Partida Rol por web

Dark Heresy: Capítulo Segundo.

Planeta Acreage: Olrankan.

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09/02/2013, 13:53
Tercio Veridio.

Y allí estaba yo, con la mandíbula desencajada y sin saber cómo demonios habíamos llegado hasta ese punto. La escena era propia de una película de género indeterminado, tres tipos armados rodeando a un viejo ciego, una mujer gritando y unos niños que no eran conscientes de lo que estaba a punto de ocurrir. Mientras la estridente risa del viejo me taladraba el cerebro, no podía dejar de preguntarme qué habíamos hecho mal…

***

Tras una infructuosa conversación con los marineros de los muelles, aunque más que marineros yo diría que eran perros sarnosos, parecía que la opción más viable volvía a ser la que yo siempre proponía: preguntar en las tabernas. No paraban de malinterpretar mis actos, pensando que yo era un borracho o algo así ¿Pero dónde demonios pretendían conseguir información? Cómo si la cosa fuese tan fácil, y más aún en aquel ambiente extraño en el que se notaba que la gente tenía miedo de algo.

- Tercio – susurró Itsua.- Vuelve a intentar vender esa sierpe que tienes en lugar de buscar información y haré que consideres la Disformidad como un paraíso.

Miré al psíquico con total incredulidad, es que no podía creer lo que escuchaba ¡Qué yo no trataba de conseguir información! ¡Y no sólo eso, sino que encima insinuaba que entorpecía el trabajo! Lo que me faltaba por oír…

- ¡¿Qué?! – pregunté de inmediato.- ¿Qué crees que estoy haciendo? ¿Y cómo pretendes conseguir la información, eh? ¿Preguntando por los asesinatos?

- Ya me has oído – fue su respuesta, tan seca como de costumbre.

Y no había nada más que yo pudiera decir pues la conversación pasó rápidamente a los métodos de persuasión propuestos por Von Braun.

- Intimidarles – dijo.- En vez de convencerles de formas arteras para que no lo cuenten.

- ¿Dolor, por ejemplo? – dijo Itsua con seriedad.

- ¡Claro! Partamos unas cuantas piernas ¿Por qué no? – no puede contenerme… a la mierda la discreción.- por si no ha quedado claro pretendía ser sarcástico…

- No todo el dolor, Tercio, procede de una fractura de huesos – respondió Itsua, con un tono que no fui capaz de identificar.

El caso es que parecían estar de acuerdo en cambiar la manera de proceder, quizás me hubiera precipitado en mi juicio, un poquito de intimidación (aunque nada de partir piernas) quizás diese mejores resultados que preguntar a la gente amablemente o tratar de sobornarles. Sólo había una forma de averiguarlo.

No era la mejor hora del día pero habíamos encontrado una tabernucha y había que probar. Por dentro era casi tan horrible como por fuera, cosa que era más que esperable. El tabernero se afanaba en echar a patadas a una prostituta que se había quedado dormida, una escena realmente decadente. Aunque más decadente aún fue ver como el resto ayudaba al tabernero a sacar a la puta del bar ¡Cómo si hicieran falta varios hombres para hacerlo! Aquella mujer apenas se mantenía en pie… La situación me dejó mal cuerpo, esa no era forma de tratar a una mujer, por muy prostituta que fuese, de modo que salí a la calle sin decir nada. La pobre desgraciada se había apoyado en un portal cercano, luchando por aguantar despierta. En ese momento la vi como una potencial fuente de información, de modo que me acerqué a ella y le ofrecí una barra de Iho. La mujer apenas me escuchó y se acurrucó en suelo para después quedarse profundamente dormida.

No me dio tiempo ni a encender la barrita cuando un chaval apareció de algún callejón y me empujó.

- ¡Deja de molestar a mi madre!¡Sucio mercenario! – gritó el niño.

- ¡Eh! Tranquilo, chaval – le dije yo.- Sólo estábamos hablando…

- Dame un trono ahora mismo o te parto la cara – dijo el niño de repente.

No puede evitar reírme de él en su cara, un niño escuálido y asqueroso me estaba amenazando… en verdad aquella gente tenía tanta mierda encima que se veían obligados a hacer cualquier cosa por dinero.

- Vuelve a amenazarme y será lo último que hagas – le dije sin perder la sonrisa.

