Partida Rol por web

Como no podía ser menos, cayó de espaldas encima de toda la mierda, con un cuerpo mutante encima. Casi le traía recuerdos de viejos tiempos encamándose con compañeros de la Hermandad. - Distinta mierda, distinto fenómeno, pero básicamente lo mismo - pensó, con un nombre en particular en mente. Un hijo de puta que hasta el último momento había esperado que no le diera la espalda como todo el resto. Pero claro, la Hermandad no dejaban de ser soldados, todos muy bien adiestrados. Y los que no... los que no terminaban medio rostizados y quebrados, buscando a un pelirrojo alcohólico en medio de una cloaca. Sinceramente, era una buena moraleja de cuento de terror para los niños de la Hermandad. Se preguntaba si le habrían contado algo así a Daenar, o si la versión había sido mucho peor. 

Una vez la criatura se aburrió de lanzar mordidas y dio su último aliento, lo empujó hacia un lado con un gemido de esfuerzo a causa de la fuerza. No era precisamente livianito, y su hombro ya estaba en muy pobres condiciones como para mantener su potencia habitual. De cualquier manera, se puso de pie y empezó a caminar. Marcha forzosa, igual que en el ejército. Unos cuantos giros y se encontró en medio de la despensa oficial de las criaturas. Obviamente, era buena idea salir de ahí rápidamente antes de que vinieran a buscar comida y decidieran guardarla a ella en la alacena superior, pero antes de poder hacer nada, sintió un ruido que la obligó a cubrirse con un cadáver putrefacto. Lado positivo: no había sido comida de anfibio. Lado negativo: Ahora olía a uno de ellos. 

Como pudo, arrancó al conducto principal y recargó la ballesta mientras decidía por donde mierda avanzar - Nunca mejor dicho - sonrió de lado. Entonces escuchó algo. Rápidamente se ocultó prestando más atención, esperando por segundos eternos. Y justo cuando estaba a punto de darse por vencida y seguir su camino, lo escuchó. - Shawn - dijo una voz en su mente, tomando una actitud casi animal, un llamado de lobo a su manada. Sin dudarlo, echó a correr hacia donde creía provenía la voz, guardando cierto sigilo por si estuviera con enemigos.

Escuchaste con atencion de nuevo la voz de Shawn y sin mas enfilaste la direccion de la que creias que venia el sonido, te lanzaste como solo podias hacer tras escuchar la voz del maldito irlandes, habian cosas que no se podian remediar y si la vida de ese malnacido pelirrojo estaba en peligro, tu nivel de locura se disparaba en el acto... por mucho que intentaras negarlo. Tus botas pisotearon cieno, barro y todo tipo de basura blanda mientras avanzabas a toda prisa por el que parecia el canal principal. Diez metros. Veinte metros, Cuarenta metros, Setenta metros. Nada absolutamente nada y algo en esa parte tuya que no se dejaba guiar por la logica ni la razon tiro de unas riendas imaginarias... tus pies se detuvieron enj el acto, provocando un breve oleaje sobre el agua en la que tenias las botas metidas.

Miraste a un lado, a otro y no habia ni el menos atisbo de sonido. Nada... cerraste los ojos y sin saber como ni porque, retrocediste, un poco mas y un poco mas hasta que algo llego hasta ti. Una risa, un pequeño grito de dolor humano y un quejido que sin duda no provenia de garganta humana. Era un sonido debil, te preparaste para salir de nuevo a la caza, pero cuando apenas llevabas un paso te detuviste. El lugar era un laberinto de tuberias y corredores antiguos, el sonido podia venir de cualquier parte, guiarte solo por tus sentidos no seria buena idea... centraste tu mente en Shawn. Su olor, su risa, cada maldito sonido que conocias de ese bastardo y de pronto te moviste, no conscientemente, sino como un animal que sabe donde esta su manada. Donde esta lo que es suyo.

Paso a paso, entraste y saliste de un par de corredores hasta llegar a un sitio donde podias ver algo de luz colarse desde arriba. Apenas unas rendijas, lo suficiente para hacerte cerrar los ojos por el brillo y para permitirte ver que ocurria mas adelante. La sala era cruadrada, de hormigon y en uno de los laterales habia una serie de celdas o similar, aun selladas por unos barrotes oxidados y viejos. Tras unos de esos barrotes estaba el pelirrojo, apoyado contra la pared de hormigon y mirando a los habitantes del cubiculo exterior. Dos de las criaturas a las que tu habias despachado estaban alli, con una serie de armas rudimentarias similares a lanzas cortas intentaban ensartar al pelirrojo como si fuera un pincho moruno, pero este se resistia. Podias ver algunos cortes en su brazos e incluso un lugar donde habia sangre en su pecho... pero sus contrincantes no habian salido ilesos. Golpes, sangre podia verse por sus brazos y rostros puesto que Shawn empuñana una botella rota. Miraste alrededor viendo que no habia ni rastro de su equipo a excepcion de esa botella y conociendolo algun cuchillo, pero el maldito irlandes era un jugador, asi que siempre guardba un as en la manga.
 

Escupi al suelo mientras miraba a esos dos, no sabia ni como referirme a ellos, eran como espermatozoides podridos con dientes y zarpas. Joder, de verdad no queria conocer a la polla del bicho que habia escupido semejante cosa al mundo y menos a la zorra que quisieran tirarse. La verdad es que la situacion era comica, tenia que admitirlo yo de este lado con unos barrotes que de un par de buenos golpes acabrian cediendo y esos dos cabrones intentando fecundarme como si fuera su puto ovulo deseado... y encima habian traido juguetitos. Cabrones. Yo me habia dejado los mios en casa.

Ehhhhh en serio cabrones, no soy vuesto puto ovulo. No lo soy, que vamos a mi me encanta jugar a pinchar, sacar y volver a pinchar como al que mas y viendo esas caras, vosotros lo necesitais y mucho pero yo no soy el agujero adecuado. Ninguno de los mios lo es, yo soy mas de dar que de recibir... no se si me entendeis. - Esquive un par de golpes y raje un brazo mientras suspiraba. - No esta claro que vosotros sois de los muy lentos y os habeis perdido en el coño de esta puta roñosa. -  Me rei, tenia gracia, es verdad, era un buen chiste. Dudaba que mi publico lo aceptara como tal o entendiera la gracia pero la tenia. Sopese el cristal de mi mano y les mire, todo era muy divertido pero habia una mujer a la que tenia que encontrar... asi que este juego se acababa aqui. Tocaba empezar a apostar fuerte.

No sabría describir el instinto que la había guiado hacia la dirección correcta, pero fuera cual fuera la fuerza del destino que la había llevado allí, estaba por fin justo a unos metros de Shawn. De SU Shawn. Sí, lo había pensado, ¿y qué? No era que fuera admitírselo ni a ella misma ni a él, pero era suyo, así como ella era de él. De hecho, ella era de él por doble partida. Por deuda y por... no, aún no estaba preparada para siquiera pensar abstractamente en esa segunda razón. 

