Partida Rol por web

Vacio por si acaso.

Vacio por si acaso.

El duelista se acercó lentamente a la flecha, no sin antes tratar de escudriñar el terreno y si se trata de un lugar idóneo para recibir una emboscada.

Así que sacó las armas y con un grito invitó al resto a hacer lo propio, por lo que pudiera pasar.

Mientras seguía mirando alrededor para ver si veía algún tipo de amenaza se quedó mirando al "proyecto de inquisidor", esperando una orden o una decisión. Sin duda el rastro era jugoso y la curiosidad le había picado al estaliano.

Me acerco al estaliano para examinar  con más detenimiento  la flecha .¿Os suena este tipo de flecha ?.Es por saber que ronda por aquí y con que nos podemos encontrar.Descuelgo el martillo y el escudo para evitar sorpresas  .De todas formas no debiéramos perder tiempo  si queremós  encontrar al mago o sea que si no es estrictamente necesario  sería bueno evitar enfrentamientos.

Haced caso a Adalberto, sacad las armas y tened los ojos bien abiertos.- Les dije al grupo mientras hice lo propio. Por nada del mundo quería caer en una emboscada antes siquiera de llegar a nuestro destino.

Continuamos, Tauer no debe estar ya muy lejos, cuando lleguemos ya habrá tiempo para investigar flechas. Si es que no obtenemos la respuesta mucho antes.

Engullí la carne seca. - Leonard, y yo iremos por el bosque.- decido por último- Iremos algunos metros por delante de nosotros, haciendo de batidores. La marcha se ralentizará un poco, pero evitaremos sorpresas desagradables. - Deseé.

Árboles- dije con claro desprecio mientras lanzaba un gargajo al suelo, dedicando una mirada asesina al camino - Esto está lleno de malditos árboles. Solo falta que nos salga al paso un elfo cantarín y lo invitéis a acompañarnos- seguí refunfuñando, molesto, por lo tedioso del paisaje. Aquello no podía ser hermoso ni apacible de ninguna de las maneras - Daría lo que fuera por estar caminando por un buen sendero de montaña, rodeado de altos picos nevados, y con el frío aire de las cumbres jugueteando con la barba. Eso sí es un lugar por donde uno querría pasar largas horas andando... no rodeado de árboles. Y encima está lleno de barro. En la montaña no hay árboles. Ni barro. Solo la dura y fiable roca

El hecho de no haber sonsacado nada en claro de los aldeanos sobre el pantano o lo que se supone que ocurría en Tauer, no haber podido ir tras los goblins en la cacería nocturna y que estos no hubieran tenido la delicadeza de intentar atacarnos, siquiera emboscarnos, me había puesto de un humor de mil demonios... y el hecho de tener una leve resaca tampoco ayudaba en lo más mínimo

Pero el hallazgo de una flecha de manufactura desconocida me saco de mis agrios comentarios solo para ver, con desilusión, que solo era un simple rastro llevado río abajo por el agua y que para colmo no íbamos a ir a averiguar de donde diablos procedía. Me acerqué al estaliano y le demande la flecha con un gesto, olisqueándola y examinándola a contraluz en busca de alguna marca que delatara su procedencia o, si acaso, tenía veneno

Así con fuerza escudo y hacha tras aquello, asintiendo ante las palabras de Otto. Nunca estaba de más estar preparado y, como bien apunto Borki,

-"Enano precavido conserva la barba"- musité acompañando a las palabras de mi camarada, mirando alrededor en busca de algún signo de estar siendo vigilados

-Yo cerraré la marcha, soy el que lleva mejor armadura- dije con convicción, sin llegar a formular pregunta alguna. Era un hecho, iría el último protegiendo la retaguardia - Y tu, humano, más te vale seguir de una pieza cuando nos juntemos de nuevo- amenacé a Otto - No quiero tener que teñirme el pelo por un descuido tuyo

Tranquillo Kurdrim- le dije a mi guarda espaldas particular- No te preocupes por mi. No tengo la menor intención de dejarme matar hoy.