Ni corto ni perezoso el niño me dio una patada en la espinilla, y ante esa acción tan insignificante y pueril no pude más que darle un puñetazo y ponerle en su sitio. Pero olvidé que se trataba de un niño y se puso a llorar.

- ¡Deja de llorar! Ni siquiera te he tocado – le dije yo.- Tienes que ser fuerte, chaval, o en un sitio como este no conseguirás nada.

Me apoyé en la pared, seguro de que el chaval era totalmente inofensivo, apenas tenía fuerza para mantenerse en pie, y me encendí la barra de Iho. Saqué otra y se la ofrecí al niño, no es que estuviera a favor de la drogadicción infantil, pero su vida ya era lo bastante dura como para negarle algo así. Lástima que aquel niño no lo aceptara, es más, lo que realmente fue una lástima fue que además me escupiera porque me vi obligado a ponerle en su sitio de una patada.

- ¿Es que tú no aprendes? – una pena que el chico no quisiera colaborar.

Enseguida el resto apareció en la puerta de la taberna, con cara de pocos amigos. Al principio no pensé que la cosa fuera conmigo, pero en cuanto Intius se dirigió a mi supe que trataban de ocultar que tuviéramos alguna relación.

- ¡Eh, tú! Deja de molestar a ese crio – me dijo.

- ¡Vale, vale! Sólo trataba de enseñarle algo –respondí yo.- Pero está visto que no quiere aprender.

- Vete de aquí si no quieres que haya problemas – dijo Intius.

- ¡Qué te jodan! – le respondí yo enseñándole mi dedo.

Creo que quedó bastante creíble, aunque al parecer al tabernero no se lo pareció. Me metí en una callejuela cercana y me terminé la barra de Iho mientras esperaba a los demás. Habían decidido ir a buscar a aquel ciego que nos había puesto en apuros, aquel que casi hizo que nos apedrearan en plena calle. No me parecía la mejor idea del mundo pero al menos era una idea, me pareció que tenía bastante sentido pensar que el tipo fuera un mutante y por eso había sido capaz de detectar los poderes de Itsua, quizás pudiéramos utilizar aquello para sacarle información.

Así que Itsua se quedó atrás, más que nada para no provocar una reacción similar a la de la vez anterior, y el resto nos acercamos al ciego. Un viejo ciego, eso es lo que era, no había nada raro en él a simple vista, olía mal y estaba mendigando en la calle, no era mi idea de un confidente, la verdad. Decidí dejar a Xerxes que hiciera el trabajo, no se le daba mal interrogar, quizás cuando trabajaba en el Monitorum tuvo que hacer cosas así. Mientras tanto estuve alerta a lo que ocurría en la calle, no quería que apareciese una horda de paletos con palos y piedras.

El ciego pedía pero no daba nada y la situación comenzaba a ponerse tensa ¡cinco tronos a cambio de información! Estaba claro que nos estaba chuleando, y ya empezaba a estar cansado de tanta tontería.

- Habla o te hago recordar – dijo Xerxes amenazante.

- ¿Qué son cuatro tronos para ti? – preguntó el viejo, como ajeno al peligro que se le venía encima.

- Te diré una cosa, viejo – le dije en voz baja, casi escupiendo las palabras.- No somos idiotas y también escuchamos cosas… Se dice en los muelles que hay Inquisidores buscando mutantes en este lugar, así que si no quieres que te encuentren misteriosamente, mejor vas hablando.

El maldito viejo se rió en mi cara, como si no le importase una mierda. Pero lo peor fue que había más gente alrededor, gente que creyó escuchar algo que yo no había dicho. Se armó revuelo, se confundieron las cosas y, finalmente, alguien comenzó a gritar llamando a la guardia.

“Oh… no… odio este maldito lugar” –pensé mientras trataba de idear un plan a marchas forzadas.

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10/02/2013, 10:47
Acreage: La Escoria del Imperio.

Ante los gritos de la mujer, se forma un grupo cada vez más numeroso de curiosos. Algunos llevan palos y otros os señalan con el dedo, puede que os recuerden de ayer, de cuando el anciano ciego dijo que estabais encubriendo a un brujo. Lo cierto es que el aspecto de Itsua destaca poderosamente en este entorno, no tanto por su calva y tatuajes, que también, sino por sus rojos ojos artificiales, tan infrecuentes en un mundo atrasado como Acreage.

