías un ultimo golpe de Banhammer descompilando por completo al Hellhounr y dejándote por fin a salvo.

Después de eso copiabas el contenido del bloque de memoria que pertenecía a Pablo y te desconectabas rápidamente del terminal. Antes de que Maria pudiera volver y pillarte hurgando donde no debías, luego podrías comprobar con calma el contenido ni que fuera en la azotea del edificio.