Partida Rol por web

Eliferum se sintió aludido tras la orden dada por Valyëvan. Enfundó lentamente su arma mientras miraba a ambos lados. Ciertamente la presencia de trasgos en la zona le había hecho hervir la sangre, pero no era momento de actuar de forma impulsiva. También era cierto que no había ni un alma visible en muchos kilómetros a la redonda salvo ellos mismos y con suerte nadie habría oído sus palabras en un tono desafortunadamente alto.

- Disculpa... - Dijo el descendiente del linaje Anjo. - No sé que me ha pasado. - Se golpeó con el puño contra el pecho. - Odio a esos seres y... - Resopló con arrepentimiento. - Me controlaré a partir de ahora...

- Eso espero Anjo... - Intervino entonces el desagradable líder de la expedición. - De lo contrario no hará falta que yo te raje, porque el primer grupo de pieles verdes que nos detecte se encargará de ello. - Alzó el puño con rabia. - Por esto no deseaba traer con nosotros a un hombre senil. - Afirmó de forma contundente. - No sabemos si está loco o demente por la edad. Una tontería más y... - Miró por el rabillo del ojo a Valyëvan y se mordió la lengua. - Ni una más... ¿Entendido?

Eliferum se sintió duramente reprendido, aunque en esa ocasión Jacrow tenía su parte de razón. Aquel hombre asintió con la cabeza y bajó la mirada. No pretendía ser una carga para el resto, pero era cierto que no había comenzado con buen pie precisamente tras el desembarco. Les demostraría que aun anciano y manco, todavía podía serles de utilidad.

- ¿Seguimos, Aeny? - Le preguntó con un dulce tono de voz a la joven semilefa. Tan solo ella pudo oírlo y entonces posó una mano sobre su hombro. - ¿O has encontrado algo más que sea reseñable? Creo que debemos abandonar la zona cuanto antes. No nos interesa saber quienes han matado a estos trasgos, ni si alguno de los trasgos logró escapar y esconderse. Cuanto antes salgamos de estas tierras mucho mejor para todos... - Afirmó.

Mientras Alex me hablaba lo veia perdidamente a los ojos. Era lindo a su manera de ser y cuando me trataba con dulzura podia ablandarme.

- Tienes razon... mejor sera que nos vayamos.

No me habia gustado como Jacrow habia reprendido a Anjo, pero no importaba, las pupilas de Alex brillaban.

- No veo nada mas....

Solo a ti....

Y sonrei un poco apenada por haberle mirado de esa manera aunque realmente no habia hecho nada. Al avanzar vi como miraba Valy con esa media mueca de desaprobacion. Hice un gesto de interrogacion porque yo no habia hecho nada pero estaba claro que ella notaba como miraba a Alex, lo que me preocupa realmente era que Alex tambien lo supiese e insistiera con ello. Tenia que sacarlo de mi cabeza o todo se iba a complicar.

- Tal vez deba alejarme con Valy para explorar delante de nosotros para que no nos puedan emboscar, si vamos con poco equipo podemos cubrir una buena distancia y regresar en una hora mientras ustedes avanzan detras de nosotros, te parece?

Si estaba de acuerdo le informariamos a Jarcrow de que Valy y yo iriamos a explorar un par de kilometros delante y regresar como si fuesemos exploradoras.

-Yo iba a sugerir lo mismo, Aen -le dije, asintiendo con la cabeza.

Sin esperar confirmación de nadie, cargué mi arma al hombro y me dirigí hacia Aenifer.

-Dadnos media hora de ventaja antes de reanudar la marcha. Nosotras iremos más aprisa solas y volveremos cuando hayamos explorado lo que viene a continuación.

Después, empezamos a correr para ganar distancia.

Jackrow accedió a la petición de ambas mujeres. Se le veía un tanto asustado. Era evidente que ese hombre no era para nada un guerrero y que si estaba allí era únicamente porque la recompensa podía ser tan cuantiosa que le reportara el suficiente oro como para comprar una nación entera. Tendrían que tener cuidado con él en el momento en que las cosas se pusieran feas y fueran atacados, si es que eso llegaba a suceder. Muy posiblemente fuera más un estorbo en el combate que una ayuda.

