Partida Rol por web

Por alguna razón pensé que ellos me seguirían dentro de la Torre o tal vez había ido muy rápido.  No importaba ya, la tranquilidad volvió a mi cuando note que Valy gritaba por mi ausencia y no porque estabamos siendo atacados. 

Me reuní con ellos para explicarles lo sencillo que había sido abrir la pesada puerta. 

- Además el solar esta todo lleno de restos de todo tipo, de seguro hubo una batalla pero hace suficiente tiempo para que solo queden huesos, es por allí. Dije señalando por donde había venido.

Entre todos podríamos explorar mejor y estaríamos resguardados. Antes de seguir mire a Yoon para ver si se encontraba bien.

Yoon-Shun corrió junto a Aenifer y se abrazó a ella. Era la primera vez en mucho tiempo que observaba un gesto desinteresado como aquel en alguien que no fuera Valyëvan y no obstante, dado a su carácter guerrero, eso no sucedía muchas veces. Recordó entonces a Alex. Él también la había abrazado. Lo había hecho de muchas maneras y de muy diferentes formas. Habían sudado juntos y no hacía tanto de eso. Pero... ¿Podía considerar aquel contacto físico como un gesto desinteresado? Podía considerar que sí. Fue Alex quien la sacó de la batalla para luego... desaparecer.

- ¡No te vayas sin decir nada! - Le recriminó la niña sacándola de sus pensamientos. - ¡Me has asustado!

En cuanto la vi, se mezclaron en mi interior los sentimientos de alegría e irritación. Por lo visto, había entrado en la torre sin avisar y ninguno nos habíamos dado cuenta. Eso también me molestaba. ¿Tan distraídos estábamos que no sabíamos cuando los nuestros desaparecían?

La joven se abalanzó sobre ella y la abrazó. Sorprendentemente, parecía más angustiada que el resto... salvo quizás yo misma.

-He estado a punto de echar abajo todo este sitio. ¡CÓMO... SE TE OCURRE... MARCHARTE... SOLA! ¿ES QUE NO SABES QUE ESTOY AQUÍ SOLO POR TI?

Supe que me había pasado en cuanto terminé de gritar. Sentía como se me habían hinchado las venas del cuello y respiraba más rápidamente de lo normal. La niña me miraba, no sabía si asustada o sorprendida, y yo misma ´tampoco tenía muy claro en qué me habría convertido para todos los demás. Así que simplemente, me uní al abrazo de la pequeña. 

Solo me separé cuando hubo pasado un buen rato. Entonces, simplemente la solté y caminé hacia la torre.

-Venga, exploremos este lugar.

Yoon despertaba en mi una extraña sensacion maternal, y me gustaba sentirme asi, tal vez su fragilidad o tal vez ... solo tal vez.... 

La idea me golpeo la conciencia. Ni siquiera en mis mejores momentos con Alex me habia pasado por la mente tener hijos, y mucho menos habia conversado con Valy algo asi. Sencillamente era impensable, tanto Valy como yo sabia lo que era vivir sin padres, sin familia y sin un lugar que llamar hogar, como tal, y nuestras vidas estaban consagradas a la aventura, ella a la batalla y yo... a sobrevivir tal vez.

Pero nunca me habia sentido asi por alguien y Yoon despertaba extrañas emociones.

- No te pasara nada Yoon, te lo prometo y no me separare de ti, vale?

Luego de separar el cabello de su frente con ternura extendi mi dedo meñique al alzar mi mano frente a ella para que ella repitiera el gesto y abrazar nuestros dedos en señal de promesa, intimidad y cariño.

Luego llego el abrazo tormentoso de Valy, que me dejo sin habla. Si bien sabia que mi amiga me queria verla preocupada realmente era agradable tras su apariencia indestructible de cada dia.

- Yo no me fui, pense que me seguian los pasos y bueno... pero tienes razon no debemos separarnos.

Ahora quedaba entrar de nuevo para asegurar esas puertas y tal vez pasariamos la noche alli, parecia un lugar seguro y fuera de la intemperie.

La idea de haber tenido una hijo con Alex me puso triste de nuevo pero rapidamente aleje aquellos pensamientos para enfocarme en revisar con mas calma aquella torre.

—Creo que los huesos no son de ninguna batalla, sino los restos de la comida del dragón —señaló el anzano.

Tal vez no había dado suficientes pistas sobre el tipo de bestia que olía a cloro. 

—Exploremos las ruinas si gustáis, pero permaneced atentos a los cielos.

