Partida Rol por web

Mientras conservaba con Eli, vi que Aen y Alex hablaban en voz baja entre ellos. No quería ni saber de qué estarían hablando, pero no tardamos demasiado en enterarnos.

De repente, Aenifer saltó de su sitio, se puso en pie y se encaró con Alex. Si no la hubiese visto tan enfadada, me habría reído por todo lo que comentaba.

Aenifer se deshizo de todas sus armas y le retó a una pelea. Yo me levanté para ayudarla, pero ella no me lo permitió, y lo entendía. Estaba decidida a hacerse valer. En aquel momento, me sentí orgullosa de mi amiga, de su determinación y la fortaleza que pocas veces demostraba.

Pero en aquel momento, sí que lo demostró. Lanzó un poderoso golpe que nos dejó a todos sorprendidos... sobre todo a Alex.

-¡SIIIII! -exclamé, eufórica, cuando vi como Aenifer lanzaba su ataque sin esperar a que Alex se pusiera en pie.

- Aeny no... - Trató de responder el joven. - No fue así... Yo...

Alex trataba de explicarse cuando Aenifer se puso en pie y en posición de ataque. El joven la miraba desconcertado. Lanzó una furtiva mirada hacia Valyëvan, probablemente le preocupaba que aquella mujer no hiciera caso de las indicaciones de su amiga. Al volver a mirar de frente se dio cuenta de que Aenifer iba bien en serio.

- Te lo puedo explicar, pero no creo que... - Aenifer no tenía ganas de escuchar sandeces y un puñetazo voló golpeándole en la mandíbula y haciendo que cayera al suelo algo aturdido.

- ¡Bueno, le ha dado fuerte! - Gritó Eliferum eufórico.

Aquel hombre también de puso en pie expectante. Parecía estar disfrutando de aquella situación. Sólo le faltaba dar palmadas para animar a los contendientes.

- ¡Es toda una fiera la muchacha! - Exclamó e inmediatamente soltó una buena carcajada.

Quién no parecía para nada tan eufórico era Jacrow Geja. La cara que puso hablaba por sí sola. Era evidente que ese comportamiento le irritaba ostensiblemente. Negó con la cabeza mientras mantenía un rictus de haber mordido una cebolla y se dio media vuelta dirigiéndose a la tienda de campaña.

- ¡Yo me largo! - Dijo con sumo desprecio. - Brutos... Animales... primitivos... - Soltó en su camino hacia el petate.

Yo misma estaba sorprendida por el golpe que le habia dado a Alex. No esperaba golpearlo tan fuera de guardia o simplemente estaba muy molesta y eso me habia dado mas motivacion.

Como fuere, parecia queria volver a disculparse pero ya no habia tiempo para ello, o me enfrentaba o volveria a sentir mi puño en su cara.

Asi que me planté para continuar.

Alex fue encajando golpe a golpe, puedes después del primero llegó otro, que si bien le dio de refilón también le impactó, en esta ocasión en el pecho. Aquel joven se había visto del todo sorprendido por la actitud de aquella mujer. No esperaba para nada verse involucrado en una pelea con Aenifer y menos después de llevar ya bastante tiempo juntos desde que se encontraran en Pozo Rojo. Abrir el cajón de los recuerdos, le había traído unas consecuencias nefastas.

El joven explorador se lanzó sobre Aenifer tratando de agarrarla por encima de los hombros. Ella hizo un quiebro esquivando el ataque y en el mismo movimiento le lanzó un codazo a la altura de la entrepierna a Alex. El joven dolorido no logró agarrarla y acabó de nuevo en el suelo mordiendo el polvo. Estaba recibiendo una soberana paliza a manos de Aenifer y si no luchaba, acabaría mucho peor de lo que se podía esperar. No obstante, ahora estaba de nuevo a merced de la chica, quien le tenía a tiro para patearle la cara.

- ¡Espera Aenifer! - Dijo desde el suelo e interponiendo su mano entre su propia cara y la joven. Su labio sangraba y su cara tenía restos de tierra. Su aspecto era lamentable. - ¡Vamos a hablar! ¡Tú y yo! - Le dijo. - Lo que has contado no... no fue así...

Estaba claro que Alex no iba a luchar y aquello me daba mas rabia aun, pero verle en el suelo y con sangre en la boca me hizo bajar los animos. Por un instante pense en lanzar una patada pero estaba practicamente indefenso y estando en el suelo se me hizo mas sencillo tomarle por el cuello.

Mi agarre fue con fuerza mas sin embargo no hubo una resistencia real por parte de Alex. Si yo fuese Valy pensaria con mucha molestia que Alex realmente le quitaba la diversion a lo que debia ser una lucha memorable, pero alli mientras apretaba su cuello mis emociones eran otras y mucho mas encontradas.