En ese momento llegan por la calle el Vostroyano y el asesino del Mechanicum.

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10/02/2013, 10:50
Insignia Inquisitorial.

TERCIO:

- Te criaste en una subcolmena, y no en las calles de una ciudad atrasada en un planeta feudal. Sin embargo, tu instinto callejero te indica que no obtendréis datos fiables en este barrio, está alejado del lugar de los asesinatos, y a la gente le llegan como mucho habladurías. Ver a un grupo de forasteros como vosotros haciendo preguntas extrañas tan sólo les lleva a sospechar de vosotros.

- El único que tal vez hubiera podido saber algo era el niño.

- Perdéis el tiempo en este barrio, y si no os vais rápidamente, tal y como ya tuvisteis que hacer ayer, es probable que se desencadene una violencia indeseable y sin sentido, que en nada ayudará a vuestra misión.

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10/02/2013, 10:53
Insignia Inquisitorial.

ITSUA CADIAN:

- Observando al viejo estás casi convencido de que no es un psíquico. Ni siquiera parece un mutante.

- Tal vez su ceguera le permita de alguna manera oler el residuo de la Disformidad. Ayer debía ser especialmente fuerte en ti, después de que el uso de tus poderes ahuyentara a todos los animales de la Isla del Emperador.

- No crees que sepa nada, y además está viniendo la misma multitud que casi os lincha ayer. Enfrentarse a la gente corriente no ayudará en nada al cumplimiento de la misión.

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10/02/2013, 10:55
Insignia Inquisitorial.

INTIUS VARNIAS:

- Tu instinto de Arbitrador te dice que una vez más os habéis dejado confundir por las circunstancias, repitiendo los errores del día anterior. De nuevo estáis provocando un tumulto y llamando la atención de la muchedumbre hacia vosotros de forma indeseada.

- No crees que el ciego sea un testigo fiable de nada.

- ¿Dónde se han producido las muertes? ¿Acaso ha sido en este barrio? Si no es así, estáis perdiendo el tiempo en este lugar.

- Llevado por la desesperación, has pensado en usar tu placa del Adeptus Arbites. Se te olvida que eso es casi tan malo como presentaros como Acólitos del Sagrado Ordo Hereticus. Además, es un uso de autoridad que no se sostiene, pues eres apenas un Cadete. Seguramente haya un Arbitrador de rango intermedio en la Isla del Emperador, y si muestras tu placa antes o después eso llegará a sus oídos y querrá investigar. ¿Un Arbitrador del rango más bajo presente en Acreage? ¿Quién lo ha enviado y por qué? Y más importante, ¿por qué las autoridades no han sido informadas oficialmente de su llegada al planeta?

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10/02/2013, 10:59
Sargento Vladymir Ostrogov.

Parecía que los había encontrado, pero en problemas, como no... Cuando iba a comprobar qué ocurría, vio a Titus cerca de él.

-¿Titus? ¿Qué haces aquí? ¿No ibas a quedarte vigilando la casa?

Ahora, además de sacar a sus compañeros, quedaba la preocupación de que cualquiera podría quedarse el escondite que ellos habían encontrado...

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10/02/2013, 11:01
Insignia Inquisitorial.

TITUS:

- Parece que tus compañeros no aprenden. De nuevo en el mismo barrio, provocando un altercado con el mismo viejo ciego. Una vez más están llamando la atención y provocando la reacción de una multitud hostil.

- Lugar equivocado, pistas equivocadas. Cada vez estás más seguro de ello.

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10/02/2013, 11:02
Titus Nihilius.

Titus asiente ante Vladymir.

- "Tan sólo quería asegurarme de que todo estaba bien, y veo que no.

Regreso de inmediato a la casa, más vale que los saques de aquí y los lleves allí." -

Titus Nihilius se desliza como una sombra entre los callejones, desapareciendo enseguida de la vista.

Notas de juego

*DM*

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10/02/2013, 11:04
Insignia Inquisitorial.

VLADYMIR:

- Dirías que esta situación ya las vivido: el mismo viejo, la misma multitud agitada y nerviosa, pronta para la violencia.

