Partida Rol por web

La respuesta de Rachel, no por esperada dejaba de ser terrible. Las sospechas que ni siquiera había permitido que se formasen en su mente, acababan de ser expuestas en toda su crudeza por su compañera y a pesar de lo apresurado de sus palabras, el impacto sobre el ánimo de Miguel fue el de una bomba.

Tratando de salir de su estupor, Miguel se dispuso a seguirla:

Si tu lo dices - dijo, no el todo convencido - vayamos a ver a la superiora. Tu guías, que para eso es tu casa...

Ese intento de bromear le pareció vacío incluso a él, pero no era capaz de nada mejor...

Un fuerte grito se escuchó a lo lejos. Por un segundo dudaron si eran sus nervios o realmente había ocurrido pero unos instantes después otro grito se olló, al parecer proveniente de la zona de la iglesia, el camino opuesto a las celdas de las hermanas, donde también habitaba la Madre Superiora.

Luego de unos momentos Noelia se percató de que estaba lloviendo violentamente afuera. Y fue en medio de un relámpago dónde pudo comprender qué estaba ocurriendo. La luz que iluminó el oscuro lugar le permitió verse... crucificada.

Al parecer sus gritos atrajeron a alguien. Una persona entró y encendió las luces de la pequeña capilla. Muchas de ellas explotaron, pero algunas dejaron el lugar a media luz. Al principio Noelia no podía ver de quien se trataba, pero cuando se acercó notó que era una monja.

La mujer no se había percatado de la presencia de Noelia, hasta que vió el charco de sangre que había en el piso. Subió su mirada, y su cara se tornó completamente pálida. Llegó a dar un fuerte grito antes de caer de rodillas y comenzar a rezar en medio de un ataque de pánico.

Algo trastornada asenti a miguel, si yo sabia que hacer. Y entonces la lluvia virulenta, los rayos y la lluvia en el patio, y un grito desgarrador, y luego otro.Inconscientemente me abrace a Miguel .

Entre el claro oscuro me separe turbada, tenia los nervios bastante fuera de si y era incapaz de controlar las emociones mas basicas.

Me gire y me dirigi hacia donde habia escuchado el grito, hacia el lugar donde tambien estaba la madre, y un escalofrio trato de hacerme recordar que ahora jugabamos a un juego perverso y peligroso, y que a lo mejor no me iba a gustar lo que encontraria. Pero soy una monja, soy valiente, solo soy temerosa de nuestro señor y nadie mas.

Su cuerpo estaba inmóvil delante de una monja que rezaba sin cesar. Fuera, la lluvia caía torrencialmente mientras que los relámpagos iluminaban intermitentemente el cielo nocturno.

Otra situación extraña en su "no vida" más extraña aún. Y sin quererlo emite una sonrisa con un dejo de tristeza. Cierra sus ojos, aspira hondo y trata de juntar fuerzas de donde no las tenía.

Iba a intentar algo, de niña había tenido una eduacación católica que permitía conocer los pormenores de la religión y sus dogmas Hermana...!!! Por el Señor Jesucristo libéreme de mis ataduras, y yo liberaré las suyas...Ya tendrá tiempo para decir sus plegarias...

Rachel Y Miguel entraron en el edificio de donde provino el grito. Rachel conocía bien aquel lugar, había pasado casi toda su vida orando y reflexionando allí. Siempre había sido un lugar de calma, pero en aquel se había convertido en un algo diferente. Un relámpago había hecho saltar la mitad de las luces, por lo que el lugar estaba a media luz. Al fondo, en el altar, una jóven hermana lloraba persignándose ante la alta cruz. Y sobre ella, chorrreando sangre desde sus muñecas, una mujer crucificada. Viva, al parecer...

La imagen era aterradora. Después de correr detrás de Rachel todo el tiempo, manteniendo la boa cerrada, pues no tenía mucho más que añadir, y confiando en que la esperanza de ella fuera cierta y hallaran algunas claves de su situación, Miguel se quedó paralizado y boquiabierto.

