Partida Rol por web

Walter y Johhny se habían quedado solos tras irse sus compañeros en dirección al bosque. El fuego se propagaba por la cápsula amenazando con detonarla. A un lado el claro en el que casi había aterrizado la cápsula, al otro la pista forestal que habían seguido sus compañeros, todo lo demás: una inmensa maraña de árboles.

Al parecer habían llegado a un acuerdo de plan. Eso era bueno. Si además funcionaba y salía bien a la primera, algo que nunca pasaba, ya sería la leche.

-Muy bien, pues nos vemos. Tened cuidado chicos.-

Iba a ver qué podía rescatar del cohete, o del coche alemán, cuando Boris prendió fuego a aquello y acabó explotando.

-Maldito ruso loco.-

Revisó lo que llevaba a mano y se lamentó. Ni pistola, ni cuchillo, ni los malditos cigarrillos. Eso último era lo peor.

-Bueno. A ver si logramos atravesar los arboles y llegamos a alguna zona urbana. Aunque sea un pueblo. Allí deberían tener algún tipo de vehículo que podamos pipar.-

Walter, fumando cigarrillos rusos, y Johnny, así como ausente, comenzaron a abrirse paso por la maraña de árboles con la esperanza de encontrar algún lugar habitado que tuviera algún vehículo utilizable.

Tras casi una hora atravesando penosamente la vegetación ayudados solo de la navaja de afeitar de Walter, unos ruidos delante de ellos les llamaron la atención. Parecía un motor y gente hablando.

-Jodido ruso y sus cigarrillos sin filtro siverianos.-

Pero no tenía sentido quejarse, más allá del puro placer de hacerlo, pues Boris no le escuchaba, y el tabaco no iba a aparecer por arte de magia.
Así que murmurando por lo bajo Walter y Jhonny cruzaron el bosque. Al menos hasta que escucharon el ruido de un motor.
Walter levantó el puño rapidamente, se lo había visto hacer a Boris y a Dustin cuando hacian sus cosas de comandos, y se detuvo ens eco.

-Mmm. Parece el sonido de un camión. Por el ruido un seis ruedas al menos. Si encima tuviera una carlinga reforzada ya sería la leche.-

Con mucho cuidado se empezó a hacercar al lugar de las voces. Sacó su navaja de afeitar y lo cierto es que se sintió ridículo.

Primero miramos. Y si son alemanes, y pocos, les pillamos por sopresa y nos hacemos con su transporte.

Walter se acercó con mucho cuidado por entre la vegetación. Los nazis del otro lado ni se dieron cuenta de su presencia, y eso que sacó la cabeza por entre dos de ellos.

Efectivamente al otro lado de la vegetación había una carretera. Y en esa carretera una escena curiosa: Una pareja de neozelandeses de cierta edad estaban parados en una barrera nazi con su vehículo, una vieja furgoneta Ford que tenía el motor en marcha.

El hombre, que estaba al volante, parecía estar pasando un mal rato. Por un lado, uno de los nazis le estaba gritando algo sobre que le enseñara unos papeles, por el otro, su mujer le estaba gritando que era un calzonazos y que hiciera el favor de imponerse. Otros tres soldados nazis, algo perplejos, observaban la jugada desde la barrera con la cabeza de Walter asomando entre dos de ellos y el tercero al otro lado de la carretera junto al alemán gritón.

Walter miraba un tanto extrañado a la pareja del coche. No obstante enseguida se apartó pues aunque los boches no le habían visto, no estaba seguro de por qué no pero no se quejaba, no era cuestión de tentar a la suerte.
Era un puesto de control, y había contado al menos cuatro. Seguramente habría más.

Si fuese Boris empezaría a soltar plomo y arrasar con todos, Nicholas los eliminaría uno a uno sin que se dieran cuenta, y Dustin les convencería de que se mataran entre ellos. Pero ni él, ni Johnny eran combatientes. Así que tendrían que improvisar. Utilizarían la mejor parte del valor, que era la discreción, para conseguir salir de allí sin que los vieran.
Si había soldados alemanes, tenía que haber un vehículo que les trajese. Así que mientras estaban ocupados con la extraña pareja, Walter buscó el camión que debería haberlos traido. Puede que estuviera con un soldado vigilandolo, pero mejor uno que cuatro.

