Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Festival.

Acto II. La Propuesta.

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22/02/2021, 14:40
Akta

Cuando Crodos habló, no pude evitar responderle. Llevábamos demasiado tiempo juntos bajo el mismo techo, aunque era ahora realmente cuando empezaba a conocerle. - Lo sé, lo he oído, mi buen Crodos. Por eso sé que no se está ocultando de nosotros, pero necesito que sea él quien responda. Verdaderamente no me importa demasiado si quiere obtener el control de la ciudad o no, pues es asunto suyo... lo que necesito saber es lo que opina y siente sobre Seyran. Y dejad de protegerme tanto. No soy tan ingenua. Que esta sea la primera vez que salgo de nuestra ciudad y vea el mundo no quiere decir que sea una niña inocente y si peco de ello, debo aprender de mis propios errores. ¿No creéis? - Le dije sin apartar mi vista de sus ojos azules. ¿Por qué si podía mirar a uno y a otro me costaba tanto?

Y entonces aquel hombre habló de nuevo y sentí su mirada sobre mí. Intenté sostenerla, pero en cuanto sentí como me ruborizaba, la aparté de inmediato viendo de refilón una leve sonrisa suya. Al menos no era tan frío como parecía.

Comenzó a hablar mientras yo evitaba mirarle de nuevo, pues cada vez que sentía su mirada sobre mí me ponía nerviosa y sentía la estúpida necesidad de huir. Dijo que sería sincero y así me lo pareció y me atreví a mirarle a los ojos nuevamente cuando terminaba con su discurso. Necesitaba ver si mentía o no. Su mirada estaba fija en mí y de alguna manera percibí lo que quiso decir con aquella frase. - Sobrevivir y que los suyos salgan adelante... entiendo que se refiere a su famila y la de los hombres que le son fieles, de mujeres y niños inocentes. - Y ahí estaba mi punto débil, los niños. También fue una manera sutil de saber más sobre él, aunque dudaba que me respondiese a ello. Si le daba igual a quien mirase... le daría igual todo, solo quería mercenarios para su causa.

Lerissa no tardó en posicionarse, era hora de que yo hiciese lo mismo y de que al menos Crodos entendiese porque lo hacía.

A mí me habían dejado abandonada en el Templo de Seyran sin explicación alguna. Seguramente porque no se esperaban que naciese una aasimar y eso me había marcado de por vida. - Yo no estoy aquí para juzgar a nadie, mi señor. - Le dije en referencia a sus propias palabras. - Y menos aún para prejuzgar cuando ha venido con la verdad por delante. Soy una mujer de fe como bien decís, pero también tengo sentimientos y sueños, como cualquier otro ser vivo con suficiente inteligencia... como los tenéis vos para los vuestros. - Por fin había sacado valor para mirarle a los ojos, pero no sabía lo que me duraría. - Seyran no tiene nada en contra de los criminales... y quizás por mi raza siempre busco o pienso que todos albergan bondad en sus corazones. Aunque está claro que está ciudad está sucia y debe ser purificada y ante mis ojos, creo que su acción es noble.

¿Acababa de decirle eso a un criminal? ¿Que me estaba pasando? - Si puedo viajar con una tiefling a mi lado y tener más ganas de ver esfumarse a nuestro bardo que a ella, para mí será un placer unirme a vuestra gesta y restaurar el Templo de Seyran, limpiándolo desde dentro si hace falta y como no, eliminar la corrupción de este lugar. Como bien decís, si queréis obtener el control de la ciudad o no, ese no es asunto mío... pero sí la protección del débil y el inocente. Y anoche vi aberraciones hasta que llegamos hasta esta posada que me hicieron mirar a otro lado por no liarme a espadazos con toda la ciudad... - Miré a mis dos compañeros faltantes, mi decisión estaba tomada.

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23/02/2021, 06:46
Crodos Mornward

Al paladín no le sorprendió la respuesta de Lerissa. Después del viaje que habían compartido, la tiefling le parecía lo suficientemente de fiar como para no esperar su cuchillo besándole la garganta mientras dormía. Hasta en algunas ocasiones era amistosa, pero estaban claras cuales eran sus verdaderas motivaciones. No podía culparla, no obstante. Ella no había elegido nacer así.

En cambio, la respuesta de Akta sí le sorprendió. Apretó los finos labios mientras la miraba a esos ojos que no eran humanos, y comprendió los motivos por los que le fue encargado velar por ella. Oh, por supuesto que era inocente e ingenua, pero no se lo diría en este momento. Es más, claramente estaba siendo perturbada de algún modo por la presencia de Ironsar, y le resultaba evidente que no pensaba con lucidez.