Tenía que reconocer que me había acostumbrado a tenerlo siempre cerca, intentando salvarme la vida y, la verdad era bastante tranquilizador. 

Vamos Leonard, no hay tiempo que perder.- le dije al bretona año mientras nos adentrábamos en el bosque.

Leonard asintio con la cabeza, no tenia ganas de estar escuchando al jefe toda la manana y aunque no era muy dado a hecharla bronca a la mas minima, hay miradas que matan y bajo ese sombrero esa cabeza suya nunca se sabia que podia estar tramando.

Comenze a caminar al buen paso que llevabamos procurando mirar de un lado al otro, el rio era un mal lugar para una emboscada, asi que miraba a los arboles y al rededor. Aquella flecha me habia dejado pensando, no me sonaba de nada pero si hacer un examen mas detallado pense que habia sido quemada para endurecerla y quizas impregnada en algun aceite.

-Que clase de criatura de la zona quemaria sus flechas para endurecerlas- dijo cuando Otto se le acerco por la espalda, aunque la flecha estaba partida y no se podia ver la punta para imaginar si era obra de humanos, endurecer la madera no era algo muy Imperial que dijeramos.

Gerard no perdio el tiempo en esperar a nada ni nadie, y saco tambien su hacha de mano. No le molestaba llevarla y era un objeto que le daba cierta seguridad. Miro de un lado a otro y no vio nada, miro a aquella flecha oscura y le dio igual. Aquel lugar cada vez le gustaba menos, tenia la sensacion de que habia Vampiros detras de cada rama y arbusto, algo que era una estupidez pero su imaginacion jugaba en contra, y con estos pensamientos continuo con el grupo.

Continuaron por aquel fresco camino, aunque el sol hacia unas horas habian salido, en aquel bosque algo mas espeso cada vez no se veia como a plena luz del dia, y alguno del grupo se paraba a mirar algun arbusto que se mecia, o la caida de algunas hojas. Pero hasta el momento no habian visto a absolutamente a nadie ni nada, nisiquiera animales tipicos de la zona alli solo estaban ellos.

Al rato y haciendo una labor exaustiva y meticulosa, los batidores se pararon para indicar el pueblo finalmente de Tauer. Pero algo habia llamado la atencion de Hans, alli habia algo o alguien y a los segundos lo reconocio soltando un -pero que hace ese loco ...-y dejando la frase a medias, era el chalado aquel que habian visto en Bissendorf, el que habia tenido el panuelo con los extranos dientes.

El loco podria contestar a  nuestras preguntas , al menos a algunas de ellas ,y que me crezcan las orejas   y me vuelva un elfo si voy a permitir que algo o alguien  le impide hacerlo.¿Alguien ha visto de donde  vienes esa magia heretica?Pregunto  mirando freneticamente a mi alrededor sin conseguir distinguir el origen del ataque . 

- Pero que mierd... ¿Quien cojones es ese tío?- en ese momento los cuervos le empezaron a sacar los ojos, imagen que el estaliano no se paró a mirar con detenimiento. - ¿De donde viene ese poder? ¡¿Que cojones está pasando?!- No saber de donde venía esa amenaza puso nervioso al duelista que desenfundó la pistola en su mano derecha mientras que en la izquierda preparó su main-gauche.

- ¡Que nadie se aleje del grupo, todos juntos y los escudos al frente, salga lo que salga de ahí dentro, le haremos frente!

Sin duda se había puesto muy nervioso, durante toda su vida había conseguido mantener el control en situaciones de peligro, pero ver los efectos de la magia desde tan cerca podían poner nervioso a cualquiera.

Más árboles, y para colmo más juntos que antes. Aquello iba de mal en peor y encima no se había visto una sola alimaña en todo el trayecto... y por lo poco que sabía de bosques no era normal no cruzarse con un mirlo, un ciervo o siquiera un conejo en tanto tiempo como llevábamos en aquel maldito bosque.

