Partida Rol por web

-¡¡JACKK!!- grita Agueda a la vez que se gira y ve como se aleja poco a poco esa presencia, de repente observa como su rostro cambia y se convierte en una de esas horribles bestias. Rápidamente se vuelve a colocar bien en el asiento y se tapa la boca con ambas manos y con los ojos muy abiertos-… pero… pero…¿Qué-que ha sido eso?-pregunta tartamudeando.

No entendía que estaba pasando, ¿que eran esas cosas? ¿De donde habían salido? ¿Podrían librarse de ellos y estar por fin a salvo? Una serie de preguntas no paraban de recorrerle su mente. Estaba muy confusa, quería despertar de esa maldita y eterna pesadilla.

Estaba sumergida en sus pensamientos cuando de golpe oye una cálida voz hablándole… su hermana se estaba disculpando, Agueda levanta la vista hacia ella, con los ojos vidriosos- yo… yo… también te quiero…- dice finalmente a la vez que le cae una lagrima por su suave mejilla y mira de nuevo hacia adelante, hacia la carretera desierta.

Al cabo de unos minutos, se dispone a mirar por detrás. Se desabrocha el cinturón y comienza a inspeccionar la parte trasera....

05:35 a.m, ¡Se acabó la pesadilla!

Después de ese momento de horror, esa pavorosa visión, segundos de completa confusión provocados seguramente por el estado post-traumatico que estais sufriendo, por el cansancio, por el dolor tanto fisico como sentimental, o quien sabe si realmente fue verdad lo que visteis, un ambiente de paz y ternura fraternal reina en el coche, como ya hacia bastante tiempo que no compartiais...

El todoterreno se aleja rapidamente del lugar, se aleja veloz del pueblo...

Por fin! Por fin finalizó esta aberrante pesadilla!!!

... a la misma velocidad a la que, gracias a Dios, os distanciais tambien de esa imponente y terrorifica figura, cuya mirada sigue puesta en el coche, cuya sonrisa aun podeis adivinar a traves de los retrovisores, y cuyas cuatro ultimas y unicas palabras aun resuenan en vuestras cabezas....

¡¡¡¡SOEBEN ERST!!!!! ¡¡¡¡SCHÜTZE FÜNF!!!!  ¡¡¡¡SOEBEN ERST!!!!! ¡¡¡¡SCHÜTZE FÜNF!!!! ¡¡¡¡SOEBEN ERST!!!!! ¡¡¡¡SCHÜTZE FÜNF!!!!

¿Qué significarían esas malditas palabras? Malditos alemanes, malditos nazis, malditos engendros!!! Suficiente teniais vosotras con aprender noruego e inglés, y conservar vuestro escaso español, como para poneros a aprender aleman....

Pero mas os hubiera valido haber aprendido algo de la lengua germana, pues, sin saberlo aún, vuestras vidas dependería de ello.....

Amanda seguia conduciendo, exhausta aunque decidida, dandole ordenes a su hermana, pero con la visión aun presente en sus retinas.  Agueda, obediente, se desabrocha el cinturón y se gira para buscar en la parte trasera, cuando inesperadamente....

Debido al shock producido por el momento vivido, apenas os percatais de unos tenues ruidos producidos en la parte trasera del pick-up, la parte de carga del todoterrero....

Cuando de repente, justo en el momento en el que Agueda se quita el cinturón y se gira, uno de esos espectrales soldados emerge de la zona de carga y se lanza al interior del coche, rompiendo como si nada el cristal trasero, atravesandolo como una bestia hambrienta y golpeando fuertemente el asiento de Amanda, haciendo que ésta se impulse hacia delante, perdiendo el control del coche, el cual va a toda velocidad hacia... hacia a saber donde!!!! Pues todos los airbargs del coche han saltado a la vez, lo que impide ver nada a Amanda!!!

Con el caos del momento, Agueda, sin saber que hacer, es agarrada por el cuello por las gelidas manos de este demonio, quien comienza a estrujar y apretar para asesinar de una vez por todas a esa maldita zorra, y cumplir asi las ordenes de su Coronel....

¡¡¡¡SOEBEN ERST!!!!! ¡¡¡¡SCHÜTZE FÜNF!!!!

La sangre fría en Amanda no ha bajado, aun con un zombie apareciendo por detrás de improvisto y causando un gran revuelo Amanda mantiene el control y le da tiempo a controlar el coche.

El zombie ha cogido a su hermana Agueda, la cual está situada a la derecha, así que un giro brusco hacia esa dirección impulsaría al zombie en la dirección contraria, lo cual con un poco de suerte conseguiría que soltara a Agueda.

Y eso hace, al tiempo que grita:

- ¡AGUEDA, AGÁRRATE FUERTE!

