Partida Rol por web

Atenas el Eliseo de dioses, el aire del mar y las estructuras que aun se mantenían en pie como el Partenón le daban ese toque melancólico para aquellos que habían vivido cuando todo eso era más real de que se veía en esas noches, el sol se escondía poco a poco y las sombras comenzaban a cubrir la ciudad dando la oportunidad aquellos seres de la noche que se levantaran una vez más desde su sopor para vivir escondidos de los mortales como fieros lobos vestidos con la delicada lana de un pequeño cordero. Los últimos rayos del sol se consumieron en la penumbra dando al posibilidad de que dos Cainitas de abrir sus ojos una vez más, en Penélope aun ese reflujo de humanidad le decía que debía respirar en vano… ya no molestaba aunque a veces desearía ver un último atardecer cosa imposible por lo menos hoy en día; Clayde abría también sus ojos para observar una nota sobre la mesa de noche que decía * Señor Caldwell, sobre la mesa del comedor se encuentra un paquete para usted *.

Lo leíste un par de veces tratando de entender puesto que el pedido que habías hecho de unas vasijas llegarían en un par de semanas por todo el tema de aduanas y bueno la burocracia mortal si uno intenta hacer las cosas bien una vez en la vida, te levantaste y tras una ducha rápida donde tu cuerpo parecía añorar el calor de agua te vestiste de ocasión y te encaminaste hasta la sala.

Penélope se encontraba en ese momento en la terraza apreciando la vista de la ciudad donde lo nuevo y lo viejo convivían de un modo armónico y sensual, te miro sobre el hombro derecho y luego también entro, sobre la meda de pino lustrada yacía una caja de pequeñas dimensiones; ambos la observaron tratando de ver de qué se trataba pero no llegaron a nada en concreto pues este paquete no poseía algún remitente o nombre de quien la enviaba. Sola y sin marcas estaba la misma esperando por que la abrieran.

La nota me sorprendió ligeramente. ¿Alguien me enviaba un regalo? ¿Me devolvían alguna pieza? Enarqué una ceja y me encogí levemente de hombros. Antes de seguir pensando decidí adecentarme, pues aunque estuviera en mi propia casa, no sabía que haría después o si alguien vendría a visitarnos.

Al encaminarme al salón, aquella sala llena de antiguallas y muebles caros, encontré el paquete. Miré hacia mi chiquilla, Penélope. ¿Sabía ella algo? Cuando estuvo junto a mí, comencé a desembalar la caja...

Algo hastiada de una noche demasiado tranquila, encontrar aquella sorpresa sobre la mesa me sacó del ensimismamiento en el que me sumían las vistas de la ciudad. Me acerqué caminando lentamente hacia la mesa, de brazos cruzados y observando con curiosidad a mi sire mientras lo examinaba. Cuando estuve junto a él, me miró, como si esperase que le explicara algo, lo cual me evidenció que se trataba de algo sorprendente para ambos.

¿Un regalo? —pregunté, con una media sonrisa, mientras él desenvolvía la caja, esperando con curiosidad ver qué ocultaba.

Retiraste la cinta que era el precinto adjudicado a mantener el contenido resguardado, luego retiraste un poco de la viruta de madera que hacía de colchón para encontrar una Figurilla de arcilla que ya tenía bastantes años encima.

Allí la dejaste para observarla pues sabias los procedimientos que debían realizarse para mantener un objeto de valor o antiguo, pero quien lo había mandado? No tenía ni dirección o número de teléfono y menos un nombre que asegurara de quien era esta pieza que ahora se encontraba sobre la mesa de tu comedor; se miraron un par de veces con tu chiquilla tratando de comprender.

La figurilla era un hombre con lo que parecía un sombrero, la mano derecha del mismo estaba extendida como imitando un medio abrazo y en la otra tenia lo que parecía un pescado, lo más llamativo de la misma es la sonrisa picara que tenia la misma.

¿Qué te parece?-digo, mirando a mi chiquilla-alguien nos ha dejado una sorpresa... y no nos da el placer de saber quién es...-miro atentamente a la figura ahora-¿Cómo la clasificarías?

