Partida Rol por web

El cuchillo de Andriel esta en su sitio, el cañon del arma tambien. Lo suficientemente cerca como para ver como una fina gota de sudor corre por el rostro del mas joven. Son guardias, tal vez duros pero sin duda no tanto como tu y lo sabes, no estan acostumbrados a lo peor, no saben lo que es tener que vigilar sus espaldas a cada momento de cada dia y por eso, sabes que tienes las de ganar. El hombre traga y el filo de tu arma se clava suavemente en su cuello, haciendo correr un leve trazo de sangre junto con el sudor.

El mas viejo, el que tiene el bate de Ligeia a escasos centimetros de su cabeza y cuyos pinchos estan aun mas cerca de su ojo y sien, asiente quedamente, dandole a entender al mas joven que nada de tonterias. Carraspea suavemente mientras su mirada pasa por vosotros. Ligeia con su sonrisa desquiciada, Khan a un lado con el hacha como si esto no fuera con él, Dante mirando a Andriel con una mirada mas similar a la del pub que a la de ahce un rato, dejando claro que no esta tan amaestrado como la rubia pueda creer. Tras estos dos mas que se esconden parcialmente en las sombras, una mujer totalmente llena de porqueria y un hombre que esta bien jodido.

- Los... los podridos. - Queda claro que no es como los llaman ellos pero no va a ponerse a discutir. - nunca llegan hasta aqui. Rara vez pasan del tercer corredor mas alla del gran colector. - Respira hondo, tragando con dificultad. Esta claro que sbe que no es una buen respuesta y que segun  a que oidos llegue puede meterle en problemas. - Ademas, tenemos estas. - Toca no su arma sino la mira. Al fijaros os dais cuenta de que son de vision nocturna.

Entonces habla Dante y el hombre asiente. - Roland es el jefe. Manda en el lugar del que venimos. Esta con Moxxy, nos avisaron de que igual un grupo venia por aqui abajo aunque no les creimos. - El tono deja claro que piensa que estais majaras. - Hay otro grupo, han llegado hace un rato... un tio con sombrero raro, otro que chilla mucho y un cuarteto mas. No se nada mas de verdad. - Aun con lo duro que pueda ser, esta claro que la mirada de Li es de las que cojonan y cuando el mas joven mira de rabillo a los ojos de Andriel, solo ve la muerte en ellos.

Mientras tanto Kiabi observa cada paso, cada movimiento, mirando a la oscuridad creciente detras de ella. Toda una vida pasada ahi abajo en cierta forma, tal vez no literalmente, pero de alguna forma asi era. Un camino trazado en el submundo y que paso a paso, sin misericordia se aleja de ella, dando pasa a una posibilidad, a una esperanza tiempo olvidada. La libertad. Cuan poderosa palabra, cuantas sensaciones tiempo atras olvidades, encerradas y lanzadas a lo mas profunda de su alma, cuando por fin se dio cuenta de que nunca mas la saborearia y ahora gracias al azar, a la fortuna. Tras ser desterrada por ese hombre, cuyo nombre susurran estos corredores infernales y virulentos, surge el mayor de los tesoros.

Aquellos que estan con ella no son verdaderos salvadores pero aun asi, una loca, una psicopata aferrada a un palo lleno de pinchos la ha ayudado a salir de todo eso. A sabiendas o no, por azar o por objetivo, pero ahora en mitad de este pasillo mientras sus nuevos compañeros apuntan con sus armas a dos guardias. Percibe el camino recorrido mas mentalmente que fisicamente y sin poder evitarlo, ese miedo ancestral recorre a su corazon y mente. Al fin y al cabo, hace cuanto que no es dueña de sus acciones, de sus necesidades... de sus oportunidades.

Las cartas se ponen sobre la mesa, e incluso diría que muestran la baraja entera y se quitan hasta la camisa para demostrar que no hay ases ocultos. Dante corrobora aquello más con su actitud que con sus palabras, lo que me hace asentir de un modo apenas perceptible. Un segundo después pistola y cuchillo están nuevamente enfundados, mostrándome con las manos desnudas aunque no por ello menos armada; no sería la primera vez que mato con poco más que uñas y dientes

Con eso me sirve. No seríais los primeros en intentar joderme, y no del modo que a más de uno le gustaría- añado con una sonrisa traviesa dedicada a Dante - El colector es ahora un cementerio de esas cosas, aunque supongo que llegarán más tarde o temprano... será mejor moverse y que nos llevéis con Roland. Tenemos asuntos pendientes y si esos blandengues ya han llegado es mejor no tardar mucho o podrían darnos por muertos y querer quedarse ellos el premio- continuo presuponiendo quien es el otro grupo

Kiabi sonrió, y mira que no era momento.

Pero es que los nuevos amigos habrían hecho el pino con las orejas si las dos campeonas se lo ordenasen con un parpadeo. Y, estaba segura, no sólo ellos, los del grupo con el que iba de agregada, también. La chica no era una torturadora ni nada por el estilo pero ver ejercer el poder de las mujeres -en cualquiera de sus ámbitos- le molaba. Sobre todo porque era de forma práctica, útil, no en el plan gratuito, posesivo y maltratador en el que lo hacían la mayoría de los hombres. Que alguna mujer también -Ojalá nunca me cruce con Rose - pero eran casos aislados y puntuales, y bueno, a las claras, en los hombres, lo malo abundaba demasiado en la época que les había tocado vivir.

