Partida Rol por web

Observo como Aerandir parece volver a la normalidad. Me siento un poco más tranquilo, pero no hay tiempo, debemos escapar de este maldito lugar. Miro la puerta por la que la elfa ha salido. Claro que la criatura puede seguirnos... Pero de todas formas esta parece nuestra mejor opción.

-¡Venga, levanta! ¡Hay que correr!- grito, mientras salgo a toda velocidad hacia la puerta.

La criatura se giró bruscamente cuando comprobó que Damekos estaba intentando huir, sin lugar a dudas escapar de aquella criatura estaba convirtiéndose en algo complicado puesto que vuestro enemigo no iba a quedarse de brazos cruzados.

Mientras el tiflin estaba a punto de rozar la salida un rayo de escarcha salió del dedo índice del agresor, el mismo rayo que impactó en Laisha ya acabó con ella.

Por desgracia, la puntería de aquella aberración era sublime y aquel rayo de energía mágica impactó directamente contra la espalda de Damakos, el cual padeció de un terrible dolor que por fortuna no había acabado con su vida, ahora estaba en el exterior junto a Lunnaris, la cual había preferido quedarse en un lugar seguro.

Ahora se comenzó a fijar de nuevo en Aerandir, el cual pudo romper aquellas visiones, eso fue algo que enfureció a vuestro enemigo, sin contar con el hecho de que ya había dos prisioneros a salvo, así que no tardó en lanzar otro rayo al elfo, en vista de que los poderes psíquicos ya no eran tan efectivos.

El rayo escalofriante impactó en el ágil prisionero que quedó bastante malherido ante la potencia de aquella magia, nunca podrá olvidar ese dolor tan punzante y corrosivo.

Lunnaris se quedó atónita haber los poderosos conjuros que lanzaba la extraña criatura. Sus rodillas temblaban por la emoción y la preocupación. Estaba realmente preocupada por sus compañeros, especialmente por el elfo. Era cierto que no había mostrado mucho interés en ellos. Pero ahora que sabían que ellos no eran el peligro, había decidido preocuparse. Quizá ellos fuesen necesarios si ella quería salir con vida de allí.

Damakos ya estaba a salvo, o al menos eso parecía. El siguiente debía ser el elfo Aerandir. Él también debía escapar y salir con vida de allí, y aquella criatura no parecía dispuesta a dejarle.

Vamos, Aerandir. ¡Vamos! Musitó para sí misma...

Estaba recuperado de aquello que me habia atacado la cabeza, aunque fisicamente algo tocado por el impacto de lo que me habia lanzado aquel ser horrendo.

Me incorporo y observo a la bestia, dos de mis compañeros estaban al otro lado, pero otro lo vi estallar en cachos "¿Sere yo el siguiente?" Me preguntaba notando aun el daño sobre todo en mi alma que habia causado aquel ser del infierno, recordando las imagenes que a duras penas habia conseguido quitarlas de mi cabeza.

Apreto los puños sacando el valor que siempre habia demostrado, haciendo arder mi rabia ante aquel ser que me obligo a arrodillarme y llorar como un niño, usando esta rabia e ira para aumentar mi valor y tratar otra vez de salir de alli, me concentro sacando todo el poder que podia de mi interior, para conseguir salir de alli. Aun estoy vivo bastardo. Escupo al ser mirandole a la cara.

Segun estaba salgo disparado esquivando algunas cosas del suelo y evitando a aquel ser.

Tras recibir el impacto muchos gusanos que formaban su cuerpo se desprendieron muriendo en el proceso, poco a poco cada vez iba teniendo menos "forma", lo cual implicaba que los ataques lo debilitaban, sin embargo todavía seguía en pié como para seguir siendo un incordio para salir de allí con vida.

En cuanto salgo al exterior por la puerta giro a la derecha y me apoyo contra la pared con las manos, jadeando. Aún me duele la espalda, pero esto todavía no ha terminado. Aerandir sigue ahí dentro. Aunque parece que los ataques han hecho mella en ese bicho, ya es tarde para volver ahí dentro y arriesgarme.