Las dos mujeres comenzaron a correr en dirección a lo desconocido. Lo cierto era que las llanuras eran un pármamo desierto totalmente desconocido para ellas, pero al menos había pocos sitios en los que un gran grupo de personas y menos a caballo pudieran esconderse. En menos de diez minutos ya los habían perdido de vista por completo. Avanzaron durante más de media hora dejando muy atrás a los tres varones miembros de la expedición. 

Fue entonces cuando detectaron algo no muy lejos de ellas. Se trataba de un rastro. Ni Valyëvan, ni Aenifer, eran expertas rastreadoras, el verdadero experto en aquello era Alex. Aún así el rastro era tan evidente que no podían ignorarlo. Se trataba de un rastro como de arrastre. No había pisadas, pero era como si... alguien se estuviera arrastrando. También había sangre en la misma trayectoria.

El rastro discurría casi en paralelo desde donde ellas venían, aunque el ángulo se iba cerrando hacia su posición y se desviaba un tanto hacia el este.  Si no lo habían visto hasta ese momento era porque era en ese momento, cuando se había hecho mucho más evidente debido quizás a la composición del terreno. Además, parecía que quien fuera que se estaba alejando del lugar del combate había caído al suelo hacía poco, pues comprobando el terreno, los restos de sangre y de arrastre empezaban solo un par de centenar de metros más atrás. Fuera quien fuera, estaba herido.

Hay que acelerar el paso. Si queremos alcanzarlo, sobre todo antes de que muera, tendremos que ir más rápido -le dije a Aenifer al comprobar el rastro y deducir de qué se trataba.

Puede que fuese un trasgo, pero también uno de nosotros. En cualquier caso, dejar a aquella criatura herida en aquel lugar era condenarla a muerte, y eso era algo que no deseaba en mi conciencia, incluso aunque se tratara del más despreciable de los seres. Un guerrero era un guerrero, del tipo que fuera y en donde fuese.

Sin esperar más tiempo, aceleré la marcha.

Siguiendo el comentario de mi amiga y su ritmo de carrera avance con ella despues de desenfudar mi arco y tener lista una flecha. Queria poder reaccionar rapidamente si era necesario.

El terreno era completamente desconocido pero no era escabroso y la visibilidad era bueno siendo un paramo desertico habia pocas oportunidades para emboscadas y aun asi mantuve los ojos muy abiertos.

Por otro lado me preguntaba porque Valy no me habia enfrentado nuevamente ahora que estabamos solos pero no era el momento de hablar, teniamos esta tarea entre manos asi que me mantuve concentrada en el horizonte y en el ritmo.

Alex tendria que esperar, seguramente tendria que esperar mucho, o al menos eso queria seguir pensando.

- Valy, con cuidado....

Aenifer parecía examinar los alrededores con atención, aunque también vi que me miraba de reojo. Me dio la sensación que quizás esperaba que volviese a hablar con ella aprovechando que estábamos solas, pero yo ya había decidido que no volvería a hacerlo. Estaba cansada de tener que extraer sus secretos como si estuviese extrayendo el puñal de una piedra. Ya hablaría conmigo cuando se sintiese con ánimo suficiente.

Además, en aquellos momentos, lo único que importaba era el rastro de sangre. Podía ser un trasgo o cualquier otra cosa, pero estaba bastante segura de que fuera quien fuese, estaba herido. Pero eso no me relajó. El grupo dependía de nosotros para sobrevivir, por eso estábamos allí, y Aen de mí, y por eso había ido con ella en aquel absurdo viaje.

Por mucho que mirasen a su alrededor no iban a sacar demasiadas conclusiones si no seguían aquel rastro. Todo era bastante monótono y no se vislumbraba señal alguna de que aquello fuera a cambiar salvo por las marcas que habían localizado. Por ellos caminaron a paso ligero siguiendo aquellos vestigios durante no menos de diez minutos. Fue entonces cuando observaron algo arrastrándose en la lejanía.

Aceleraron el paso y en unas cuantas zancadas se hallaron ante el ser que había estado dejando el rastro de sangre. Se traba de un trasgo vestido con una armadura de malla y abrigado con pieles. Sangraba por el torso, encontrándose la ropa que portaba totalmente empapada de sangre. Su color verdoso había perdido intensidad. Sin duda se estaba desangrando. 

