Santa Elana la Impertérrita:
Elana era una misionera que dedicó su vida a difundir la palabra del Emperador por los rincones más oscuros del Imperio. En su época viajó a lo largo y ancho del Sector Calixis, deteniéndose en los planetas habitados por los indígenas más rebeldes o mortíferos.
Está escrito que adquirió una nueva cicatriz en cada mundo que visitó, desde los pantanos de Ichovor, donde la picadura de una mosca de la inmundicia la desfiguró, hasta la salvaje espesura de Crepúsculo, donde fue atacada por depredadores. Mas Elana aceptó estoicamente todas aquellas heridas como parte de su servicio al Emperador.
En más de una ocasión fue capturada por nativos que la mutilaron o torturaron en nombre de dioses paganos. Pero en todas aquellas debacles, y pese a los horrores padecidos, su fe jamás titubeó.
Al final, después de haber visitado decenas de planetas, Elana fue capturada por una depravada secta que adoraba a un demonio en un mundo salvaje lejano y desconocido. Los nativos la ataron y la arrojaron a la caverna de su amo como sacrificio. El demonio intentó domeñar su fe a lo largo de todo el mes siguiente. Cada día devoraba parte de su carne y le ofrecía la libertad, pero ella siempre se negaba. Con el tiempo el demonio acabó devorándola por completo, pues Elana no quiso desviarse lo más mínimo de la luz del Emperador. Pero la misionera se cobró venganza, pues al igerir su carne y su espíritu, el demonio también engulló la gloria del Emperador que residía en ella, y murió profiriendo gritos de agonía mientras la sagrada luz incineraba su esencia y liberaba por fin a Elana para recibir su merecida recompensa final.
A los clérigos les encanta narrar esta historia para demostrar que la fe en el Emperador permite superar cualquier adversidad.
Elana es una santa muy querida y aceptada en todo el Sector Calixis y en muchos mundos se pueden encontrar capillas en su nombre. Esto se debe sin duda a que personifica muchas de las cualidades más deseables de la adoración del Emperador, principalmente anteponer el sentido del deber y la devoción por encima de la seguridad personal.
También podría deberse al hecho de que la historia del martirio padecido por la misionera ayuda a que uno se sienta infinitamente mejor cuando lo compara con sus propias penurias.
Quienes se encargan de cuidar enfermos suelen apelar a la santa mientras ejercen su oficio. Predican que Elana vela por todos los que sufren en nombre del Emperador sin perder la fe. Hay sitios en los que esta idea se celebra practicando la autoflagelación en honor a la santa, aunque los miembros más moderados de la Eclesiarquía coinciden en que no es necesario llegar a tales extremos.
Los Acólitos pueden hallar consuelo en el culto a Elana si sufren heridas de gravedad y le dedican unas plegarias para recordar que todo lo que hacen es para mayor gloria del Emperador.
MUERTE:
Los Acólitos e Inquisidores del Cónclave Calixiano reciben numerosos honores en la muerte con los que muchos ciudadanos imperiales no podrían ni soñar. Si alguno de sus miembros muere en cumplimiento del deber, el nombre del fallecido se transmite a los sabios amanuenses del Cónclave. Esta antigua casta de lexiconógrafos anota los nombres de los muertos en voluminosos tomos encuadernados en agrietado cuero y cubiertos de aceites conservantes.
Los cráneos de siervos especialmente honorables se machacan en morteros funerarios, y el polvo de sus huesos se utiliza para fijar la tinta sobre las páginas de vitela. Una vez completado uno de estos tomos (algro tristemente frecuente), es sellado con oro y plomo. Finalmente, estos libros dorados se envían a Terra, donde se almacenan en inmensas criptas de datos subterráneas para que yazcan cerca del mismísimo Emperador por toda la eternidad.
Esta práctica se conoce como "descripción", y muchos Acólitos usan las expresiones "ha sido anotado" o "le han dorado" para referirse a camaradas muertos.
