Partida Rol por web

¡¡Demonios!! - pensé, mientras me rugían las tripas como si tuviera un león en la barriga... si si... un maldito y gigantesco león... y seguro que os preguntaréis... ¿como es posible que a un pequeño ratón le quepa un león en la barriga? Bueno... milagros de la  ciencia... quizás hubiera un pequeño agujero negro ahí dentro... pensé, más divagando que pensando, todo sea dicho, pero es que... ¿cuando el hambre aprieta? Y apretaba mucho.............

Por todo el mundo es sabido, ya sea roedor o no, que los pensamientos de un ratón son, por decirlo de algún modo sencillo, caóticos. Enlaza un pensamiento con otro, sin guardar necesariamente ninguna relación, creando una maraña tal que sacar algo en concreto de ello sería cuanto menos imposible. Si a eso le sumamos que Bis Gott tenía un hambre atroz, pues se entenderá lo difícil de la situación.

Me levanté sobre las patas traseras, otra vez, y recorrí todo el perímetro de nuestra madriguera... ¡otra vez!... consulté la longitud del sol que se colaba por el pequeño agujero que daba al exterior... si, como me temía... alcanza los 7 centímetros... ¿7?... Bueno, quizás sean 8... si, definitivamente son 8 centímetros. Mis hermanos dijeron que regresarían con algo con lo que mover el bigote antes de que el sol llegara al cuarto centímetro... ¡¡¡DEMONIOS!!! Que hambre... ¿qué puedo hacer? ¿salgo a buscarlos...? No, podrían llegar y no verme, y comérselo todo... ¿espero? Nooooo, tengo hambre... ¿busco algún resto? Noooo, seguro que ya está pasado de fecha, y las autoridades sanitarias recomiendan no comer nada caducado... entonces... atención... ¿qué es eso? - volví a pensar - ah vale, es tan solo mi sombra - dije en voz alta, mientras me giraba y comprobaba con una sonrisa que estaba justo delante del agujero de entrada...

La madriguera donde vivían no es que fuera grande... ni grande ni pequeña, un tamaño medio... lo suficiente para que cuatro ratones vivieran con cierta comodidad. Excavada bajo un abeto gigantesco, era sin lugar a dudas el lugar idóneo, pues resultaba fresca en verano y cálida en los duros meses de invierno. 

¿Dónde se habrán metido?..........................

Sales al exterior y comienzas a llamar a Alvin con tu característico chillido ratonil, la ardilla no tarda demasiado en aparecer con los mofletes hinchados, por un momento piensas en pedirle que comparta lo que sea que está comiendo pero enseguida recuerdas por qué has abandonado la seguridad y comodidad de tu madriguera, estás buscando a tus hermanos, y no los vas a encontrar si te dedicas a llenarte los carrillos junto a Alvin. ¡Ey Alvin! ¿Has visto a mis hermanos? Hace rato que deberían haber traído el almuerzo y los muy gandules todavía no han aparecido.

Alvin parece hacerse el despistado, es una costumbre que ha adquirido para evitar tus constantes gorroneos, a veces piensas que solo te aguanta porque os conocéis desde pequeños, pero ante tu insistencia no le queda otra que contestar, y mientras lo hace sujeta la comida dentro de su boca, no sabes si es para no compartir nada contigo o para evitar que se le caiga mientras habla. Los vi por la mañana, cuando salieron de la madriguera, estuvieron rondando el parque en busca de comida hasta que llegó un camión de basura y decidieron montarse en él a buscar.

Maldita sea, ellos se lo pasan en grande en un parque de atracciones con buffet libre y yo aquí preocupándome por ellos. Durante un breve instante te ofendes, pero enseguida se te ocurre que tal vez se hayan metido en problemas y por eso no han vuelto, o puede que hayan hecho una parada en casa de algún familiar, o vete a saber qué estarán haciendo, sea lo que sea seguro que no es tan grave como el rugir de tu estómago.

Opción A, no estaría de más llenar la tripa y encontrar a tus hermanos.

Sin dudarlo Bis Gott sonrió pícaro a su amigo Alvin.

- De verdad, eres increíble. Da igual en que momento te visite que siempre tienes ayuda para mi - le dijo claramente en un intento por hacerle la pelota.

- Ahora debo ser responsable con mi familia, debo hacer lo mismo que ellos harían por mi pero... ¡con el estómago vacío es demasiado difícil! - después intentó mirarle con ojos vidriosos.

- Es por necesidad... seguro que tienes por ahí algo que pueda roer... algo pequeñito... algo minúsculo... ¿a que sí? ¿a que sí? - a cada palabra, más se acercaba a Alvin, el cual le miraba frunciendo el ceño y el cual terminó suspirando.

En un rápido gesto, la ardilla sacó una bellota que tenía bien escondida. Se la entregó con reticencia a Biss Got, como dudando.

- ¿Me prometes que no te meterás de demasiados líos? - preguntó Alvin.

- ¿Cuándo te he decepcionado? - sonrió el ratón, sabiendo que estaba a punto de lograr su objetivo.

Haciendo un alarde de excesiva confianza, el protagonista dio un tirón para coger la bellota y roerla mientras se iba corriendo en busca de opciones para empezar la búsqueda de su familia... de fondo, un Alvin negaba lentamente conociendo que su amigo, como iba siendo costumbre, se metería en problemas.

Opción D) Buscar un transporte con el que ir tras tus hermanos.