Por algo debía ser que no habían mujeres en su lista de liquidar.

Se mordió el labio inferior mientras seguía a las mujeres, dos nombres a memorizar, Ronald y Moxxi, no significaban nada para ella, obviamente, pero bueno, ahora que las cosas sólo dependían de como se organizase y relacionase ella con todo lo demás tenía que despertar de ese letargo en el que su mente había entrado para adaptarse a la esclavitud y no volverse loca.

Cogió aire y se envalentonó, acercándose a Andriel, que cada vez le caía mejor, a susurrarle mientras se largaban de ese sitio, asegurándose de que no la oían los que las dejaban pasar -Iré con vosotras a donde está el Ronald ese, a curaros ¿vale? Luego ya veré -Se encogió de hombros, no tenía ni jodida idea de que hacer con su vida después de cumplir su palabra de curarles y aquello era una sensación que le producía placer y pánico, y casi a partes iguales. La verdad es que desde fuera se la veía hasta contenta, un brillo en los ojos que el resto de fluidos y mierda acumulada en su cara no tapaba del todo, como si estuviese cuasi borracha de libertad.

Por cierto, -sonrió de nuevo, protectora, a la rubia. Ahora que podía, no se resistió a opinar, y luego que hiciesen lo que quisieran, faltaría más- golpe de abajo a arriba, que no sea frontal que te puedes joder mucho.

Desde que estaba con ellas ya había sonreído más veces que en los últimos cuatro meses.

Observé a Leia cuando se me acercó de forma casi furtiva, reteniendo el impulso de mover una de mis manos a la empuñadura del cuchillo por puro instinto, mientras escuchaba su voz

Asentí, aunque aun añadí algo más No nos vendría mal un par de manos que sepan curar heridas... digamos que la fiesta que nos espera puede ser muy calurosa

Tras ello, y ya con Dante delante, dejé escapar el aire haciendo caso a Leia - Ya has oído a la experta... haz que me doble en dos, pero con cariño

La forma de responder de los dos hombres les salva la vida. Ambas mujeres, Andriel primero y despues Li bajan sus respectivas armas. El suspiro de alivio del mas joven es mas que obvio, el mayor por su parte muestra el hecho de que sabe que no lo han hecho bien, de que no deberian estar tan confiados aqui abajo y lo ocurrido es buena muestra de ello. Ante el comentario de "joderte" el mas mayor te mira, aguantando la mirada apenas unos segundos para negar. - No es la intencion. Roland quiere saber de vosotros, sera mejor que nos pongamos en marcha.

Tu comentario no ha pasado desapercibido apra Dante, su mirada se clava en ti e incluso en la semioscuridad del lguar puedes ver el fuego que hay tras su mirada. Mas tus palabras sobre el colector son rotas por el silbido del mas joven. - No jodas... en el colector, tiene que haber sido la ost... - El comentario se corta de raiz por un sopapo del mas mayor. La mirada lo dice todo, no nos dejes peor aun de lo que estamos.

Andriel se acerca a Dante, con Kiabi a su lado comentandole la mejor forma de que la golpeen. El hombre las mira alternativamente, la primera peticion de la rubia habia sido cuanto menos extraña, mas cuando la que parece ser medico comenta como debe darle el golpe, una sonrisa de verdadero humor asoma de entre la barba del hombreton. Niega lentamente con la cabeza como si todo esto estuviera incluso fuera de lo comun, pero como bien le habian dicho, nunca digas que no a una dama. Te sonrie lentamente y una de sus mano te coge de la mandibula, una pose cas cariñosa donde vuestros ojos se encuentran, justo cuando tu rostro se mueve para evitar demasiado ese contacto el puño de Dante se calva con fuerza justo por debajo de tu estomago, clavandose con fuerza e incluso levantandote levemente del suelo. Ha sido segun la posible descripcion medica de Kiabi, un gancho perfecto. Aun asi ha sido lo bastante cuidadoso como para quitarse sus puños americanos antes de darte tan fuerte.

Vomitas, vomitas como si no hubiera mañana. Practicamente cualquier residuo que tuvieras en el estomago acaba ahora sobre las botas de Dante, el cual ni siquiera se mueve aun con la cascada tan maravillosa de desechos que le tiras encima. Un solo comentario escapa de entre sus labios. - La verdad esperaba mas un beso que esta respuesta, pero no me quejare... no esta vez.

Khan y Andriel os miran sin decir nada, mientras los otros dos guardias no entienden que pasa ni porque el grandullon ha golpeado de esa manera a su compi. Unos quejidos junto con un escupitajo con sangre os sacan de vuestro momento "romantico". Rusty se levanta y avanza. - Ya que nos estan esperando seria de mala educacion hacerles esperar...¿no? - Su mriada se clava en los dos hombres, esta claro que no esta bien y sea lo que sea lo que le duele le esta volviendo mas impertinent por momentos.

Los dos guardias se ponen en marcha cuando lo decis y os ayudan a atravesar el ultimo tramo de corredoras, hasta que dais con una puerta blindada circular. La escena os resulta de lo mas extraña, al fin y al cabo porque nadie iba a querer una puerta en un sistema de alcantarillado.