El grupo decidió adentrarse en el torreón que previamente Aenifer había visitado. La puerta estaba entreabierta y no tuvieron que empujarla para adentrarse en su interior, Aenifer la había dejado en un ángulo perfecto para que pudieran pasar a su interior con facilidad. De nuevo Aenifer fue la primera en entrar, seugida muy de cerca por Valyëvan, quien por lo menos en un buen rato, no iba a volverse a separar de su amiga. Les siguió Tarkhan, Belbara y por último Yoon.

Una vez dentro fueron conscientes de que se encontraban en un espacio bastante diáfano. Unas escaleras de caracol ascendían hacia el piso superior, aunque éste estaba parcialmente derrumbado y había escombros amontonados en los extremos de la planta baja. En el suelo observó ramas, paja y huesos. Muchos huesos. Así como restos de armaduras, espadas y otras armas y trozos de tela raídos en el suelo y en torno a los propios huesos.

De lo que no había tenido tiempo de percatarse anteriormente Aenifer era de la naturaleza de algunos de los huesos allí dispuestos. Parecían huesos pertenecientes a pequeños humanoides, posiblemente trasgos, por la forma de algunos cráneos dispersos por la sala. Tampoco podían estar del todo seguros, pues la mayoría estaban machacados, fracturados y en mil trozos. Quizás si llevaban a cabo una búsqueda más exhaustiva podrían llegar a alguna conclusión.

—Dejad que yo eche un vistazo a esto —le dijo a la mujeres—. Vosotras vigilad que no venga nadie.

El anzano echó otro vistazo temeroso al cielo antes de cruzar el patio, con cautela, y revisar entre los cadáveres.

Elijo 20 en la tirada de Buscar para un total de 34. 

No habia mucho que vigilar una vez dentro y por ello me asegure de que la puerta quedara trancada despues de que todos habiamos entrado.

- Yoon ten cuidado donde pisas y no te alejes ok?

El mago habia comenzado inspeccionar los cuerpo luego de que su comentario del dragon. Si hubiese sido otra la situacion pensaria en una broma. Nunca habia visto un dragon pero sabia que entre todos no podriamos contra uno, asi que estaba preocupada pero no lo iba a demostrar.

Dudaba que Valy se hubiese enfrentado a alguno, de seguro me lo hubiese contado.

Cuando pude mientras investigaba yo tambien me acerque al mago.

- Crees que el dragon pueda atacarnos aqui? Cual seria la mejor forma de matarle?

Si es que existe!

La mejor estrategia seguia siendo no hacer ruido.

Segui revisando el lugar para luego tratar de subir por la escalera medio destruida.

Aenifer comenzó a subir las escaleras interiores de aquel torreón. Eran bastante inestables y estaban muy deterioradas, no obstante, todavía eran practicables. Eso sí, en cualquier momento podían venirse abajo. Al llegar al primer piso, la vovit fue testigo de que gran parte del suelo se había derruido. Las escaleras ascendían todavía más en dirección a la atalaya que coronaba el torreón. El techo del mismo también estaba semiderruido. Una enorme obertura dejaba pasar la luz del sol a través de la misma iluminando el interior de aquel lugar.

Mientras tanto, Tarkhan principalmente, ayudado por la pequeña Yoon-Shun, se dedicó a investigar a nivel del suelo. Belbara y Valyëvan vigilaban la entrada y la zona superior de la construcción, no fuera cosa que alguien o algo apareciera de improviso para acabar con ellos en un abrir y cerrar de ojos. Si aquel lugar era la guardia de un dragón, debían tener especial atención a todo lo que pasara a su alrededor.

Los dos anzanos, empezaron a investigar aquellos restos. La mayor parte de ellos eran restos de animales. También localizaron restos de trasgoides. Huesos machacados y retorcidos por la acción de unas enormes fauces. También había armas trasgas y alguna que otra hacha... enana. Fue entonces cuando localizaron los cuerpos de varios enanos. Se trataba de dos esqueletos a los que le faltaban la mayor parte de huesos. Estaban a medio devorar, pues aún tenían algo de piel y carne seca pegada a sus huesos. Posiblemente fueran de las últimas presas de aquel dragón verde. Pero ya hacía tiempo que reposaban allí.

Fue entonce cuando Yoon localizó un pequeño fragmento de tela. En éste se observaba claramente un emblema. Se trataba de un escudo, una heráldica enana. La tela estaba sucia y algo desgarrada, pero era bastante claro que estaba estampado sobre la misma un martillo y un hacha cruzados sobre una montaña con tres picos. Quizás Belbara pudiera reconocerlo. Sin embargo, el hallazgo más interesante no fue ese y no lo hizo Yoon-Shun. 

