Partida Rol por web

El táctico revisa el estado de sus armas tras el combate, y recarga las mismas. Tras esto, se acerca a Marius tras las operaciones y contempla el lugar tratando de localizar posibles deficiencias en la seguridad, así como los mejores medios para paliarlos con los medios de los que disponen. 

- ¿Hay alguna novedad Marius? Me he dado cuenta que no has dicho nada desde el combate. No dejes que lo que pasó allí te carcoma. Ese ser era... hasta el Inquisidor dio la orden de huir. Sólo el extraordinario comportamiento de nuestro extraordinario Lazarus nos ha dado la victoria. ¿Y no fue ese comportamiento inspirado por el Emperador? Tú eres nuestro intermediario ante él, reza por nosotros mientras haces guardia, y agradece que haya dado a sus siervos la victoria.- el táctico pone su mano en el hombro del sacerdote- Hay mucho por hacer, y nuestros amigos están heridos.

Tras ello se acerca a Sastre y habla con él del estado de los heridos, preguntándole qué medicinas serían necesarias para poder recuperarlos mejor.

TÁCTICO NOCTINE:

- Necesitas sacar una tirada de Habilidad de Proyectiles +0 para reparar tu Rifle Láser. Si no lo consigues, necesitarás esperar a que el Tecnosacerdote Cantus vuelva a estar consciente.

Llegar hasta aquí ha sido una tarea digna de la Fe en el Emperador. A pesar de la templanza y valor, nuestro compañero Enoch no puede evitar quejarse. El dolor que soporta es una atroz prueba de su fe. Me resulta curioso, incluso en medio de todo el trabajo que estoy realizando que sea capaz de poner nombre a mis compañeros.

Y eso no puede ser bueno. O tal vez sí.

Pues a pesar de la reticencia inicial a tratar conmigo, todos, de una manera u otra han mostrado que me aceptan dentro del equipo. Y la victoria de hoy sólo significa una cosa: el Emperador nos quiere vivos y juntos, formando un solo ser y una sola mente para eliminar las herejías. Ayudo en todo lo que puedo, forzando mi cuerpo como canal de la Disformidad, moldeándola a mi voluntad, forzando el cuerpo de mis hermanos a mantenerse vivos. Totalmente concentrada, apenas soy consciente de las órdenes y lo que se mueve a mi alrededor. Sastre me guía, llegando incluso a tocarme, venciendo la repulsa de mi aspecto consumido por la Disformidad que asoma a mis ojos. A pesar de que les recuerde a la abominación que acabamos de eliminar.

Al contrario de lo que pueda parecer por mi frágil constitución física, mi voluntad está forjada y templada en Terra. Bajo las más duras condiciones. Inmolando incluso parte de mí misma para ser digna de la sanción del Emperador. Aún así, apenas soy capaz de reaccionar a los cuidados de Sastre, más allá de los espasmos que el dolor me arranca. La ternura impresa en la última de sus instrucciones me sorprende. Lo he visto, hace muchos años, en padres e hijos, en mi mundo original. Pero desde que se mostraron mis poderes disformes me lo arrancaron salvaje y fríamente. Lo miro durante largos instantes y toco su mano casi con miedo al rechazo.

- Gracias...- miro hacia Enoch- Cuídalo, él nos a salvado... A todos... No... No podéis ni siquiera imaginar lo que era ese ser... lo que podría haber sido. Era apenas un bebé recién nacido y mira lo que hizo...

HAN TRANSCURRIDO DIEZ DÍAS.

017.755M41

12:00.

ALMACÉN:

- Durante los últimos diez días, el Inquisidor ha estado ocupado y ausente la mayor parte del tiempo, aunque ha estado yendo y viniendo.

- Tras infinidad de cuidadosas gestiones, convierte en secreto el Almacén de la desconocida compañía de Juno "Amelgar Stales" en una nueva base inquisitorial.

- Jaq Flair es trasladado discretamente por el Inquisidor desde la base principal en la Colmena Desoleum hasta esta nueva base en Port Gyre para que pueda seguir siendo atendido por Sastre.