ECLESIARQUIA Y USO DE LOS PSIQUICOS:
- Lo cierto es que la Eclesiarquía desaprueba profundamente el uso de los psíquicos imperiales autorizados, si bien son necesarios para el funcionamiento del Imperio (especialmente los Astrópatas y los Navegantes de la Navis Novilite, y también son muy útiles los poderosos Psíquicos Primarios de la Guardia Imperial).
- La Eclesiarquía piensa que son peligrosos y que están demasiado cercanos a la brujería y a la disformidad, incluso aunque hayan pasado por el terrible proceso de sanción. Son innumerables las historias de psíquicos imperiales autorizados que se dejan seducir por los cantos de sirena de la disformidad y terminan siendo poseídos por entidades abominables o sirviento de portal abierto para monstruosidades disformes hacia nuestra realidad.
- El Adeptus Ministorum muy rara vez emplea psíquicos, y de hecho tiene algunas ramas que activamente persiguen y queman a los brujos, son famosos especialmente los Cazadores de Brujas de la Eclesiarquía.
(Nota: Cualquier Clérigo del Ministorum puede elegir un rango de carrera alternativo y convertirse en Cazador de Brujas, Confesor, Frateris Militia, Redencionista o Archi-Exorcista. Los clérigos originarios de Maccabeus Quintus tienen también la opción de convertirse en un Sacerdote Negro de Maccabeus).
- Los fieles más fanáticos generalmente odian con pasión a todos los psíquicos, especialmente los Redencionistas, que pueden atacarlos sin mediar palabra nada más verlos.
- La Inquisición sí hace uso más o menos extenso de los psíquicos (menos las ramas Monodominantes y más las ramas Radicales), aunque en ellos se comprende que hagan uso de todos los medios a su alcance para combatir a los enemigos del Imperio de la Humanidad. Si bien, la Eclesiarquía ha llegado a enfrentarse por este motivo a algunos Inquisidores (especialmente a aquellos con tendencias Radicales).
- La Eclesiarquía cree de forma total y absoluta en la divinidad del Emperador, sin más. Esto les ha enfrentado en ocasiones a los Capítulos de los Adeptus Astartes, algunos de los cuales sostienen de forma más o menos abierta que para ellos el Emperador fue "sólo un hombre", y además "el mayor psíquico que la Humanidad haya conocido". Plantear estas cosas es totalmente herético para los miembros de la Eclesiarquía, y aunque no se hayan enfrentado abiertamente con la fuerza de las armas contra los Adeptus Astartes por esto, sí es un tema que ha generado muchas fricciones entre ambas instituciones.
EL ADEPTA SORORITAS:
El Decreto Pasivo 0001288/36M fue un decreto aprobado por los Altos Señores de Terra cuando finalizó el Reinado de Sangre de Goge Vandire y que ponía serias limitaciones a la capacidad que tenía la Eclesiarquía para hacer la guerra. La intención última era la disolución total del ejército oficial de la Eclesiarquía.
El Eclesiarca Sebastian Thor recibió la orden de llevar a cabo el cumplimiento de estos edictos, forzando a la Eclesiarquía a disolver el Frateris Templar y los ejércitos y flotas que comandara cualquier miembro del Ministorum. Pero hubo una excepción, las Hijas del Emperador quedaron excluidas del infame decreto ya que este se refería a los ejércitos específicamente como a “hombres armados”.
Como grupo militante formado íntegramente por mujeres, Sebastian Thor argumentó que no debía atenerse al Decreto Pasivo e incorporó la Hermandad al Ministorum con el nombre de Adepta Sororitas, una fuerza capaz de regular la Eclesiarquía tanto a través de la búsqueda de la pureza como imponiendo su voluntad.
"El Emperador es nuestro Padre y nuestro Guardián, pero nuestro deber también es proteger al Emperador".
- Santa Dominica.