Agueda se gira para inspeccionar la parte trasera, cuando de golpe aparece uno de esos seres atravesando la cristalera trasera, todos los vidrios se esparcen por el vehículo.

Sin poder reaccionar la agarra del cuello con fuerza, la chica comienza a forcejear para intentar sacárselo de encima. No sabía qué hacer, comenzaba a faltarle aire y a marearse. Por instinto pone sus cálidas manos sobre las heladas garras del engendro para intentar quitárselo de encima. 

Agueda tiene los ojos totalmente abiertos-…no quiero morir…-esa frase recorre su mente cuando por instinto de supervivencia coge lo primero que encuentra a mano, un punzante trozo de cristal, lo agarra fuertemente con la mano y sin pensárselo dos veces se lo clava varias veces en la cabeza del zombie, apretando con fuerza y retorciéndolo.

05:36 a.m, ¡La última acción! ¡Cuestión de vida o muerte!

La extrema situación era, cuanto menos, tensa y agobiante!!! Cuando parecia que las gemelas ya podian respirar, ya podian dar gracias a Dios por permitirlas abandonar el lugar sanas y a salvo y huir de esa bestias sin escrupulos... cuando parecía que ya habian logrado dejar de una vez ese maldito lugar al que solo fueron a divertirse y, sin embargo, encontraron el horror y la masacre de sus amigos... uno de esos demoniacos soldados aparecía de la nada y se lanzaba sobre Agueda como ave rapiña sobre presa, para morderla, masticarla, descuartizarla....

Las apestosas, bubosas y gelidas manos del soldado raso Fünf, se ciñen fuertemente alrededor del cuello de la joven y hermosa Agueda, se agarran como una mortifera trampa para osos, pues las corroidas y purulentas uñas del soldado se hincan en la suave piel de Agueda, desgarrandola sin piedad... se agarran al cuello como si de unas resistentes bridas se tratasen, pues una vez cerradas es imposible abrirlas de nuevo...

Los airbargs del coche saltan con el impacto del soldado. Amanda es incapaz de ver nada delante de ella, tan solo esos globos blancos que comienzan a desinflarse poco a poco. Sin embargo, haciendo gala de sus habilidosas dotes como conductora, logra controlar el coche sin apenas disminuir la velocidad del coche. Los airbargs, se desinflan... De repente una cerrada y prolongada curva se dibuja en la carretera. Amanda retira rapidamente y como puede el airbag del conductor, se centra en la carretera y toma con mucha velocidad pero con maestria dicha curva. Aunque, a punto está de salirse de la carretera, logra por fin salir de la curva... momento perfecto que, con sangre fria y decidida, aprovecha para realizar un peligroso y dificil derrape hacia la derecha para intentar deshacerse de esa bestia y salvar a su hermana...

Agueda lucha desesperadamente para librarse... pero es imposible! La fuerza de ese engendro es tremenda, sobrenatural, terriblemente superior a la resistencia y fuerza de la joven... Agueda, entre arcadas de horror, dolor y asfixia, comienza a palpar a tientas  y dudosamente a su alrededor... Cualquier objeto punzante le valdria para intentar deshacerse de la mortal presión del soldado, o quizas no?

Por fin, encuentra una gran esquirla del cristal trasero. Cogiendolo fuertemente, y notando como un pequeño reguero de sangre recorre su palma de la mano, descarga una estocada con toda su ira y con sus escasas fuerzas restantes al cuello de esa inmunda criatura... Pero sus ojos se nublan, comienza a faltarle el oxigeno, comienza a ahogarse, y dicho golpe se pierde en un timido intento, golpeando suavemente la sien izquierda del soldado, debidamente protegida por su casco alemán. La lengua de Agueda comienza a aflorar, la morena piel de la joven se tiñe de morado poco a poco, la sangre de su mano cae lentamente al suelo del coche, mientras los ojos vidriosos, lascivos y sanguinarios de Fünf observan como agoniza la pobre chica...

Agueda ve como su final se acerca, como le restan pocos segundos para morir de esa forma, y sabiendo que habia tenido tan cerca poder escapar, junto a su hermana y con esa maldita caja, tan unida a esa bestias, como si fuera un reclamo, un localizador...

Amanda gira la cabeza, ve como su hermana está a punto de morir y agarrando el freno de mano, tira de él para ejecutar el espectacular derrape....

¡¡¡¡¡¡¡Iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiirrrrghhhhhhhhhhhh!!!!!!!

Las ruedas chirrian, el freno berrea de forma aguda y molesta, mientras el coche gira sobre si mismo describiendo una larga e inacabable espiral...