- Parece que tus compañeros han cometido la torpeza de reproducir las circunstancias que os llevaron a tener que retiraros del Bario de las Casuchas ayer.

- Dudas siquiera que nadie haya desaparecido en esta zona. La gente está nerviosa sin duda, por la guerra y los rumores inquietantes, y ver a unos mercenarios actuando de forma extraña o amenazando a un viejo mendigo de la zona, dos días seguidos igual, con seguridad que no ayuda nada.

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10/02/2013, 11:07
Insignia Inquisitorial.

XERXES:

- Este barrio es sucio y apestoso, pero no lo bastante.

- Sea lo que sea lo que está sucediendo en este planeta, y en esta ciudad, es probable que no tenga su origen en estas mismas calles en las que estáis en este momento.

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10/02/2013, 11:10
Sargento Vladymir Ostrogov.

Ahora estaba el problema de sacarlos de allí. Pero, ¿cómo? La gente estaba muy nerviosa, y probablemente no les faltaban motivos. Y aquello les llevaría a cometer una estupidez, seguro. 

"En fin, de perdidos al río... Habrá que intentar que vengan aquí y que se alejen, si es que les dejan."

-¡Eh, vosotros!-gritó el vostroyano, refiriéndose a su grupo-¿¡Qué hacéis molestando a éstas buenas gentes!? ¡Venid aquí y seguidme, en éste lugar no hay nada de interés!

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10/02/2013, 12:11
Tercio Veridio.

En medio de toda aquella confusión me di cuenta de que aún cargaba con el saco de carne de sierpe que le había comprado a Veto, un buen negocio a mi juicio. Después me fijé en los desarrapados que habían empezado a reunirse con cara de pocos amigos. Volví a mirar el saco, y después a los paletos... de nuevo al saco, a los paletos otra vez...

- ¡Eh! ¡Comida gratis! - grité mientras metía la mano en el saco y lanzaba un puñado de carne de siempre hacia los paletos.- ¡Vamos, vamos! Hay para todos, no peleeis - lancé un nuevo puñado de carne, la distracción estaba servida, ya sólo quedaba que el resto supiera reaccionar a tiempo.

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10/02/2013, 15:34
Intius Varnias.

Tras salir del callejón y deshacerse de los penachos entrometidos se dirigieron directamente a la zona de los muelles, allí probarían suerte de nuevo, esperando que el nuevo día fuera mejor que el anterior.
Tercio e Itusua discutían por el camino sobre lo ocurrido la noche anterior, tema que Intius prefería olvidar, podían haberse metido en un buen lío y ya no podrían volver a alojarse allí. La voz de unos marineros llamó su atención. Todo el grupo decidió aprovechar la oportunidad para sonsacarles algo de información pues estaban ansiosos de poder obtener una pista que los llevara por el buen camino. Intius decidió intervenir. Los rudos marineros no tendrían problemas para hablar de esos temas, así que fue directamente al grano.

-¿Vosotros habéis oído algo de unos asesinatos? Unos penachos querían cargarnos con el muerto.

Inmediatamente Tercio se acercó para advertirle.

-Joder, Intius, así los vas a espantar. Le susurró.

Intius asintió y dejó que los demás probaran suerte de otra forma, pero parecía que aquel tampoco era su día. A pesar de las diferentes formas de afrontar el tema que adoptaron cada uno de sus compañeros ninguna resultó lo suficientemente eficaz y en cuanto los marineros recibieron la llamada de su patrón se retiraron dejando a los acólitos allí de nuevo sin nada.

-Vamonos, probemos suerte en otro sitio. Dijo Intius resignado a su suerte. Me parece que aquí todo el mundo sabe de los asesinatos pero por alguna razón nadie está dispuesto a hablar. Susurró a sus compañeros.

Mientras buscaban alguna taberna o a alguien adecuado Itsua y Tercio continuaban discutiendo. Cada uno tenía su punto de vista sobre como afrontar el problema en el que se encontraban y probablemente no llegarían nunca a un acuerdo. Como siempre él tendría que decidir que se hacía y como. Fue Von Braum el que lanzó una sugerencia.

- Quizá si en vez de intentar sonsacárselo por las buenas utilizamos otros métodos...