Viendo que estaba ensangrentado -aunque heridas que parecían superficiales - alistó su ballesta y apuntó directo a la cabeza de uno de los cabrones, esperando al momento adecuado. Estaría de más describir la sonrisa que la chica tenía al escuchar las idioteces que soltaba el borracho, y el alivio que traslucía su expresión por tenerlo al lado suyo por fin. Incluso quien no la conociera habría notado que los ojitos brillantes pasaban de promesa por cumplir, y que la euforia no era solo por las ganas de matar. 

Hey, ¿a quién le dices puta roñosa? - respondió en voz alta con una sonrisa ladeada con los ojos fijos en Shawn, apretando en ese mismo momento el gatillo de la ballesta que apuntaba a las criaturas. 

Y ahi estaba yo, esperando a ver cual era mi oportunidad cuando una voz capaz de hacerme resucitar de entre los muertos sono por encima de todas y cada una de mis tonterias,. Sabia a ciencia cierta que si Tee hablaba era porque iba a liarla parda, sino no tendria sentido romper el efecto de tarta sorpresa con striper semidesnuda incluida, que mi mente elucubro al verla aparecer por una esquina con la ballesta en la mano. Estaba sexy, como siempre, aun con todo el pringe que llevaba encima y el hombro mas hinchado de lo normal estaba seguro de que no existia ser mas sensual que ella sobre la faz de este asqueroso y arido mundo. Alargue la mano tome una de las lanzas y tire hacia mi mientras mi cuchillo asomba el tiempo justo apra atravesar el craneo de unod e esos espermatozides podridos. La cabeza del otro quedo atravesada por uno de sus virotes y cayo al suelo sin emitir ruido. Era gracioso, la cabeza de un espermatozoide podrido penetrada por un virote. Debian ser virotes anticonceptivos de esos y tal...

Mire hacia Tee con una amplia sonrisa mientras le guiñaba un ojo y procedia dar de patadas a los barrotes, para abrirme una salida. - Todas y cada una de ellas son putas roñosas Tee, todas ellas... al menos todas las que viven aqui abajo. - Me acerque a ella, a un par de palmos, repasando mis labios con mi lengua. Mi cerebro queria decir mas cosas, como que incluso las de arriba lo eran desde que la habia hecho mia... desde que habia entrado en ese cuerpo suyo no podia pensar en el momento de repetirlo... y las demas, lo tenian francamente dificil. - Si no dime como pueden salir con un color tan poco saludable... - Sonrei, sabiendo perfectamente que ella no habla de si misma y que yo, estaba de nuevo diciendo tonterias solo por el hecho de mirarla. Casi pude sentir una corriente electrica de tenerla tan cerca.

Mire los cuerpos y despues a ella. - Y bueno dime... ¿Que hace una chica como tu, en un sitio como este? - Señale a los tipos, mientras enarcaba una ceja en modo ligon, totalmente absurda y fuera de lugar, a sabiendas de que la haria al menos reirse. - Si es por ellos, sin duda el paseo no ha merecido la pena. - Ahi estaba de nuevo mi eterno humor, ni muerto dejaria de reirme, ni siquiera ante la ultima dama negra que me llevaria a su lado... eso lo tenia bien claro. Aun con todo mis ojos no dejaron de mirar su hombro, estaba herdio no habia duda... y si seguia disparando lo iba a forzar mucho...

Como sabía que haría, Shawn supo exactamente como aprovechar la pequeña distracción que le ofrecía, y no fueron más que segundos los que tardaron los bichos en caer a suelo como cuerpos inertes. Un cuchillo enterrado en el cráneo, exactamente en el mismo lugar donde ella había atravesado al suyo con una ballesta. Si aquello no era coordinación y telepatía, no sabía qué lo era. Y si ese guiño que le daba Shawn no era el gesto más seductor que hubiese visto en su puta vida, debía estar olvidando algo muy pero muy importante, porque no imaginaba algo que tuviese comparación con esa sonrisa pícara y seguridad aplastante.

Más te vale. Porque si me decías a mí... - cruzó un dedo por su cuello, amenazándolo entre bromas, sin borrar la enorme sonrisa de su rostro. Claro, encontrarlo y ver que no estaba rostizado era una tremendamente buena noticia, suficientemente buena para tenerla de buen humor por el resto de la semana. Bueno, y esa lengua recorriendo los labios del maromo le hacía sumar sus puntos... y esa sonrisa... y esa mirada... - ¿Qué estaba pensando? 

La broma a modo ligón de Shawn le sacó una carcajada, mirando a los cuerpos. - ¡Claro que venía por ellos! Ahora me tocará quedarme con la segunda opción - suspira pesadamente, mirándolo de reojo coquetamente. - ¿Y tú que miras tanto mi hombro? ¡Como si nunca me hubieras visto herida! Daños menores, casanova. - sonrió despreocupada. Obviamente no le iba a dejar que le prohibiera seguir peleando, antes muerta.

El gesto amenazante, dispuesto a llevarse mi vida, que cruzo la garganta de Tee me hizo sonreir, a sabiendas de que si ella queria matarme pondria pocas excusas a ello, siempre y cuando eligiera un buen metodo. Inevitablemente no pude mas que pensar en esas caderas suyas haciendo el trabajo de verdad, la excitacion y la libido que esta mujer me provocaba fueron suficientes para generar el resto de la reaccion sin dejar de mirarla.

Mire los cadaveres de los dos espermatozoides podridos y despues a Tee. - Bueno por suerte para ti, soy no solo la mejor segunda opcion, sino la mejor opcion de todas... siempre. Asi que pasare por alto tu mal gusto al elegir esta vez. - Sonrei picaramente, acercandome a ella hasta que sus ojos y los mios apenas se tocan, lo que deja nuestros labios y respiraciones a una distancia mortal, dada la necesidad de robarle todo el oxigeno de su cuerpo. Nombra su hombro y asiento antes de darle la vuelta con un simple giro, manteniendola de espaldas a mi mientras toco el hombro. No la dejo renegar, ni quejarse, ni evitar el contacto aunque cabe decir que Tee es mas dura que el craneo de algunos monstruos tozudos que he conocido.