Crodos posó amablemente una mano en la hombrera de Akta:

— Permitidme disentir, mi buena y fiel Akta, pues una de las labores de los hombres y mujeres de La Fe es precisamente juzgar en el nombre de Ella. — sus ojos miraron con bondad a Akta y luego con cierta dureza a Ironsar — Pero Ella juzga con justicia y misericordia, y sus humildes servidores nos esforzamos por llevar Su Luz hasta el último rincón de esta tierra. Seyran tiene algo en contra de los criminales, me temo, por nobles que sean sus actos, pues el cumplimiento de La Ley es lo que ha de hacer posible una convivencia pacífica entre todos los seres, y ha de respetarse.

El paladín suspiró apesadumbrado, volviendo a posar su mano en el pomo de la espada:

— Pero coincido con vos en que corren tiempos oscuros y complejos donde es difícil discernir la maldad de la desesperación. Aunque no me parecéis particularmente necesitado, y sospecho de vuestras intenciones una vez que consigáis el poder que deseáis, os ayudaré en este asunto, Mitil Ironsar. Ayudar a restaurar la Fe local y procurar el ajusticiamiento de un bandido son asuntos de primer orden. Pero confío en que la nueva posición que obtengáis la utilicéis para algo que no sea enriqueceros, cometer actos malvados u otros abusos. — miró al hombre con especial intensidad — Sabed que aún quedan servidores de Seyran incorruptibles que no cejarán en su empeño por erradicar todo mal, por perdida que sea su causa. — dijo volviendo a mostrar el emblema bordado en su pecho.

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23/02/2021, 12:04
Akta

Crodos me conocía más de lo que pensaba. Interiormente estaba peleando contra mí misma, precisamente por haber seguido el camino de la Ley junto con el de la Guerra. Pero me escudaba siempre en el segundo. Una mujer guerrera, en un mundo de hombres podía llegar a ser matética y mi raza, mis ojos, me delataban como alguien de bien.

- Se donde hasta donde llegan nuestros actos y acciones. Más no alzaré mi arma frente a Mitil aún siendo un confeso criminal. No se que ha hecho ni que tipo de acciones ni quienes le han condenado como tal. No es lo mismo matar a alguien por salvar a su mujer o sus hijos, que ser un asesino a sangre fría. - Hablaba claramente de aquel hombre que nos había contratado. Sí, quería saber de él. Pero no lo que pudiese perjudicarle... no salvo si nos traicionaba y nos la jugaba. Entonces esperaba ser capaz de alzar mi arma contra su cabeza.

- Pero no quiero saber que habéis hecho. - Dije atreviéndome a mirar a aquel hombre a los ojos. - En cambio, cuanto más me habléis de Von Kammerstein y sus crímenes, más fácil será que mi fiel Libertador de Almas separe la cabeza de su cuerpo tras juzgar sus actos. Pues mi camino no sólo fue el de la guerra, sino que soy una fiel devota de la Ley y estoy procurando juzgaros por la nobleza en vuestros actos... pues me temo que de lo contrario mi buen Crodos tendrá razón sobre que debo hacer. - Era la única manera de avisarle de que yo era un peligro para él aunque eso le alejase definitivamente de mi lado. - Y os recuerdo que Seyran también es el dios de la destrucción a parte de la guerra, mi buen paladín. Depende de como lo interpretéis, un criminal se puede amparar bajo su protección y no podremos tocarle. - Y con eso quedó claro que defendía a Mitil. Solo me faltaba ponerme de su lado en la habitación. Aún seguía sin entender porque Crodos insistió en acompañarme en mi viaje pero si iba a estar tratando de aleccionarme y dejarme en evidencia a cada frase mía...

Era una maldita ironía. De alguna manera sentía que quería estar a su lado y mi Fe y mi camino me obligaban a alejarme de él por su propio bien... - Quizás si conseguimos completar esta empresa con éxito y todo sale como espero, podáis lograr la redención ante mis ojos. - Dije sonrojándome de nuevo y miré a Lerissa. - Os preguntaréis porque aún conserva sus manos. Eso es porque aún no la he visto vaciar bolsillos de nobles o pobres ni realizar ningún acto de maldad que me obligue a juzgarla ni a aplicar la Ley contra ella. - Y con eso miré a Crodos. Si con eso no le servía al paladín para que viese que no quería juzgar y ejecutar a nadie a la ligera, aún sabiendo que una tiefling no era de fiar, no entendería nada.