Sabía lo que aquello podía significar y aunque se hubiera negado rotundamente en otras circunstancias, Intius comenzaba a estar desesperado ante el nulo avance de la misión. Como era de esperar aquello trajo otra nueva discusión, aunque muy a pesar de la opinión de Tercio parecía que todos estaban dispuestos a probar métodos más disuasorios que preguntar.

-Bien, a estas alturas estoy dispuesto a interntar cualquier cosa. Respondió finalmente dando por zanjada la discusión.

Volverían a intentarlo de nuevo por las buenas y si aún así no obtenían ninguna respuesta satisfactoria sacarían la información como fuera. Encontraron una taberna y decidieron entrar en ella.

-Probemos en la taberna, si no funciona lo de preguntar amenazaremos al tabernero con destrozarla.

- No, por el Emperador! Fue la respuesta de Von Braum a su impetuosa propuesta. ¿Cómo se le puede ocurrir idea tan descabellada? Amenazar a un tabernero en su propia taberna?

-No estoy acostumbrado a sutilezas, pero seguramente el tabernero tenga toda la información que necesitemos oyen todos los rumores. Dijo para afirmar que el tabernero tendría que saber algo y que merecía la pena intentar lo que fuera con él. Preguntaremos al tabernero, si no funciona ¿Un cliente borracho estaría bien para tu plan?

Al entrar en el tugurio encontraron al tabernero, un hombre calvo con un sucio delantal, intentando echar a una de sus clientas. Una muchacha que se había quedado dormida sobre una mesa.

-¡ehh, levanta! ¡Vete a dormir a otro lado!

Reaccionando rápidamente Itsua quiso aprovecharse de aquella situación e Intius le correspondió. No estaban para mirar a otro lado cuando las circunstancias podían volverse favorables.

-Es nuestra oportunidad. Echemos a esa mujer de la taberna. Favor con favor se paga. Vamos.

-Sí, hagámoslo. Respondió Varnias sin dudarlo al comprender lo que su compañero tenía en mente. Y se acercó junto a él hacia la mujer. Ya has oído, fuera de aquí.

Mientras Itsua por un brazo e Intius por otro arrastraban a la mujer hasta la puerta al tabernero parecía divertirle la situación.

- Muchachos, esa no os cobra mucho... si le gusta, se deja gratis ... jajajaja.

Empujaron a la mujer fuera del local y después regresaron al interior, mientras Tercio se cruzaba con ellos y salía a la calle.

-Yo ya he tenido suficiente compañía esta noche. Le contestó al tabernero.

Tras decir eso Intius se quedó en un segundo plano y se dedicó a observar si había algún cliente o cosa interesante en la taberna mientras Xerxes e Itsua intentaban suerte con el Posadero. Estaba claro que sus métodos habían fallado una y otra vez, así que era mejor mantenerse al margen esperando que sus compañeros tuvieran más suerte. Tan solo se acercó al tabernero con la esperanza que su robusto cuerpo ayudara en los intentos intimidatorios de sus compañeros. Pero un gran jaleo comenzó a montarse en el exterior, tanto que estaba distrayendo al Posadero.

-Intius. Tercio. Le indicó Itsua.

Maldita sea, que estará haciendo ahora...

[B]-Me hago cargo.[/B] Respondió inmediatamente mientras se dirigía a ver que era lo que sucedía afuera.

Intius esperaba que aquella distracción no interrumpiera los progresos que parecían estar haciendo con el tabernero. Fuera se encontró a Tercio pengando a un mocoso. Aquello era lo que había llamado la atención de todos e indignado al tabernero.

Si libro al niño seguro que ganamos puntos, al igual que al echar a la mujer.

- ¡Eh Tú! Deja de molestar a ese crio. Dijo con voz autoritaria esperando que Tercio viera lo que estaban intentando hacer.

-¡Vale, vale! Solo trataba de enseñarle algo pero esta visto que no quiere aprender.

-Vete con ese saco a otro lado si no quieres que haya problemas! Le dijo finalmente para que se fuera de allí e intentara mientras tanto vender aquella carne de serpiente.

-Que te jodan! Fue la respuesta de Tercio a la vez que le enseñaba uno de sus dedos haciendo un gesto grosero y se daba media vuelta para alejarse.

Intius pensó que lo mejor para terminar aquello era acercarse al niño e interesarse por él.