Mis manos palpan el hombro, sin duda se lo desencajo al caer y se lo puso en el sitio a lo bestia. Puedo notarlo por la tension en alguno de los musculos. Paso las manos con firmeza, apretando, acariciando y presionando cuando es necesario. Intentando paliar la inflamacion muscular y de paso evitar que la cosa vaya a mayor hasta que no pueda disparar... - Quieta. Queremos que tu cuerpo este en buenas condiciones, sobretodo... para cuando esto termine. - Mi boca susurra estas palabras al lado de su oido antes de presionar mas fuerte, notando como alguno de los musculos se mueve hasta una posicion donde genera menos tension. Paso mi lengua por su oreja, sin importarme que este limpia o no... antes de apartarme y guiñandole un ojo ir a por una de las armas de esos bichos raros del suelo.

Agachado de espaldas a ella, le dejo mirarme el trasero antes de levantarme y con mi mirada jugar con la suya. - Bueno, ya que has sabido llegar hasta donde estaba supongo que sabes por donde vamos... ¿no? - Habia cierto tono jocoso, le encantaba ver como eras tu la que guiaba, porque solia dar lugar a situaciones de lo mas interesantes segun sus propias palabras.

En ese momento pudisteis oirlo todo nitidamente. El ruido del agua al caer por las antiguas tuberias, los diferentes depositos siendo arrastrados al abismo por esa misma sucia agua, el crujir de los tornillos al pasar vuestro peso por las diferentes pasarelas, los gruñidos de las bestias que iban tras de vosotros pero sobretodo ese "lick" caracterisitco cuando tras realizar el lanzamiento Andriel, el percuto de las granadas se activo. Ese simple sonido retumbo en vuestros oidos mas fuerte que el Gong mas brutal de vuestra vida, mientras esas dos pequeñas esferas recorrian un trayecto parabolico trazado y simple, cuyo final bien podia acabar siendo tambien el vuestro. Las rafagas de Isaias se sumaron mientras Oscar era el primero en ponerse en marcha, maldiciendo y cagandose en vuestra pobre y escasa cordura.

Os movisteis, cada rechinar metalico mas fuerte que el anterior. Varios virotes cruzaron el vacio hasta vosotros pero la suerte estuvo de vuestro lado y nada ocurrio, los escuchasteis golpear el hormigon y de pronto el mundo parecio irse a la mierda. La explosion provoco no solo que el lugar quedara regado de sangre sino eu la psarela donde estabais comenzara a despegarse de su ultimo asidero, cayendo lentamente a su ultima morada, en la oscuridad de este lugar. Vuestras botas golpearon con fuerza, permitiendoos alcanzar el ultimo refugio posible, ese ultimo conducto a vuestro objetivo. oscar fue el primero en llegar, Andriel fue despues y justo cuando la pasarela desaparecia, Isaias salto y las manos de sus dos compañeros le cogieron al vuelo metiendolo de un sonoro tiron dentro del oxidado y maloliente tubo de metal.

Los ruidos se extendieron, la caida de la pasarela fue como un tañir de campanas para el lugar donde estabais. Toda criatura, cazadora o presa, humano o no, habria escuchado ese ruido y ahora solo esperaba ver... cuanto se acercaban a ver que habia ocurrido. Volver por ahi no era una opcion, eso estaba claro. Os levantasteis, mirando al lugar por el que habiais venido y viendo como en el fondo, algunas sombras ya empezaban a moverse, no parecian tener una direccion clara hasta que dandoos cuenta de donde habian estado vuestros enemigos... caisteis en que estaban sirviendo de almuerzo para lo que hubiera alli abajo.

Sin dedicarle mucho tiempo, volvisteis a vuestra mision. El tubo rapidamente dio con un conjunto de tuneles hechos principalmente de hormigon. Sucio, lleno de humedades y alguna planta y aun asi precioso por su significado, volviais a estar bajo Parody y por lo tanto cada vez mas cerca de vuestra ansiada libertad. Avanzasteis, siendo Andriel quien os iba señalando donde pisar, pues disteis con varios pasillos repletos de trampas, hasta dar con un amplio habitaculo lleno de cajas y mas cajas. Todas ellas llevaban un sello caracteristico, el de las granjas de las Ratas de Jade. Un almacen subterraneo, no habia duda. Entonces escuchasteis unas voces y varias luces. Un trio para ser exacto, parecian moverse al unisono, de un lado a otro mientras unas voces que sonaban tranquilas y calmadas se escuchaban desde donde estabais. Ninguno de vosotros sabia chino, pero sin duda sonaba como tal... tres guardias para un almacen subterraneo... no parecia que supieran que estabais alli.

Mucha fe te tienes tú, eh  - comentó con una sonrisa ladeada al escucharlo asegurar que siempre era la mejor opción, recorriendolo con la mirada de arriba a abajo. Momento preciso para notar cierta reacción en sus pantalones que por tamaño era imposible que pasara desapercibida. - Alguien está feliz de verme- comentó en voz baja, agradeciendo internamente que él no pudiera hacer ese tipo de observaciones. Pero claro, como la conoce, él se acerca y deja de lado cualquier distancia, aumentando esa tensión palpable que ya casi se podía cortar con cuchillo. Para su suerte, Shawn tenía otros planes. 

Se deja girar y ni intenta quejarse o decirle que no. Por mucho que ella estuviese tranquila con lo de su hombro, sabía que él no se quedaría quieto hasta haber hecho algo al respecto, y no le servía un pelirrojo distraído por lo que le pasara a ella. No era así como trabajaban. Además, para ser sincera, el mensaje no se sentía naaaaada mal, no señor. - Si, tienes toda la razón. Porque cuando esto termine iré donde ese puto loco del sombrero para que celebremos el seguir vivos - sonrió con malicia, sabiendo que al darle la espalda, él no podría ver su mueca. ¿Qué había de malo en sacarle un poquito de celos? Si es que hasta era sano. Y como él no podía reclamar, solo se divertía un poco. La verdad era que la manera en que él lo había sugerido le había erizado los vellos y la lamida le había llenado de escalofríos, poniéndole la piel de gallina. Seguro Shawn no tendría problema en leerla como un libro abierto. 

Aprovecha el paisaje que le permite Shawn, mordiéndose el labio inferior mientras mira ese culo perfecto que hacía un tiempo había tenido la oportunidad perfecta de manosear a gusto. Ya no estaba segura de poder aguantar mucho más hasta hacerlo denuevo, y es que no entendía como habían pasado años siendo solo amigos y sin siquiera verse de manera sexual y ahora todo parecía ser una insinuación. 

Así como saber... - sonríe divertida. No tenía puta idea, ella solo había corrido a la voz de Shawn, un instinto animal que no la dejaba con el pensamiento lógico de reconocer el camino de vuelta - Pero podemos ver donde nos lleva el camino - se encogió de hombros, olvidando que lo tenía dislocado y siguiendo el gesto con una pequeña mueca de dolor - Anda, camina - echó a andar hacia dónde creía estaba la salida.