De hecho habían cosas en esa sala que ahora mismo escapaban a mi comprensión y no venían de los demás, sino de mí misma y de aquella oscura y fría mirada que me hacía sonrojar cuando perdía la seguridad y confianza en mí misma. Miré al bardo, era el que faltaba por decantarse por unirse o no. Mis tripas sonaron por no haber desayunado nada y el silencio hizo que pareciese que había caído un trueno en la pequeña habitación. Sentí todas las miradas sobre mí, pero solo me preocupaba una. Me tentó salir de la habitación tras haber tomado mi decisión, pasar la vergüenza fuera, comer algo e ir a ver que estaban haciendo con Jonsi. Pero miré a aquel misterioso hombre... y sentí que no quería irme.

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23/02/2021, 21:17
Lasar Etreri III

Moralidad, ideales, compostura, rectitud... ¡cosas que a mi me importaban un rábano! Yo solía deslizarme de un lado a otro de la balanza, ofreciendo mis servicios tanto por dinero como por amor, ayudando desinteresadamente o pidiendo algo a cambio. Según el humor que tuviera podía decidir una cosa u otra, o por conseguir algo que me interesara. En este caso en particular, lo único que me movía era el hecho de estar cerca de Lerissa e intentar capturar su amor incondicional.

-"Podéis contar con mi ayuda, desde luego. También tengo que ganarme las habichuelas, como bien dice la agraciada tiefling. Además, sin mi ayuda este grupo se quedaría cojo, así que me obliga participar mi preocupación sobre mis compañeros. Después de largos días de camino juntos, la camaradería es perceptible, como bien denotan las dos fuertes mujeres aquí presentes."

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24/02/2021, 10:17
Mitil Ironsar

- Perfecto. - Asintió aquel hombre. - Cuento con vosotros entonces. Creo que puede salir bien. 

Sin embargo, todavía quedaban algunas inquietudes sin resolver y pronto Mitil trató de aclararlas, al menos en parte.

Los "míos", son efectivamente mi familia. Mis hermanos y mi pequeña. - Comentó. - Pero no solo ellos. Ese término engloba a mucha más gente. Amigos, trabajadores a mi cargo y otra gente necesitada a la que ayudo. - Añadió. - Von Kammerstein es una sucia rata que intenta corromper todo lo que es bueno. Drogas, prostitución, chantaje y si todo eso no surte efecto, amenazas, lesiones y asesinatos. Podéis preguntar a cualquier comerciante local. No os dirán nada... Están del todo atemorizados.

Hizo una breve pausa. Después de haber resuelto ese tema, pasó a otro punto importante. 

Está tarde se reunirán Von Kammerstein con la iglesia.de Muuglw'tli en la Plaza de los Héroes. Cuando caiga el sol. - Comentó. - Mis agentes me han comentado que lo harán en "La Rata Ahogada", una taberna ilegal junto al templo de Seyran... - Sonrió ante la coincidencia. - Quedarmos una hora antes de la caída del sol en la calle Degollador. Es la paralela al tiempo. Allí os daré más detalles. ¿Todo correcto?

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24/02/2021, 21:21
Akta

Asentí con la cabeza cuando Mitil dijo que contaba con nosotros. Eso parecía al final, que iba a contar con todos. Entonces hizo algo que no me esperaba que hiciese, hablar de su familia de la real. Le miré cuando habló de sus hermanos y su pequeña y me quedó la duda de si hablaba de su mujer o su hija. No era la primera vez que oía a una pareja usar esa palabra para referirse cariñosamente a la mujer que amaba y no estaba para nada ducha en aquellas artes ni en relaciones que no durasen más allá que el tiempo que necesitase para calmar mi cuerpo y centrar mi mente de nuevo.

Así pues, bajé la mirada pensativa. Seguía queriendo acercarme a él, pero "su pequeña" se había convertido en un obstáculo porque... - Espera... ¿realmente crees que un criminal y una sacerdotisa que sigue fielmente el camino de la Ley tendrían un buen final? ¿Piensas que un humano como él se iría con una aasimar como tú? - Me dijo una voz dentro, muy dentro. Casi hasta sonaba burlona. - Baja de las nubes, Crodos tiene razón... no estás hecha para él. - Me susurré a mi misma sin pensar en que los demás me pudiesen oír y cerré los ojos cuando me di cuenta de que cabía esa posibilidad.