La fuerza de la inercia hace que el soldado raso Fünf, situado en la parte de atras del habitaculo del coche, suelte a Agueda, desgarrando su cuello con su rancias uñas. El soldado sale despedido hacia la izquierda, como marca la leyes de la fisica, golpeando la puerta y atravesando posteriormente el cristal de la ventanilla, siendo proyectado al exterior del coche de una forma brutal, como cuando un minusculo hueso de aceituna es expelido en los tipicos concursos de escupitajos de aceitunas!!!

Sin embargo, Agueda, que se habia quitado el cinturón para mirar atras y aun ocupaba el asiento del copiloto, es deplazada salvajemente hacia su izquierda, golpeando a su hermana Amanda, la cual estaba concentrada por mantener el control del coche que aun describía esa circunferencia infinita, pero que lo pierde al recibir el impacto, soltando subitamente el freno de mano, levantado los pies de los pedales, perdiendo el control del volante, golpeandose contra el marco de su puerta y perdiendo la consciencia instantaneamente....

El coche derrapa, las ruedas se clavan en el asfalto horizontalmente, atravesando la calzada, de manera seca y contundente, de forma que, debido a la perdida del control, la altura del coche y la velocidad que llevaba, el todoterreno comienza a dar vueltas y mas vueltas de costado, de campana, sobre si mismo, saliendo de la estrecha carretera y cayendo estrepitosamente por un pequeño terraplén, directo hacia el hermoso y gran lago bordeado por esa maldita carretera del infierno...

En una de esa multiples vueltas, el 4x4 pasa por encima del soldado, destrozandolo por completo, acabando con su miserable y sanguinaria no-muerte, desmembrandose a cachitos, deshaciendose por completo....

Uno menos, sí, pero el coche no cesa, gira y gira... Parece que esta locura jamas se iba a acabar, que jamas pararía de dar vueltas.... Agueda se golpea brutal y mortalmente en cada vuelta del coche, de forma continuada dentro de ese habitaculo con sabor a muerte, como si fuera una bola dentro de una maquina de pinball, ese coche cada vez mas abollado, cada vez mas destruido, cada vez mas parecido a una caja mortuoria... mientras Amanda, con el cinturón puesto pero incosciente no puede hacer otra cosa que dejarse llevar, golpeandose aunque fija mas o menos en su asiento....

De repente... Todo se para, todo queda en completo silencio, salvo un tenue zumbido, que aun así, martillea vuestros cerebros, salvo un goteo incesante que resuena en vuestras cabezas.... Todo es oscuridad total para vosotras, no podeis levantar vuestros parpados, no teneis control de vuestros cuerpos, sentis como vuestras ropas se empapan... ¿sudor? ¿sangre? ¿agua? No lo sabeis, no podeis abrir los ojos... es como si os observarais desde fuera, de manera extracorporal... Pero podeis sentir, sentis el frio en vuestros rostros, la gelida agua del lago mojando vuestras piernas, el dolor de vuestras heridas... Pero no podeis moveros, no podeis abrir los ojos...

Escasos segundos después....

Esas sensaciones se ven perdiendo poco a poco... y eso no es bueno... mientras sintierais frio todo iria bien... De lo contrario... ya sabeis lo que ocurriría...

Ya no sentis dolor alguno, pero si el agua del lago, que entra y sale constantemente del coche... Cada vez que el agua sale, cada vez que no le apreciais, temeis por vuestras vidas, recuperando ese pequeño estado de animo cuando la marea os vuelve a traer ese frescor humedo...

Sin embargo, terminais por no sentir nada... se apagan vuestros sentidos, vuestros cerebros se desconectan del mundo ... Aunque siguen interconectados entre vosotras... vuestro vinculo especial... ese vinculo que os permitió comunicaros de alguna extraña forma en un par de ocasiones durante este funesto fin de semana.... (*1)

Permaneceis en un continuo debate entre la vida y la muerte... Os resistis a morir, pero ya nada se puede hacer....

Varios minutos después...

De repente... volvéis a sentir, notáis como os sacan del coche, como os transportan, como de lejos, muy de lejos suena la bendita sirena de una ambulancia, un ruido glorioso para vuestros caducos oídos.... Un sonido cada vez mas próximo....

Pero volvéis a recaer... volvéis a no oir ni notar nada... a caer en la inconsciencia...

Después de un tiempo impredecible...

Han podido pasar segundos, quizás minutos, puede que horas, o incluso días.... No lo sabéis, pero os da igual, pues estáis vivas!!! Vuestros oídos comienzan a funcionar...

Pi-pi..... pi-pi.... pi-pi.....

... escucháis el sonido de la típica máquina que mide las constante vitales...

Estamos salvadas!!! Estamos en un hospital!!!!