La estratagema, pues no podía llamarse a aquel cúmulo de improvisaciones y buena suerte, había dado resultado por los pelos permitiéndonos salir ilesos de aquella elaborada trampa; sin lugar a dudas allí había una mente pensante y retorcida que manejaba los hilos, de eso no cabía duda, y su obsesión era vernos muertos.

El final que nos hubiera aguardado, en caso de caer, habría sido dantesco pero por fortuna para los tres seguíamos de una pieza y con más ganas de devolver la jugada que antes... y los primeros en pagar los platos rotos serían los malditos asiáticos que nos la habían jugado en el yermo

¡Eh! Tengo los ojos aquí arriba. Si quieres agradecerme algo mueve el culo y deja de mirarme las tetas- le dije a Isaias mientras lo subiamos entre Oscar y yo. Aquel tipo había estado a punto de morir junto con su estúpido humor; solo me faltaba que ahora se dedicara a desnudarme con la mirada

Avancé nuevamente en cabeza notando la mirada babosa de aquellos dos en mis posaderas durante los primeros metros. Me paré tras un recodo, topándose ambos con mi estampa frente a ellos detenida, me agaché lenta y sensualmente dejando el trasero en alto y bien marcado, haciendo como que buscaba algo y volví a levantarme. Me giré hacia ambos, con los brazos en jarras, y aguardé unos segundos. En una de mis manos colgaba un pequeño dispositivo

¿Ya? Bien, ahora que os habéis deleitado mirándome tal vez podáis prestar atención a lo que hacéis... y donde pisáis. Como eso- dije señalando con la mano libre una diminuta plancha de presión que habían estado a punto de pisar - ¡Oh, vaya! Si parece una bomba... y esto es el dispositivo que la accion- añadí tirándo el artilugio rudimentario aunque letalmente efectivo a sus pies - La próxima dejaré que os explote y os vuele los huevos si no estáis atentos*

...

Tras impregnarnos por completo del hedor de aquel lugar y sortear varios tramos donde las trampas ocultas se podían recoger a manos llenas, nos topamos con lo que parecía el acceso a un almacén de las Ratas de Jade. Aquello estaba plagado de cajas con su sello y era evidente que no esperaban visitas o, al menos, no sin que éstas antes dieran la alarma con las trampas que poblaban los accesos al lugar

Tres de los orientales estaban allí, pasando el tiempo más que patrullando, lo que nos daba una oportunidad de oro de poder entrar sin ser detectados. El aburrimiento y la monotonía de su trabajo jugaba en nuestro favor; no esperaban un ataque desde aquel punto y estaban allí más por mantener las apariencias que por verdadera necesidad, al menos de momento.

Hice señales a Oscar e Isaias, mostrando los cuchillos y haciendo el gesto de silencio, tras lo que mostré tres dedos en alto. Acto seguido, los señale a ellos dos para que se agacharan y rodearan la posición de los orientales, por un lado, mientras yo hacía lo propio por el otro

Me movería serpenteando entre las cajas, cual gato en noche cerrada, pisando con delicadeza y midiendo los movientos, como siempre en aquellas lides. Por fin me encontraba en mi ambiente. Los asiáticos estaban tranquilos, confiados y relajados... ajenos a cualquier peligro. La mejor combinación posible para actuar.

La idea era rodearlos y atacar, en completo silencio, al último de los tres si acaso iban en fila o con uno más retrasado, colocándome a su espalda y degollándolo con la izquierda mientras con la otra mano le tapaba la boca y evitaba que cayera haciendo ruido.

Podían pasar dos cosas entonces: que me descubrieran, momento en que lanzaría el cuchillo al pecho del último de los dos que quedaban, empleando al cadáver de escudo humano, esperando que mis compañeros atacaran entonces al restante desde su retaguardia (ya que se habría girado hacia mí), o que siguiera en completo anonimato, hecho que aprovecharía para realizar la misma operación que con la primera víctima.**

Sea como fuere, el cuchillo lo tendría presto en la mano para, a la menor señal de ser descubierta, lanzarlo con saña al pecho del oriental más cercano. La premisa era no hacer ruido y seguir con la infiltración silenciosa el mayor tiempo posible***

-No tienes un culo tan respingón como a mí me gusta, monada. Deja ya de tontear conmigo o mi chica te sacará los ojos.

Ofrecí a Andriel una sonrisa torcida. Había que romper la tensión de alguna forma, y ella lo hacía a su manera. Le seguí el juego. O eso pensaba, que la amazona soltaba las bromas necesarias para no cagarnos encima perseguidos por esa horda de degenerados mierdecillas. Otra explicación era que tal vez la chica simplemente era una calientapollas, no la conocía demasiado. Miré a Eagle, alcé el dedo pulgar en señal de asentimiento a la vez que guiñaba el ojo moviendo la cabeza hacia Andriel y su trasero.

Resoplé y continué avanzando. La verdad es que teníamos suerte de que esa zorra se conociera el camino y tuviera el olfato de una comadreja para las trampas. Deberíamos estar muertos ya, así que fuese lo que fuese que nos encontrásemos más adelante, tanto daba. La cosa era seguir moviéndose y procurar no activar ninguna palanca o interruptor. Óscar iba muy callado, con esa expresión muy suya de concentración y preocupación, pisando allí donde lo hacía Andriel y no perdiendo detalle de los húmedos y asquerosos pasillos por donde nos estábamos metiendo. Imité a mi amigo y cerré la boca.

...

Observaba a los centinelas chinos desde nuestro escondite, y atendía a las indicaciones de la mujerona que nos guiaba.

-Vale, es un buen plan. Oye, ¿y si te desnudas y los distraes mientras estos dos capullos les cortan el cuello? Resultaría más divertido y alegre para la vista. ¿No? Eres una aburrida. Lástima. De acuerdo. Te seguimos y controlamos a esos maricas.

Extraje uno de mis cuchillos. Me situé en posición, aguardando las indicaciones de Andriel. La seguiría con sigilo, a cierta distancia. Si a la muñeca se le complicaban las cosas, saltaría sobre el primer amarillo cabrón que tuviese más cerca. Resultaba imperativo que no nos descubrieran y mantuviéramos nuestro anonimato.

¿Fe? No, ni mucho menos, se llama saber valorar lo que tengo delante. - Le contesto mientras recojo las armas, haciendo un gesto refiriendome a mi mismo por supuesto. Avanzo hasta ella chapoteando entre las fetidas aguas del lugar hasta que esas duras nalgas pronto atrapan su premio, provocando que la sexy pantera que tengo delante mio haga un comentario mas que obvio, como si yo no fuera consciente de que aunque su cuerpo no pueda mostrar sus ganas tanto como el mio, yo no sea consciente no solo de la tension sexual, sino de la tension de su cuerpo al notar mi miembro pegado a su retaguardia. - ¿Acaso lo dudabas?