Mis ojos se clavaron en el bardo. Era al que más temía pues su afilada lengua siempre estaba dispuesta para cantar lo que veía y no quería saber por su voz lo que me pasaba... Al menos cuando habló del otro criminal lo hizo con tanta seguridad que mis ojos brillaron al reconocer al mal en aquella tierra. Miré a Crodos. - No se que pensáis vos, pero creo que ese hombre ha de ser juzgado y ejecutado cuanto antes.

Entonces Mitil nos contó el resto del plan y le miré con pesar. - ¿No volveré a veros hasta caer la noche? - Pregunté de manera instintiva, sin pensar... y fue cuando me di cuenta de lo que había dicho, cuando me abochorné yo sola ante todos. - Sí, claro... yo... - Sudaba y estaba roja. Sentía aquel sofoco golpearme con fuerza y la armadura no me ayudaba a que el calor cesara, sino todo lo contrario. Ni me atreví a mirar a Mitil cuando mis ojos se clavaron en la puerta. Ahora sí quería salir de allí más que nunca, pero eso era pasar a su lado a parte de considerarse una falta de educación y respeto hacia los demás el dejar una reunión cuando esta aún no había concluído.

- Yo... - Repetí nerviosa, sin saber ni en quien apoyarme con aquello. - ... os veré junto a los demás en el lugar y hora acordados. - Dije del tirón, tratando de controlar lo que mi mente expresaba por la boca sin mi permiso. Luego suspiré intentando olvidar aquel error garrafal. - Pues si es todo... creo que deberíamos irnos... yo... cada vez tengo más calor aquí y creo que al final perderé el conocimento... y no quisiera que cierto bardo tratase de hacerme algo mientras estoy inconsciente. - Aunque no me importaría que Mit... - Sacudí la cabeza. No era bueno para mí. La verdad era que no había ningún hombre bueno para mí. ¡Si hasta el bardo prefería a la tiefling antes que a mí!

Se decía que mi raza era de las más hermosas y que atraíamos a los demás solo con nuestra presencia. Pero yo no atraía ni a las ratas desde que dejé mi ciudad "natal" con Crodos. Volví a  mirar a Mitil de soslayo, ahora no volvía a atreverme a mirarle de manera directa. No tal y como mi mente me había taicionado poniendo aquellas palabras en mi boca. No quería, pero era lo mejor. Cuanto más apartad de él, menos cariño le cogería y me costaría nada, quizás unos días olvidarle... - Una... una pregunta más... Si esta noche acabamos con esa reunión y con ese hombre... - Hablé con timidez  mirando al suelo. Quería decir lo demás, si seguiría teniendo algo para nosotros... pero no me atreví a seguir. - Nada, olvidadlo. El hambre que  me hace deir tonterías tan pronto.

Y mientras decía aquello a mi mente venían las palabras "criminal" y "su pequeña". Si el primero no era motivo suficiente, el tener una novia o pareja si debía serlo para mí.

Notas de juego

Y lo dejo ahí, que me estoy durmiendo sobre el pc.

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24/02/2021, 23:53
Crodos Mornward

Su interlocutor aparentaba ser un hombre bueno preocupado por su familia y los necesitados. Pero muchos malvados aparentaban eso. Además, ¿qué otra cosa podía decir para convencer a dos fieles servidores de Seyran de hacerle el trabajo sucio? Si Crodos había aprendido algo durante el tiempo que llevaba combatiendo el mal y las injusticias era precisamente que esos individuos grises que saltaban de un lado a otro de la ley eran precisamente los más peligrosos. En estos casos era frustrante que no todo fuera blanco o negro.

Si el paladín escuchó los susurros de Akta no dio señales de haberlo hecho, pero se giró cuando le preguntó su opinión:

Por supuesto. Si ese hombre es culpable de esos crímenes, debe ser ajusticiado con premura. Desearía que fuera entregado a la autoridad local, pero si es como dice el caballero aquí presente, temo que no es una opción.

Ya había contradicho a Akta más de lo que hubiera deseado y no iba a contrariarla más delante de ese hombre y sus esbirros, pero indudablemente estaba bajo algún tipo de influencia. Ella, que blandía el espadón decapitando enemigos de Seyran sin vacilamiento, tartamudeaba en presencia de un vulgar delincuente malcarado. Si no fuera porque no había comido nada pensaría que el desayuno le había sentado mal y tenía retortijones.