-En cuanto Aerandir salga por esa puerta...- le digo a Lunnaris- Prepárate a correr... ¿Por qué debería detenerse ahí la criatura?

La criatura en cuanto recibió aquel golpe y comprobando que el elfo era el único que quedaba allí con vida al alcance de su poder no dudó en emitir un sonido bastante desagradable que se repetía por cada uno de los gusanos que recorrían su cuerpo.

Centró toda su atención en Aerandir y le señaló con ambas manos, estaba preparando algo horrible, ¡de aquello no había duda!

Otra vez notaba dolor, espasmos. No pero esta vez era peor los malditos gusanos subian por mi cuerpo, notaba como me comenzaban a devorar la carne, el olor era terrible mas del que sufri antes, hinco la rodilla en el suelo. AGrhhhhh!!!. Grito no puedo evitarlo supera mis fuerzas "Que alguien acabe con esto" Pensaba cuando el dolor y el temor me permitian hacerlo.

Si antes crei sufrir lo de ahora era aun mayor, seguia notando como esos gusanos se introducian a traves de mi piel y devoraban la carne en mi interior. Caigo al suelo noto como la vista se me empieza a nublar, las fuerzas abandonan mi cuerpo, pero el dolor aun sigue destrozando cada gramo de fuerza que pudiera quedarme.

Lunnaris miró a Damakos. No sabía que hacer, era cierto que aquel elfo le había protegido al salir de allí, y se sentía en clara deuda con él. Aunque lo cierto es que no había llegado a hacer nada.

Si huían se librarían de aquel mal, pero el peso de la muerte de sus compañeros caería sobre ella. Miró al único que quedaba en pie. ¿Salvarle a él o salvarse así misma? Esa era la duda que se planteaba una y otra vez. Así que lo único que pudo hacer era esperar a la reacción del tiflin, en función de lo que él decidiese, ella actuaría en consecuencia...

Lunnaris me mira, como esperando a que yo haga algo. Me entran ganas de salir corriendo de aquí. Pero si lo hago probablemente el peso de mis acciones me carcoma la conciencia. Qué raro, llegar a hacer esto por un completo desconocido... Cierro los ojos, respiro hondo y suelto todo el aire de golpe.

-Esto es un suicidio...- murmuro, mientras sujeto con fuerza el barrote con las dos manos y vuelvo lo más rápido que puedo al combate, para ayudar a Aerandir.

Lunnaris tomó las palabras del tiflin como una decisión. Eso es que vamos a ayudarle. Entonces con un giro sobre sí misma, la joven elfa colocó sus manos una junto a la otra y una pequeña llama blanquecina se proyectaba en ellas. A su alrededor, los escasos visos de la naturaleza que había en aquella sala comenzaron a brillar con la misma intensidad. Con gran velocidad se proyectaron hacia el interior de aquella antinatural forma y entonces el fuego y la luz desapareció para introducirse dentro de ese ser.

La criatura en cuestión de segundos se desvaneció en un amasijo de gusanos para eludir por completo el ataque de la elfa, eso provocó una reacción inesperada en vuestra estrategia puesto que era la primera vez que hacía algo así.

No tardó en recomponer de nuevo su cuerpo, no sin antes encontrarse con el tifling que venía dispuestos a enmendar el error de Lunnaris.

Ante el fallido ataque de Lunnaris, no puedo hacer más que desear que esa criatura muera cuanto antes. Aprieto con tanta fuerza el barrote que me duelen las manos incluso. Lo sujeto en vertical, con mi mejor postura de batalla, mientras noto como en mi interior surge una furia que me induce a apretar los dientes y gruñir. Mientras me acerco a la criatura tan rápido como mis piernas me permiten, no puedo evitar soltar un grito de furia. Noto como una fuerza brota de mi interior, como si en este ataque me fuera a jugar el destino del mundo, y me impulsa a seguir.
-¡Muere de una vez!- grito, mientras hago descender el barrote contra la criatura.