El hombre se acerca al comunicador. - Aqui Bash, hemos encontrado al otro grupo y estan vivos. Amenaza cero. - Suspira mientras espera algo. Una voz metalica suena desde el otro lado. - Confirmado. Abriendo puerta. Mantengan sus manos donde podamos verlas. Cualquier amenaza sera eliminada. - Esta claro que el final del mensaje es para vosotros.

Las respuestas han llegado, satisfactorias, permitiendo ademas ver quien de los dos era el que podia representar un problema... un idiota novato y un veterano del lugar. Facil eleccion
Si haceis algo raro os mato. A los dos -le dije muy seria al veterano. Era evidente que sabia jugar a aquello y que si el no decia o hacia nada el otro seria un bulto mas
Despues de la advertencia llego el momento de dejar atras el estercolero en el que nos habiamos metido, y con ello toda su mierda...incluso la ingerida. Me plante ante Dante y no hizo falta mucho para convencerlo de lo que le pedia; casi crei percibir cierto regocijo en ello... pero el dolor, las arcadas y la falta de aire hicieron que mi mente solo se concentrara en no caer de bruces al suelo y gimotear como una cria
Logre mi objetivo. Nuevamente me sentia limpia por dentro aunque con el estomago girado...la proxima vez, con mas tiempo, tal vez me replanteara una forma diferente de proceder
Eso...te lo tienes...que ganar-conteste a mi atractivo agresor Siento el regalo-añadi antes de reincorporarme y adoptar ua postura mas digna antes de proseguir Gracias-añadi en ultimo momento, mirando primero a Dante y luego a Leia. Era momento se seguir avanzando
Con los nuevos guias y sin las prisas de vernos perseguidos llegamos con celeridad y sin contratiempos a nuestro destino, donde una puerta dificilmente franqueable sin permiso se interponia en nuestro camio. La voz del otro lado,con una expresion empleada durante eones hasta ser un topico, resono alto y claro haciendome mirar al techo lleno de mugre con hastio.
Si quisieramos problemas ya los habriamos dado y no estariamos aqui delante como pasmarotes... pero no quedaba otra que seguir aquellas insulsas indicaciones, con lo que me cruce de brazos aguardando lo que fuera que pasara a continuacion
¿No recibis muchas visitas amistoas eh?-comente con sarcasmo mientras esperaba

El viejo te mira girando levemente el cuello, no dice nada pero sus ojos te devulven cada gramo de sarcasmo. Esta claro que es mas veterano que el otro y no hace falta ni decir cuales suelen ser las visitas que reciben por aqui. fallar en esta vida implica morir, él lo ha hecho y sigue vivo, eso no quita que le joda que le trates como un inutil.

Pronto la maquinaria se pone en marcha. Ois como los diferentes pernos de la puerta se abren lentamente, casi silenciosamente para el tamaño de la puerta. Uno tras otro. Contais cuatro, pero por las dimensiones de la puerta queda claro que hay mas. Cuatro parece simplemente un nivel de seguridad minimo, en el caso de que hubiera algo en esta ciudad capaz de intentar perforar esa jodida puerta. Cuando el ruido termina, una gruesa cadena comienza, la puerta al completo se mueve primero hacia atras y cuando el grosor de la misma termina, comienza a girar sobre si misma dejandoos ver al otro lado. Una sala, con dos pisos. Arriba un conjunto de pasarelas sin ningun otro fin que la supervision. Varios hombres, al menos cinco que podais contar, apuntando en vuestra direccion desde la altura. La parte de abajo parece mas como una recepcion practicamente. Un largo pasillo metalico lleva hasta la sala en si, unos cuantos escritorios y dos puertas metalicas de aspecto muy diferente a lo que estais acostumbrados.

En el centro de la sala una mujer os mira con cara de pocos amigos y con dos guardias. Hace un par de gestos a los suyos y avanza lentamente por el pasillo hasta llegar a lo que podria considerarse una distancia segura. Por encima de su cabeza queda campo y espacio suficiente, para que sus colegas no os pierdan de vista. En cuanto pasea la mirada por vosotros veis como su rostro se va dulcificando lentamente si es que algo asi existe en este mundo. - Si, sois vosotros. Una loca de pelo azul, una rubia de manos rapidas y sus acompañantes. Todos hombres por lo que me habian dicho... - Clava su mirada en Kiabi, inspeccionandola, estudiandola. Abre la boca para decir algo mas y luego la cierra sin llegar a hacerlo. - No os voy a quitar las armas, pero mantened las manos lejos de ellas. - Levanto un dedo y apunto hacia arriba. Simple, poned una mano en ellas y os vuelan el culo. - Segun parece sabeis cuidaros solitos. Perfecto. hagamos un trato, no me jodais y yo no os jodere. Roland queria veros en cuanto llegaseis, asi que hareis una visita a la parte de arriba. - Se da la vuelta para de pronto pararse y volver a girarse hacia vosotros con la palma levantada. - Moxxy se fia de vosotros, eso hace que Roladn tambien... por ahora. Asi que guardad lo que habeis visto para vuestros sueños eroticos, entendido. No me gusta la publicidad... y a vosotros tampoco segun creo.