Sí, será mejor que nos marchemos. — dijo mirando fijamente a Akta y su extraño comportamiento. Volvió a girarse hacia Mitil con gesto serio:

Si no hay más que añadir, nos encontraremos con vos en el lugar acordado, una hora antes de la caída del sol. — afirmó con una ligera inclinación de cabeza y se dispuso a salir, si era que la reunión estaba zanjada.

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25/02/2021, 14:40
Lasar Etreri III

Di un grannnnn bostezo ante la dialéctica de los seguidores de Seyran. Eran buena gente, pero algo cansinos cuando confrontaban opiniones. Me recosté en la silla, como solía hacer, y observé con detenimiento a los dos acólitos del tal Misil Airemar, sobretodo a Caraperro. Con la flauta dulce en la mano, no el flautón, se me ocurrió una pequeña broma, bastante graciosa por cierto. Empecé a mover la flauta despacio, de un lado a otro, para atraer la mirada del sabueso.

-"Psss, psss. Pssssss." Chisté suave y en bajo.

En cuanto tuviera la atención del ser, movería la flauta un poco más deprisa. Tenía curiosidad por si le gustaba jugar con los palos. Si tirara la flauta al fondo de la habitación, ¿me la traería?

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25/02/2021, 21:13
Zhaghun

Zhaghun miró con cara de perro a Lasar y es que no podía mirarle de otra forma. No obstante, al ver como movía aquella flauta no se inmutó demasiado. No parecía que fuera de aquellos perros a los que gustaba perseguir objetos inanimados lanzados por su amo.

¡Grrrrf! - Gruñó y alzó la cabeza, como preguntando al bardo que diantre quería...

Notas de juego

Espero a Lerissa para postear!

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25/02/2021, 21:57
Akta

Cada vez me sentía más incómoda con la actitud de Crodos hacia mí y su respuesta me dejó molesta del todo. - No entiendo porqué queréis desacreditarme con vuestra actitud y palabras. - Le dije al paladín. - ¿Acaso hice o dije algo que os ofendiese durante esta charla? - Le pregunté delante de todos. - Quizás os habéis tomado demasiado a pecho vuestra gesta de salvar a doncellas en apuros, pero os recuerdo que ni soy una doncella ni estoy en apuros. No tengo celibato que proteger ni virginidad que atesorar, por lo que no hay doncella ante vos y se defenderme con mi espadón... - Aunque en aquella batalla la única herida y que realmente se convirtió en un verdadero lastre fui yo.

- Quizás deberíamos separar nuestros caminos hasta que nos encontremos esta noche con Mitil y sus hombres. Así podréis ver que puedo cuidar de mí misma incluso en un lugar como este... - Miré entonces al bardo y sus gestos al hombre-perro. - Tened cuidado Lasar, no sea que ese sea el palo que le guste morder y masticar y opte por el que tanto os molestáis en mostrar bajo vuestras mayas. A fin de cuentas, entiendo que Zhaghun es carnívoro y de aquello que tanto presumís, es un pedazo de carne... no se lo pongáis tan fácil. - Miré al hombre perro y le guiñé un ojo cómplice. Quería hacerle ver que no me metía con él, sino con el bardo. Aunque con la suerte que tenía, lo mismo me ganaba un enemigo peludo por querer acallar a Lasar.

- Tengo varias cosas que hacer, comer algo, ver que ocurre con Jonsi en ese templo de deprabación y horror y tendría que ir a presentar mis respetos al Templo de Seyran y mis compañeros. Ver que está ocurriendo en su interior y encontrar la manera de sanar esa herida desde dentro. No negarán la entrada a una sacerdotisa fiel a su deidad, pero si hay algo malo y corrupto en el templo, si se mostrarán reacios ante la presencia de una aasimar... notaré tensión y temor... algo que por cierto, no ha le incomodado a vos. - Le dije a Mitil. - Ni a sus compañeros...

Así que habían dos opciones: o aquel hombre realmente era un verdadero criminal y un manipulador, con tanta seguridad en sí mismo que no le molestaba nada la presencia de alguien de mi raza o que se había labrado una fama de criminal que no era tan horrible como quería mostrar ante todos... usándola para ocultar su verdadero yo bajo aquella máscara de seriedad y frialdad. Pero no quería decirlo en voz alta. No porque Crodos me rebatiría mis palabras, volvería a dejarme mal y entonces ni compartir nuestra fe y amor por Seyran, sería suficiente como para que volviese a viajar a su lado.