Primero miro el objeto de lejos, fijándome en su estilo y los detalles culturales que puedan ayudarme a situarla temporal y espacialmente. A continuación me acerco a la figurilla con seguridad, mientras agudizo mis sentidos, buscando el olor del material. Con mucho cuidado, lo acaricio para notar cada detalle de su textura y hago algo de fuerza contra él para percibir su peso. Aprovechando mi vista mejorada por los poderes vampíricos, miro el acabado de los detalles y el desgaste que haya ejercido el tiempo sobre la misma.

Olores no llegas apreciar mas que las bolitas de antihumetar que estaban repartidas en tres bolsitas difetentes cerca de la Figurilla, cuando tocas al figural notas que el material es arcilla con barro y cuando haces presion sobre la misma podes deducir a medias que el peso es entre un kilo o kilo y medio.

Luego te detienes a observar detalles aguzando tus sentidos.. y descubres una pequeña hendidura en el parte superior izquierda de la corona que mmeva dicha figura, era casu imperceptible pero tu pudiste encontrarla.

Al descubrir una hendidura, la observo cuidadosamente en busca de algo que pudiera servir de pista.

Observas al hendidura y no es mas que eso una pequeña muesca quizas una rotura o similar durante el emvio o simplemente estaba asi cuando alguien la encontro, la pieza te suena que la viste en algun libro de arqueologia latinoamericana.

Después de revisar la figura por varios ángulos, la dejo cuidadosamente y desactivo mis poderes para evitar ensordecerme con mi propia voz.

Sólo puedo decirte que se trata de un artefacto de origen americano, obviamente precolombino, hecho de arcilla y barro —me sacudo las manos, puesto que probablemente hayan quedado algunas partículas en mis dedos—. Pero no más. Tiene una hendidura en la corona —la señalo, en la parte superior izquierda de la estatuilla—, no parece demasiado antigua, podría ser del envío, o de no mucho antes de que la enviaran.

Asiento, visiblemente orgulloso-como siempre, no se te escapa ningún detalle, Penélope-me acerqué un poco más a la figura, y utilicé los dones de mi sangre para poder vislumbrar con precisión la hendidura de la que me habla mi chiquilla-¿crees que será del envío? La caja no parecía tener ninguna arista...

Cuando te acercaste mas con tus sentidos aunmentados pudiste ver eso no mas que una muesca como si le faltara un pequeño pedazo, evidentemente estaba roto, pero habira que sacar todo el contenido de la caja para ver si el pequeño pedazo se encontraba alli.

Tras observar detenidamente la figura, me vuelvo hacia mi chiquilla-parece una rotura, sí-me llevé una mano a la barbilla, meditabundo-quizá en la galería sepan algo de quién pudo enviarnos esto-camino hacia la terraza mientras sigo hablando-había una nota en mis dependencias... Preguntaré a Clemente.

Deberías. Sería interesante saber quién te mandaría un regalo, ¿no? Habría que agradecérselo —lo sigo a la terraza, manteniéndome tras él—, o devolvérselo, por si el regalo no fuera del todo bienintencionado. ¿Quién dice que no es robado?

¿Robado?-esbozo una sonrisa-lo grave en ese caso sería que intentasen inculparnos dándonos este presente... Pero no saquemos conclusiones precipitadas. Primero averigüemos.

No pensaba precisamente en que quisieran inculparnos, lo cual tampoco es imposible —respondo gesticulando con las manos—. Me refería más bien a que alguna mafia quisiera recuperarla...

Bueno, en ese caso... Que no tiene por qué ser el que nos compete, devolveríamos la pieza con sumo agrado. Nadie quiere tener problemas con mercantes sin escrúpulos-me encojo de hombros-además las piezas precolombinas no son mis favoritas.

—Si quieres, puedo intentar averiguar de dónde vino —propongo—. Preguntaré a Clemente si llegó por correo o por un servicio de mensajería, y luego haré un par de llamadas.

Fue alli que la puerta de servicio se abrio desde la terraza podian ver claramente la cocina, alli aparecio Clemente cargando unas bolsas de papel madera con comida y otras cosas; les observo por un momento y tras dejar las cosas sobre la mesada de marmol de la cocina se dirigio hacia ustedes con un paso tranquilo.

- Buenas noches Clyde, Señorita Penelope - Con los años ya habia tomado confianza como para tutearte pero con el mas puro de los respetos, observo la mesa y vio la caja abierta.

- Veo que abrio el paquete que dejaron en la puerta esta mañana -