Se da la vuelta con la confianza de alguien que se ha ganado sus galones hace mucho tiempo, entrando en el refugio y esperando que la sigais hasta llegar a las dos puertas metalicas. Aprieta un bton que se ilumina y despues se gira hacia vosotros. - El colector... ¿ha sido cosa vuestra? - Por la forma de miraros esta claro que tiene curiosidad. La explosion debe haber llegado hasta aqui pero sin duda saber que ha pasado es tambien importante para ellos y mandar una patrulla, a un sitio que pronto estara lleno de esos cabrones adivinando que ha pasado no parece buena idea.

Los dos guardias que habeis raptado estan por alli cerca, apartados del resto mientras otro individuo parece interrogarles. La cara de ambos es obvia, la han jodida aun siendo una guardia rutinaria.

Mientras hablais con la mujer, un ruido se escucha tras ella, momentos antes de que la puerta se abra hacia arriba y de paso a una sala donde cabrian maximo unas diez personas y con un panel con numeros al lado. La mujer en cuestion entra y camina hasta el final de la misma, esperandoos.

Tus palabras me hacen sonreir, una ligeramente mas calida, mientras una ceja se eleva sobre la otra en un rcitus casi comico sino fuera por el resto de mi cara. - ¿Ganar? - Las palabras son apenas un susuro mientras cojo tu manidbula con casi delicadeza y la elevo, sin importarme las babas y el olor de tu boca. - Lo hare, pero si en algun momento decido robarte uno de esos. Tendras que aguantarte. - Antes de que puedas hacer nada, pongo mis labios sobre los tuyos. Apenas un roce antes de apartarme y darte tu espacio.

Escucho tus palabras y me encojo de hombros mientras niego con la cabeza. - No es problema. - Señalo tu cara donde un tropezon ha quedado pegado a tu mejilla tras la violenta vomitona. Mi sonrisa vuelve a somar, el humor esta claro mientras tu miras de quitarte el puñetero tropezon, tras varias pasadas te das cuenta de que no hay nada y de como mi sonrisa se ha ensanchado pero sin llegar a hacer publica mi diversion particular.

Kiabi esperó pacientemente a que ejecutasen la limpieza de estómago, no era el método más diplomático pero era efectivo, si no habían seguido su primera opción, por lo menos se aseguraba de que la chavala se jodiese menos con la idea que había tenido.

Tenía que reconocerlo, el golpe había sido bien realizado, por una vez un hombre no se extralimitaba. Se mantuvo en silencio y se apartó en cuanto vio que empezaban con cosas que no tenían nada que ver con los vómitos, la idea de amistad o algo más o lo que coño tuviesen era totalmente ajena a su vida, la única persona que le importaba de ese jodido mundo estaba lejos y no era bueno pensar en ella, mucho menos echarla de menos en un momento como aquél.

Volvió a mirar a Andriel con expresión de brutal sorpresa al escuchar algo parecido a un agradecimiento. Hacía mil siglos que alguien no le decía esa palabra. Siendo esclava ni una triste mirada se había llevado con trabajos muchos más profesionales y mil veces más complicados. Fue como si le diesen una hostia que le recordaba que era dueña de sus acciones, que realmente tenían un valor y que, que narices, que la gente no estaba del todo echada a perder. La misma sensación que cuando le había propuesto una colaboración la luchadora, aunque mucho más intensa e imprevista.

Tardó en responder, no por ser lentita, sino porque casi no había dicho en su puñetera vida las palabras que contestaban y que demostraban algo de civismo en la ciudad de mierda, recordarlas fue un dulce esfuerzo -De... de nada. - Sonrió sinceramente, volvía a sentirse de puta madre consigo misma y agradada con la rubia.

Por supuesto duró poco la sonrisa, aunque el buen regusto no se lo quitaba nadie. Para cuando llegaron ante la nueva pava de la reunión estaba seria y atenta a lo que le rodeaba, con la expresión más impenetrable que había puesto en toda su vida, no se inmutó cuando parecía que pensaba que era de dentro. Era su gesto más ensayado, estudiado, aprendido, él que ponía siempre siendo esclava, el de que te importa una mierda lo que pasa alrededor tuyo, el que ponía para digerir todas las putadas que había recibido, para no dar el gusto al Coleccionista de que viese nada en sus ojos.

En verdad parecía que el comentario no le había provocado ningún sentimiento, como si le importase una mierda que alguien no supiese contar cuantos habían entrado.

Se limitó a apartar la mirada y dirigirla alrededor, siendo la mismísima imagen de la indiferencia personificada, no iba a ser la simpática o dicharachera de la reunión, estaba por encima de aquello.

O por lo menos eso parecía.

Camino a duras penas, con la capa de Leia tapando mi carne expuesta, eso que me ha puesto alivia bastante el dolor, pero cada vez que me mueve escuece y pica, y jode. Pero peores cosas he pasado, y mi cuerpo y sus cicatrices de guerra lo demuestran, por no hablar del agujero de flecha que llevo en la pierna, estoy hecha una porquería pero mi cara no lo demuestra, son marcas de guerrera y las llevo con orgullo, nada se consigue sin dolor.

Joder, Poe ahora vomitaría arcoíris y me echaría una mierda de discurso sobre ser positiva y dar asco y pena, y ponerme a recoger amapolas del puto campo, si es que eso sigue existiendo en algún puto lugar de esta porquería de planeta.