- La tapadera es que sigue siendo oficialmente un almacén de muebles de oficina fabricados por la Compañía Amelgar Stales, a la práctica pertenece a un enrevesado entramado empresarial que le da el uso en exclusiva al Inquisidor Haldane Eisengaard. de un modo completamente secreto.

- Durante estos diez días, servidores lobotomizados han estado haciendo diversas obras y adaptaciones. La estructura exterior del almacén es muy sólida, hecha con un material estandarizado anti-ametrallamiento. Los servidores han reforzado los pilares y la estructura de soporte esencial, además de blindar las puertas y ventanas con cierres adicionales.

El interior de la nave del almacén es muy amplio y sigue siendo esencialmente un gran almacén, de modo que una inspección superficial o un escaneo desde una nave en órbita no revela nada anormal.

- El nivel subterráneo ha sido habilitado como base, y ahora incluye lo siguiente:

1- Diez habitaciones-dormitorio.

2- Un comedor, que sirve también como sala de reuniones.

3- Cocina completamente equipada. Despensa capaz de almacenar al menos seis meses de raciones.

4- Enfermería: Proporciona un bono de +10 en tiradas de Medicae una vez terminada.

5- Cámara acorazada: Similar a la de un banco, contiene cincuenta cajas acorazadas numeradas, cada una con su llave y cierre de combinación. Están completamente aisladas.

6- Sala de Control: Ejerce como sala de comunicaciones y también tiene acceso a todas las cámaras picto-grabadoras que controlan la base y el perímetro, así como el sistema de alarmas.

7- Sala de archivos: Sirve para almacenar documentación en papel, pergamino y placas de datos. También tiene mesas de lectura para realizar investigaciones con documentos.

8- Gimnasio: Incluye cinta para correr, pesas, y una jaula de combate.

9- Sala de prácticas de tiro.

10- Un subnivel que contiene una amplia cisterna de agua y un generador independiente. La base podría ser autosuficiente de energía y agua durante fácilmente tres meses incluso aunque se le cortaran los suministros exteriores.

11- Sala de interrogatorios y seis celdas de calidad normal para prisioneros humanos.

12- En la nave principal del almacén pueden entrar vehículos, pues es muy amplia, y de hecho está destinada para almacenar contenedores traídos con vehículos de carga. Sin embargo, la base no cuenta actualmente con una licencia en regla para transportar vehículos terrestres a través del Vacío-Puerto.

De poco le habían valido las palabras del táctico al iniciado, y en aquellos diez días su gesto no había cambiado demasiado. Por muy terrible que fuera el enemigo, era su deber aguantar, como un hijo del Emperador e iniciado en su credo. Y había fallado. Al menos, en el resto de días ninguna amenaza perturbó el refugio, nada aumentó la vergüenza con la que ya cargaba Marius. 

- Durante los últimos diez días todos habían estado ocupados.

- Algunos recuperándose de las heridas físicas, y también las psicológicas, sufridas.

- Sastre fue el más atareado, con las intervenciones quirúrgicas y los tratamientos de cuidados médicos a buena parte del Equipo.

- El Inquisidor ha estado ocupado preparando esta nueva base inquisitorial en el Vacío-Puerto, muy conveniente para controlar el futuro tráfico de mercancías desde y hacia la Colmena Desoleum. Por el momento todo parece tranquilo. Los herejes y contrabandistas se han ocultado, como gusanos, bajo tierra.

- El Táctico Noctine ayuda a Sastre en sus tareas médicas, en especial con el Tecnosacerdote, y en su tiempo libre estudia la documentación incautada a Zolthane.

- Marius patrulla el lugar, manteniendo la vigilancia. También reza mucho.

- Liri se recupera como una buena paciente. Lo propio hace el Arbitrador Enoch.

- Incluso Cantus y Jaq Flair parecen estar mejor, aunque su recuperación completa todavía tardará algunas semanas.

- Todos tienen algo de tiempo para redactar sus Informes de Misión Inquisitorial.

