Partida Rol por web

El grito de guerra de Valyëvan fue la señal que Alex necesitaba para entrar en acción. Una vez la bárbara dio el toque de alarma, el explorador surgió de su madriguera armado con su espada larga. Se tomó un momento para localizar a Aenifer, que había salido del refugio justo antes que él y una vez hizo sus disparos se interpuso entre ella y los trasgos atacando al primero con el que se topó.

- ¡Muere escoria! - Le gritó en cuanto su filo provocó un corte en uno de los brazos de aquel trasgo.

Eliferum estaba eufórico y furioso a partes iguales. Un combate en inferioridad numérica era el reto para el que se había embarcado en ese viaje. Encontrar una muerto honrosa en combate era su destino y esa era su primera oportunidad. Además, al ver a aquellos pieles verdes frente a ellos le hizo hervir la sangre y sus músculos se tensaron y su fuerza y su resistencia aumentaron de una manera irracional.

Aquel anciano cargó con su espada bastarda siguiendo el camino marcado por Valyëvan. Sin embargo su ataque fue mucho más efectivo que el de su compañera bárbara, impactando con brutalidad contra aquel trasgo que casi perdió el equilibrio cayendo al suelo desde su montura.

- ¡Jajajaja! - Rió con ganas. - ¡Os mandaremos al Gran Abismo!

Jacrow fue el último en desvelar su presencia. Pero al salir de su escondite parecía más fuerte y más decidido y un halo brillante parecía recubrirle. Agarró con firmeza su gran hacha y cargó contra el trasgo que se encontraba justo al lado de que acababan de cargar Valyëvan y Eliferum. El resultado de su ataque fue demoledor, el hacha de Jacrow se incrustó en el pecho de aquel ser acabando con su insulsa existrencia y derribándole del lobo sobre el que se encontraba.

- ¿Os tengo que enseñar como se hace? - Preguntó.

Entonces el lobo que acababa de quedar sin jinete trató de morder al vovit, sin embargo, Jacrow logró esquivar la dentellada sin demasiada dificultad.

Alex continuaba teniendo la iniciativa en el combate contra el trasgo que acababa de descabalgar para olisquear y rastrear el campamento. Un golpe con su espada larga causó una nueva herida en el torso y acto seguido clavó la punta de su espada corta en el costado de aquel ser. Por suerte, los tres intentos por golpear al trasgo habían dado en el blanco, sin embargo no con la suficiente puntería como para acabar con él.

- ¡Aeny, centrémonos en uno solo! - Le pidió.

Siguiendo a Alex y viendo que busca atacar al que parece al lider me muevo para ubicar algo con que cubrirme y disparar una nueva flecha que parece fallar su objetivo.

Que demonios me pasa????

No podia creer que hubiese fallado tan descaradamente. Estaba a punto de irme cuerpo a cuerpo si seguia asi.

Había fallado mi primer golpe, debido a mi propio ímpetu, pero no me pasaría lo mismo con el segundo. Concentré todas mis fuerzas en un solo golpe y le machaqué la cabeza a aquel maldito trasgo. Sin dar tiempo a respirar, volví a mover mi brazo y mi arma, desplazándolo rápidamente en sentido contrario, haciendo un abanico, pero golpeando únicamente el vacío.

Aquella técnica no era demasiado útil en cuanto a dañar a mis contrincantes, pero me permitía crearme un pequeño espacio al mismo tiempo que volvía a armar mi brazo para machacar de nuevo.

Y mientras tanto, mis gritos hacían todo lo posible por crear miedo.

Depende del arma. Con el arco es solo 20. Con tu estoque son 18, 19 y 20.

De pronto el combate se precipitó en una oleada de cargas de jinetes de lobo, espadazos y dentelladas. Muy pronto Alex se vio rodeado por hasta ocho adversarios contando entre trasgos y lobos siendo sin duda quien se llevaría la peor parte. Las dentelladas de los lobos le alcanzaron casi derribándole, lo que sin duda alguna hubiera sido su final, pues en tirado en el suelo e indefenso, los filos de los trasgos y los colmillos de aquellas bestias hubieran dado buena cuenta de él, pero por suerte se mantuvo firme y evitó algunos cortes de las espadas enemigas, si bien varias de ellas, le propinaron varios tajos.

- ¡Estoy rodeado, necesito ayuda! - Gritó Alex antes de lanzar dos ataques del todo infructuosos al verse completamente sobrepasado.

Por otro lado, el resto de adversarios se congregó alrededor de Valyëvan, Eliferum y Jacrow, quienes comenzaron a luchar espalda contra espalda. De esa manera eran más fuertes y se repartían los blancos. El jefe de la expedición sufrió una dentellada por parte de una de aquellas bestias, pero logró mantenerse en pie. Llegaba el momento del contraataque. Primero fue la bárbara quien, inbuida por ira asesina, lanzó un poderoso golpe por encima de su cabeza contra el trasgo que tenía frente a ella. 

El resultado fue brutal. Partió por la mitad a aquel infeliz. De arriba abajo, fracturando el cráneo, costillas y pelvis y destruyendo su armadura. El trasgo cayó por ambos lados del lobo al suelo manchando el firme de sangre y vísceras. Pero no acabó allí su brutal ataque, porque el hacha también impactó contra el lomo del lobo rompiéndole la columna y acabando con su amenaza.

Eliferum y Jacrow se centraron en eliminar otra de las amenazas. Primero fue Jacrow con su hacha. Un poderoso golpe se incrustó en el brazo del trasgo contra el que combatía, haciendo que perdiera su arma. Aquel instante fue aprovechado por Eliferum para ensartarle como un pincho moruno y así arrebatarle la vida.

Ya habían caído tres trasgos y un lobo, pero el verdadero combate empezaba ahora, cuando sus enemigos habían ganado posiciones y tanto sus lobos como ellos mismos podían emplearse a fondo para tratar de matar a aquellos humanos invasores.