En fin, nos cruzamos con unos y con otros, y me la sudan todos, siento el brazo de Khan rodeando mi hombro y sonrío de medio lado sin mirarlo, el calor del hombre me gusta, y que mi bate no se incruste en él, lo demuestra, porque yo no dejo que nadie me toque, Leia me cae bien, y Khan… es Khan.

Dejo que ellas hablen, a mí no se me da bien hablar, yo bateo, grito, y canto, fin; nada de gran utilidad pero altamente acojonante en el momento indicado. Seguimos adelante, empiezo a echar de menos al pajarraco, su conversación me habría aligerado cada puto paso de mierda que he dado.

Mantengo los labios pegados todo el camino, mi sonrisa tatuada al frente siempre, y el ceño fruncido. Cuando esté de mejor humor quiero preguntar a Leia qué cojones hacia encadenada a esa cosa, puede que mienta, puede que me lo cuente, pero no es habitual que yo sienta curiosidad por nadie en este puto mundo, y ella es todo curiosidad para mi cabeza azul.

- ¿Y de quién coño va a ser? Moxxy sabe a quien encargar sus mierdas.

Rompo el silencio mientras seguimos a la tipa, después de todo el camino callada empiezo a estar ya hasta los ovarios de este escozor de mierda, de sus putas mafias, y quiero un poco de agua, no quiero que mi precioso culo se infecte, lo aprecio, me gusta que esté presentable y apetecible para que lo muerdan, ser una podrida no es que sea una máxima en mi vida.

- Al grano, hostias.

La "conversación" con Dante se desmelena levemente durante unos segundos en los cuales el hombretón me roba, literalmente, un beso pese a la situación vivida hace unos momentos, de todo menos erótica, provocando que involuntariamente me tense, poniendo mis manos al lado de los cuchillos sin llegar a cogerlos, dejándome llevar por el momento. Incluso la broma sufrida por él me provoca y excita a partes iguales, sin llegar a desbocarme por pura fuerza de voluntad.

De haber sido una serpiente ahora estaría enroscada sobre mí misma, con los colmillos al aire y la cola chasquendo el aire

Eso, antes o después, me lo cobraré Dante- le susurré, regalándole un leve mordisco en el labio antes de que se separara. Saboreando su sangre - No soy una mujer que cae rendida al primer bárbaro que intenta llevárla a la cama- ofendida, y contenta a partes iguales dejé con un palmo de narices a Dante antes de proseguir por el camino por el que nos conducían aquellos dos, llegando hasta la puerta donde se nos dio el alto

Una fortificación por sí misma, la puerta se abrió revelando sus entrañas dominadas por una mujer que sin duda sabía manejar las situaciones con mano de hierro, alguien a quien tener en cuenta si las cosas se torcían pues era evidente que su palabra allí era orden. No habría opción de huir si ella se molestaba y no era necesario ser un lumbreras para saber que hablaba, por el momento, en nombre del tal Roland.

Asentí antes sus palabras sobre no hacer estupideces pero me adelante a cualquier comentario al respecto cuando empezó a enumerarnos según lo que tenía entendido de nuestra llegada

Ella viene con nosotros- corté, tajante, pese a no parecer evidente que fuera a hacer ningún otro comentario cuando se quedó mirando a nuestra rescatada matasanos. Aquella mujer iba a ser nuestra aliada, al menos de circumstancias, y era absurdo negar que tenía interés personal en averiguar lo relativo a su cautiverio que parecía tener algo que ver con el tres veces maldito Coleccionista

La hiperactiva bateadora deja claro que la explosión del colector lleva nuestro sello y, pese a que las formas no son las mas adecuadas, transmite a la perfección la idea. No nos andamos con chiquilladas y si hace falta hacer algo para poder seguir se hace.

No iría mal que alguien le echara un ojo- añado señalando a Rusty. Me guse o no nos hará falta sin duda - Y si tienes algo para paliar una posible infección no me vendría mal... digamos que la podredumbre del colector no es la mejor opción para tomar como tentempié

Sin duda sacar la última papilla no me había hecho mal, pero algo de aquella porquería se había podido quedar dentro de mí y no tenía ganas de doblar la rodilla por culpa de la dejadez; si había algo que hacer prefería ponerle remedio antes de que la cosa se complicara. Que lo haría.

[b]Mi compañera ya lo ha dejado claro; vayamos con Roland de una vez, que no estamos aquí de paseo

La contestacion de la pelizaul no parece hacerle gracia, no por el contenido en si sino por las formas, pero apenas se nota. Una leve ceja enarcada durante unos segundos indica su decepcion, pero rapidamente desaparece, acostumbrada a los suyos, no ha olvidado el mundo de fuera pero parece que en el caso de la tatuada tiene mas bien poco aprecio por su vida... otros han muerto por menos y sin ni siquiera llegar a ver el ascensor. Asiente ante la loca buscando algo mas de cerebro en este grupo, los hombres parecen quedarse algo mas atras, casi como si fueran las mujeres las que llevan el mando... aunque sin duda no puede ser cosa de la loca.

Su mirada alcanza a la morena pero esta no parece tener intencion de hablar, acaba de ser defendida por la rubia y aceptada en su grupo durante su trayecto por las alcantarilals de eso no cabe duda por el lenguaje corporal. Mas si esta con ellos por ahora es intocable, palabras de Roland, asi que deja de mirarla para fijarse en la que aprece el cerebro del grupo. La rubia.

