Partida Rol por web

"No parece haber muchas otras opciones..." — respondió Beth a Casandra — "Entremos. Nos hará bien descansar."

Esperando pacientemente al resto del grupo, Beth esperó junto al carro a ponerse en marcha de nuevo.

El viaje, que había empezado tan bien, se fue torciendo poco a poco.  El sol dejó paso a la niebla y, junto con ella, el mismo paisaje, los árboles y las mismas rocas tomaron ese tétrico aspecto.  Diríase que habían entrado en alguno de los oscuros lugares que poblaban las historias de terror.

Bajo de la carreta, una gruesa capa gris envuelve mi fría cota de malla.,.y avanzo hacia la puerta*

No se cuanto quedará para llegar, pero sí que se que es mejor que no pasemos la noche en la intemperie una vez pasemos la puerta.  

A medida que te acercas a la puerta, un suave pero hediondo hedor inundan tus sentidos divinos. Sin embargo las mulas están tranquilas, no parece haber ninguna amenaza. Es algo que asocias al ambiente más que la amenaza de una criatura o de un enemigo.

Este es un mal sitio -dijo Rolan escupiendo, parecía un poco mareado.  Venga chicos y chicas!  El hombretón se forzó a si mismo a sacar una gran sonrisa...vamos a apretar un poco, tenemos que llegar a donde sea antes de anochecer, sí o sí.

Dru! -Dijo captando la atención del huraño enano.  Luego asintió, el gesto algo más serio.  El enano sabía lo que quería decir. Contamos contigo

El enano, con el ceño aún fruncido porque las mulas no se movían miró al paladín cuando lo llamó. Asintiendo a su mirada, y esbozando algo parecido a una media sonrisa tranquilizadora (todo lo que un enano podía sonreir), volvió a protestar—. ¡Deja de mirarme y haz que estas bestias anden! ¡Yo tampoco quiero acampar en medio de la nada sin un buen motivo!

—Moradin, dame paciencia. Las fuerzas, déjalas para después. Porque como me las des ahora, te juro por tu martillo que bajo y tiro yo del carro —pensó Drutih al ver que mulas seguían paradas.

Tomando a Rolan del hombro, Elizabeth le susurra:

"Rolan, confío en ti. ¿Debería estarme preocupando ahora mismo? Si no lo has dicho tus motivos tendrás, pero no me gusta mucho estar en un 'mal sitio'."

 No creo -sonrío a Beth con ojos alegres  -Es un mal diluido, como un vino aguado.  
El único peligro cercano es ese cuerpo tuyo -continuo mientras la cojo de la cintura, bromeando.  

Pongamonos en marcha o vendrá Moradin en persona a tirar del carro, jajaja

Arre, Parda! Arre, Chunga! -Gritó Brisanocturna azotando muy suavemente a las mulas.  Estas se pusieron en marcha lentamente, sin mostrar prisa alguna. Si llegamos pronto, comeréis doble!*

Río a carcajadas al ver moverse ligeramente más rápido el carromato.  Quizas Hawke tenga que andar rapido para seguirnos

Agarraos el sombrero, amigos! Vamos a tope

Cunado el carromato acelera Zook sujeta su baculo y cae de culo hacia atras de su asiento en el carromato

- WAAAAAA, CORRE PERDIGON ... JAJAJAJA, QUE VELOCIDAD ME HA TIRADO ... PERO CORRER TENGO GANAS DE DORMIR BLANDITO ...-

Hawke se había pasado la mayor parte del viaje yendo y viniendo. A veces iba junto a la carreta, de a ratos se subía a la misma, otras veces se adelantaba un poco para encontrar el camino, y otras se quedaba detrás para encontrar piedras de formas curiosas.

—Gente, es solo un arco de piedra ¿Por qué tanta duda para cruzar? ¿En serio vamos a perder la cabeza por nimiedades tan pronto?— bromeó Hawke, alcanzando el carro. Las mulas al trote son más rápidas que las mulas a paso tranquilo, pero el monje es veloz y las mulas llevan bastante carga, por lo que no le dio demasiado trabajo alcanzarlas y caminar a su par.

Al pasar junto a una de las cabezas, la golpeó con los nudillos—¡Eh Druh! ¡Finalmente encontramos una cabeza más dura que la tuya! Aunque dudo que su hígado sea tan formidable...— decir estas palabras sin castañear los dientes le había resultado difícil, y el monje notó que súbitamente sentía algo de frío. Extraño, pero supuso que el trote iba a hacerlo entrar en calor, y no le dio más importancia.