El Adepta Sororitas está formado exclusivamente por mujeres, recibiendo en ocasiones el nombre de Hermandad, aunque hay quien prefiere utilizar el nombre original de Hijas del Emperador. Se creó tras las reformas llevadas a cabo por Sebastian Thor en la Eclesiarquía en los últimos tiempos de la Era de la Apostasía, cuando las Hijas del Emperador se dividieron en dos órdenes: El Convento Prioris de Terra y el Convento Sanctorum de Ophelia VII.
ADEPTA SORORITAS:
- Las Hermanas de Batalla de las Órdenes Militantes son las Sororitas más conocidas, pero junto a las Órdenes Militantes también existen las Órdenes Famulatas, Dialogus y Hospitalarias.
- En el Sector Calixis hay cinco escuadras (50 Hermanas en total) Militantes (pertenecientes a la Orden del Cáliz de Ébano) y tal vez el doble de ese número en hermanas de las Órdenes no Militantes.
- Algunas Hermanas de Batalla son instruidas por la Eclesiarquía para proteger de forma permanente sus principales templos y santuarios. A estas Hermanas se las llama a veces "Sororitas de la Eclesiarquia", "Sororitas Templar" y "Defensoras de la Fe". Aunque siguen siendo tropas de elite, especialmente si se las compara con la Frateris Militia, las hermanas entrenadas en Iocanthos en la Abadía de la Aurora las consideran "Sororitas comunes" y piensan que se han ablandado y acomodado por una vida de protección de los templos alejada de los campos de batalla.
Esto no es del todo así, pues aunque las Sororitas de la Eclesiarquía ven mucha menos acción que las Hermanas de Batalla más combativas, en ocasiones son enviadas a misiones para la Eclesiarquía (generalmente apoyando a los Cazadores de Brujas) o asignadas temporalmente a células inquisitoriales para el cumplimiento de misiones que son de interés para el Ordo Hereticus.
Las Sororitas de la Eclesiarquía no tienen voto de pobreza y son equipadas directamente por la Eclesiarquía y no por los Conventos del Adepta Sororitas, lo que significa que generalmente no llevan servoarmaduras ni armas bolter hasta que son bastante expertas.
Aunque poseedoras de una Fe ardiente, no son tan extremistas como sus hermanas entrenadas directamente en las Abadías de las Órdenes Militantes. Esto les da mayor versatilidad en misiones donde se requiere ir de incógnito o utilizar alguna clase de subterfugio (lo que para las Sororitas de la Eclesiarquía es muy difícil, pero para las más extremistas es prácticamente imposible).
La Inquisición considera que las Sororitas de la Eclesiarquía son más versátiles y capaces de actuar en diversos tipos de escenarios, mientras que las Hermanas de Batalla de las Órdenes Militares sirven fundamentalmente para los enfrentamientos armados abiertos, en los que no se requiere contención ni sutileza alguna.
RIVALIDAD Y POLITIQUEO EN EL SENO DE LA ECLESIARQUIA:
- El Sínodo Tarsino, dirigido por el Archi-Cardenal Ignato (Archidiócesis de la Demarcación Golgenna), y el Sínodo Maccabeo, dirigido por el Cardenal Kregory Hestor (Archidiócesis de la Marca de Drusus) están enfrentados por una cuestión tanto de fe como de lucha de poder.
Ambos tratan de forjar alianzas políticas con los otros Cárdenales de la Archidiócesis Calixianas de la Eclesiarquía.
El Archi-Cardenal Ignato es por ahora el más poderoso, siendo el líder nominal de toda la Eclesiarquía en el Sector Calixis. Ha mantenido la independencia del Ministorum en el Sector con respecto al Administratum y al Lord Sector Marius Hax, pese a los repetidos intentos de trasladar la sede desde la Colmena Tarsus a la Colmena Sibellus.
El Cardenal Kregory desafía su poder y quiere que el Sínodo Macabeo sea el principal.
Ambos Cardenales controlan cada uno a una escuadra completa de Sororitas Templar, a las que a veces intentan involucrar en sus luchas de poder, aunque ellas hacen todo lo posible por permanecer neutrales y tan sólo fieles al Emperador.