Walter volvió a meter la cabeza tras los matorrales y bajó un poco más abajo antes de volver a sacarla (la cabeza) esperando encontrar algún vehículo nazi... Pero no había ninguno. Lo que sí había era una línea telefónica de campaña que unía la barrera con algún punto más abajo de la carretera. Ya iba a darse por vencido cuando a lo lejos oyó un motor acercándose...

Por la otra oreja, Walter seguía oyendo a la mujer y al soldado chillando...

Lo de seguir la línea telefónica parecía una opción hasta que Walter escuchó el ruido de un motor. Por las reverberaciones y el traqueteo, y el movimiento de la calle sonaba como un tanque. Y cuando apareció era un tanque. Un PAther III para ser más exactos. No era el mejor que tenían los kartofen, pero era un buen tanque.

-Vaya, vaya, vaya. Si pudiéramos hacernos con ese carro seguro que triunfamos. Esperemos que vengan aquí después de patrullar la zona y tengan ganas de descansar. Sería la única forma de poder hacernos con el.-

Una vez más el tema de la incursión estaba en desventaja, pues seguían sin estar Boris o Nicholas. Aun así podrían tener una oportunidad si lo que había comentado Walter sucedía. Seguramente no dejarían el tanque en un lugar muy visible, y si dejaban a una pequeña guardia para vigilarlo tendrían una oportunidad.

El Panzer se detuvo unos metros más abajo y salió de la carretera hacia el lado en el que se encontraban los comandos. Luego el ruido del motor cesó. el duelo de voces entre el nazi y la señora comenzaba a ser realmente doloroso para los oídos...

Tras unos minutos de silencio, roto por la chillona y el nazi que empezaban a discutir a grito pelado, el panzer se puso en marcha otra vez y se alejó por donde había venido.

La mujer cada vez chillaba más, al igual que el soldado que la retenía a ella y su marido. No obstante eso era algo bueno ya que así no estarían atentos a un par de comandos que se pasearan por el pueblo.
El tanque finalmente se había marchado sin que pudieran hacerse con el mismo. Lo extraño es que había sido una parada rápida, quién sabe, a lo mejor el conductor tenía que ir simplemente al baño.
Pero lo malo es que les habían dejado de nuevo sin vehículo, y era por haber sido lentos. Pero claro Johnny y Walter no eran los especialistas en violencia del grupo.

-Tenemos que hacer algo. A éstas alturas los demás ya se habrán dejado capturar y estaran a punto de llevarlos a la base. Sigamos buscando.-

Si estaban en un pueblo controlado por los ratzis, seguramente habrían cerrado casi todas las tiendas. Pero parecía de un tamaño adecuado para tener un taller. Y un taller implicaba vehículos.
Paseando sin ser vistos, gracias a la algarabía montada en la barrera, Walter y Johnny llegaron a un taller cerrado, aunque afortunadamente la puerta trasera no lo estaba.
Cuando entraron vieron que había un camión  de seis ruedas, con el remolque abierto, con el motor a medio desmontar. Seguramente lo estarían arreglando.
Aunque lo mejor de todo era la cantidad de planchas de metal y restos de otros vehículos que había dentro. A Johnny le empezaron a brillar los ojos de esa manera que le pasaba a veces cuando tenía una idea.

Puede que ellos no fueran unos comandos violentos como Boris o Nicholas, pero tenían otro cometido en Danger 5.

-Walter. Creo que de aquí podemos sacar alguna cosa.-

Aunque ellos, ni nadie en realidad, podían escucharla, una música en off empezó a sonar en el taller.

Walter y Johnny se acercaron al solitario taller situado en medio de la carretera a unos metros del puesto de control nazi. Se colaron por detrás y vieron un camión abandonado a medio reparar. El taller parecía abandonado...

Johnny le echó un ojo al taller antes de ponerse con el camión.  Le fue pidiendo herramientas a Walter mientras, cual cirujano, se dedicaba a volver a montar el camión y, ya de paso, le introducía mejoras tipo unas planchas de blindaje que había por ahí tiradas...

El británico le fue echando una mano como buenamente pudo, pero era evidente que al estadounidense tampoco es que lo de la mecánica se le diera muy bien. Al final probó a arrancar el camión. Y arrancó, pero el motor hacía un ruido así como entre un gato atropellado y un gaitero borracho...