Desde el momento en que habla se nota la diferencia, los ojos de la jefa del lugar se fijan en Andriel como las de un ave rapaz escuchando sus palabras. Desvia su mirada en direccion a Rusty y asiente. - El medico esta arriba, Roland lo ha requerido. - Su mirada se fija en el hombre y su lamentable aspecto. Hace un chasquido y señala a Rusty. - Llevadlo a la enfermeria, atendedlo hasta que llegue Esteban.

La mujer devuelve su mirada a Andriel. - Arriba podran atenderos a los que estais mejor. Los bebedizos tambien estan con él... vayamos arriba y de paso conocereis a Roland. A partir de ahi es cosa de él. - Avanza y entra en el ascensor, esperando a que hagais lo mismo. Dos hombres fuertes cogen a Rusty y se lo llevan con cuidado, aun con los breves forcejeos de este. Dante le da una mirada y unas breves palabras y este se tranquiliza hasta cierto punto. Subis al ascensor, quedando Dante tras Andriel y Khan tras Ligeia, Kiabi esta justo al lado de la mujer con galones. El cubiculo se pone en marcha, veis unos numeros encenderse mientras pasais del S3 al 0, y el movimiento es apenas perceptible hasta que la puerta se abre de nuevo. Un breve pasillo por donde ya entra luz y unas escaleras llenas de arena.

La mujer sale y señala las escaleras. - Os estan esperando. Recordad lo dicho, no os guata la publicidad, a mi tampoco. - Sin decir anda mas y una vez estais fuera del ascensor, la mujer sube y la puerta se cierra de nuevo.

Avanzais por el pasillo y al subir las escaleras os dais cuenta de que no estais al aire libre, al menos no por completo. Una estructura de metal cubre el lugar donde deberia estar el cielo. Alargada y coronada por una gran linea que recorre el lugar de un extremo a otro, parece que protege de algo, probablemente de la arena del desierto pero a saber. Lo realmente interesante es como la gente del lugar ha modificado el metal hasta convertir lo que coño fuera antes en un pueblo bajo una cupula metalica, corrodida, vieja y asquerosa pero que les mantiene vivos. Las calles estan casi delineadas, mas por el uso que otra cosa y veis diferentes tiendas y puestos por ahi tirados, dejando claro que la gente puede comerciar por aqui. Cuando por fin terminais de dar un vistazo un guardia os espera a un lado.

No es de los habladores en cuanto os poneis a su altura se da la vuelta y se pone en marcha. Veis como en la pasarela superior hay mas que no os pierden de vista, sin duda se fian lo justo y dada su forma de moverse no son aficionados. habeis pillado a un par con la guardia baja pero subestimar a los demas, no parece lo mas inteligente.

No he dicho una palabra desde que hablaste en el corredor y te hice vomitar todo. Solo un leve asentimiento, pero ahora en el ascensor puedes notar mi presencia francamente cerca de tu espalda. Suaves susurros alcanzan tu oido, estas segura que nadie mas los oye. - Si cualquier barbaro pudiera... no estaria aqui. - Notas el calor de mi aliento contra tu nuca, mas nuestros cuerpos no estan tan cerca.

Las luces del ascensor parpadean mientras ascendeis antes de que vuelva a hablar. - Roland suele ser pacifico, pero que no te engañe su apariencia y modales... antes era una bestia de mucho cuidado. Se rumorea que tumbo a Titan en un combate cuerpo a cuerpo.- Sus palabras son de casi admiracion, no hay peloteo y al nombrar a Titan te das cuenta de porque. Titan es conocido en Parody, un mastodonte lleno de musculos y poco cerebro que acompaña a BlackRose... no es alguien a quien acercarse al cuerpo a cuerpo.

Notas mi cuerpo detras tuyo, mi pecho contra tu espalda, mi mano sobre tu hombro y un leve roce  de mi paquete contra tu trasero, que solo ocurre en una ocasion. Apenas una caricia en tu pompis desgastado y quemado, casi parece como si tuviera cuidado con el mismo... pero entonces mi aliento alcanza tu oreja. Esa voz grave, casi ronroneante como de una bestia a medias entre el calor y la necesidad de hundir sus colmillos en algo alcanza tu oido. El tono es bajo para que nadie mas le oiga... - Deberias cuidar mejor eso... porque en cuanto tenga un momento pienso rompertelo una y otra vez. - Notas la diversion en las palabras. Mi lengua pasando por tu cuello, dejando claro que ahora mismo aun con todo, hay mas de bestia en él que de humano.

Sus breves jadeos golpean contra tu pelo, moviendolo, meciendolo... hasta que el ascensor se detiene. Entonces paro pero hablo de nuevo una ultima vez. - Estos "amigos" tuyos no son ovejas... son lobos... pero no son como tu y como yo... - Mi cuerpo se aprieta al tuyo, mi mano en tus labios, abriendolos y jugando con tu lengua. El estar al fondo del ascensor permite que nadie se de cuenta. - No te civilices... pequeño escualo... no lo hagas. - Apenas un segundo mas tarde, nuestros cuerpos ya estan despegados pero estas segura de que Khan lleva su hacha a mano...