Lo cierto era que a penas tenía los ojos abiertos. Se arrastraba casi sin fuerzas y más por inercia que por convencimiento de que iba a logar sobrevivir si llegaba a algún lugar concreto. De no ser porque se trataba de un apestoso trasgo, hasta les hubiera dado pena verlo en aquellas condiciones. Aunque fuera como fuera, evidentemente era un guerrero, pues portaba armadura y una vaina vacía de una espada colgaba de su cinturón y eso hacía que Valyëvan se sintiera un poco más compasiva con él.

Tardó varios segundos en percatarse de la presencia de las dos mujeres. En cuanto lo hizo se dio media vuelta quedando tumbado boca arriba frente a ellas. Su coraza presentaba varias perforaciones, posiblemente de puntas de lanza y también parecía sobresalir una estaca de una flecha clavada cerca de su hombro. Al ver a las mujeres pareció asustarse e interpuso las manos por delante de su cara en posición defensiva.

- ¡Ñarrak vitk mitkat yarrat! - Exclamó aquel ser en un idioma totalmente desconocido para ellas.

No sabia que decia aquella criatura pero estaba moribunda y eso me dio pena. Mi amiga podia acabar su miseria prontamente porque no ibamos a curar un trasgo. Y si al menos pudiesemos comprenderlo nos seria util interrogarlo pero no tenia caso.

- Valy... Con un gesto le indique que terminara con su sufrimiento.

Era lo mas honorable.

Sin embargo despues de eso revisaria su cuerpo y sus heridas para tratar de entender quien o que lo habia herido.

- Tal vez debamos seguir mas adelante, si esta criatura buscaba llegar a algun sitio debe haber un campamento trasgo cercano o algo donde protegerse, vamos?

Asentí.

Sabía lo que quería decir mi amiga. Trasgo o no, honorable o no, aquel ser moribundo estaba sufriendo y no estaba en nuestra naturaleza permitirlo, así que saqué mi hacha y sin más miramientos, dejé que descendiera sobre su cabeza, acabando con su vida y también, con su dolor.

-Descansa en paz -murmuré.

Tal vez debamos seguir mas adelante, si esta criatura buscaba llegar a algun sitio debe haber un campamento trasgo cercano o algo donde protegerse, vamos?

-Sí. Pero no debemos alejarnos demasiado del camino. Recuerda que debemos proteger nuestro viaje, no limpiar de trasgos este lugar y que somos presa fácil si nos encontramos con un grupo mayor.

A continuación, me agaché para examinar el cuerpo y las ropas de la criatura, antes de reemprender la marcha.

Al rebuscar entre las pertenencias de aquel trasgo, no encontraron nada demasiado revelador. Portaba una cota de mallas de calidad bastante dudosa sobre la que lucía una coraza agujereada por puntas de lanza y pieles sobre la misma para protegerse del frío. Además en su cinturón portaba una vaina vacía y una vez rebuscaron algo mejor encontraron un saquito de cuero en el que se encontraban siete dados de sies caras y otro saquito donde portaba doce piezas de plata y dos de oro. Por último descubrieron una daga herrumbrosa oculta en una de sus botas.

No obstante, ya cuando iban a dejar atrás aquel cadáver, Valyëvan se percató de algo. Portaba un amuleto colgando del pecho. Se trataba de un amuleto de cobre sobre el que había grabado un dibujo. Se trataba de una grotesca mano de seis dedos cruzada por una franja. No había visto nunca ese símbolo, pero posiblemente fuera el de algún clan o el de algún culto. Poca información era la que habían obtenido, pero ya era algo.

Continuamos la exploracion.

Bien, de momento no nos servía de nada lo que habíamos encontrado, pero ahí estaba. Aenifer parecía decidida a continuar y por mí no había problema. Estaba acostumbrada a viajar, luchar y explorar sola, así que en realidad, no había mucha diferencia. De hecho, lo prefería a trabajar en equipo.

-Continuemos. Cuanto más descubramos, mejor para todos -dije, lanzándome hacia delante para intentar encontrar a nuestros enemigos o cualquier otra cosa que pudiera ser interesante para nosotros.

Mientras avanzábamos, sigilosas pero también en alerta permanente, miré en más de una ocasión a mi compañera. Era mi amiga, mi única amiga, pero entre las dos había secretos que iban más allá de lo que no nos habíamos contado. ¿Ella hacía aquel viaje por dinero... o por un hombre? Ambos supuestos me resultaban hasta cierto punto, discutibles. No me gustaban.