Las siguientes cuarenta y ocho horas resultan ser tremendamente dolorosas para el arbitrador. Sastre, con carencia de medios, hace todo lo posible para sanar su pierna izquierda chamuscada y para evitar tener que amputar la derecha. Escondidos en un viejo almacén del espaciopuerto Gyre, la tarea realizada por el quirurgo con tan solo un medikit resulta encomiable y más aun si se tiene en cuenta que debe administrarlo para varias personas.

Liri, Cantus y él mismo, dependen de ese pequeño maletín y la pericia de Sastre para explotarlo al máximo, hasta que Noctine pueda proporcionarle unos medios más aceptables para realizar intervenciones en condiciones.

El quirurgo poco puede hacer por la pierna derecha de Lazarus: necesitará el instrumental al completo de la base. Para ella le administra analgésicos. Pronto el dolor amaina al igual que sus preocupaciones de verse en la misma situación que Jaq.

"Llevo cincuenta y dos años sin un solo trasto en mi cuerpo. A estas alturas de la vida no voy a empezar con esos cachibaches", refunfuña el veterano Enoch, para sí mismo.

La cura de la pierna quemada resulta ser una tortura: el quirurgo limpia la pierna con una especie de lima blanda, levantándole la piel abrasada y las costras adheridas a sus tejidos. El arbitrador aprieta con fuerza sus mandíbulas mientras sus enrojecidos ojos miran con odio al sanitario y reprime el gesto de agarrarlo por el cuello y estrangularlo. Ahoga los gritos y termina por centrarse al recordar lo poco digno que sería, por parte de un arbitrador veterano como él, el gritar como una niña y el no soportar el dolor como un acólito elegido por el emperador.

Cuando termina la limpieza, el quirurgo le proporciona los tejidos sintéticos y un bálsamo para las quemaduras. El alivio es enorme y la posibilidad de echar una cabezada, mitigados los dolores, aparece.

"Bendita morfina".

Las siguientes horas las pasa en un estado de semiinconsciencia debido a las potentes drogas. Cuando por fin vuelve en sí ya han pasado varios días, Noctine logró traer al quirurgo un equipo médico respetable y la pierna sajada de Lazarus ha sido intervenida con excelente satisfacción.

"Perdona que no me solidarice contigo, Jaq".

En una ocasión toma del brazo al sanitario cuando, atareado, pasa a su lado.

- Buen remiendo, Sastre - dice con una sonrisa mientras hace un gesto con el mentón hacia sus piernas - Gracias. Que el Emperador te guarde - agradece el veterano arbitrador.

A pesar de todo, de los dolores por las heridas, en cuanto puedo moverme trato de ser útil. Ayudo a Sastre con Enoch. Su valentía nos ha salvado de una manera que no sé si es consciente. Cada mañana, en silencio le acerco un café y alguna galleta que distraigo de las mías. Es mi manera de dar las gracias ya que no soy buena con las palabras. Trato de distraerlo en su postración leyendo algún libro que hemos podido recuperar, o simplemente me aseguro que esté cómodo y con agua fresca cerca. Una mañana, me acerco y en voz baja le digo unas frases mientras me froto el brazo biónico casi compulsivamente. Luego continúo con mis tareas aquí y allá.

Siento cierta empatía por Jaq. Deseo de todo corazón que pronto pueda moverse sin esa silla. Su temple fue imprescindible para que pudieramos hallar la primera pista que ha conducido a este desenlace victorioso para nuestro Emperador. Trato de ayudarlo, pero no soy blanda. Aún tiene que pasar por el proceso del implante y bien sé yo lo que supone. Marius está muy distante, pero no me acerco. Creo que es mejor que purgue sus pensamientos en soledad. Esa soledad que tan bien conozco y me resulta familiar y necesaria.

Ante mí la tarea de escribir un informe. Me muerdo el labio compulsivamente, incapaz de encarar cómo rellenarlo. Me fallan las palabras. Miro a Noctine... tal vez tenga un rato libre para ayudarme.

