Partida Rol por web

[Danganronpa]: (Des)Esperanza 3 [HLdCN]

VI - Cacería Con Calibre Colosal [DÍA 4]

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10/02/2023, 00:10
Monokuma

Mientras la mayoría de los presentes seguía discutiendo y viendo la posibilidad de dar con alguno de esos asesinos, y otros simplemente se encontraban más perdidos que un pulpo en un garaje, el reloj de arena que tenía Monokuma bien escondido y que tan solo veía el llegó a su final por lo que este anunció el fin de las votaciones.

-¡El tiempo ha terminado!. -Exclamó de manera solemne pero a su vez algo entusiasmada- Veamos qué es lo que ocurre en estas votaciones, esperemos que no sea ninguna sorpresa desagradable para nadie y hayáis dado con uno de nuestros enemigos comunes... ¡Veamos el recuento!.

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10/02/2023, 00:11
Monokuma

Aquellos resultados parecían ser bastantes claros, la mayoría de los presentes habían optado por un motivo u otro que el más votado fuera no otro que Eromochi Koi-To, aquel joven de cabellos de punta y masa gravitacional propia que se encontraba entre todos los demás supervivientes.

-Al parecer el más votado ha sido Eromochi Koi-to. -Advirtió el oso no pudiendo contener sus ganas de reirse- Upupupu... Esperemos que hayáis acertado, aunque eso lo veremos luego... ¡Pero antes de nada es hora del Castigo!. -El oso sacó una maza que golpeó a un botón que emergía del suelo.

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10/02/2023, 00:12
Director

El compartimento debajo del atril de Eromochi Koi-To se abrió dejando ver bajo el la completa oscuridad y de esta emergían engranajes que empezaban a funcionar. El joven cayó hacia el agujero en donde su gran volumen corporal lo mantuvo atascado, por lo que Monokuma tuvo que pulsar otro botón y de entre la oscuridad y los engranajes apareció un martillo gigante que lo golpeó desatascándolo y lanzándolo a la más profunda oscuridad.

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10/02/2023, 00:16
Director

Pervert Panty Party

Las pantallas se encendieron mostrando que cuando al joven Eromochi Koí-to aterrizó lo hizo en... un par de pechos de silicona gigantes que hizo que este rebotara un par de veces antes de finalmente echar un vistazo a su alrededor; el sol deslumbraba en un pequeño pueblo costero y la brisa salada del mar inhundaba su nariz. ¿Esto era el exterior?.

Por desgracia el brillante cielo fue rápidamente opacado por una nube de aspecto extraño por lo que aquel idílico día no hacía más que empeorar; aunque cuanto más miraba Eromochi Koi-To a la nube, este muchacho más extraña la encontraba, su forma era bastante variable en cuanto a sus bordes para nada definidos y parecía que se estaba haciendo cada vez más y más grande.

Poco a poco, el muchacho fue comprendiendo que aquello que estaba cubriendo el cielo no era una nube, sino una masa voladora uniforme de criaturas, seres o peor aún... objetos no identificados que, en breve iba a ser capaz de identificar a medida que estas se iban acercando al muchacho.

¡BRAGUITAS VOLADORAS!

A pesar de lo que uno pudiera pensar de aquel extraño suceso, Eromochi Koi-To parecía entusiasmado con la idea de ver una bandada de braguitas voladoras, tal y como este había estudiado en los Textos Sagrados escrito por un viejo sabio hermitaño de las montañas de Sakurami City.

Por desgracia para este, el resultado no se asemejaba al "Cielo de Braguitas" que los escritos indicaban, pues la primera de ellas cayó en picado rajando el brazo del muchacho que empezó a sangrar profusamente, revelando que, en el interior de estas braguitas voladoras se encontraban diversos objetos punzantes y cortantes.

Poco a poco aquella bandada de braguitas empezó a caer, descender de los cielos a gran velocidad para impactar con el muchacho, cortándole y clavándosele en la piel a medida que este huía despavorido por algún lugar en donde este pudiera recluirse y estar a salvo del ataque.

Tras varios cortes, puñaladas y pinchazos en todo su cuerpo; el joven pudo finalmente encontrar un lugar en donde cobijarse del ataque y recuperar un poco el aliento de aquella carrera por su vida, la cual tan solo habían sido de apenas unos 200 metros en línea recta, pero para su estado físico, esto le sentó como una maratón de kilómetros.

Su santuario no había sido otro que una pequeña cabina de teléfono en donde este apenas entraba; pero gracias a los cristales, este podía ver como las braguitas chocaban y caían sin dañarle, rasgando y agrietando el cristal a su paso pero sin tocarle lo más mínimo.

Hasta que un temblor hizo que el muchacho se girara, con gran dificultad pues estaba atascado en el interior de la cabina; para ver con cierto asombro, terror y excitación una enorme braguita del tamaño de una casa acercándose lentamente hacia donde este se encontraba; aunque por desgracia para Eromochi Koi-To, cuando este intentó huir de la cabina telefónica este se percató que se había quedado completamente atorado.

Finalmente la braguita gigante se acercó a la altura de la cabina y usando sus "brazos" la fue recubriendo y aplastando, aplastando a su vez a Eromochi Koi-To, no pudiendo sentir el suave tacto de la braguita, sino el hierro y el cristal de la cabina telefónica hasta que finalmente no quedó nada más que una fina capa sanguinolienta de metal aplastado.

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10/02/2023, 00:19
Monokuma

Una vez que hubo terminado aquella ejecución el oso volvió a hablar cortando la transmisión de una vez por todas, a fin de cuentas ver un cadáver por tanto rato era una auténtica pérdida de tiempo y para nada algo al nivel de elegancia que aquel Monokuma tanto se esforzaba por remarcar.

-Muy bien, pues esto ha llegado a su fin. -Comentó dejando que las puertas del ascensor se abrieran- El Periodo Nocturno acaba de empezar, así que más os vale ir a la cama. Tenéis que estar listos para el día de mañana y el Juicio que vendrá... no desfallezcáis... no todos, al menos.

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10/02/2023, 00:19
Director

Y esta vez se acordó de quitar primero los permisos, por lo que nadie le interrumpió.