... es lo que hubierais podido pensar de haber escuchado realmente dicho sonido, pero es vuestro subconsciente, vuestros deseos de salir de una vez de este mal sueño, los que os han engañado, los que os hacen creer que estáis a salvo….

Abrís los ojos lentamente, parpadeáis, os cuesta enfocar al principio… Os encontráis en un lugar en penumbra, bañado única y exclusivamente por la luz parpadeante de varias velas medio consumidas…. Tardáis en ver nítidamente, pero tras abrir definitivamente los ojos hubierais preferido no haber podido ver mas en vuestra corta y agonizante vida…

Os encontráis en una terrorífica sala, un nauseabundo olor a muerte se extiende por toda la estancia…

Ambas estáis amordazadas… Águeda tumbada en una mesa de roca atada de pies y manos… Amanda sentada en una silla de hierro anclada al suelo, también atada a ella sin posibilidad de moverse…

Vuestros ojos no os engañan, no es una pesadilla, no os vais a despertar y seguir viviendo como si nada… No! Lo que veis es la cruda y espeluznante realidad…

Efectivamente… es justo lo que estáis pensando…. Estáis rodeadas de esas malditas criaturas, quienes os miran lascivamente y con hambre, os observan como si fuerais sus alimentos, pero también como si estuvieran en una magistral clase de cirugía, impartida por sus dos altos rangos….

La fiesta va a comenzar, una sangría sin precedentes, una masacre épica, una verdadera clase de anatomía….

El Capitán Halle se acerca lentamente, con una sonrisa de oreja a oreja, a la mesa donde esta depositada Águeda, entrechocando unos enormes cuchillos….

En ese momento, una imponente figura se da la vuelta… le conocéis… de apenas dos segundos, pero ese rostro no se olvida….El Coronel Herzog se gira… su semblante es de satisfacción, pero serio, muy muy serio. Al igual que el capitán comienza a acercarse poco a poco a Amanda, sentada a la fuerza en esa contundente silla, portando también su correspondiente material “quirúrgico”… No hay prisa, al Coronel le encanta tomarse su tiempo, oir gritar y suplicar a sus victimas…

Vuestras miradas se fijan en algo, otro de esos seres, otro de esos engendros… Pero es pequeñito, como si fuera un crío… se arrastra por el suelo, como si gateara… Se acerca a Amanda…

 Dios Santo!!!! Se parece tanto a James… y también a Brenda!!!!

El pequeño Jacky, pues es asi como lo bautizo su creador, el Coronel, sonríe, juega por el suelo, y en sus dos pequeñitas manitas lleva algo aterrador… Su imaginación es desbordante…

Mirad como juega con esas dos hermosas cabecitas como si fueran marionetas!!!! Como disfruta el chiquitín!!! James y Brenda deben estar orgullosos de su aportación a la ciencia… y de servir de juguetes para su aterrador hijito…

No podéis creer lo que esta sucediendo, no queréis creerlo…

Esto no puede estar pasando…

… os decís a vosotras mismas. Pero os equivocáis señoritas… Vuestro final se acerca… Aunque, mirándolo por otro lado… por fin podreis dejar este mundo para reuniros con vuestros amigos… Pero el camino sera doloroso, muy doloroso y agonico… de eso no cabe duda!!!!(*2)

Cuando por fin estaban a punto de escapar, cuando olían la libertad, les ocurre lo peor que les podía pasar, caer en las manos de esos malditos seres.

Pero Amanda no va a tener miedo, no les dará ese placer, o eso intentará...

Amanda observa la sala aténtamente (tiro buscar por si encuentro algo que me sirva...) y luego se fija en la mesa donde está atada su hermana.

Cuando ve como la tienen puesta, en la mesa de fría piedra como si fuera una fulana apunto de ser sacrificada Amanda siente una enorme rabia que la invade por todo su cuerpo y pone todos sus músculos en tensión, intentando romper las ataduras... pero es en vano.

Amanda respira fuertemente e intenta tranquilizarse, no les dará el placer a sus enemigos de sentir pánico.

-Hermana... recuerda... recuerda cuando estabamos en nuestro país... donde nacimos... Recuerda cuando eramos niñas y jugábamos... no... no estés aquí...

La fría Amanda vuelve y posa su mirada sobre los ojos del coronel, desafiante, mientras mueve todos sus músculos de un lado a otro para intentar escapar (tiro destreza... a ver si cae un milagro... xD).

Lo que más le jode a Amanda es saber que va a morir sin poder llevarse a otro puto zombie nazi por delante, que morirá como una perra atada a la silla y torturada de forma cruel, haciendo de ella un amasijo de carne. Tal vez tapizarían los asientos de una Harley con su piel... como si fuera cuero curtido.