-¿Estás bien? Preguntó.

Como respuesta el niño salió corriendo a toda velocidad dejándolo allí parado en medio de la calle y desapareciendo entre la multitud que se había comenzado a agolpar allí. Decidió volver a la taberna e intentar utilizar aquel gesto a su favor.

-Maldita gentuza!! Aprovecharse así de un niño! Protestó con indignación.

-¿Pa qué vuelves? ¿Quieres pegarme a mi, como tú amigo pego al niño? Contestó el tabernero que no acababa de creerse todo lo que había pasado allí.

-¿Mi amigo? Entrar en la misma taberna no lo hace mi amigo. Intentó excusarse Varnias esperando que el tabernero se lo tragara. No soporto a los que se aprovechan de los niños.

A pesar de los intentos de Itsua y Von Braum el tabernero terminó cerrándose en banda y nada pudieron sacarle, tan solo una última frase. Los asesinatos eran en el centro de la ciudad, fuera donde fuera eso allí debían de ir. Cuando el dueño acabó echándolos Intius le contestó groseramente, estaba harto de la actitud hostil de todo el mundo hacia ellos.

-Por mi puedes pudrirte tu y tu taberna también, sin los mercenarios la ciudad ya habría caído, ten un poco de respeto.

Salieron de allí y Xerxes se interesó por el ciego del día anterior, al que también habían visto antes. Llegaron a la conclusión que el viejo podía tener algún tipo de poder y por eso había descubierto a Itsua. Quizá podrían utilizar eso en su contra. Decidieron ir, pero había que hacer algo para que no se pusiera a gritar de nuevo.

-¿Si vamos sin Itsua a interrogarle? No quiero que vuelva a montar otro escándalo. Sabiendo eso, tenemos algo con que apretarle las tuercas.

Todos estuvieron de acuerdo así que sin dilatarlo más se dirigienron hacia el punto donde lo habían dejado aquella mañana. Itsua aguardó a una distancia prudencial mientras los otros le interrogaban. Visto el poco éxito que estaba teniendo decidió dejar el peso de la conversación a Xerxes.

-Habla tu, mejor, no se me dan bien estas cosa.

Von Braum asintió mientras Itsua y Tercio, que ya se había unido al grupo en cuanto salieron de la zona de los muelles, seguían discutiendo de nuevo sobre lo sucedido la noche anterior. En otras circunstancias a Varnias le hubiera divertido aquella conversación pero ante lo mal que les estaba saliendo todo permaneció serio y concentrado.
En cuanto localizaron al viejo ciego Xerxes inció una conversación que Intius siguió atentamente mientras mantenía la boca cerrada, pero las evasivas y excusas del viejo comenzaron a impacientarle ante la petición de más dinero.

-Ya te hemos dado uno. Dijo Intius pensando que Xerxes había puesto un trono en el plato, pero enseguida se dio cuenta que no había sido así.

Mejor sigo callado, cada vez que hablo meto la pata.

Xerxes y Tercio siguieron pugnando con el viejo ciego con mas paciencia de la que Intius podía presumir e imaginar. Pero cuando Tercio amenazó al hombre con llevarlo ante los inquisidores un inoportuno niño lo escuchó y comenzó a preguntarle a su madre por el asunto. Intius los miró a ambos con cara de pocos amigos pero otra niña se unió a la conversación y comenzaron a hacer comentarios que hicieror hervir la sangre del arbitrador.

¡Pero como se puede tener tan mala suerte! ¡Malditos niños y maldita su madre que no se los lleva de aquí!

-Niños, largaros a otro lado.

Lejos de irse comenzaron a jugar allí mientras seguían diciendo tonterías sobre la Inquisición. Aquello no iba a acabar bien y era cuestión de tiempo que su madre también dijera algo. Intentó avisar a Tercio para que hicera algo con ellos pero en aquel momento la madre también habló. Parecía como si llevaran el nombre de inquisidores en la frente, y todo por una sola palabra suelta en el oído de un estúpido niño.

-Tercio. Dijo señalando a la mujer y los niños con un gesto de su cabeza.

Demasiado tarde.