Sonrío al sentir el pecho caliente de Khan a mi espalda, su mano grande y áspera sobre mi hombro, y la cobra contra mí. Este cabron sabe cómo hacer que no piense en el dolor, y apostaría mi cabeza a que lo hace adrede. Su aliento choca contra mi cuello, me murmura.

Sonrío, ampliamente, durante unos minutos no me importa estar hecha una mierda. Me moja el cuello, y me mola toda, con un solo gesto. Tengo que reunir toda mi puta fuerza de voluntad para no girarme y subirme a él, celándolo. Bueno, he pasado de estar jodida por el puto dolor a estar cachonda. Hay que joderse. Y joder es lo que quiero, pero aquí, ahora… ¡Pero qué coño! A mí me la suda esto! Voy a girarme y a lanzarme sobre él cuando el ascensor se detiene, irrumpiendo en mis intenciones.

Su cuerpo grande contra mi espalda, sus dedos entrando en mi boca, llevo una mano entre sus piernas, sujetándolo por mi cobra favorita mientras muerdo sus dedos. ¿Yo? ¿civi… qué?

El tiempo pasa, los segundos se vuelven minutos y estoa s su vez horas Para se exactos dos horas, es el tiempo que pasa antes de que Pratt vuelva a entrar por la puerta y os mire a todos. No hace falta ser un genio, es hora de que os largueis, es hora de terminar el trabajo por el que realmente os habeis metido en todo este embolado. Ni las alcantarillas, ni las granjas, ni los chinos ni las ratas de cloaca son vuestro problema. El vuestro tiene nombre, Hannibal, y si no terminais el trabajo pronto, mandara a su perra y sus cachorros a haceros pedazos si teneis suerte, sino... el Coliseo de Carne aguarda. Una imagen que una vez serenos y tranquilos pasa por la mente de la mayoria de vosotros, otros como Tee, Li o Shane ni siqueira saben de la espada que pende sobre sus cabezas. Un trabajo mas... solo uno mas, sin saber quien realmente aguarda tras la puerta del cliente. La locura aprece un infeccion en este grupo, pero hay niveles de locura... el vuestro simplemente es de otra liga.

Cada uno de vosotros ha dedicado su tiempo a lo que ha querido. Intimidad, curas, reponer armaduras y balas en la medida de lo posible o estudiar los papeles que os dejo el mismo hombre que viene a recogeros. Leia no esta, ha desaparecido por los pasillos de este viejo mastodonte y tiene toda la pinta de que no volvereis a verla. Vuestras heridas esta curadas, las infecciones detenidas por su experta mano y ahora de nuevo, os quedais sin un matasanos. Sin duda el karma es un viejo cabron con muy poco aguante, asi que tendreis que ser vosotros quienes os solucioneis la papeleta si todo se va a la mierda.

Os levantais, os poneis en marcha dandoos cuenta de que aunque los vendajes estan en el sitio, los agujeros siguen ahi. El dolor no ha desaparecido, solo se ha amortiguado por la medicacion y en cuanto os poneis en marcha, todos esos dolores unidos al cansancion os golpean sin piedad... menos mal que todos sois unos bastardos duros, sino mas de uno se desplomaria.

Para sorpresa de todos, Isaias tambien se levanta del camastro donde ha yacido las ultimas dos horas. Ligeramente renqueante, aun asi su rostro deja claro que esta mejor. Sus primeros pasos parecen vacilantes, pero cuando llega a la compuerta de salida, ya parece ser el mismo de nuevo... mas o menos. Alek y Chris sonrien por lo bajo, el susurro que comparten deja de serlo en el instnte que escapa de sus labios en una habitacion tan cerrada. - Mala hierba nunca muere. - Sus suaves risas son acompañadas por la de Shawn, quien como no, tiene una botella de algun tipo de liquido dorado en sus manos. Lo raro seria verle sin ella, sin dudarlo se la pasa a Khan mientras asiente en direccion a la pareja de cabrones. - Salud a eso. - Se rie con ellos y para los demas, como siempre su sonrisa y su forma de ver las cosas sirven para verlo todo con mejor perspectiva. No queda claro si el irlandes es capaz de levantaros la moral o no, pero sin duda no deja de ser el cabron loco con una sonrisa en la cara sin importar la mierda que llueva. Por su parte el mastodonte de Khan apenas reacciona, coge la botella, le da un largo trago y por como cierra su manos sobre el cuello de la misma aprece habersela quedado en propiedad.

Avanzais por los oxidados pasillos, mas en lugar de subir o salir por el mismo lugar que entrasteis, continuais por dentro hasta alcanzar unas escaleras. Bajais y pronto os dais cuenta de que lo que os rodea no es acero, sino hormigon. Una puerta de metal se abre y dais con vuestros culos en una amplia sala llena de cajas y de estanterias. Un grupo de trabajo parece estar cargando, clasificando y enviando segun corresponda. Pratt ni siqueira se detiene, al menos no hasta llegar a otra puerta, una diferente, una que casi parece anclada a los muros que la soportan. Los que fuisteis por las alcantarillas sabeis donde estais, es el ascensor. Ese maldito bloque de metal que sube y baja, uno que os llevara al refugio que yace bajo vuestros pies y de ahi... al infecto lugar por donde vinisteis la primera vez. Tras la puerta, hay una pequeña habitacion con dos puertas hermeticas. Bajais en dos grupos.