Notas de juego

Me pisaste Lerissa. No voy a cambiar nada del post porque me queda uno por hacer antes de irme a la cama y ya estoy dando cabezazos.

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25/02/2021, 23:42
Crodos Mornward

Obviando el vulgar comportamiento de Lasar, al que ya estaba algo habituado, y la hostilidad de la tiefling hacia él -lo que por otro lado no dejaba de parecerle irónico- se giró lentamente hacia Akta.

Crodos parpadeó, y por un momento arrugó la frente con gesto de profunda preocupación. Ya no tenía la menor duda que la pobre Akta, a quien tanto aprecio tenía, necesitaba ayuda. Pero rápidamente cambió su gesto para mirarla con franca amabilidad:

Jamás podríais ofenderme, Akta. Yo os respeto, y lamento profundamente si mis palabras os han hecho sentiros desacreditada, pues no era mi intención. — se inclinó en una reverencia — Os suplico vuestro perdón si ha sido así. — se enderezó — Pero por favor, os pido que recapacitéis y no os separéis. Se que sois muy capaz de cuidar de vos misma, pero tal vez esta ciudad sea ahora más peligrosa de lo que aparente ser. Debo velar por vos... Y vos por mí. Investiguemos juntos. — sonrió, tendiéndole una mano.

Había jurado velar por ella y confiaba en que la noble y buena sacerdotisa no se lo pusiera difícil. Ni se fiaba de su contratante ni de una ciudad que veneraba un culto que trataba de expulsar a Seyran. En aquellos momentos absoluto le parecía buena idea tomar caminos diferentes.

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26/02/2021, 09:15
Lerissa

Cuando se trataba de aceptar una misión, o en mi caso, un trabajo, cada uno tenía sus propios motivos. Algunos lo harían por hallar justicia; otros, porque deseaban encontrar aquel breve momento de paz en el cual todo cobra sentido; para mí era solo una cuestión práctica. El mundo había dejado de ser un jardín para tumbarse al solo y mirar las nubes, y era solo un enorme charco en el cual podía llenar mi cantimplora siempre que fuese capaz de encontrar un agua lo suficientemente limpia.

Aquella lo estaba.

Asentí con la cabeza, mostrando mi acuerdo con el plan, y disponiéndome a retirarme. Quedaba mucho día todavía, pero esperaba que eso no significase tener que aguantar al bardo mucho tiempo, que ya estaba haciendo sus tonterías de costumbre, esta vez, con alguien que podía crearle más problemas.

-Por favor, si necesitas que te lo aguante mientras le muerdes, no dudes en pedírmelo. Estaré encantada de hacerlo -le dije al tal Zhaghun, apoyando los comentarios de Akta. Demasiada arrogancia por parte de Lasar, ante alguien con tan... malas pulgas.

Tampoco me apetecía tener que soportar más discusiones entre Crodos y Akta, ni más disculpas o aclaraciones. Aquello no iba conmigo.

-Crodos, si queréis, puedes lamerle también las botas, o cualquier otra cosa, dado que ha dejado clara su postura acerca del celibato -le comenté, con una media sonrisa.

Notas de juego

Pues lo pongo ahora. A mí me da igual cambiarlo. Ya ta. ;)

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26/02/2021, 11:32
Zhaghun

El hombre con cara de perro sonrió, o hizo el gesto equivalente perruno de sonreír, cuando Akta le guiñó un ojo. El no guiñó nada, pero asintió con la cabeza. Acto seguido miró a Lasar con fiereza y se abalanzó sobre la mesa acercando su hocico hacia este, mostrado sus afiliados colmillos. 

Morderia gustoso ese palito hasta arrancarlo de esas mallas... - Amenazó Zhaghun al bardo. Segundos después se apartó. - Pero mi amo me tiene dicho que no me coma las mierdas que encuentro por la calle. - Y acto seguido lanzó una sonora carcajada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lasar tira una prueba enfrentada de intimidar: 1d20+SAB+NIVEL+Otros bonificadores contra miedo.

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26/02/2021, 11:47
Mitil Ironsar

Mitil también sonrió ante aquella extraña discusión sobre quién debía cuidar de quien y la leve amenaza de Zhaghun contra la virilidad del simpático y desmelenado bardo. Finalmente se puso en pie y recogió sus cosas. 