Casi leyendo mis pensamientos los dos autoproclamados exploradores nos dieron el alto topándonos con un tipo de lo más peculiar al que solo vimos de forma fugaz, pues una magia muy singular surgió de algún punto indeterminado del bosque provocando la pérdida de los ojos, y la vida, de aquel infeliz bajo los picotazos de aquellas aves creadas de la nada

Malditos brujos- gruñí como un sabueso ante un gato especialmente odiado - ¡Sal y da la cara, cobarde!¡Te enseñaré un poco de cortesía al viejo estilo enano!- chillé al bosque mientras alzaba el escudo y me giraba de un lado a otro buscando el origen de aquella abominación

(Poderosa Valaya, protégenos de semejante locura, recé mentalmente mientras apretaba con fuerza hacha y escudo)

Justo cuando llegábamos a nuestro destino nos topamos con el loco del día anterior. Nos juntamos para decidir que hacer, pues ya no tenía sentido seguir de batidores cuando nuestro camino por el sendero había terminado.

De repenté empezarón a escocerme los ojos, como por arte de magia. Y exactamente aquello era lo que sucedió, algún brujo conjuró una bandada de cueros que comemzó a atacar al pobre loco.

Busqué donde estaba, pues no debía andar muy lejos pero no vi a nadie por los alrededores. Protegido detrás mis hombres decidí ayudar un poco al pobre loco. Con precisión apunté a uno de los cuervos que le atacaba y disparé, contra más abatiéramos más fácil sería que aquel hombre sobreviviera.

Leonard le seguía dando vueltas a la manufactura de la flecha, cuando de pronto se encontraron al chalado ese. Leonard no iba a darle más atención que un ligero vistazo, pero la aparición mágica de los cuervos lo puso de nuevo en alerta, aunque de momento era incapaz de identificar la fuente.

Muéstrate bastardo, y verás como son mis flechas - dice Leo en voz alta mientras su atención se centra en la bandada de cuervos. La primera flecha elude su objetivo, pero la segunda hace caer a uno de esos cuervos. Una pequeña sonrisa se dibuja en el rostro de Leo, mientras prepara la siguiente flecha...

Vaya si parece que llegamos que alegria, aquello fue una descarga de adrenalina no le disgustaba los bosques para nada el Imperioestaba lleno de ellos, pero aquel era inusualmente tranquiloy ver la ciudad a la que tenian que llegar si era una alegria, el camino se habia hecho a buen paso y habian llegado pronto aun no hera ni el medio dia, aunque el sol esta bastante alto aun queda un rato.

De improbiso toda la quietud la destruyo un loco, gritos y salmodias y un estallido de cuervos, que diablos era aquello por Sigmar, restregandome los ojos con la camisa intente mirar aquel espectaculo sucia magia pense.

Mire al rededor mientras me embrazaba el escudo a la espera de que harian los companeros pero hacia alli ya se dirigian por delante varias flechas y virotes, mordiendo el espacio entre su lanzador y su objetivo.

El picor de ojos habia sido una molestia pasajera, pero algunos de los companeros con ojos expertos habia localizado no muy lejos una figura humanoide arrojando lo que parecia una jaula mal hecha. Aquella figura se encontraba tapada con una capucha pero era mas que evidente que del orificio salia un ozico. De su espalda salian cuernos de venado y era impresionantemente algo de al menos dos metros, y aquellos adornos solo hacian darle una imagen aun mas terrible. Viendo aquel espectaculo mientras los cuervos seguian atacando sin tregua a aquel pobre desgraciado, se giro y comenzo a irse.

El desgraciado charlatan, casi no se movia del suelo si acaso algunos extertores. A los pocos segundos los cuervos desaparecienron tan rapido como llegaron, dejando una estela de polvillo gris y negro. El bosque comenzo a llenarse nuevamente de quietud y silencio, alli no habia pasado nada otra victima del bosque cobrada con sangre y al instante solo el "grac" del un cuervo lejano, si no se hacia nada pronto el cadaber seria consumido por animales y gusanos.