El ascensor baja y cuando por fin las puertas se abren estais en una amplia sala llena de guardias. Un par de pasarelas desde donde os observan hombres armados y enfrente vuestra una puerta colosal, redonde y de acero que ahora mismo esta abierta. Mostrando al otro lado el acceso a las alcantarillas. Un hombre con cara de pocos amigos se acerca, la jefa que algunos conocisteis no parece estar ahora mismo en el lugar. El hombre por contra se dirige a Pratt y no a vosotros.

Los putos carroñeros no han dicho nada desde hace unos dias. Supongo que es cosa de tus nuevos amigos. - Se encoge de hombros. -Aun asi hemos oido a las ratastopo, es posible que se crucen con ellas. No se si les acompañas o no, pero ten cuidado. - Pratt le da un golpe en el hombro y asiente. - Tranquilo Cid... yo no voy mas alla de la puerta.

Vista desde las cloacas de la puerta cerrada del refugio

Os acompaña hasta alli, hasta el mismo borde de la puerta del refugio. El grosor de la misma deja claro que hoy en dia, nadie tiene la maquinaria para atravesar semejante porton. Mas alla la oscuridad, apenas rota por pequeñas luces que parecen perderse en un corredor a vuestra izquierda. Shawn es el primero en adelantarse, sus botas chapotean ligeramente en la humedad mas alla de la zona habitada. Aspira con fuerza y reprime una tos. - Delicioso... jodidamente delicioso me recuerda a algun tugurio de... bueno a uno de los buenos. - Se gira y os guiña un ojo. - Pratt ¿no? Un placer en serio... la proxima vez pasate tu por mi bar. Demasiada mierda de arena para mi gusto. - Un gruñido de Khan parece estar de acuerdo con el pelirrojo. Mientras Dante se acerca a Andriel y parece susurrarle algo.

Mi cuerpo se acerca al tuyo, mi rostro se pega a tu oreja antes de susurrarte. - ¿Me he perdido algo o esos dos parece que ahora se llevan mejor que antes? - La situacion era graciosa sin duda, la bestia que apenas gruñia, amiga del borracho irlandes. Sin duda podia ser una mezcla explosiva. El tono tenia cierto grado de humor, pero sobrtodo era el calido aliento de él sobre tu piel lo que hacia el comentario mas interesante. El brillo de sus ojos delataba que estaba jugando a eso justamente.

Nadie parecía tener mejor plan de acercamiento que el propuesto, a través de las hediondas y traicioneras alcantarillas, con lo que tomamos como buena aquella opción y no me quedó otra que tomar las riendas del asunto, cosa que detestaba incluso más que tener que ir de nuevo allí abajo.

Me despedí con un abrazo de la matasanos; pese al poco tiempo pasado con ella los sucesos habían sido intensos y su trato de igual a igual. La echaría de menos a ella y, muy seguramente, sus meritorios cuidados. Era evidente que los médicos nos duraban lo que a Khan un trago de alcohol fuerte

Suspiré para mis adentros mientras descendíamos por el coloso metálico, junto a Dante, recordando todo lo acontecido hasta la fecha sin apartar la mirada, fija, de la puerta cerrada como si la quisiera atravesar; aquel mundo no estaba hecho para tener descendencia, crear una familia, siquiera para crear lazos más fuerte que la hermandad de las armas. Cualquier otra cosa te acababa conduciendo a la locura, la desesperación o la muerte. Muchas veces a las tres

Yo era un alma libre, atada a mi propio credo, y dudaba poder llegar más lejos con Dante pese a todo; lo miré un segundo, dejando que nuestras miradas se prendieran nuevamente la una de la otra, notando nuevamente esa extraña sensación. Aparté la mirada contrariada y me centré en lo que nos ocupaba.

La puerta se abrió y nuevamente nos encontrábamos en la antecámara de la pestilencia. Miré al resto mientras la compuerta nos daba paso a los peligros del exterior y se producían las rápidas y típicas despedidas... yo no dejaba a nadie atrás y nada me empujaba a permanecer allí más tiempo.

Noté el aliento de Dante, sus susurros y su cercanía con mi cuerpo me tensaron por un momento. Asentí ante sus palabras, mirando lo que indicaba antes de que empezaran a desfilar el resto... aguardé unos segundos, con él a mi lado, sopesando aquellas palabras.

Supongo que es mejor eso a como habían llegado; al menos así es posible que lleguen a colaborar

Lo tome del cuello y le di un largo beso de ¿despedida?

Nos vamos a meter de lleno en la boca del lobo, y luego es posible que nos intente digerir. No hagas tonterías por mí ahí afuera, por nadie...- quise continuar pero notaba un nudo en la garganta y, con gesto brusco lo empujé para lanzarlo hacia el exterior trastabillando.

Se acabaron los arrumacos, las medias tintas y las dudas. Volvía a ser la asesina implacable.

Seguidme diez pasos por detrás, en hilera y en silencio. Los que dominen el cuerpo a cuerpo al frente y en la retaguardia, el resto entre ellos... las armas de fuego en sus fundas y ni una luz extra; esos cabrones pueden desplegar un pequeño ejército en nuestra contra si nos detectan, así que nada de idioteces- les dije mientras me adelantaba al grupo e iniciaba el avance, rumbo a los malditos amarillos