Pasáis con más recelo que valentía, emvalentonados por la promesa de fortuna y fama dejando atrás las decapitadas estatuas que no cesan en su silencio. Uno a uno vais pasando por debajo del gran arco de piedra, el ambiente sigue siendo deprimente. Cuando el último de vosotros ha pasado ya la sombra de la estructura, las oxidadas puertas se cierran detrás vuestro, parece incluso que el agudo chirrido de sus maltrechas bisagras os esté dando la bienvenida. 

 La niebla cubre todo a vuestro alrededor y los árboles tan solo son una silueta más entre las brumas, el paisaje sigue tal y como era antes de entrar en estos dominios. Parece de hecho, como si la niebla se abriera ante vosotros para cerrarse otra vez detrás vuestro dejando parcialmente visible únicamente el camino, aunque no está libre de la niebla por supuesto, si está lo suficientemente despejado para que podáis avanzar. Cada vez tenéis más claro que esta niebla, no parece una niebla corriente.

Elizabeth empieza a encontrarse muy cansada, de repente. Caminar durante tanto rato empieza a hacerse muy duro para ella... Pero persevera siguiendo a sus amigos en silencio. Subiéndose a la parte de atrás de la carreta con Zook, decide hacer el siguiente tramo desde un lugar menos cansado.

En una de tus idas, venidas y parones percibes el olor de la muerte en el aire. Parece venir de bastante cerca, al margen del camino.

Tras pasar la puerta, la niebla se hizo aún más densa. La fría humedad que la constituía no sólo parecía calar en los huesos, si no en el mismísimo espíritu.
Rolan estaba inquieto, pues incluso la alegría con la que enfrentaba al mayor de los peligros se había visto ahogada por una fatiga antinatural.
En estas condiciones, hasta un par de kobolds con raquitismo serían un serio problema.

¿Como vais, amigos? Ánimo..ya no queda nada..

La niebla era afixiante. Demasiado, incluso para el gusto del enano, acostumbrado a la densa niebla de las montañas. Aquí había algo más. Algo que quizás no veían, pero que era latente en el ambiente. Había algo que hacía que se sintiesen cansados, como si algo los atenazase.

—No debemos desfallecer. Tenemos que llegar rápido a algún lugar civilizado. Esta niebla no me gusta, no me parece natural —dijo Drutih de forma solemne, sin introducir una de sus habituales quejas por algo. No había tiempo para eso.

Parecía que la armadura le pesaba. Y eso era raro, porque para un enano es casi como su segunda piel. Algo no iba bien y el clérigo lo sabía. Lo que no sabía era qué. Pero mejor preocuparse de eso cuando salieran de ese camino y dejasen de lado esa niebla.

El gnomo veia como pasaba todo de forma tan rara estaba claro que pasaba algo, y comenzo a decir palabras raras ... palabras arcanas mientras dibujaba en un papel unos pentagramas y demas elementos ....

- esta niebla tiene algo raro, voy a ver i detecto magia por la zona ... me estoy sofocando y mira que el fuego es para mi como mi propia piel o eran mis pelos ... no eso seria el hierro ... bueno que esto es mu raro ..., estoy como fatigado ... menos mal que ando en el carro .... joder ... yo sofocado, si cuando le conte mi vida a la dragona, me llevo a la linde para no aguantar mas mis historias  -

Al traspasar el umbral, Hawke sintió de súbito otro golpe de frío, y sus piernas comenzaron a quejarse, recordándole que llevaba todo el día caminando.

—¿Cuanto tiempo llevamos viajando? Siento como si fuera hace una eternidad— dijo extrañado de que el cuerpo le pidiera descanso tan pronto y tan de golpe. El monje se dio vuelta hacia Zook. El gnomo tenía que tener el termostato invertido. —¿Vives prendiendo fuego cosas y ahora te sofocas? ¡Pero si yo juraría que de un momento a otro vamos a empezar a ver nuestros alientos!

Con un par de pasos apurados, Hawke llegó hasta el frente de la carreta y se subió al vehículo de un salto. No tenía ganas de dar un paso más, así que por una vez iba a viajar sentadito y tranquilo, mirando las nubes, o mejor dicho la niebla que flotaba sobre sus cabezas.

—Si hay semejante pedazo de monumento, seguro que tiene que haber gente viviendo cerca—pensó en voz alta.