Tengo cosas que hacer antes de la cita de esta tarde. - Dijo Iromsar. - Como veo que también ustedes. Espero que no me fallen. Están haciendo lo correcto. Se lo aseguro. - Y dijo aquello les hizo un gesto a sus dos esbirros y los tres abandonaron el local. 

Notas de juego

Y ahora decidme cada uno donde quiere ir.

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26/02/2021, 11:58
Lerissa

Notas de juego

¿Qué opciones nos das?

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26/02/2021, 16:48
Akta

En el fondo sabía que Crodos no lo había hecho con mala intención. Era el único de todos los presentes que no albergaba maldad alguna. Algo que en un momento dado, yo si podía llegar a tener gracias a ser educada entre humanos y razas menos recomendables.

Pero me sentía muy dolida y molesta por todo aquello en esta ocasión, sin llegar a entender bien porque me había ofendido tanto en esta ocasión cuando en otras lo había considerado parte de mi aprendizaje.

Aunque aún no entendiese bien el motivo, sabía que nuestro jefe tenía que ver en todo aquello. No quería que me viese como Crodos me pintaba ni que se hiciese una idea equivocada conmigo. Debería importarme poco o nada, pero tenía algo que me atraía hacía él y no sabía cómo pararlo.

Vi como se disculpaba y como me tendía la mano y miré de soslayo a Mitil, lo que hizo que mi orgullo brillar dentro de mí más que el dorado de mis ojos. - Lo siento Crodos. Sigo sin comprender porque habéis querido dejarme en evidencia delante de nuestro ahora jefe, desde el primer momento que abrí la boca y estrechar vuestra mano no hará que la imagen que has creado de mi se esfume de su cabeza con facilidad ni que él dolor por vuestra actitud hacia mí se alivie.. - Dije con Mitil y sus hombres aún delante. 

- Porque el acuerdo ya está hecho y todo hablado. Sino le pediría ir con él y sus hombres y ayudarle en pequeñas tareas donde no le molestase ni pudiese entorpecer sus negocios. Aunque me dijese que le limpiase la ropa sucia, me sentiría mejor que con vos a mí lado ahora mismo.

En ese momento la tiefling se metió donde no le importaba. - Soy una mujer libre Lerissa y como tal decido yo a quién entregarle mi virtud. Vos no tenéis ni voz ni voto y menos aún opinión en eso. Yo no yazco con cualquiera y solo me entrego si realmente me atrae quien tengo delante. - Y mis ojos me traicionaron y miré a Mitil con aquellas palabras.

Al menos con quién no metí la pata fue con el hombre- bestia, quién se percató de mi juego y lo siguió. Algo que me hizo sonreírle divertida. Al menos eso me relajo un tanto hasta que Mitil dio por concluida la reunión con todos los puntos claros. En ese momento en el cual le vi levantarse para marcharse la sonrisa de esfumó de mi cara y mi cabeza buscó algo inteligente e interesante que decirle... pero sus ojos, su forma de hablar, me anulaban por completo.

No le fallaremos mi señor. Al menos yo estaré en el lugar y hora acordados. - De hecho quería que llegase ya aquel momento. Iba a ser un día muy largo y duro para mí. 

Casi siguiendo sus pasos, opté por salir de la habitación. - Necesito desayunar algo. - Dije sin mirar a nadie y prácticamente siguiendo la estela de Mitil, quién sin duda me oiría seguirle y mi voz a su espalda. - O no seré capaz ni de usar mi espadón en caso de necesidad. La ciudad es grande y tengo que comprobar muchas cosas por mi misma y queda claro que demostrar otras. - Se pudo oír claramente mi voz por el pasillo hacia el comedor. Seguía mosqueada y Crodos había sido mi apoyo en aquel disfuncional grupo y ahora que se había comportado así, me sentía sola y dolida y quizás estar sola era lo que necesitaba.

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26/02/2021, 23:16
Crodos Mornward

Su gesto se inundó de preocupación y tristeza. Esas extrañas ganas de estar con el desconocido y las duras palabras que le había dedicado habían hecho mella en el corazón del paladín. Y aunque había hecho una promesa, tenía claro que no podía obligarla.

Bajó la mano y suspiró largamente, mirando con abatimiento a la sacerdotisa. Aunque el comentario de Lerissa le pareció osado, en cierto modo tenía razón, aunque no sabía si en el mismo sentido que la tiefling.

— Sea como decís. Os he ofrecido mis sinceras disculpas, pero temo que no puedo hacer más. Tened cuidado, por favor. Nos veremos a la hora acordada. — dijo a Akta con voz triste.