El siguiente movimiento coloca su hombro en el sitio, ella apenas hace gesto de dolor aunque se que no debe haber sido justamente suave, pero ella es dura, jodidamente dura por eso sigue viva y por eso me llamo la atencion la primera vez que la vi... entre otras cosas claro esta. Sus palabras sobre la fiesta que se montara con el del sombrero, me hacen sonreir levemente mientras ella no esta mirandome. Conozco ese juego, se que quiere provocarme, se que le gusta ese juego porque tras lo ocurrido en el desierto y todo lo demas, debe tener mas ganas de montarme que nada en este mundo y yo llevo asi desde que me levante esta mañana. Mi lengua pasa por su oreja, acariciando apenas su lobulo antes de contestarle mientras mis manos cogen sus caderas y las pegan mas a mi. Mi susurro es grave, candente, lujurioso a mas no poder mientras casi un leve jadeo se me escapa por la forma en que me aprisionan sus nalgas. Mis manos se agarran a sus carnes como quien piensa que le pertenecen, la forma en que mis dedos se hunden en ella dejan claro lo que pienso de sus palabras y probablemente la fuerza demuestra que en cierta forma si, ha conseguido arrancarme algo de celos. - Empieza la fiesta donde quieras y como quieras Tee pero cuando te canses de jugar con aficionados... alguien te estara esperando para hacerte gritar como debes. - Se nota cierto nivel de celos, disimulado, no mucho para que alguien como ella no lo note. Esta claro que no me quedare corto y si decide disfrutar con otro, me tocara buscarme mi propia diversion, pero eso no quita que sea a ella a quien desee montar en este momento y hacer que sus gemidos y orgasmos retumben en este organo subterraneo de tuberias y cañerias, sin importarme a que tipo de bestia atraiga.

Su respuesta al camino que debemos tomar me hace mirarla con una sonrisa en el rostro. Si habia algo que ella no tenia, era sin duda sentido de la orientacion. La verdad es que si habia sido su instinto lo tenia realmente afilado, eso o mi olor la llamaba extra manera. Sabia que eso solo eran tonterias mias, no sabia como me habia encontrado pero no podia sentirme mas afortunado ni jugeton por ello, la Diosa Fortuna em habia sonreido y la forma que habia adoptado bien valia mil muertes en este lugar. Mas de pronto ella echo a andar, sin ninguna duda sin ninguna preferencia o sentido asi que antes de que diera dos pasos, la agarre de la cintura y la desvie en otra direccion, señalando que la pendiente iba hacia arriba. Si habiamos caido, quedaba claro que tocaba subir. Tras eso le señale el camino para asi dejar que esas posaderas se movieran insinuantes frente a mi.

El camino se alargo bastante, ruidos de todo tipo se filtraban a traves de los grandes y pequeños corredores pero en ningun momento disteis con ningun enemigo. Lo que sin duda era algo que te ponia de los nervios, sabias que este lugar estaba atestado de mutantes como los que ya habias matado pero el no encontrar ningun alma era jodidamente raro. De pronto una explosion y un ruido como de un edificio derrumbandose asolo el lugar, llenando el espacio de gritos de dolor, escombros cayendo y una algarabia que indicaba que alguien se lo estaba pasando bien. Aceleraste el paso para alcanzar un conducto por donde solo se veia polvo y humo en el aire, fuera lo que fuera habia caido con fuerza... y no parecia que fuera a difuminarse en breve, asi que dejaste atras ese conducto y continuaste hasta dar con un pequeño habitaculo, donde ademas de algo de basura que bien podia ser una cama, una escalera estaba anclada a las paredes llevandote unicamente en una direccion. Cruzasteis miradas antes de ir a ascender cuando un ruido dejo claro que alli arriba habia gente, o al menos algo vivo... Shawn te señalo una plancha de metal en uno de los laterales, parecia un condcuto mas apretado pero por donde vuestros enemigos no pasarian o no pensarian en hacerlo. Dar un rodeo o subir y enfrentar a vuestros enemigos, Shawn estaba contigo, iria al infierno la veces necesarias, solo quedaba ver que era mas inteligente en esta situacion.

El tono de su voz, aquel susurro grave, lujurioso, ese jadeo exquisito que exudaba celos innegables a kilometros de distancia, hicieron que Tee sonriera satisfecha. No solo podía disfrutar de su lengua, de sus caricias, del miembro enterrándose en su culo a través de la ropa, sino que además podía encontrar placer en el incomparable hecho de conseguir que el pelirrojo sintiera celos por alguien en su promiscua vida. - ¿Alguien? ¿Vas a presentarme a algún amigo? - preguntó mirándolo de reojo con una sonrisa aún más marcada, insinuando que el sería incapaz de lograrlo aunque ambos sabían de sobra lo contrario. Lo hacía por picarlo, como muchas otras cosas. Y es que aunque no estaba acostumbrada a aquella dinámica con Shawn, mucho más acostumbrada a verlo como un eso, no un él, rápidamente le había encontrado el gustito a hacerle la vida un poquito más sabrosa con esos detalles. 

Echó a andar esperando instrucciones hasta que el irlandés la tomó de la cintura y la encaminó en la dirección correcta, pendiente arriba. Claro, era cierto, habían caído. Obviamente tendrían que subir. ¿Cómo era que siempre se le pasaban esos detallitos tan fácilmente? - Bueno, para eso lo tengo a él - pensó con una sonrisa tranquila, caminando frente a él y sabiendo sin necesidad de mirarlo donde estarían sus ojos. Después de todo, seguía siendo el mismo mujeriego borracho de siempre. 

Al menos la caminata estaba tranquila. Estaba nerviosa por no encontrar nada, pero la parte calmada era justamente eso, que no se habían metido en ninguna pelea aún. Por otra parte, y la razón por la que estaba nerviosa, era que eso era cuando menos muy sospechoso. Entonces se escuchó una explosión seguida de gritos de dolor, escombros y otras celebraciones más convencionales. Se apresuró un poco para alcanzar un conducto, pero al ver que no servía de nada, continuó hasta encontrar un espacio distinto con una escalera. Había puesto un pie en ella cuando escuchó que arriba había alguien o algo... Y mira, quería a los que los acompañaban, pero... No, no los quería. Ya tenía al único que le importaba a su lado, así que ahora con salir viva se conformaba. 

Asintió a Shawn y bajó de la escalera, yendo a la plancha de metal para pasar a través del conducto. Si, es cierto, normalmente saltaría a la batalla pero con un hombro hecho mierda no podía disparar bien su ballesta, y aunque fuera una puta loca, seguía siendo una militar con ciertos esquemas. No, ahora se iban a dar el rodeo aburrido, porque así luego podían venir a botar una bomba a los hijos de puta.

