Partida Rol por web

La Arbitradora había interrumpido la conversación negando a Valerius la oportunidad de desear suerte a sus compañeros. Deseaba en el fondo de su corazón que la luz del Emperador iluminara sus caminos.

Y ahora parecía que la misión se había convertido en algo contrarreloj. Si levantaban el bloqueo el Obispo Iordanos Bruno podría escapar cuando quisiera. Y no estaba seguro de que si revelaban lo que habían descubierto en la placa a la Arbitradora, ésta fuera a echarles una mano con el asunto. Era un tema peliagudo y el Obispo un alto rango de la Eclesiarquía. Tenían todo en contra.

Pero él no estaba en condiciones de ayudar así que mantuvo el silencio, esperando que sus compañeros, los que sí eran capaces de hacer algo, decidieran qué era lo mejor.

" Pues hemos encontrado algo especialmente iquietante en la placa de datos arbitradora Maigrit, todo parece indicar que el Obispo Iordanos Bruno tenía algún tipo de relación comercial con el tecnohereje, concretamente el technosacerdote renegado suministraba servidores de combate al obispo. ¿ Sería eso suficiente para mantener el bloqueo y comprarnos un poco de tiempo para planear algo?

Dijo Arlesha mirando hacia el suelo.

La Arbitradora toma la placa con la traducción que ha hecho Cerberus y la lee sucintamente.

- "Bien. Seguramente estoy arrojando mi carrera entera al vacío con esto, pero les ayudaré a detener al Obispo." - La Arbitradora revisa sus armas y os mira intensamente.

- "Será mejor que partamos de inmediato, podemos emplear un vehículo deslizador del Arbites." -

MADAIMI:

- Traspaso de control temporal de PNJ.

- Pasas a ser el "controlador" de la Arbitradora Maigrit.

- Para postear como ella, simplemente copia la imagen:

Al comienzo de cada post, a modo de identificación.

- Cuando debas tirar algo, simplemente tirarás 1d100 y te diré si ha sido fallo o acierto. Para el daño será sólo tirar 1d10.

:)

"Gracias Arbitradora, antes de marchar ¿sería posible que me prestara un uniforme y blindaje de su arsenal? el mío está destrozado y creo que nos quitará presencia para la detención. ¿Tiene alguna idea de como proceder en la detención?"

Intius había estado en silencio, desde el momento en que la arbitradora había puesto en duda sus palabras. El gesto serio, concentrado, se había mezclado con la rabia, la preocupación, y el dolor. Ni siquiera el éxito de Arlesha, en demostrar quienes eran, había logrado sacarle de un mutismo que, en buena medida, estaba propiciado por el dolor acuciante de sus pulmones y sus graves heridas.

- Debemos detenerlo. Y vivo. Debe ser interrogado por sus crímenes, y confesar su culpabilidad en las salas de interrogatorio inquisitoriales. 

El tono de Intius estaba entre la rabia y el dolor que le causaban sus numerosas heridas. 

- Aun tengo unas dosis de estimulantes. Necesitamos toda la ayuda necesaria. Así que iré también. Si debo dar la vida por el sagrado emperador, así sea. Además, Él nos protegerá si somos dignos, o nos hará morir en su nombre si tal es su Sagrado Deseo - miró entonces a la arbitradora- Algo de equipo nos vendría bien, en efecto. Y que se nos devuelvan las municiones. También sería conveniente ponernos en contacto con el inquisidor por algún medio seguro de comunicaciones. 

" ¿Y si lo convocamos en estas instalaciones bajo cualquier excusa?, así estaremos en nuestro terreno y minimizaremos las posibilidades y crudeza de un posible conflicto armado, y si lo planeamos lo suficientemente bien tal vez favorezca tanto la evacuación tanto de nuestros heridos como del acusado.¿ Sería posible?¿Que os parece la idea?"

Comentó Arlesha mientras revisaba su escopeta medio absorta.