En voz bajita y sin mirarlo directamente hablo con Enoch:

- Gracias. Sólo tu coraje y tu Fe nos han salvado. Has salvado éste y muchos mundos. Que el Emperador te bendiga...

Los días que transcurrieron después de la batalla contra el engendro de la Disformidad estuvieron marcados por un trabajo febril y arduo. Horas y horas de vigilia, controlando las constates de los acólitos heridos; las horas de sueño recortadas abruptamente para cumplir con las pautas de administración de analgésicos y antibióticos; preparar listas de suministros necesarios para que Noctine consiguiera los fármacos y el material médico necesario para continuar con los tratamientos...

Aunque Sastre estuviera literalmente exhausto y luciera unas ojeras malvas que le daban un aspecto casi cadavérico, el pronóstico de sus pacientes mejoraba día a día dentro de sus limitaciones. Jaq, el pandillero tullido, aún estando en plena recuperación, ya pudo moverse por primera vez, sentado en una silla de ruedas como un veterano lisiado. El tecnosacerdote seguía todavía en estado crítico, inconsciente por el efecto de las drogas que el quirurgo le administraba periódicamente, con sus heridas cicatrizando lentamente pero sin pausa.

Después de caminar al filo del abismo insondable de la muerte, la vida continuaba.

Sin embargo, no todas las heridas pueden sanar con medicamentos y la diestra mano de un quirurgo. Hay llagas más profundas donde ningún escalpelo puede llegar. Lesiones etéreas e impalpables que ulceran el alma del que las padece.

La primera en percatarse del sufrimiento interno del medicae fue la joven Liri. Pasada una semana del incidente de la plataforma Tertius-9, la muchacha accedió a la enfermería para interesarse por el estado de Cantus y quizas ayudar a Sastre en alguna de las tareas de desinfección y limpieza de las suturas. El medicae se encontraba de pie en el lavabo, limpiándose las manos en la pica de esa manera tan metódica y mecánica propia de los quirugos de campaña, de espaldas a la puerta. El tecnosacerdote continuaba sedado en una de las camas al fondo de la estancia, tal y como había estado en los últimos tres días, pero el medicae seguía frotándose las manos y los antebrazos con fruición obsesiva, como si estuviera a punto de entrar a operar. Unos suaves y monótonos murmullos salían de sus labios, demasiado quedos como para que la psíquica pudiera descifrar su significado. Por un instante, el Sastre se detuvo para observarse las manos, haciéndolas girar ante su atenta mirada como si buscara entre sus dedos la más ínfima mácula.

- ¡Sucio! ¡Manchado! -aulló el quirurgo en un tono desesperado, tras lo cual volvió a meter los brazos bajo el chorro de agua y reinició su rutina de limpieza y desinfección de prequirófano, susurrando palabras demasiado bajas como para ser comprendidas.

El veterano arbitrador escuchaba con atención la "Vida y Relatos de San Valerius" que Liri le leía, a petición suya. Postrado en la cama, el dolor de sus pierna había reducido considerablemente y ya empezaba a sentirlas y moverlas con normalidad. Repentinamente la joven psíquica detiene la lectura y sin mirarlo le habla con voz queda.

- Gracias. Sólo tu coraje y tu Fe nos han salvado. Has salvado éste y muchos mundos. Que el Emperador te bendiga... - susurró la mujer.

Él sí la miró, con cierta sorpresa y asintió en señal de recepción.

- De nada. Pero estoy convencido que fue la intervención del Emperador, a través de San Valerius, quien me dio una segunda oportunidad, cuando me sentía impotente y acabado. Y la providencia de que "Havofast", la espada, sea un arma que afecte especialmente a esos seres - comenta Lazarus. Durante unos segundos se hace un silencio. El hombre se siente confuso ante algo que la psíquica acababa de decir.

- No... no entiendo que quieres decir con salvar este mundo y muchos otros. El que no pudiéramos combatirlo, sin duda, se debió a nuestro deficiente armamento para superar sus defensas - afirmó el arbitrador. - Con armamento más pesado hubiéramos podido detenerlo con mayor facilidad. Cualquiera hubiera podido... ¿O no? - pregunta con cierta inseguridad, mientras mira directamente a Liri, esperando algún tipo de confirmación o por el contrario una negación explicatoria.