Eagle no dijo mucho durante todo el trayecto, pero cuando Isaias señalo el trasero de Andriel, la cara del mercenario lo decia todo. Habia cosas en este mundo por las que valia morir y hacerle unas cuantas cosas a esa parte de la anatomia de la mujer bien valia esa muerte prematura. Las sonrisas cruzaron la oscuridad de la noche entre ambos hombres, mientras avanzaban detras de la mujer que hacia muy poco les habia regalado semejante espectaculo. Si, estaban muy cerca de morir, dependiendo de donde pusieran sus pies se irian al otro barrio, pero eso solo aumentaba la adrenalina y bueno, un cuerpo de mujer asi no dejaba indiferente a nadie... aun a sabiendas de que al primer contacto les cortaria la mano como poco.

Avanzaron con cuidado, paso a paso hasta dar con el almacen donde los guardias esperaban. De nuevo Andriel dio las ordenes o al menos planteo la solucion a su dilema, sin esperar demasiado a si los dos hombres estaban dispuestos a añadir algo, hasta que Isaias hablo de nuevo y Oscar asintio lentamente, dando a entender que estaba de acuerdo con la idea. Tras eso y sin mas dilacion Andriel desaparecio por su lado e Isaias por el suyo, Oscar iba detras de su amigo asi que todo quedaba a la primera reaccion de este.

El olor de la alcantarilla, el poso de humedad del lugar subterraneo junto con un suave aroma de hierbas impregnaba el lugar. Si, estaba claro que aqui es donde almacenaban parte de la mercancia de las granjas, pero algo no cuadraba porque vosotros acababais de saquear su ultima ronda de trabajo y sin embargo aqui habia mas de una treintena de cajas llenas por como estaban dispuestas. Aun asi no tuvisteis demasiado tiempo para pensarlo, no ahora al menos. Vuestros pasos pasaron casi desapercibidos, al menos los de la asesina que pronto su cuchillo se clavo en el cuello del primer guardia. Ni un ruido se escucho, ni un gorgoteo por parte del soldado, pero si que hubo un leve chasquido proveniente del otro lado de la habitacion, mas la asesina no podia saber que habia pasado.

Oscar se encojio de hombros y se disculpo con la cabeza ante su amigo, pues su rifle habia golpeado una de las cajas. Es el problema de moverse con semejante trasto por un lugar tan estrecho.

Las voces de los chinos cambiaron, pareicna intrigantes mientras inspeccionaban ahora si el lugar. Incluso se pudo oir como un arma era amartillada. Los siguientes segundos se volvieron tensos, si los chinos disparaban sin duda podian morir, si lo haciais vosotros toda la madriguera se os echaria encima. Andirle volo en la oscuridad, el cuhillo acabo en la espalda de uno, la mano tapando la boca, un asiatico se giro y encañono a la asesina cuando Isaias aparecio de entre las sombrs cogiendo la cabeza del mismo y golpeandola repetidas veces contra la apred hasta que el cuerpo del mismo cayo exanime al suelo. Oscar aparecio por detras con una sonrisa en los labios, sin saber si disculparse o darles las gracias por un buen trabajo. Habia estado cerca, jodidamente cerca pero ahora ya no tenian tiempo de pensar en ello, solo quedaba avanzar. El mapa era claro, a la izquierda habria un desvio de alli acabarian en las cocinas, justo en medio de los putos chinos, si seguian mas hacia delante acabarian en un almacen algo mas apartado del barullo del nucleo de los chinos pero tambien mas lejos del alijo. Era una decision estrategica, seguridad en pro de velocidad o al reves.

Sonrei cuando ella con esa sonrisa marcada en su rostro intento picarme insinuando que no seria capaz de satisfacerla. Mas aun tras nuestro primer y unico encuentro donde bien habia pedido que repitiera mas de una cosa. Sabia que estaba jugando conmigo y aun asi encontraba tremendamente excitante el juego con ella, ese pique, esos celos... porque al igual que cosa rara en mi, empezaba a sentir la necesidad de que ella fuera mia, algo me decia que no era unidireccional esta sensacion. - Sin ninguna duda, el mismo que esta llamando a tu retaguardia y al que babeas por hacer tuyo. - Mis dedos pasaron por su nalga  derecha, en una extremadamente lenta y caliente caricia que acabo con un amago de agarrale la nalga, antes de apartarme para que nos pusieramos en marcha.

La caminata duro un rato y aunque tuve que corregir la direccion de la mujer para no acabar en losmas profundos infiernos de este lugar, la cosa estaba tranquila. La verdad es que se podia incluso llegar a disfrutar de esto sino fuera por los nativos del lugar. Explosiones, gritos, dolor, victoria, algo me decia que nuestros compañeros de hacia un rato se lo estaban pasando en grande pero ahora mismo, me daba igual. La unica persona en este asqueroso lugar que merecia la pena estaba moviendo sus ponderosas caderas frente a mi y eso era mas que suficiente.

Las escaleras parecian la opcion de Tee pero mi señal y un gesto hacia la plancha de metal la hicieron cambiar de opinion. No tenia problemas en meterme en una pelea, pero ella parecia creer que era mejor no forzar la situacion con su brazo como estaba. Eso y que yo mismo solo portaba dos armas de mierda, regalo de mis amigos de la jaula. Asi pues ella desprendio la placa de metal, adoptando una posicion que casi me hace lanzarme sobre ella para poseerla, pero si pensaba que eso era lo peor, no lo era ni por asomo. Cuando se metio por el estrecho conducto dejando su culo respingon todo el rato a muy corta distancia de mi rostro, me di cuenta de que igual hubiera sido major atacar a los cabrones de alli atras.

Avanzamos por el lugar, donde nuevos efluvios llenaron nuestros conductos nasales prodigandonos con olores con los que sin duda podria haber pasado toda la vida sin necesidad de conocer. Habia cosas en las que no me preocupaba explorar, otras como esta que bien podia pasarlas por alto aunque ese par de nalgas siguieran nublando mi escaso juicio. El camino se hizo pendiente arriba al cabo de un rato y asi siguio hasta que mis brazos estaban hasta cansados de andar en esa postura cuando de pronto el suelo bajo Tee cedio sin dar tiempo a nada. Me estire hacia delante cogiendola del tobillo y viendo como se balanceaba sobre lo que parecia una habitacion llena de tesoros o desperdicios, todo dependia del gusto del observador. Parecia haber algunas camas o al menos colchones asi que con cuidado intente dirigirla para que cayera sobre ellos pues por la postura me seria imposible levantarla. La verdad es que estaba a punto de descojonarme por intentar hacer diana con Tee sobre una cama pero antes de poder hacerlo, el mismo suelo que me acogia a mi cedio y ambos caimos sobre el monton de tesoros rodando el uno sobre el otro. La situacion sin duda era de lo mas gracios y no pude evitar reirme desde mi posicion debajo de ella mientras la miraba a los ojos. - Aun ahora... ella vela por mi. - La diosa Fortuna tenia una manera muy interesante de mostrarse a veces.