 La arbitradora mira a Arlesha de arriba abajo antes de ofrecerle:

 - “Tengo una armadura de Arbitradora de reserva y uno de mis uniformes. Eso servirá.” –

 Luego pasa su mirada por el resto de integrantes del equipo con opciones de intervenir:. Se fija especialmente en Titus:  

- “A usted puedo darle una armadura antifragmentación y un apuntador láser para su fusil de caza.” –

Medita unos segundos antes de añadir:

- “Respecto al procedimiento, la verdad es que no tengo autorización para efectuar la detención. La idea de atraerlo aquí no me atrae. Puedo facilitaros transporte, aerodeslizadores, para llegar a la Catedral, que es donde se encuentra parapetado el Obispo Bruno.” -

La mujer comienza a andar de un lado para otro de la habitación. No parece saber quedarse quieta mientras piensa.

- “Podemos usar a mis proctores para bloquear las posibles salidas laterales y traseras de la catedral, pero no puedo hacer que se impliquen más que eso. Si esto resulta ser un fiasco, podría acabar ante un pelotón de fusilamiento y los hombres bajo mi mando acabarían despojados de sus placas y arrojados a una Legión Penal a un mundo-prisión.” -

Respondo a las palabras de la Arbitradora con un gesto de mi cabeza demostrando mi aprobación para luego responderle:

- "Le agradecería mucho esos objetos y si pudiese conseguir un silenciador, puedo pagar por él."

Luego continúo con lo que en este momento nos aqueja, que es el plan de acción que seguiremos:

- "Creo que será imposible que un hombre en su posición acepte las evidencias en su contra. Creo que lo mejor será infiltrarnos, limpiar e irnos sin ser detectados. Que su traición y herejía mueran con él, pero acataré cualquier orden que se me brinde."

La verdad es que dudo que un hombre en su posición guarde evidencia que le incrimine en herejía, así como tampoco creo que se siente a contarnos la verdad. Dudo que podamos sacarlo con vida sin acabar con muchos clérigos más y también dudo que, incluso siendo interrogado en instalaciones Inquisitoriales se le pueda hacer pagar pues su nombre y cargo pesa mucho, incluso para los Ordos. Lo mejor es hacerle desaparecer y que los Ordos nos oculten a nosotros pues estoy claro de que si nos atrapan, nada podrá hacer la Inquisición para salvarnos.

Arlesha se frotó las ojos con su mano izquierda mientras con la derecha sostenía su arma.

"Asique nos toca hacerlo por las bravas. Bueno es lo que hay... Gracias por el uniforme Arbitradora su ayuda está siendo indispensable, ¿ es conocedora del número de clérigos y de su capacidad defensiva que nos encontraremos?. ¿Sería posible tener tanto algún mapa de la zona como de la catedral?."

La tensión de la inminente batalla ponía nervioso a Arlesha la cual preguntaba de forma apresurada cada cuestión que se le pasaba por la cabeza.

MAIGRIT:

- Puedes proporcionarle a Titus un silenciador incautado a un proscrito hace algún tiempo.

- Tienes mapas de la catedral, pero son los de uso público, nada secreto.

- No estás segura de si lograrás que la Eclesiarquía no intervenga y esto sea una masacre. La verdad es que esta es una Luna del Mechanicus, si pudieses contar con su ayuda, la dificultad del arresto pasaría de casi imposible y marginalmente probable.

- Sobre las posibilidades de infiltrarse, lo ves complejo al no contar acceso al subsuelo ni tener información detallada de la arquitectura del edificio, que por otra parte posiblemente sea una fortaleza inexpugnable de por sí.

- Por lo que conoces del Obispo Iordanos Bruno, un hombre entregado al Credo Imperial, tal vez la mejor estrategia sea una aproximación directa y exigirle que se rinda en nombre del Imperium.

  La mujer no dudó ni un instante en asentir ante la petición de Titus.

 - "Tengo un silenciador para usted." -

 Estudió también las palabras de Arlesha y asintió con una sonrisa.

 - "También tengo mapas de la catedral, son de uso público así que puede haber sorpresas que no estén en estos planos. Infiltrarnos lo veo imposible. No contamos con acceso al subsuelo ni tenemos información detallada de la arquitectura del edificio, que por otra parte posiblemente sea una fortaleza inexpugnable de por sí." -

Maigrit se frotó el mentón pensativa. Algo le pasaba por la cabeza pero no sabrían decir el qué.