No habían podido evitar que la mujer hablara y tras la amenaza de Xerxes comenzó a gritar como una poseída pidiendo socorro y llamando a la guardia. Intius miró a todos los lados intentando sopesar la situación. O silenciaban a aquella mujer y a los niños, cosa difícil en una calle llena de gente, o intentanban irse con el viejo ciego, cosa tambén difícil porque serguramente no colaboraría, o se olvidaban de todo y desaparecían lo antes posible. Ninguna de las tres opciones le gustaba a Intius, pero debía decidirse por alguna y lo antes posible.

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11/02/2013, 15:49
Intius Varnias.

La aparición de Vladymir y luego la ocurrencia de Tercio tirando la carne a la gente fue como una especie de revelación para Intius. Como si el mísmisimo todopoderoso Emperador se le hubiera aparecido su instinto de arbitrador le indicó que algo estaba mal en todo aquello y que aquel viejo ciego no tenía ni idea de lo que le estaban preguntando, que tan solo intentaba ganarse unas monedas para comer diciendo lo primero que se le venía a la cabeza. Además las muertes ni siquiera se habían producido en ese barrio, sería mejor que dejaran de perder el tiempo allí o la misión no avanzaría, y mostrar su placa solo empeoraría las cosas. Lo mejor era aprovechar la distracción de Tercio y desaparecer.

-¡Vamonos!

Dijo a sus compañeros mientras sin pensarlo dos veces se dirigió hasta Vladymir.

-Menos mal que has aparecido, has sido como una revelación. ¿ Habéis conseguido vuestro propósito?

Esperaba que al menos Titus y Vladymir hubieran tenido mas fortuna que ellos.

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11/02/2013, 16:05
Sargento Vladymir Ostrogov.

-Sí, pero lo prioritario ahora mismo es irnos lejos de aquí. ¿Por qué el ciego de nuevo?-preguntó el vostroyano, esperando a que el resto del grupo decidiera venir para que pudieran largarse de aquella zona. 

"Algo me dice que muy desesperados están si han intentado recurrir a ése canalla..."

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11/02/2013, 16:29
Intius Varnias.

-No hubo suerte en los muelles y tuvimos que irnos de allí. Ya habría tiempo para más detalles, lo de echar a la calle a aquella mujer, Tercio golpeando al niño o la discusión con el tabernero, o el fracaso con los marineros. Pensamos en amenazar al ciego, puesto que si podía sentir la presencia de Itsua es que tenía algún tipo de poder, pero Tercio dijo algo que no debía y los niños lo escucharon y comenzaron a hacer preguntas incómodas. Cuando amenazamos a la madre para que se marchara con ellos de allí comenzó a gritar y la gente a agolparse.

No era la primera vez que uno de ellos mencionaba a la inquisición y que eso estaba a punto de suponerles un gran problema.

-Pero tienes razón, vámonos. Estoy seguro que el viejo no sabe nada y es mejor no llamar más la atención. Dijo mientras seguía a Vladymir. ¿Donde está Titus?

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11/02/2013, 19:11
Anciano ciego.

Todos se echan a por la comida, el anciano ciego el primero, y parecen olvidarse por completo de los Acólitos y de sus extraños gestos y palabras anteriores.

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11/02/2013, 20:21
Tercio Veridio.

Mi plan salió aún mejor de lo que esperaba, y lo que era todavía mejor era que ya no podrían volver a reprocharme mis negocios con la carne de sierpe ¡Nos había salvado el culo! Sin perder más tiempo me escabullí detrás de Intius hasta que nos reunimos de nuevo con Vladymir, ni siquiera me detuve a ver cómo aquellos paletos se peleaban por un trozo de comida.

- Os dije que la carne no estaba podrida - dije con una sonrisa.

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11/02/2013, 22:55
Acreage: Olrankan.

- El grupo avanza hacia la zona del Muro.

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12/02/2013, 15:58
Intius Varnias.

Intius miró de reojo a Tercio y medio sonrió.

-Tengo que admitir que has reaccionado rápido. Pero si pretendes justificar el estado de la carne por la reacción de la gente te diré que se hubieran tirado a por piedras si hubieran creído que era comida. ¿Te queda algo de carne?

No podía negar que la idea había sido ocurrente y que además les había sacado de un gran apuro. Eso dejaba claro también que la gente de la cuidad, o al menos la de esa parte de la ciudad, lo estaba pasando realmente mal.