El ruido en si parece que no paso desapercibido, alguien abrio la puerta del lugar y echo un vistazo por encima antes de maldecir y volver a cerrar. No oisteis cerradura alguna, ni nada que indicara que os habian encerrado pero si una algarabia que parecia desaparecer a los pocos segundos. Alguien iba a matar saliendo de donde fuera... parecia que despues de todo volviais a estar solos, con el unico objetivo de salir de aqui. Shawn te miro a los ojos. - Si sigues mucho mas tiempo encima mio pensare que realmente quieres tener aqui esa fiesta. - Habia humor en sus ojos pero tambien lujuria desmedida, pues sin duda los cuerpos de ambos estaban pegados permitiendo notar lo bastante del otro para saber vuestro estado.

Si bien muchas veces lo provocaba o le molestaba con completa consciencia de sus actos, en este caso, cuando gateó frente a él a esa mínima distancia, ni siquiera se le pasó por la cabeza. Ella estaba distraída, concentrada en llegar rápido a algún lugar, en la misión, en sacar a Shawn de ahí. Al resto que los quemaran vivos, no eran su problema. Así que no, en esta ocasión, no hubo sonrisa pícara en su rostro ni movió su cadera más de lo necesario para avanzar. Por otra parte, conociendo al pelirrojo, quizás era la misma manera de ignorarlo la que tanto le gustaba. 

Aunque notó los asquerosos olores de los conductos que habían decidido seguir, no le hicieron dar paso atrás, ni siquiera poner la nariz respingada en signo de desagrado. Ahora mismo estaba en faceta Hermandad. Y aunque fuera difícil de creer, eso si la cambiaba un poquito. Antes de ser abandonada en un desierto y perder la poca de sensatez que le quedaba por la deshidratación y el salvajismo de la supervivencia, había sabido cuando mantener la boca callada y concentrarse en lo suyo. Y solo en casos muy extremos o tras un potente susto, como podría haber sido el miedo de perder a Shawn, recurría a esa faceta con tal de mejorar rápidamente la situación. No se dio cuenta de la pendiente, ni de ningún obstáculo, hasta que de pronto el suelo bajo sus pies desapareció. Abrió los ojos por la sorpresa y evitó las ganas de gritar por la emoción, mordiéndose el labio al sentir como el irlandés la agarraba. Más le valía por todos sus borrachos muertos no soltarla. Vio sus intenciones de usarla para hacer puntería y estiró los brazos como haría una niña pequeña diciendo"¡yupiiii!" pero antes de nada el suelo cedió también para él y ambos cayeron en un montón de colchones. Suavecitos colchones. Igual se hacían ahí una nueva casa, total era casi la misma mierda que el bar sobre el que vivían. 

Supersticioso... - rió por lo bajo, justo antes de que alguien apareciera a revisar. Rodó hasta Shawn, cubriéndose con él y dobló un colchón con la otra mano para que los cubriera. Si alguien miraba rápido, no notaría la diferencia. Por suerte ese alguien abrió y cerró con una velocidad que casi le hizo ser supersticiosa a ella también, y respirando profundo, miró al pelirrojo a los ojos - Serás idiota - contestó con una sonrisa, negando con la cabeza al sentir cuan "entusiasmado" realmente estaba. - Vamos ya. Puedes contratar una puta cuando salgamos. - contestó, como siempre hacía. 

La verdad es que mientras la compañaba por el conducto podia notar como la pantera habia cambiado, como habia entrado en ese modo suyo entrenado y profesional propio de la Hermandad. Aun asi eso no evitaba que sus caderas se movieran como debian hacerlo, es decir se notaba que no intentaba seducirme pero su suave bamboleo seguia provocnaod que me costar concentrarme. Aun asi la caida era inevitable. Yo no era ningun sanson asi que fue toda una suerte que alguien hubiera echado unos colchones alli, por mohosos y humedos que estuvieran. Tee no tardo en moverse por encima mio para doblar un colchon y asi evitar que nos pillaran, la verdad es que la supervision no era el fuerte de nuestros anfitriones.

Su pulla por mis palabras no tardo en tener contestacion. - Quejate todo lo que quieras, pero el dia que saque tu culo del arenal fue Ella la que me guio en esa direccion. Asi que no me quejo ante sus desventuras. - Como hacerlo, Fortuna o suerte, esa condenada siempre habia estado de mi lado y me habia traido a Tee en un negro momento. Asi que no podia reprocharle nada.

Sus movimientos dan pie a que note mi "felicidad", sus ojos me miran mientras se rie por mis palabras antes de soltar su puñal. - ¿Una? Pensaba que me conocias mejor. Con todo este festival necesitare al menos dos... al menos... - Ella se levanto y yo hice lo mismo, apartandome tran guiñarle un ojo, para acercarme a la puerta, unica salida de este lugar. - Creo que la ultima pelirroja y su amiga la morena iran bien, ademas saben compaginarse las tareas... lo que sin duda ayuda en momentos como el que estoy pasando ahora mismo. - Ella queria pincharme pues yo no me quedaria atras, por mas que fueran sus nalgas las que quisiera tener entre mis dedos y sus gemidos los que tenian que romper el silencio de mi cuarto. Joder si, queria montarla a lo bestia, pero no le daria el placer de decirselo aqui y ahora... quizas cuando esto terminara... quizas. Aunque estaba seguro de que ella no caeria en esa treat, no tras bañarme las manos de sus fluidos en el desierto. Maldita sea Tee, quiero poseerte por entero.

Abri levemente la puerta cuando no oi ruido ninguno y me asome levemente. No habia nadie, esa explosion habia llamado mucho la atencion. Mire en ambas direccion y señale la contraria a por donde se habian ido esos tipos. - No se que hay en esa direccion pero si se, lo que no hay. - Con esa simple frase me encamine, a sabiendas de que ella cubria mi retarguardia.

No tardamos en llegar a una sala, estaba cubierta de mierda en todas direcciones. Trozos de madera apilados, rotos, reconstruidos de alguna forma, lonas puestas de tal forma que parecian tiendas de campaña, agujeros de tuberia de donde caia una sustancia gelatinosa y amarillenta, estructuras poco fiables que daban a segundos pisos llenos de mas lonas y cosas similares nada agradables. Sin duda parecia su casa o lo mas similar a ello, quizas un puesto de observacion pero fuera como fuera, habia multitud de camas, lo que indicaba la poblacion... y no era algo desdeñable. Aun asi lo realmente preocupante no era el paisaje, que mas parecia un vertedero fantasma sin ninguna alma en el, no, el verdadero problema era ese ruido de fondo. Un ruido de roce, continuo, repetitive y que se clavaba en la cabeza como agujas, casi parecia una maquina hasta que tras dar un par de pasos dentro me quede estatico. Haciendole un gesto con la mano a Tee para que fuera con cuidado. Ella avanzo, sobrepasando mi hombre hasta ver lo mismo que yo. Un unico mutante, bicho o lo que cojones fuera del tamaño de un puto armario que tenia varios cadavers humanos enfrente. El ruido provenia de su boca, de su forma de roer un femur, como si fuera un enorme perro de presa. La situacion se prolong durante unos largos segundos hasta que de pronto escuchasteis como olisqueaba el aire.

