Partida Rol por web

Tras ponerse la chaqueta del alemán y despeinarse un poco - él también quería pasarse por un juerguista - se acercó al alemán y hablando en aquel idioma bárbaro, que había aprendido gracias a la bárbara Brunilda (¡que recuerdos de aquella estancia en el Berlin pre-nazi!) le dijo a su próximo compañero de tropelías:

- Querido... amigo... hic... creo que ambos hemos bebido de más y va ssssssieeeendooo horaa de que nos vayamos a descansar. ¡Hailt Hitler! 

Y antes de que pudiera discutir cogió al hombre, envuelto en el mantel, e intentó salir abrazado a él haciendo eses hacia el exterior.

Dustin salió al exterior agarrado al soldado nazi. El tipo pareció algo extrañado al principio, pero luego sonrió de oreja a oreja -Hail Hail oye ¿essshos de losssh camionessh irran al cuarrteeel?- el tipo señala al convoy en el que han metido a Boris y Nicolas. -Borque ¡HIC! No sé tú bero yo podrrria dejar que me llefarrran.

Al nazi le olía al aliento como si se hubiera bebido toda una destilería...

Argr encima se le había quedado trabado el brazo izquierdo en el maldito banco, ¿es que nadie piensa en los Franceses?! Con el derecho libre y viendo como levantaban las armas o querían hacerlo intenté enganchar al que tenía mas cerca para parapetarme y usarlo de escudo mientras soltaba el otro maldito brazo. Una clase de Yoga iba a necesitar después, o un par de botellas fuertes, quizás un salón de señoritas...Todo junto maldita sea, junto y revuelto con un puro! 

El brazo tenía que pasar por delante del guardia y apretar la nuez para incapacitarlo unos segundos antes de que le diese tiempo a "codearme" las costillas con esa amabilidad digna de un nazi purra raza. 

Boris seguía esperando por si el comportamiento de los dos soldados que le acompañaban le ofreciesen alguna posibilidad de actuar con ventaja. Quizá cuando estos otros dos soldados, aparentemente borrachos se acercasen para hablar. Estuvo preparado para abalanzarse sobre el soldado más próximo y arrojarlo contra el otro.

Nicolas agarró al nazi con la mano libre y tiró hacia él, pero el nazi se dejó llevar hacia atrás e hizo que Nicolas se girase hacia ese lado... Dejando la cabeza en la posición perfecta para que el otro le arreara un culatazo con su fusil. Nicolas cayó hacia atrás y soltó al soldado nazi que se rehízo como pudo.

Mientras procedían a colocarle otro par de grilletes, los soldados llamaron y otros dos soldados acudieron a vigilar al francés. Ahora había cuatro soldados vigilándole: dos en el extremo junto a la cabina y otros dos junto a la portezuela de atrás...

Boris se fijó en los nazis borrachos: uno era Dustin que iba vestido con una chaqueta de un uniforme alemán. El ruso había visto al australiano borracho en numerosas ocasiones y estaba razonablemente seguro de que, en ese preciso instante, no lo estaba.

Ah ese dolor característico de la madera en toda la cabeza. Como un punto al rojo vivo, el mismo que te hacía fruncir el ceño y soltar palabras tan bonitas como sonantes en el idioma natal de Nicolas -Quel enculé ! C’est un vrai  fils de pute ! Mange merde! -Berreaba como un cosaco en mitad del vehículo mientras se intentaba recuperar del golpe- va te faire foutre un taureau ivre au milieu d'un pâturage!!- Se revolvió, seguramente se ganase un par de golpes más, pero era lo que tenía el dolor, que le daba salsa, le daba vida. 

Aquello solo sumaba puntos para luego ir arramplando con todo. Ya lo decía su madre, furia de un lobo, fuerza de Hércules y cerebro de una mosca. La mezcla perfecta para un explosivo muy inestable. 

Ahora tenía a cuatro vigilandolo. ¿Cómo estarían sus compañeros? Se acomodó para el viaje reposando los huesos mientras miraba a los muchachos, pobres imberbes que no sabían donde se metían. Niños con barbas. Pero las armas, esas si hacían pupa, a ver que hacían sin ellas. 

Al ver que eran ellos Boris se sintió desconcertado ¿venían a unirse a ellos o a rescatarlos?

Acabó por concluir que seguramente la segunda opción sería la buena. Era la única cosa que tendría sentido. Quizá les había sucedido algo que les hubiese obligado a intentar un plan b. Boris se preparó para actuar cuando ellos lo hicieran. Con un gesto afirmativo de cabeza, intentó avisarlos de que les había visto y que estaba listo para actuar.  

- Claro, coleeeega... claaaaro... 

Dicho lo cual ambos avanzaron hacia los camiones. Dustin haciéndose el borracho y el otro... bueno, el otro borracho de verdad.

Los dos camiones estaban situados uno al lado del otro y Dustin, del brazo del nazi borracho se acercó a los mismos. Desde su posición el australiano podía ver como el ruso le hacía un gesto con la cabeza como indicándole que estaba listo para algo. El ruso estaba vigilado por dos soldados.

El francés estaba vigilado por cuatro soldados y tenía síntomas evidentes de haber recibido un culatazo en la frente.Parecía que había ofrecido más resistencia...

Un sargento se adelanta -¡HALT! ¿Qué es lo que quierren borrachos?

Boris ve como un sargento se acerca a Dustin y su colega y se pone a hablar con ellos.

Nicolas se rehízo con toda la dignidad de que fue capaz y lo hizo justo a tiempo para ver a Dustin, vestido de alemán, acompañado de un tipo vestido de soldado alemán, y con un mantel por guerrera, con pinta de ir más borracho que una cuba, a los que un sargento se acercó interpelándoles.

Aprovechando la distracción, Boris se acercó sigilosamente hacia el otro soldado, por su espalda para, con un movimiento frío y calculado, romperle el cuello haciendo un rápido movimiento envolvente con ambas manos.