Un sueño loco pasa por la cabeza de Amanda, ella con una granada de mano autoinvolándose y llevándose con ella a todos esos perros alemanes.

<<Mataría por volver a surcar la carretera con mi harley, tomar las curvas a escasos centimetros del suelo, sentir el gélido viento azotando mi rostro... y por otro cigarro, o dios, otro cigarro.>>

Agueda esta inconsciente, aun no puede abrir los ojos, tiene todo el cuerpo dolorido y tan solo nota que esta estirada encima de una fría superficie. El sentido del olfato y el oído se le agudizan, un olor nauseabundo le hace estremecer mientras que a la vez oye una serie de sonidos escalofriantes.  Al cabo de un rato y haciendo un gran esfuerzo consigue abrir los ojos, solo ve un techo de piedra  acompañado de un ambiente oscuro, intenta incorporarse pero es entonces cuando se percata  que está atada de pies y manos- Noo…. No….- consigue decir con un leve susurro.

Mira a su alrededor y observa como esos engendros están a pocos metros de ella y que su hermana está atada en una silla-¡¡Amanda!!-le grita a la vez que intenta desatarse disimuladamente (tiro destreza mismo xD aunque no se yo…), vuelve a estirarse y intenta forcejear contra sus ataduras intentando no ser vista.

Tenía que salir de allí, después de todo lo vivido no podía acabar así. Una serie de pensamientos recorren su mente… unas risas, unas frases, la respiración de Jack… no paran de recorrer su mente- porque…porque…- no para de pensar-PORQUE NOSOTROS!!!??-consigue gritar finalmente, comenzando a sollozar y a recorrerle por sus suaves mejillas unas cálidas lagrimas.

Amanda observa la sala... no es demasiado grande, pero esta repleta de esas bestias.... Ve como cada vez esta mas cerca el Coronel hasta situarde enfrente de ella, ve como comienza a sacar su material para descuartizar... Amanda gira la cabeza de un lado a otro, buscando algo que le pueda servir para quitarse las mordazas.... Pero es inutil... el suelo esta lleno de huesos, craneos, pero no puede llegar a nada, pues sus manos estan atadas fuertemente al respaldo de la silla... Se agita, se mueve, comienza a ponerse nervioso, quiere escapar de ahi... pero no le sirve de nada... El Coronel ya esta ahi, el cual se agacha y la mira directamente a los ojos, sin decir nada, serio, frio, muerto....

Agueda suplica, llora, grita... se remueve como su hermana, tira fuerte de las cuerdas para intentar desatarse, pero son demasiado resistentes.... Sin embargo, consigue escurrir una mano y deshacerse de la presa que la une a la mesa por ese brazo... Rapidamente se lleva es mano a la otra para comenzar a quitarse la otra cuerda, pero una gelida mano se posa con brutalidad sobre su brazo libre, dislocandole el hombro, y atandoselo de nuevo.... El Capitan ha llegado y esta dispuesto a comenzar...

Ambos soldados actuarian a la vez, al unisono, como si de un concierto totalmente sincronizado se tratase....

Largos alambres de espino cuelgan del techo, de un lado a otro, en la penumbra de bombillas polvorientas casi no existe el fulgor de metal iluminado, uno de los soldados rasos, arrastra una silla por la sala, Agueda, tumbada boca arriba, puede ver una mano colgando, no sangra, no gotea nada, pero sobre ella misma puede verse la larga mancha de sangre de haber estado goteando largo rato.

El soldado Schütze Vier se dedica a colgar brazos, piernas y órganos ya secos de los alambres de espino como si guirnaldas de un bonito festejo se trataran, además, mastica algo con gran escándalo, a su alrededor, el resto de soldados también mastican algo que produce un común sonido a chicle, que hace sentir escalofríos a ambas chicas.

Sobre el escritorio, una cajita llena de dedos de mano o pie, abastece a todo el regimiento de siniestro pero placentero entretenimiento, y es que, ejercitar la mandíbula es muy importante.

Una pierna aún con pantalón es colgada en un alambre de espino, el pie lleva los dedos amputados y la pernera de tela está tan ensangrentada que ya es imposible identificar a quien perteneció

El Capitán sujeta con la diestra la mano de Agueda, ésta, estaba distraída observando el macabro espectáculo que a su alrededor se estaba desarrollando, así que, casi no se percató que uno de sus dedos, era introducido en una cavidad metálica.