Se colocó su yelmo ornamentado y se dispuso a salir, pero antes se dirigió a Lasar y Lerissa:

— Veo conveniente hacernos con algunas pociones de curación, pues no se sabe qué puede ocurrir esta noche. Tal vez algún apotecario local venda algún tipo de brebaje, y quizás de paso podamos obtener de él algo de información respecto a ese bandido. Luego, podríamos pasar por la Iglesia de Seyran, si tenéis a bien acompañarme. Quisiera comprobar personalmente la Fe de los sacerdotes locales.

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27/02/2021, 10:07
Lerissa

Me encogí de hombros indiferente, ante el comentario de la "ofendida" Akta. Podía hacer lo que quisiera con quién quisiera y cuando quisiera, faltaría más, pero si no tenía sentido del humor, porque me parecía que no se trataba de que lo hubiese perdido, sino que había nacido sin él, yo no iba a preocuparme, ni por ella ni por nadie.

-Me parece bien -repliqué ante la sugerencia de Crodos, que al menos pensaba con la cabeza y no tenía aquella parálisis cerebral que parecía haber llenado la cabeza de la aasimar -. Lo que sea con tal de salir de aquí.

Ni siquiera esperé a que dijesen algo o acordasen un plan. Simplemente me terminé mi brebaje de hierbas, que dicho sea de paso, sabía como un queso pasado, y salí del lugar.

El aire fresco me sentó bien, pero al mirar a mi alrededor, me di cuenta de que no parecía haber cambiado demasiado el ambiente general. El que no había caído, estaba todavía buscando encima de quién hacerlo y los cánticos resultaban cada vez más insoportables.

Con el tiempo, acabarían gustándome las tonadas de Lassar.

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28/02/2021, 05:32
Herbolaria

Así fue como Crodos, Lerissa y Lasar se separaron, aunque sólo fuera de manera momentánea de Akta. Su extraño enfado con el paladín, había causado una fisura con difícil arreglo y aunque volverían a encontrarse esa misma tarde sino antes, después de la misión que tenían entre manos, muy posiblemente cada uno seguiría su propio camino.

Por su parte, Crodos tenía claro que debía prepararse para el combate que posiblemente tendría lugar a la caída del sol que tanto amaba. Pese a que él podía curar únicamente con imponiendo sus manos con la fe suficiente y que sabía que Akta poseía una varita que regeneraba rápidamente las heridas, quería algo instantáneo por su llegaba el momento. Una poción curativa era lo que buscaba.

Tras dar un par de vueltas por aquella ciudad, llegaron ante una negocio que podía proporcionarles lo que buscaban. Se trataba de un herbolario regentado por una medio elfa de rubia cabellera y graciosas lentes sobre su respingona nariz. La mujer les atendió gustosa y cuando Crodos mencionó lo que buscaba asintió.

- Las pociones de curar heridas leves valen 50 piezas de oro y las de curar heridas moderadas 300 piezas de oro. - Comentó la tendera. - Aunque si me compran más de una, quizás pueda hacerles alguna rebaja...

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28/02/2021, 05:33
Mitil Ironsar

Así fue como Crodos, Lerissa y Lasar se separaron, aunque sólo fuera de manera momentánea de Akta. Su extraño enfado con el paladín, había causado una fisura con difícil arreglo y aunque volverían a encontrarse esa misma tarde sino antes, después de la misión que tenían entre manos, muy posiblemente cada uno seguiría su propio camino.

Akta se propuso seguir a quien ahora consideraba su nuevo jefe. ¿Por qué? No parecía tenerlo claro ni ella, pero aquel extraño sentimiento que había nacido hacia él en su interior, le tenía realmente confundida. Una improbable atracción hacia aquel hombre había conseguido que perdiera la cabeza por él e incluso que se peleara con el bueno de Crodos.

Zhaghun y por el rufián que respondía al nombre de Bloj, una especie de onomatopeya de difícil pronunciación. No habían avanzado ni cien metros a través de aquellas calles empedradas, cuando Inronsar miró atrás y se percató de que estaban siendo perseguidos por la sacerdotisa. Extrañado frunció el ceño, miró a sus dos esbirros y éstos, tras alzar los hombros como signo de incomprensión, se acercó a Akta.

- ¿Vas a seguirnos mucho rato? - Le preguntó. - ¿O es que no tienes a dónde ir?