Mis ojos se encontraron con los de Alex a pocos centimetros mientras mis brazos se fueron soltando dejandole que pudiera respirar libremente mientras mi otro brazo simplemente le abrazo la espalda con cierto cariño.

Una vez mas nuestros rostros estaban a poco centimetros mientras detallaba sus ojos, profundos... y casi podia asegurar que sinceros. A la par respiraba el mismo aire y mi mirada bajo a sus labios para ver aquel fino hilo de sangre que salia de su boca producto de mi golpe.

Alex respiraba ahora mas calmado mientras mi mano o mejor dicho mi dedo recorrio el hilo de sangre por su mejilla y cuando nuestros ojos se unieron de nuevo en una mirada profunda entonces le bese.

Un simple beso, largo, con sentimiento, volcando todas mis emociones en mi lengua que se unia a la de Alex reconociendo en mi cerebro lo que mi corazon ya sabia. Mis brazos apretaron el cuerpo de Alex para unirlo a mi cuerpo y profundizar aquel beso que a parte de sellar aquel combate tambien correspondia a los intentos de mi amado de volverme a tener en sus brazos.

Cuando finalmente nos separamos ya no sentia el sabor de su sangre en mi boca pero si me sentia apenada.

- Lo siento mucho.... no queria hacerte daño.

Estaba claro que si queria, de hecho me sentia mejor, pero si de verdad Alex no tenia la culpa pues tal vez habia sido muy dura con el.

- Te golpee muy duro? Dije apenada para ayudarle a levantarse y luego sentarme junto a el para revisar sus heridas.

Negué con la cabeza.

Aquello había sido un espectáculo lamentable. Los sentimientos de Aenifer le habían vencido por fin, y aquel cabreo monumental, no era más que una forma de expresión frustrada de todos ellos. ¿Quería estar con él? Adelante. Pero que no se engañara. ¡Qué nos engañara a los demás!

Después de aquel beso, quedó bastante claro que él había vencido y que ella iba a estar bajo su yugo durante el resto del viaje.

Me acerqué lentamente sin apartar la vista de ambos y cuando estuve lo suficientemente cerca, escupí en el suelo, sin darle a ninguno, pero dejándoles clara mi postura. No soportaba a Alex. No confiaba en él. Y no me gustaba ver a Aenifer bajo sus redes.

Después me giré y me perdí en la oscuridad. Quería alejarme del campamento lo suficiente como para no tener que darle explicaciones a nadie. Localicé un árbol y me tumbé bajo él, como tantas otras veces había hecho, solo que en aquel momento, consideré la posibilidad de abandonar por primera vez una misión. ¡Qué me importaba a mí todo el oro del mundo! El dinero no podía comprar el honor o la felicidad. Solo permitía llenar los bolsillos y agriar los corazones. Aquel no era mi sitio. Sí, podía irme por la mañana, y dejarlos que hicieran lo que les diera la gana.

Y puede que lo hiciera.

- Aeni yo... - Dijo con una sonrisa boba en los labios.

Se notaba que aquel beso había calado muy hondo en Alex. Volver a sentir los labios de aquella chica hicieron que recordara cosas que si bien no había olvidado, si había dejado atrás y que pensaba con toda la tristeza de su corazón, que no volvería a revivir nunca. Alex sonría como un bobalicón enamorado y al mirar a Aenifer sus pupilar se dilataron. Le gustaba lo que veía, eso era evidente. 

Por un momento, parecía que nada tenían a su alrededor. Aenifer y Alex eran como una isla desierta en un medio de un gran océano, pues nada de lo que les rodeaba realmente, podía romper aquel momento que se tornaba mágico por momentos. Ni siquiera la marcha de Valyëvan con aparentes aires de cabreo, logró romper aquello que había resurgido entre ambos. Sin embargo, para cuando Aenifer fue consciente de lo que había sucedido con su amiga, tuvo que hacer de tripas corazón y salir detrás de ella. Si algo le había molestado, tenía que saberlo.

- Cuando vuelvas te lo contaré todo... - Dijo Alex agarrándole la mano. - ¿De acuerdo? - Aenifer asintió con la cabeza y sus manos se separaron con una suave caricia.

Aquella reaccion de mi compañera me habia aturdido mas de lo debido. Sabia lo temperamental que podia llegar a ser, pero podia tenerme un poco de confianza a mi al menos. El hecho de que besara a Alex no significaba que caeria rendida a sus pies... o si?

Deje ir a Valy porque pense que necesitaba espacio, tiempo para entender que mi amor por Alex no tenia nada que ver con nuestra relacion y que necesitaba aun de ella, pero al ver que desaparecia en la oscuridad de la noche y que no regresaba me hicieron pensar cosas peores.

Y si se marcha?