Sus ojos casi se desorbitan al tiempo que su piel se pone de gallina y por su espalda corre un escalofrío nada alentador que por unos segundos le deja paralizada, para después tratar de llevar a cabo una actividad frenética convulsionando y moviendose salvajemente

CLAC

El cortapuros del Capitán Hauptsturmführer Halle segmenta el primero de los dedos de Agueda mientras esta comienza a llorar inevitablemente quejandose por su dolor, y sintiendo que nada podía ser más doloroso a que te corten un dedo, siente como el siguiente entra también en el cortapuros

CLAC

Superando el dolor, superando sus lágrimas y aferrándose a la desesperación, que era ya el único motor que podía mover su intrépido y salvaje corazón, Agueda cierra su puño, ambos puños, engarra los dedos de sus pies, pero atada, no supone al Capitán la menor dificultad para abrirle la mano con la que estaba trabajando y terminar su faena, siguiendo a la mano diestra, la zurda

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Agueda llora y el Capitán guarda nueve de los dedos en una cajita mientras se lleva uno de los pulgares a la boca para rechupetearlo mientras se dirige a los pies de la mesa, observando el brazo que cuelga del techo, sin poder ver nada a su alrededor, Agueda siente cierto alivio al pensar en las lágrimas que resbalan por sus mejillas, tratando de mover los dedos ya inexistentes, sus nudillos desnudos se mueven arriba y abajo produciendo un espeluznante crugido y haciendole sentir la cálida y abundante sangre que empapa sus manos.

Sus botas son quitadas con extrema sensualidad, y los calcetines resbalan por su piel para después caer al suelo, el Capitán, introduce el dedo pulgar del pié en su boca, saboreando el próximo bocado, aguantando la pierna con ambas manos impidiendo cualquier resistencia

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El pulgar ha sido segmentado, y ahora el Capitán disfruta de ambos pulgares en su boca haciendolos bailar mientras termina el trabajo en ambos pies

CLAC, CLAC, CLAC, CLAC, CLAC, CLAC, CLAC, CLAC, CLAC

En cualquier sala de cine de este nuestro mundo....

El cine se llena de murmullos, de gritos, de arcadas.... Las chicas retiran la vista de la gran pantalla, los chicos se hacen los machotes agarrando a sus respectivas queridas, pero algunos no pueden evitar retirar la mirada, o justamente en ese momento llevarse la coca-cola a la boca evitando ver asi la macabra escena...

Hay miedo en la sala, los vellos como escarpias, la carne de gallina... ¿Como acabará esta tenebrosa pelicula?

Amanda se mueve de un lado a otro cuando ve como el maldito zombie le corta los dedos a su hermana gemela, e intenta gritar con fuerza insultos hacia los zombie pero la mordaza le impide articular sonido.

HIJOS DE PUTA, LA CONCHA DE VUESTRA MADRE, HIJOS DE UNA MALA HIENA, PENDEJOS, DEJAR EN PAZ A MI HERMANA!!

- Uuuugguuguuuuuughagaggghhh.

Los dedos habían sido segmentados y guardados, y el Capitán deja el cortapuros sobre el escritorio junto a la caja de dedos, cosecha de Agueda, y procede a examinar de arriba a abajo el cuerpo de la chica, las manos del capitán se cierran en torno a sus hombros, sin fuerza, tan solo apoyando su cuerpo para observarle bien de cerca, y observando a sus soldados, se saca de la bota un ancho cuchillo mientras sujeta del pelo a Agueda estirando forzadamente el cuello de esta y tendiendose hacia atrás.

El cuchillo está oxidado, gastado, durante más de cincuenta años no ha sido usado, y ahora tan solo barre el pelo desde el cuero cabelludo arrancando a manojos el pelo, animado, ayudado, motivado por los gritos de la susodicha muchacha.

Uno de los soldados se apresura a recoger el pelo de Agueda con ambas manos, y llevándoselo a la nariz inhala su esencia antes de desaparecer entre la fila de espectadores para salir de la habitación y dejar que el sonido de sus pesadas botas se pierda en los pasillos.

El cuchillo reposa ahora en la misma mesa en la que Agueda está tumbada, sus ojos están ya cerrados, imposible de imaginar mayor dolor, pero, al contrario de lo que pueda pensar, sí es posible.

Tal como ha sucedido con todos sus compañeros, su tesoro más preciado.... es su corazón.

El Capitán desea el corazón de Agueda, y una vez más, observa el cuerpo que tiene ante sí, sin saber muy bien por donde acceder a él, sin ningún sentimiento arranca las ropas de la muchacha y pasa la fría y pútrida mano por la barriga de la chica... con ambas manos... sujeta el frío cuchillo oxidado, y alzándolo como si un siniestro ritual se tratara, súbitamente desciende, sin más preámbulos, sin más espera, el puñal se clava en el vientre de Agueda y esta abre los ojos de manera desorbitada, tratando de alzar su calva cabeza para ver la sangre brotar ante la continua y persistente presión del puñal.