La estrategema de flanqueo salio a pedir boca, o habria salido si el necio de Oscar hubiera sabido mantenerse en silencio... sea como sea los chinos habian caido en rapido sucesion, y en completo silencio, dandonos la opcion de internarnos aun mas en el corazon del cubil de aquellos cerdos amarillos sin levantar sospecha alguna.
Ahora tocaba decidir y una sonrisa maliciosa y divertida afloro en mi rostro al ver los cadaveres.
¿Por que no usamos a esos tres de carnaza? Los comehombres de las cloacas vendran en tropel si les llega el olor a sangre... son como tiburones. Que vengan y nos hagan el trabajo, que atraigan la atencion y entretanto, nosotros, asestamos golpes quirurgicos donde mas duela -sugeri a los dos hombres mientras giraba con el pie el rostro destrozado del ultimo chino, el abatido por Isaias, para ver las consecuencias de aquel estallido de brutalidad
*
Coloquemos uno de los caidos cerca a la puerta que da a las cocinas, otro en la puerta del almacen y el tercero, el que mas sangre, en el exterior. Que su sangre se mezcle con el rio de porqueria y la transporte hasta esas bestias. -añadi mientras limpiaba mis armas en la ropa de los caidos -Nosotros nos meteremos por el corredor que lleva a los almacenes, bloquearemos la entrada con cajas, y seguiremos a lo nuestro... tu, torpe, envuelve ese cacharro en tela... si vuelves a hacer que repiquetee contra algo te lo incrusto en esa cabeza hueca que tienes

-Molas mucho, tía. Ningún escrúpulo, un cuerpo que te cagas, letal como una tormenta del desierto y tan borde como un puto gato del yermo. Y con sus mismas garras.

Sonreí a Andriel con sinceridad. Me descubrí imaginándomela en la cama cabalgándome como una posesa y clavándome sus sucias uñas en el pecho. Me gustaría tirármela, pensé. Solo fue una idea pasajera, un relámpago cruzando e iluminando mi mente oscura y enferma. Solo eso. No había sitio para otra chica en mi cama que no fuese la pecosa de Whest. Deseaba reencontrarme con ella cuanto antes, terminar toda esta mierda y correrme una juerga de una semana entera juntos. Besar su boca, comerme su jugoso coño, lamer sus tetas. Y sobre todo perderme en esa mirada profunda e inquietante de mocosa traviesa y astuta.

Joder, me estaba empalmando.

Agité la cabeza y aparté esos proyectos de futuro que entorpecían el presente.

-¿Eh?

Me había perdido parte del plan de Andriel. Sin embargo la parte atenta de mi mente recogió lo esencial del mismo y comprendió lo suficiente. Asentí.

-Hagámoslo. Va a ser un jodido caos y vamos a tener que estar muy despiertos para no acabar en el pozo de esa letrina. Tía dura, no seas tan dura con él. ¿No ves que está enamorado de ti?

Señalé a Eagle, le guiñé un ojo a nuestra líder. Me encogí de hombros y luego me acerqué a mi compi, susurrándole.

-Cuando esto acabe te invitaré a la mejor puta que pueda pagar, y al mejor alcohol que encontremos, pero ahora te quiero centrado en la misión. ¿Qué coño te pasa?

La verdad es que me seguía doliendo todo el maldito cuerpo, pero la adrenalina se me había disparado del todo, amenazando con salirme por la boca y el culo. Tenía ganas de cargarme gente y no dejar a ningún puto cabrón amarillo con vida.

Claro, claro, la diosa Fortuna... Más bien los hijos de puta de la Hermandad - pensó, aunque no lo verbalizó. Ya habían tenido infinitas discusiones sobre creer en dioses o suerte. Básicamente, Tee no creía en ninguna, y Shawn en ambas, así que no llegaban jamás a un consenso. - ¿Al menos dos? Que decepción, pensé que te contratarías un harem - contesta con una sonrisa ladeada, divertida. Curiosamente sentía una calidez desagradable en el torso mientras él le hablaba de otras mujeres, pero la sensación le era tan ajena que no sabía relacionarlo con lo que realmente era: celos. Frunció el ceño ligeramente, aunque no con enfado, sino con ese gesto extraño que ponía cuando algo le llamaba la atención y tenía que meditar al respecto para entenderlo. Lo que solía pasar muy seguido, pues entrenada militar o no, Tee no era absolutamente brillante en todo aspecto. Por ejemplo, de inteligencia emocional tenía algo así como menos mil. Era como si la hubiese cambiado toda por astucia para sobrevivir y tolerancia a venenos y dolor. 

Mira, para que veas que soy buena compañera, por meterte en todo esto te pago el primer polvo con la pareja yo - le guiñó un ojo, sonriendo tranquila nuevamente. Es que era cierto, si no hubiese sido por la rubia hija de puta que la había tenido por los ovarios, no estarían ahí ahora. Así que de alguna manera le tocaba compensarlo, y sabía que putas y whisky eran siempre la respuesta correcta cuando se trataba del irlandés. 

Una vez ambos de pie, lo siguió hacia la puerta. Asintió encogiéndose de hombros a su sugerencia, igual a ella no le molestaría partirle el cráneo a alguien en estos momentos. Era una mezcla entre la sensación en su torso y el cabreo que llevaba encima por estar encerrada en una cloaca con un brazo a medias y tras casi ser quemada viva. Echaron a andar hacia una sala con decoración, ehm, dudosa. Pura basura que seguro hacía de hogar y tesoro a los putos mutantes que se habían encontrado. La mala noticia era que por cantidad de camas parecían ser varios y que había un ruido que le ponía los nervios de punta. La buena noticia, era que habían salido de peores con Shawn.

Se adelantó al ver el gesto del pelirrojo, encontrando al pedazo de mierda mayor. Uno que parecía ser un problema, considerando que tenía varios souvenirs en forma de carne humana al frente. Y como guinda de la torta, roía un fémur humano. Hermoso. Ahora solo faltaba que... 

Mierda, nos sintió - frunció los labios, subiendo la mira de la ballesta hacia la criatura, apuntando justo entre ceja y ceja para disparar si descubría su ubicación.