- "El Obispo es un hombre entregado al Credo Imperial. Tal vez la mejor estrategia sea una aproximación directa y exigirle que se rinda en nombre del Imperium." -

Las palabras de la Arbitradora no son muy prometedoras. En mi experiencia, cuando la única pena posible es la muerte, todos se resisten. Un hombre como el Obispo resistiéndose significa decenas de clérigos disparándonos. Dudo mucho que lleguemos a tocar sus puertas diciendo que venimos a por el Obispo Iordanos Bruno este nos reciba sin resistirse. Entrar así sería un suicidio.

Hablo pensando en lo que haremos:

 - "Las fuerzas de la Arbitradora cubrirán las salidas, evitando huidas y refuerzos, ayudándonos a evacuar cuando llegue el momento. Nosotros entraremos antes, intentando pasar por fieles que pasan a la Catedral a presentar nuestros respetos. Si nos detienen e interrogan, tendremos que decir quienes somos e identificarnos para que nos dejen pasar, pero sin revelar nuestro cometido. Finalmente buscaremos al Obispo e intentaremos encerrarlo lo más solitario que podamos. Será fácil y me suena un poco a suicidio, pero debemos intentarlo. ¿Alguna duda?"

Agradezco a la mujer por toda la ayuda que nos está brindando, pues sin ella no tenemos ni una sola posibilidad de conseguir una jugada exitosa en esta contienda.

Intius se quedó pensativo

- Es evidente que estoy malherido. Lo cierto es que mi deseo, fuera como fuera, sería acudir a la catedral a rezar allí al Sagrado Emperador, para agradecerle haber eliminado un foco de corrupción y para informar, como juez del arbitres, directamente al obispo del resultado de mis pesquisas respecto a Yorgos. Una vez dentro de la catedral, mientras rezamos, podría pedir a uno de los acólitos que informara al obispo que estoy malherido, junto a mi comitiva, rezando, y que deseo verle para informarle sobre el resultado de mis investigaciones. Y veremos lo que pasa.  

Arlesha asentía mientras escuchaba hablar a Initius ya Titus.

"Bien todo esto empieza a sonar como un plan, deberíamos ir preparandonos para el viaje".

Al tiempo que comentaba esto Arlesha acabada de adquirir de nuevo su equipo y de tomar prestado el proporcionado por la arbitradora.

"Antes de irnos deberíamos preparar nuestra evacuación de la luna, vamos a agitar un avispero por lo que creo que será mejor tener bien atado todo para nuestra vuelta".

- "Acólito Varnias, si es que ese es su nombre. Le ruego no vuelva a mencionar la palabra "Juez" en mi presencia. Hay un número de veces limitado que puedo hacer oídos sordos ante ciertas cosas.

Hacerse pasar por un miembro de la Inquisición se castiga con la muerte. Hacerse pasar por un Juez del Adeptus Arbites también. En cualquier circunstancia." -

Intius miró un instante a la arbitradora y asintió

- Procedamos, pues.

- Salís de la Enfermería del complejo del Arbites de Donaris. dejando atrás a Cerberus y a Valerius, demasiado heridos para poder acompañaros.

- Varnias tampoco está en condiciones, si hasta sostiene un gotero con analgésicos y suero que tiene conectado a la muñeca derecha por una vía.

- Una jovencísima cohorte se os acerca deprisa. Le dice a la Arbitradora Maigrit que el tecnosacerdote Austos Sann está fuera, y que ha insistido mucho en hablar con vosotros.

Arlesha avanzó decidida hacia el tecnosacerdote Austos Sann, ¿sería un nuevo aliado o un escollo más a superar....? Las dudas la corroían pero parece que pronto se despejarían

Salgo de la enfermería mirando de reojo a Intius, quien apenas puede mantenerse en pie. Luego de eso busco en mi bolsillo una de mis más preciadas piezas de equipo y me las pongo: Mis gafas de espejo. Entonces entiendo por qué me parecía el mundo demasiado claro para mi gusto.

En ese momento escucho acerca del técnosacerdote y me mantengo en segundo plano para reunirnos con él, pues me importa mucho lo que tiene que decir, si es que está a nuestro favor o también tiene herejía que esconder.