Quiera o no quiera, una Sororita que haya servido en la Catedral de la Iluminación en Tarsus, será considerada una partidaria del Archi-Cardenal Ignato por sus rivales y enemigos, aunque esto no sea estrictamente cierto. A la inversa le sucedería a una protectora del Santuario de Drusus en el Planeta Centinela o en Maccabeus Quintus.
Las Sororitas de la Eclesiarquía a veces no pueden escapar del todo a la política, pues a menudo mantienen una relación más estrecha con su sínodo que con la Abadía de la Aurora y la Orden Militante del Cáliz de Ébano, de la que formalmente dependen. Tratan frecuentemente con clérigos y están más familiarizadas con los detalles concretos de la liturgia en el templo que protegen, con el día a día de su sínodo, y con los tejemanejes correspondientes.
NOTA:
- Por defecto, la Novicia Scythia y el Iniciado Tauron serían considerados aliados (al menos inicialmente), mientras que el Novicio Valerius desconfiaría de ambos.
LOS MANDATOS ESCINTILINOS:
Hace varios siglos, el legendario Inquisidor Heraclion Theos escribió una serie de epístolas que en la actualidad se han convertido en una doctrina común para todos los Acólitos del Cónclave Calixiano. Destinados originalmente para los investigadores del planeta capital de Escintila, las posteriores generaciones de eruditos han interpretado múltiples niveles de significado y contenido en lo que aparentemente son unas instrucciones bastante simples.
La voluntad de tu maestro será toda la ley.
Esto viene a significar que los acólitos no deben dejar que las costumbres y leyes locales interfieran en su trabajo. Al servicio de la Inquisición, incluso las más pérfidas actividades ilegales pueden estar justificadas.
Honrarás tus obligaciones.
En términos generales, los acólitos deberían conocer bien cuáles son sus competencias y obedecer diligentemente sus órdenes. Este mandato también se interpreta de tal modo que los acólitos no deben permanecer impasibles y dejar que las herejías y demás infracciones queden impunes, aun cuando sus inquisidores parezcan no haberse percatado de ellas.
No sobrestimarás tu propia importancia.
Este mandato es motivo de confusión entre los eruditos. Por lo general todos coinciden en que se trata de una advertencia para que los acólitos comprendan que no son más que una pequeña parte de un todo global al que sólo tiene acceso el Inquisidor. Algunos creen que es un recordatorio de que el sacrificio, incluso el de la propia vida, es una parte necesaria del trabajo de la Inquisición.
No tomarás el dinero, sello o nombre de tu Inquisidor en vano.
Este es posiblemente el más claro de los mandatos, y se considera universalmente una advertencia contra el abuso de los recursos que se ponen a disposición de un Inquisidor. La mayoría también opina que es un llamamiento a la sutileza en el ejercicio del deber, a emplear el nombre de la Inquisición sólo cuando sea absolutamente necesario. Algunos acólitos se toman este mandato tan al pie de la letra que viven en la miseria y jamás pronuncian el nombre de sus maestros para no incurrir en su cólera.
No buscarás más recompensa que la satisfacción de tu maestro.
La creencia generalizada es que este mandato es una advertencia contra la búsqueda de beneficio propio en las investigaciones; también es seguramente el que tiene asociado mayor libertad de acción. Algunos Inquisidores vigilan muy de cerca a sus acólitos y sus pertenencias para asegurarse de que no se dan demasiado al lujo. Otros casi nunca se interesan por los asuntos de sus acólitos. Pero la mayoría procuran cerciorarse de que sus acólitos no exhiban demasiado abiertamente su posición, pues saben que la tentación de alardear, impresionar a desconocidos atractivos, gozar de reconocimiento, copas gratis o notoriedad puede conducir rápidamente al desastre o a la corrupción.
Agradecerás los castigos impuestos por tu maestro, pues son merecidos y te ayudan a mejorar.