Tome una manta y sali a buscarla en direccion en donde habia caminado. No demore mucho. Encontre un arbol en medio de la nada y alli estaba ella tumbada en el tronco. Me acerque con calma pero sin discrecion y cuando mi miro le lance la manta, hacia frio, y me preocupaba por ella.

- Valy... que haces?  .... aun tenia esa mirada de desaprobacion.

- Esta bien que estes molesta, yo aun no se que fue lo que paso, pero no pensaras dejarme verdad? Yo te necesito.....  Dije al final a modo de disculpa.

Aenifer apareció de repente. Habría preferido que me dejara aclarar las ideas antes de tener que enfrentarme a ella, pero si prefería que lo hiciéramos en aquel instante... valía para mí.

-Para esto no me necesitas. Yo no estoy aquí por el oro, la gloria o una aventura llena de peligros. Estoy aquí por ti. Y tú no haces más que meter la cabeza en el saco que Alex ha preparado para ti. Pues está bien, si esa es tu elección, yo haré también la mía. No voy a sacrificar mi vida por alguien que no valora la suya.

Me había levantado para hablarle, y me había dirigido a ella con dureza, demasiada dureza, pero ya estaba bien de no decir lo que pensaba. Ya estaba bien de marear un problema que ella misma no me dejaba resolver. 

Era suficiente.

-No he dicho que vaya a dejarte, pero no me presiones demasiado o puede que cambie de opinión. Ahora déjame tranquila un rato -le pedí, tras lo cual, volví a echarme, esta vez, de lado, dándole la espalda.

Odiaba cuando Valy era tan testaruda pero jamas pense que me diria aquellas cosas. Yo no estaba cambiandola por Alex, simplemente habia pasado ....

Lo cierto era que ella queria su espacio y tiempo, no podia hacer nada mas que darselo y mañana seria otro dio, al menos no me habia rechazado la manta aunque tampoco la habia recogido.

Mas triste que antes regrese al campamento. De seguro Alex queria contarme su version de los hechos aunque ya estaba cansada por esta noche para seguir.

Mañana tambien seria otro dia para nosotros. Seriamos pareja de nuevo... tal vez.. no queria pensar en ello y mientras caminaba solo miraba el suelo pensando si habia sido una tonta una vez mas.

Alex y Aenifer durmieron juntos, pero durmieron. El día había sido agotador y pese a que el cuerpo les pedía resolver algunos asuntos pendientes entre ellos, la química tenía esas cosas, las circunstancias no invitaban a ello. El agotamiento, el lugar en el que se encontraban, la compañía de la que estaban rodeados y el terrible enfado de Valyëvan les invitaron a postergar un tiempo más su reencuentro carnal. Y no es que no tuvieran ganas, pero simplemente no pudieron.

Las explicaciones también tendrían que esperar. Alex Ryder simplemente le volvió a repetir a Aenifer que todo lo que sucedió el fatídico día en que sus caminos se separaron bastantes meses, atrás, no había sido culpa suya. Parecía convencido de que sus excusas y sus explicaciones eran válidas, pero de nuevo el cansancio hizo mella en ellos dos. Si tenía que confesar los hechos, ya sería al amanecer de un nuevo día, porque por lo que respectaba a esa noche, ya no había tiempo más que para descansar acurrucados el uno con el otro.

Y así fue. Alex y Aenifer durmieron abrazados. Alex abarcó con todo su cuerpo al de Aenifer y esta se sintió de alguna forma protegida por aquel hombre. Sentía el roce de su piel, sentía el palpitar de su corazón y sentía su respiración golpeando contra su cuello. Él la besó en el cuello mientras le acariciaba el hombro y el corazón de ambos palpitaba alterado. Volvieron a besarse. Sus cuerpos se habían activado y sus mentes viajaron a un lugar lejano.

Entonces el gruñido de Jacrow Geja les devolvió a la realidad. Aquel hombre roncaba como un condenado. Al sobresaltarse por aquel gruñido, Aenifer se incorporó de forma instintiva despertando a Jacrow y éste la miró con cierta desgana. 

- ¿Qué? - Le preguntó.

Aenifer negó con la cabeza y miró entonces a Alex. Ambos rieron de forma ahogada. Decidieron que en efecto, como bien les había dicho su raciocinio, aquel no era el lugar y mucho menos estando presente aquel malcarado hombre. Así que finalmente durmieron y lo hicieron muy a gusto sintiendo el cuerpo del otro pegado al suyo. Recordaron aquella sensación que había quedado atrás. La sensación de no sentirse solo en el universo y de saberse querido por alguien especial.

Y entonces amaneció. Fue una noche corta a criterio de Aenifer, pero reparadora y feliz junto a aquel hombre que había mantenido su abrazo toda la noche y que con su cuerpo le había dado el calor suficiente como para no sentir el frío de la noche. Seyran apareció por el horizonte y todos se pusieron en marcha.