La sangre, oscura, roja, caliente, baña todo su vientre desnudo y se desliza por el costado para bañar la mesa y hacer que se extienda por toda su espalda. El cuchillo es retirado, y ahora es la mano del Capitán, la que se abre camino a través de la herida para revolver sus entrañas.

Agueda puede ver la piel de su cuerpo extendiéndose por las fuerzas que el Capitán ejerce en el interior de su agonizante cuerpo, mientras a escasos metros se mantienen en un cara a cara.

Agueda esta estirada en la fría piedra, horrorizada observa como uno de los soldados agarra un corta puros y se encamina rápidamente a realizar un horrible ritual, comienza a cortarle de uno en uno cada dedo de sus manos y sus pies. Los primeros cortes grita con tal fuerza que se oye hasta el exterior.

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH- grita a la vez que cierra fuertemente los ojos y comienza a llorar. Unos segundos de calma pasan, hasta que de golpe el soldado le corta el dedo continuo, el dolor es impresionante pero quizás ya no tanto como el primero. A partir de ese momento la pesadilla se repite hasta 18 veces más, su cuerpo esta inerte, con la cabeza girada hacia su hermana y con la mirada perdida. –Huye…-dice sin salir sonido de sus labios, solo los mueve.

Al cabo de unos minutos, comienza a notar mucha flojera en su cuerpo. Al cabo de un rato que se hace eterno esa misma bestia agarra un cuchillo oxidado y sin miramientos se lo clava a la joven. El dolor era tan fuerte hasta el punto de no llegar a notar nada, notaba como sus fuerzas se  desvanecían aunque hacia todo lo posible para mantener los ojos abiertos, dirigidos a su hermana gemela. -Sálvate…- intentaba transmitirle con la mente.

Amanda está observando la tortura de su hermana, sufriendo al verla, compartiendo su dolor como hermanas gemelas que son.

Intenta por todos los medios desatarse, mover las muñecas y tobillos de un lado a otro, hacer fuerza, todo lo que pueda hacer lo hace.

Cuando ve como le traspasa el vientre con el cuchillo grita con todas sus fuerzas, se convulsiona, patalea... Quiere soltarse, lanzarse contra el capitán aunque sabe que no conseguiría nada.

La imponente figura de Herzog era como un monolito arcano, viejo y poderoso repleto de una maldad primigenia olvidada por el hombre. Una maldad tan pura que se impregnaba en cada baldosa que pisaba, cada objeto que tocaba, cada ojo que lo miraba. Simplemente observandolo uno sabia que no había final feliz, que no había esperanza. El era en si mismo una enfermedad que arrasaba y transformaba la vida en lo que a él le apetecía. Porque Él era Herzog, el había expulsado a Dios de aquella cueva, de aquel valle, de aquel pueblo. ¿Como iban a entender aquellas putas siquiera el concepto de su mera existencia?

Algó tiró del uniforme de Herzog y este acarició la cabeza de Jacky, la piel era a tramos suave como la de Brenda y a tramos tersa como la de James. Sus dos ojos, uno negro -heredado- de su "madre", otro marron claro -prestado- por su "padre", observaban a su tio Herzog y a su víctima sin entender porque no le hacía nada. Sabía que Herzog estaba dándole algún tipo de lección pero aún no entendía... prefería observar la macabra tortura a la que estaban sometiendo a la otra gemela.

Herzog sonreía, con sus soldados tras de el, hombres leales que habían matado en su nombre en vida y que lo seguirían haciendo en muerte hasta el mismisimo día del juicio final. Herzog disfrutaba de la tortura a la que su eficente capitán estaba sometiendo a aquella asquerosa hispana y sobretodo, se deleitaba con la tortura que él mismo estaba aplicandole a la otra gemela. Sí, Jacky aún era joven para entender, pero sus soldados no. Todos disfrutaban del dolor de aquella gemela al ver como troceaban a su hermana sin poder hacer nada, disfrutaban de ver como aquella muchacha que se creía tan dura gritaba de dolor y de impotencia por aquella tal Agueda.

Cada imagen de su hermana sufriendo, cada uno de sus gritos golpeaba a aquella joven mucho más fuerte que lo que cualquier martillo, cuchillo o hacha podría hacerlo. No, puede que aquella tortura no lanzase chorretones de sangre sobre las paredes y sobre el suelo, para eso siempre habría tiempo. Quería disfrutar de aquel dolor tan primitivo.

Además su parte científica siempre había querido saber cuanto había de verdad en la transmsión de dolor entre gemelos, quería saber como afectaría la muerte de aquella gemela a la otra.