Tarkhan apartó un montón de ramas que se encontraban en un lateral del torreón, para descubrir un portón en el suelo al cual estaba anclada una anilla dorada. No le costó demasiado levantarla y descubrir un túnel que descendía completamente en vertical con una escalera de madera adosada a un lateral que se internaba en la negritud de la montaña.

¿Por qué los humanos se empeñaban en distraerse del objetivo? Aquello parecía el cubil de un dragón, y en la torre estaban los restos de sus banquetes. Entonces, ¿para qué quedarse allí? Lo inteligente era marcharse y alejarse de la bestia. Sin embargo la enana les siguió al interior del torreón, peor era quedarse sola ahí fuera.

Miró a Aenifer incrédula

-¿La mejor forma de matarle?¿En serio?¿De verdad esperas matar a un dragón? Magnífico- dijo alzando las manos -Pues como no se muera de la risa por ver a dos semielfas, a un humano, una enana y una niña pensando en darle matarile...-  y se alejó de ella observando nerviosa y vigilante aquel techo derruído, aquella puerta enorme y gruesa, pero que para un dragón sería poco más que papel. 

No se que esperan encontrar aquí. Deberíamos alejarnos de este lugar.

Pero su interés creció cuando la pequeña encontró la heráldica y los restos enanos. Aquello hizo que Belbara frunciese el ceño, aquello no estaba bien. ¿Y si fuesen...? Sintió como se le secaba la garganta y se le hacía un nudo por la angustiosa posibilidad de que fuesen los enanos que partiesen con Feyrya.  Se acercó en silencio para observar aquella heráldica, asiendo la tela entre sus manos.

Después Tarkhan encontró aquella trampilla. ¿A dónde llevaría aquel túnel? ¿A un asentamiento Trasgoide? ¿O tal vez fuese la entrada que buscaban?

-¿A qué huele ahí dentro?- preguntó al mago, ya que había demostrado ser el que disponía de un mejor olfato.

Si estaban frente a un dragón, sus problemas se habían multiplicado por mil. Ellos cuatro, luchando contra uno, tenían tantas posibilidades de éxito como un enano haciéndole una serenata a la luz de la luna a una orca, por no decir que aquella imagen no era precisamente agradable.

Desconfiaba de la tranquilidad que teníamos, de la calma que parecía reinar en aquel lugar y sobre todo, de nuestra propia fortaleza.

Tarkhan encontró una trampilla. Si no había nada más, tendrían que ver a dónde conducía.

-Vaya, parece que al final hemos encontrado un camino. Si os parece, iré a explorar -me ofrecí, sintiendo que lo único que era peor que un dragón era permanecer quieta sin hacer nada.

—Creo que merece la pena hacerlo. Al menos aquí no huele a cloro así que dudo que el dragón utilice este pasadizo a menudo. Con un poco de suerte, lo desconozca o no pueda utilizarlo —respondió Tarkhan a Valyëvan, una vez Belbara confirmó el origen de la heráldica.

Cómo se las iba a apañar la vovit para ver tres un burro en aquella oscuridad cerrada escapaba a su comprensión, pero para algo estaba él. 

—Necesitarás esto.

Tarkhan hurgó en su mochila y extrajo un guijarro que radiaba luz.

—No se apaga nunca —resumió.

Luego de inspeccionar la parte de arriba para encontrar..... nada, regrese con el grupo. El mago habia encontrado una trampilla que llevaba a un tunel.

- Y de verdad podia un dragon meterse por ahi dentro? Pregunte incredula.

Si el tunel era lo suficientemente grande, no lo sabia pero los dragones volaban y escupian cosas y estiraban sus alas, no andaban arrastrandose por tuneles, asi que debia ser un lugar mas seguro para nosotros y despues del comentario de Belbara no podia mas que apoyar su mala actitud, aunque me exasperaba un poco.

Yo no tenia intenciones de matar un dragon, ya dudaba de que pudieramos dañarle siquiera pero si llegaba a aparecer no me iba a quedar con las manos cruzadas y por eso pedi mas informacion al mago, si es que queria compartirla. Y no fue asi.

- Creo que debemos ir todos juntos....

Tarkhan no lo sabía todo, aunque a veces lo pareciera.