Yo lo hacía por ella. ¿Me convertía eso en una idiota? Seguramente, así era.

-Aen... -dije en un momento -No, nada. Olvídalo.

No podía volver a preguntarle sobre lo mismo.

-Debemos concentrarnos en esto. Ya hablaremos en otro momento.

Las dos exploradoras siguieron avanzando durante un buen rato a paso ligero. Debían descubrir que era lo que estaba sucediendo. Primero habían dado con aquellos restos calcinados de trasgos y las huellas de pisadas de caballos y de combate. Luego cuando se habían adelantado a investigar habían encontrado a aquel ser moribundo al que habían ahorrado un sufrimiento innecesario. No conocían el símbolo de su amuleto, aunque podía ser interesante en el futuro y ahora, emprendían una búsqueda desesperada del campamento o del resto del grupo de pieles verdes que operaban bajo el símbolo de la mano de seis dedos cruzada por una franja.

Porqué, aquel moribundo, sin duda alguna se dirigía a algún sitio. Aquel moribundo debía saber muy bien hacia donde se arrastraba. O puede que no... Eso no lo sabrían fácilmente. Lo que tampoco sabían era si el lugar al que el trasgo se estaba moviendo estaba muy cerca o muy lejos de su posición. Tras casi media hora de seguir avanzando sin descanso y sin un solo avistamiento de campamento alguno, columna de humo, estandarte, aldea, caverna o persona alguna, empezaron a plantearse si realmente llegarían a dar con algo, o si simplemente se estaban alejando demasiado de sus compañeros con la consecuente probabilidad de perder su pista.

Cansada de conseguir nada y dandome cuenta que al menos de momento no teniamos peligro inminente para el grupo pense que era el momento de regresar.

- Valy.... creo que debemos regresar. Si el trasgo iba a alguna parte estaba claro que era mas lejos y que no iba a llegar. Tal vez despues volveremos a explorar mas adelante para asegurarnos de que no hayan emboscadas.

Volvi a mirar alrededor para asegurarnos de que estabamos solas y guarde mi armas. El ambiente era realmente desolador, una soledad magnifica que abrazaba todo alrededor dandole una belleza inhospita al paramo donde estabamos.

 - Valy... espera, se que te debo una disculpa.... dije apenada.

- Pero sere franca contigo y lamento haberte arrastrado conmigo pero siento que he metido la pata hasta el fondo y no lo hice a proposito en serio, es que..... sabes como soy de que siempre creo en los demas y aquello.... bueno no es que el mapa no sea cierto, de hecho parece que si y creo que podemos tener buena ganancia de este viaje si encontramos el tesoro, pero no queria decirte eso....

Respire profundamente mientras miraba el cielo y centraba mis ideas.

- Lo que quiero decir es que aun amo Alex..... Dije al final.

Oir aquellas palabras eran mas fuertes que yo misma y me dejaban un mal sabor.

- Y se que no debo, no quiero hacerlo, no debo ser tan estupida, pero alli esta tan encantador como siempre pidiendome perdon y cuidando de mi como antes, sabes que no siempre estuve en casa, que vivi un tiempo en la ciudad y hay muchas cosas que no te he contado, en parte porque no tenian importancia, porque queria sepultar mi pasado, porque no queria saber nada de nada de lo que habia hecho porque hice cosas malas Valy, cosas que me arrepiento.

Mi ojos se llenaron de lagrimas pero me contuve.

- Y lamento haberte arrastrado conmigo a esta expedicion porque tal vez no encontremos nada, pero necesitaba que estuvieses conmigo, porque... porque.... bueno porque contigo espero no cometer los mismos errores.... dije al final.

Y era verdad, mi amiga me ayudaba a mantenerme centrada y enfocada. Habia logrado decirlo y me sentia apenada pero tambien me habia hecho enfrentar esa verdad y que dejara de mentirme a mi misma. No sabia como iba a reaccionar nuevamente frente a Alex, pero al menos Valy sabia a que atenerse conmigo.

- Crees que deba perdonarlo? Tal vez haya cambiado, parece una buena persona, no crees? Pregunte de manera ingenua.

Era mejor que regresaramos.