Existe una gran variedad de opiniones respecto a este mandato, dependiendo mayormente de la condición de la persona que lo interprete. Algunos flagelantes sostienen que un "castigo merecido" es precisamente el destino de todo acólito como humilde e indigno depositario de la voluntad del Emperador. Por otro lado, hay quien señala el concepto de castigos continuados que parece implicar este mandato como prueba de que el cargo de acólito no es más que un crisol en el que fundir las impurezas y forjar inquisidores fuertes y poderosos a partir de lo que antaño era vulgar arcilla. Algunos, posiblemente los más cínicos, mantienen que la verdadera esencia de este mandato es una exhortación al disfrute, pues aun siendo castigados a menudo los acólitos llevan una vida muy superior a la del ciudadano medio.
ESTAMENTOS SOCIALES:
- Proscritos y granujas: Los que no tienen cabida legítima en la estructura social del Imperio, y que por tanto viven por debajo de las clases más bajas.
- Clase obrera: Los que trabajan en los campos, factoriums y colmenas del Imperio. Conforman con diferencia el grueso de la humanidad.
- Clase militar: Los que combaten.
- Oficios serviles: Los que sirven a las clases superiores y se benefician de la riqueza de sus amos.
- Clase académica: Los que se abren su propio camino mediante el conocimiento.
- Clase mercantil: Los que se dedican a la compraventa o se ganan la vida ejerciendo oficios especializados.
- Mechanicus: Los que veneran al Dios Máquina, que forman una clase propia.
- Ministorum: Los miembros del culto al Emperador, que se benefician en gran medida de las incontables riquezas de Sus dominios.
- Nobleza: Los que nacen con dinero y poder por derecho de sangre.
- Clase libre: Los que viajan por todo el imperio con total libertad e impunidad, tales como los Inquisidores de los temidos Ordos, o los escurridizos Comerciantes Independientes (Rogue Traders).
TRATAMIENTOS DE RESPETO:
- Tuteo:
a) Entre miembros de la misma clase social puede indicar cercanía, amistad o familiaridad. También puede ser signo de todo lo contrario: rivalidad, enemistad o falta de respeto.
b) Los superiores suelen tutear a los inferiores: Es algo normal y rutinario, pero no se admite a la inversa. Este tuteo puede ser despreciativo (un noble dirigiéndose a uno de sus sirvientes, un capataz con látigo dirigiéndose a un minero, etc.), o puede ser más bien de tipo paternal, indicando superioridad y autoridad, pero sin verdadero desprecio (un militar de rango superior dirigiéndose a otro de rango menor, un Inquisidor hablando a sus Acólitos, etc.).
c) Tutear a aquellos de nivel superior o a desconocidos del mismo estamento social es una grave falta de respeto. Dependiendo de las circunstancias, esto puede acabar muy mal. Un proscrito tuteando a un Juez posiblemente acabe con una bala entre ceja y ceja. Un Acólito tuteando a un Inquisidor puede acabar rápidamente en un horno crematorio.
- Tratamiento de usted: Indica profesionalidad y respeto entre personas del mismo estamento y es lo adecuado cuando hay pocos estamentos de diferencia. Un Juez o Magistrado dirigiéndose a un Inquisidor, un Almirante de la Flota dirigiéndose a un gobernador planetario, etc. Para que un Acólito pueda tratar de usted a un Inquisidor, debe de haberse convertido ya en un Agente del Trono (Rango 9 o superior).
- Tratamiento de vos: Indica respeto y es lo que se espera cuando alguien habla con una persona situada a dos o más estamentos por encima. Es el tratamiento correcto por defecto en ciertos círculos de cortesía (Cortes nobiliarias, altos estamentos académicos, etc.).
Mucha gente trata de Ilustrísimos a los Clérigos y Jueces. "Ilustrísimo Señor", "Su Señoría Ilustrísima".
Los cargos más altos tienen el tratamiento de "Excelencia", especialmente gobernadores planetarios, Generales y Almirantes.
- Cuando hay mucha diferencia de clase social, se espera que los de la clase inferior mantengan la mirada fija en el suelo y no osen mirar al de rango superior directamente. También se espera que no hablen a menos que les hablen primero.