—¡Y yo que sé! —habría contestado cuando Aenifer le preguntó cómo matar a un dragón—. Utilizando una balista, o lanzándole una piedra desde una catapulta, pero no tenemos nada de eso por aquí. Así que si viene, más nos vale correr. No creo que pudiera seguirnos por la trampilla, a menos que fuera un ejemplar realmente joven. Si eso fuera así, quizá, y sólo quizá, pudiéramos matarlo con las armas que tenemos.

Tarkhan me dio una piedra que iluminaría el camino y la cogí, agradeciéndoselo con un gesto de asentimiento. No necesitaba mucho más que aquello y mis armas. Seguramente, no podría pasar con todas, así que me deshice de cuanto pudiera ralentizarme o dificultarme el avance y me quedé únicamente con la daga y al espada corta.

Detrás de mí, Aenifer no estaba de acuerdo con separarnos.

-No vamos a separarnos, pero no podemos entrar todos por ese pasadizo sin saber a dónde conduce, así que dadme un momento para que lo explore. Volveré en cuanto sepa algo. Mientras tanto, si os atacan, como dice Tarkhan, el pasadizo es un buen escondite.

Después me agaché, abrí la trampilla y me introduje por ella, dispuesta a reptar si era necesario, manteniendo la piedra luminosa delante de mi rostro.

De mala gana deje ir a mi amiga por aquel tunel pero al menos ahora tenia un poco mas de tiempo para estar con Yoon porque en ese lugar no habia mucho mas por hacer.

Nota mental, no hacer mas preguntas de dragones.

De seguro tendria que haber algun manual o libro sobre esas criaturas. Por el tiempo que tenian los restos alli el dragon no debia ser nada joven a menos claro que tuviese cria. Nada alentador esos pensamientos.

- Yoon, hablame de ti, naciste aqui en estas tierras? Nunca has ido al Sur?

Tenia que hacer algo para matar el tiempo.

Valyëvan comenzó a descender a través de aquella escalera de mano adosada a la pared de la roca. Se trataba de una escalera fabricada en madera, algo poco común entre los enanos. Fuera como fuera, allí estaba ella, demostrando su valentía, como siempre.

Los escalones de aquella escalera crujían a casacasa paso, era como si fueran a partirse en cualquier momento. ¿Cuanto tiempo llevaba allí aquella escalera? ¿Estaría la madera en buen estado? ¿Aguantaría su peso?

Gracias a la piedra que Tarkhan le había entregado, podía ver hacía donde se dirigía, aunque tampoco mucho, pues d túnel por el que estaba descendiendo era muy angosto. Hacía calor allí dentro y mucha humedad y Valy había empezado a sudar. 

Fue entonces cuando uno de los escalones cedió nada más apoyar su peso sobre el mismo. Valyëvan debía agarrarse algo. Necesitaba sujetarse o caer al abismo insondable. ¿Cuánto había hasta el suelo? Esa era una buena forma de descubrirlo, aunque también mortal...

Yoon-Shun miró extrañado a Aenifer. Le había demostrado que era una buena mujer y  que podía confiar ella, pero desde luego,no tenía ni idea sobre geografía. Sus rasgos eran, al igual que los de su maestro, muy característicos. Pensándolo bien, podía aceptar que por su corta edad pudiera llegar a pensar que había nacido allí. Quizás sólo por aquella duda respondió.

- Pues no Aeny. - Respondió la niña. - Tanto mi maestro como yo, procedemos de Arthanis, como tú creo... - Realizó una breve pausa para escudriñar ena mirada de la joven una respuesta. - Tarkhan y yo debemos lealtad al rey del Gran Reino de Anza. Es una vasta y productiva tierra. Te gustaría...

Sabía que meterme por allí iba a ser peligroso, no tanto por lo que pudiera encontrar como por el camino en sí mismo. Pero alguien debía hacerlo y quién mejor que yo. Quizás la niña, que era más ligera, pero no podía ponerla en peligro. Si le hubiese sucedido algo, jamás me lo habría perdonado.

No, solo yo podía hacer aquello.

Así que descendí por aquellas escaleras, sintiendo que a cada paso que daba podía desaparecer el suelo bajo mis pies, oyendo crujir la madera, vieja y roída, desgastada por el tiempo y seguramente el uso, y descuidada, tocando con mis manos las paredes, dispuesta a agarrarme a cualquier cosa en cuanto fuese necesario.

Y antes de que pudiera pensarlo dos veces, el suelo cedió y me vi obligada a dar un paso atrás y cogerme a la barandilla. Respirando tranquila, salté el agujero y continué el descenso.