Ese sería un buen punto de partida para empezar su clase magistral.

Los soldados sonrien, babean, vitorean los nombres de sus dos superiores!!! Orgullosos de pertenecer a esta legión de la muerte, orgullosos de servir al Coronel!

Menudo espectaculo estaba dando el Capitan... primero los dedos, ahora el vientre... La mesa se llena de sangre, la cual comienza  a gotear al principio, y a caer a chorro posteriormente al suelo... Algunos de los soldados no pueden evitar sentirse embriagados por el metalico aroma de esa esencia de vida, y se lanzan al suelo con la boca por delante para apurar, sorber y lamerlo y aprovechar esa sangre que les proporcionaria una especie de subidón y frenesi propio del momento!!!

Agueda nota como su vida se expira por momentos, sin fuerzas ya para luchar, sin posibilidad alguna de sobrevivir, pero aun consciente del dolor que está sufriendo y de la agonia que aun le quedaba por soportar...

Mientras tanto, Amanda grita de horror, de impotencia, de dolor emocional al ver a su hermana sufrir, retorcerse, y morir poco a poco, mientras a ella la dejaban para el segundo plato o incluso para el postre, pues por lo que habia visto y supuesto, el primer plato ya se habia servido hacia un tiempo... ya que los nombres de James y Brenda figuraban en el menu....

Amanda observa a ese bicho o engendro creado a partir de trozos de la joven pareja americana. Menuda aberracion. Era increible pero cierto, lo que estaba viendo. Esos movimientos de gusano, esa sonrisilla inocente de ese ser, le provocaba profundas arcadas...

Amanda se agita, cada vez con mas energia. Tenia que desatarse como fuera y luchar hasta el final... Pero era imposible... lo unico que lograba era divertir mas a todo ese regimiento, y apretar mas sus mordazas, hacerse mas daño, rasgar su piel con salientes oxidados y afilados de la robusta y metalica silla....

El Coronel ya estaba encima de ella... Esperando y observando al Capitan, disfrutando de la agonia de Amanda al ver a su moribunda hermana... Pronto seria su turno, y el silencio se haria en la sala, pues cuando el Coronel trabaja, todo el mundo callaba....

La garra del Capitán se encuentra de nuevo con el molesto diafragma... rayos, tropezando dos veces con la misma piedra. Por la estrecha raja del cuchillo habia introducido ya el brazo hasta el codo, y ahora lo retiró dejando un enorme cráter en la piel de Agueda y desapareciendo de su vista

- ¿ Qué iba a hacer ? ¿Qué más podía reservarles este preludio al infierno?

Halle sube sobre la mesa, ambas rodillas a cada lado de Agueda, sentado sobre su vientre, Agueda levanta la cabeza temerosa de lo que vaya a ver, el Capitán está sentado sobre ella como un niño, pero con el semblante serio, para él, esto es muy importante, debe alcanzar el corazón de Agueda lo antes posible.

En su mano... lleva una vulgar palanca de hierro, y con la otra mano destapa la camiseta de Agueda dejando su torso al desnudo, Halle queda observando los pechos de la chica, y repasa de arriba a abajo la barra de metal, queda casi medio minuto pensando, y finalmente, decide que, antes de efectuar su maniobra, necesita despejar.

La sucia y fría garra se cierra sobre el pecho izquierdo de Agueda y trata de arrancarlo en un gesto rápido, pero las uñas tan solo arañas la carne dejando profundos, dolorosos y sangrantes surcos en su pecho. Halle vuelve a intentarlo con el mismo resultado y finalmente se lanza a mordisquearle el pecho.

Arrancando con la mano y tirando a un lado cada trozo de teta que arrancara previamente, Halle deja el pecho de la chica convertido en una masa de carne desordenada, una pulpa sangrienta y repulsiva que ahora observa con satisfacción.

La palanca se clava ahora en la caja torácica de Agueda, resbalando por una costilla hasta el espacio intercostal. clavandose y desgarrando los músculos intercostales hasta quedar bien encajada. Halle hace un poco de fuerza y sin ningún esfuerzo

Chac

La costilla se parte en el punto de presión, Halle sonríe, esta vez sí conseguirá otro corazón intacto. Una a una, parte en dos todas las costillas de Agueda, la carne de lo que otrora fuera su envidiado busto resbalan por su piel para unirse al charco de sangre caliente que ahora rebosa por ambos lados de la mesa

Con todas las costillas del lado izquierdo rotas, hasta respirar se hace dificil y muy doloroso, y el Capitán se dobla por encima de su víctima, sonriendo su feez y tocando con la punta de los dedos la delgada linea de costillas rotas pensando en lo poco que queda para alcanzar su mayor trofeo