Partida Rol por web

Mangred decide seguir saliendo de la ratonera que supone el puente , así que se mueve cuidadosamente por el puente mientras intenta evitar los ataques de los calamares .

Una vez tengo la oportunidad, no la desaprovecho. Hace mucho rato que espero mi turno, y ahora no voy a dejar que esos asquerosos bicharracos me atrapen el último en el puente y me chupen la sangre, o lo que sea que hacen. Cuando Mangred y Zhar pasen (si Zhar pasa) afianzo mis pies en el suelo y con el mandoble hago un corte vertical buscando partir a uno de esos en dos, y si puedo aprovechar la inercia para hacer otro corte para el otro, mejor que mejor.

-Al fin os tengo a toque, hijos de un pulpo y un murciélago.

Mangred avanza demasiado temeroso por el inestable puente de cuerda y, pese a que pone todo su empeño en defenderse, es tan lento que deja demasiado tiempo a las extrañas criaturas de largos tentáculos para aproximarse a él de nuevo. Desde su privilegiada posición cerca de las testas el calamar que acosa al clérigo de Lazhánder consigue pegarse de nuevo a su cota para impedirle avanzar y acabar de asfixiarle. Son momentos decisivos para el novel aventurero.

El joven clerigo de nuevo siente los tentáculos del ser aferrandose a él ... de nuevo una opresión en el pecho , el aire que se le escapa y que no consigue entrar en sus apretados pulmones , como puede intenta meter los brazos para hacerse hueco y permitir a sus pulmones hincharse ....

El intento es desesperado , el sudor perla su frente y un suspiro de aire se introduce en los pulmones del joven . Mangred casi sonrie pero su inicio de sonrisa se transforma en una mueca de dolor al comprobar que lo que parecia una fresca bocanada de aire no es mas que un misero suspiro. Se oye el crujir de las costillas al romperse y como se clavan en los vacios pulmones del joven . El dolor le hace que sus manos se suelten del puente y sin remedio el joven se precipita al vacio pero ya no se da cuenta por que cuando comienza a caer su consciencia le ha abandonado ....

-Pero es que estas criaturas del averno no nos dejarán pasar. Por Lazhander que esta espada te partirá en dos. O en tres.

Ataco una vez más al pulpo más retrasado.

Zhar no tenía muy claro qué hacer con esas cosas, así que simplemente trató de agarrar la que había atrapado a su compañero. Desgraciadamente, aquellas cosas eran muy escurridizas.

Antherion observa caer a su compañero, su mirada le sigue durante todo el trayecto, los músculos del elfo se congelan, un sudor frió recorre su frente, aquello no era lo que esperaba a su llegada al continente. Antherion toma una flecha mas de su carcaj y de forma mecánica apunta a su objetivo. Nooooo!!!! La desesperación, la impotencia y el sentirse en parte responsable de la muerte de su compañero le hacen tener mucha mas precisión en su disparos que la ultima vez, su saeta vuela directamente contra la criatura que ha terminado con la vida de su compañero...

Bah, seguro que ahora vuelve... habrá caído en un riachuelo que habrá amortiguado el golpe. Aunque lo más seguro es que haya logrado agarrarse al puente en el último momento, o que las ramas de unos árboles subterráneos suavicen un poco el impacto.

No puede estar muerto.

...

¿No?

Amara empezaba a darse cuenta del jaleo en que se había metido. Con las manos temblando, disparó un nuevo virote hacia aquellas viles criaturas asesinas.

Corellon, dame fuerzas.

En tanto el mundo parecía haberse detenido para Mangred sus compañeros encontraron las fuerzas suficientes para, de una vez por todas, mostrarse como lo que son: un verdadero grupo de aventureros que sabe pelear. Daaron realizó un giro que casi le llevó a caer al suelo cuando golpeó y atravesó de un lado a otro al calamar más cercano. Del otro lado volaron las saetas directas al último monstruo: Antherion falló por escasos centímetros, pero la elfa tuvo más suerte y golpeó directamente la testa de la criatura que, ya muerta, soltó al inerte Mangred hacia el abismo que se extendía bajo él.

Zhar vio como su compañero perdía el sentido y se caía. Ni siquiera fue conscinete del gesto, pero su mano se lanzó por si misma y agarró el pantalón del caído. Aguantarlo fue mucho más difícil, pero al final pudo asirlo y volver a ponerlo en el puente.

Ahora estaban ambos a merced de los pulpos, pero por suerte, uno de los dos bichos había caído ya...

Una vez la amenaza ha pasado, al fin, ayudo al dragón a sostener al clérigo y junto a él, sin dejar de agarrarme con una mano a la cuerda y con otra ayudando, me dirijo con paso tranquilo hacia los elfos, hacia la seguridad de tierra firme.

-Por Lazhander que me he visto en el fondo del pozo, y me vi cayendo sobre el cadáver de Mangred. Como dicen en mi pueblo (mentira) "hemos tenido más suerte que un pulpo con alas".

Una vez en tierra firme y suelo consistente, me agacho a dar un beso a la piedra. Carajo, qué felicidad.

-Movámonos rápido, que no quiero ver más de esos pulpos.

Ahora que la descarga de adrenalina había pasado, a Amara le empezaban a temblar las piernas y notaba cómo su vista se nublaba... Con voz quebrada, solamente pudo medio gimotear.

Por favor, volvamos; no quiero morir aquí.

La elfa no veía nada claro todo aquello: apenas habían dado tres pasos en aquella ciudad subterránea y dos de sus compañeros habían estado a punto de fallecer; no le apetecía nada, nada ser la tercera, porque como había oído decir a los humanos más de una vez, "a la tercera va la vencida".

El elfo apenas y podía creer lo que veían sus ojos, su compañero había sido rescatado por el orco por los pelos... Literalmente. Tanta fue su sorpresa que el disparo que había hecho en ese momento había fallado nuevamente debido seguramente a la nube oscura que cubría a la bestia. Diablos...

Pero no había tiempo para lamentaciones, era tiempo de hacer algo por sus compañeros. Mueran malditas criaturas!!! Dice al tiempo que libera una nueva flecha contra la bestia.

El excepcional aura dracónica que acompañaba a Zhar en todo momento volvió a hacer efecto otra vez sobre las heridas de uno de sus compañeros. Lentamente Mangred recuperó la consciencia y fue capaz de volver con sus propias fuerzas hasta el final del puente que había servido como perfecta emboscada.

Mangred esperaba ver a su amado Lazhander , pero al abrir los ojos ve la fea cara de su compañero orco .

¿Pero? ...., ¿como? . Es lo primero que su cuerpo dice despues de estar casí en las manos de la muerte . Gracias amigo dice tendiendo la mano al orco .

Despues de serenarse un poco y comprobar que de verdad esta vivo , pregunta ¿ Esas cosas estan muertas ? ¿Como me habeis salvado? casi sentía el aire rozando mi rostro mientras caía .

- No tiene importancia, tú habrías hecho lo mismo... bueno, si hubieses podiddo cargar conmigo, que peso mucho.