Me quedo mirando unos instantes a Sastre, sin delatar aún mi presencia a su espalda. Está tan concentrado que parece no ser consciente de nada más. Reviso si alguien más está pendiente. Parece que todos siguen atentos a sus tareas. No soy buena tratando con la gente. Pero siempre hay una primera vez para todo. Haciendo sonar mis pasos deliberadamente para que sepa que me acerco, llego a su altura y miro durante un par de minutos cómo se desinfecta y lava, hipnotizada. La cadencia, la minuciosidad, me resultan fascinantes. Luego reparo en la piel enrojecida por el exceso de desinfectante que está soportando.

Cuento hasta tres para darme ánimos y con decisión, pero evitando aún la mirada directa, mi mano para las suyas posandose con delicadeza al tiempo que cierro el grifo con mi brazo artificial. Niego suavemente con la cabeza, forzando el tacto durante tantos segundos como soy capaz:

- Te estás dañando, Sastre.

No respondo rápidamente, sopesando la respuesta. Me aseguro de que esté cómodo ahuecando las almohadas y estirando las mantas.

- El primero en saberlo debe ser nuestro Inquisidor.

Luego retorno a mi mutismo habitual para mostrarle otro libro que narra épicas batallas contra el Caos. Mi voz sólo vuelve a surgir para seguir leyendo el libro con intensa pasión a medida que la historia me va atrapando.

Caradoc estaba atento, durante esos días, que todo estuviera en orden. Afortunadamente no había enemigos a la vista: los herejes y contrabandistas parecieran haberse esfumado y, con la destrucción de los contrabandistas, de la nave, y del demonio que habían desatado, las amenazas más graves habían sido conjuradas. 

Además, el lugar que habían elegido estaba demostrando ser muy conveniente. Su posición, su capacidad, su abandono, lo convertían en el lugar perfecto para controlar, vigilar y, en caso de ser necesario, actuar. Poco a poco, lentamente, los tratamientos médicos de Sastre iban teniendo efecto.

Mientras tanto, Caradoc ayudaba a Sastre en sus tareas médicas, revisaba la documentación incautada y hasta encontró algo de tiempo para arreglar el rifle láser que se le había estropeado en el combate contra aquel ser. 

En un momento determinado se dio cuenta que Liri le observaba con preocupación y se giró un instante, observándola.

- Saludos, Acólita Liri. Me alegra verte. Creo que algo te preocupa-  hace un gesto al asiento que hay junto al suyo- Siéntate, dime, ¿qué pasa?

Alzo los ojos al escuchar la voz modulada y rica del noble dirigirse a mí. Hago una mueca que es lo más parecido a una sonrisa al devolverle el saludo y luego meneo la cabeza:

- No sé cómo encarar este informe. Todo fue tan confuso...

Caradoc mira un instante a la psíquica y hace un gesto para que tome asiento a su lado. 

- Mantuviste la calma contra esa... cosa. Supongo que tu... instrucción como psíquica fue dura, pero no creo que te dejara mucho tiempo para saber como expresarte, ¿no es así? Las reglas de un informe son sencillas. Se esquemática.- tras estas palabras empieza a levantar un dedo, con cada una de las menciones.- Primero: los preliminares. Fecha, lugar, y refierete a tu superior, alabándole, indicándole el sentido del informe, eso depende de las formas de cada uno. Segundo, señala cual es el objetivo de la misión, y los datos que se disponía en el inicio de la misma. Tres, el informe propiamente dicho. Señala cada uno de los eventos más importantes y como se solventaron, de forma cronológica, sin entrar en demasiados detalles. Cuatro, el resultado de la investigación, su éxito o fracaso, y los motivos de este. Quinto, un anexo con un informe sobre cada uno de tus compañeros.

Y eso es todo, supongo- el táctico sonríe mientras mira a la mujer- ¿Dudas?