¿La conoces? - preguntó con un hilo de voz, apenas audible, mientras sus ojos, los del médico que fue, trataban de ver si la mujer estaba viva y si podían tener alguna esperanza de supervivencia...

Cuando llegamos casi me desmayo, era demasiado para mi ver esa escena, no era real.Sin escuchar a miguel y obviando tambien a la hermana que estaba lllprando a los pies de la crucificada, me acerco hasta ella observandola lentamente, comenzando desde los pies, sangrando y unidos por un clavo fuerte ,hasta las manos unidas a la cruz de igual modo. Pego mi cara a la suya y trato de sentir su dolor, un dolor sin duda causado por mi, como si un soldado romano hubiera tomado mi cuerpo, y levante una mano para acariciar su rostro contraido por el dolor.Aun estaba viva.

Me separe un escalon de ella y entonces comence a tirar de ella para descolgarla, sin miramientos, con fuerza,desgarrando sus manos y pies.Habia que sacarla de esa cruz y debia hacerlo yo misma y sin ayuda.

La hermana llorando a sus pies, de pronto, un hombre y una mujer hacen su aparición. Ya nada podía resultarle extraño, sólo quería que la sacaran de aquella cruz.
La mujer rubia, comenzó a tironearla, mientras que sus manos y sus pies se retorcían del dolor. Al parecer, no se habían percatado de que estaba viva, con sus grandes ojos esmeraldas abiertos...

El silencio se corta con una voz suave pero segura, y decididamente felina...Me estas haciendo daño querida...dice seca Si eres tan amable, puedes quitarme estos clavos sin ocasionarme más sufrimiento del que he tenido??

Aun tardo un instante en procesar las palabras y subir la cabeza

-Pero...pero ¿Tu quien eres?-

La observo con la boca abierta sin dejar de estirar y mancharme con su sangre mis manos y mi ropa.Estaba convencida que era una hermana monja...

Creo que no es momento de presentaciones pequeña dice mientras emite una torva sonrisa. Cuando esté en el suelo, libre de mis ataduras contestaré todo lo que quieras...a tí y ese bombón que tienes al lado tuyo dice dirigiendose al muchacho que se encontraba a su lado.

Dejo de tirar ante esas palabras

-No, quizas seas una enviada de él...a juzgar por tus palabras...¿él nos esta probando? pues dile que no vamos a caer! te quedaras ahí y haremos como que no existes!-

Digo retrocediendo hacia miguel y quedando allí desquiciada pero es que ¿ Que es real y que no en este nuevo mundo? Quizas deba decidir Miguel que hacer por los dos.Yo quiero encontrar a la madre superiora.

Miguel asiste al intercambio entre las dos mujeres. La verdad es que la crucificada habla con mucha entereza para estar así y a Rachel no le falta razón al pensar que puede ser una trampa del ser que nos atormenta, pero la necesidad de ayudar puede con todas las suspicacias del doctor O'Hara

Vamos, Rachel, ayudémosle. ¿Acaso no debemos hacer el bien para combatir el mal? - le digo a mi acompañante, tratando de hacerla razonar por senderos que ya debería haber transitado para que se tranquilice - No podemos dejar a nadie sufriendo de esta manera, no es lo que te han enseñado, ¿verdad?

Mientras habla, se acerca a la desconocida y trata de sacarla de la cruz - Dime si te hago daño...

Otras dos religiosas entraron a la Capilla, llamadas por los gritos del lugar. La primera parecía ser una mujer muy vieja. Con porte arrogante, y refinado. Habló con autoridad.

- ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué son todos esos grit...?

Quedó en silencio por un segundo. Pestañeó varias veces. Miguel y Rachel pensaron que sería otra monja entrando en shock. Pero no fué así. Respiró hondo, y avanzó con paso decidido, tal vez tenía miedo, pero no lo demostró.

Miró a Rachel con desconfianza, pero se acercó hacia ellos. Tomó a la jóven hermana que estaba llorando por los hombros, y la hizo reaccionar sacudiéndola.

- Busca a la hermana superiora, ahora!

Luego de un par de sacudones, la jóven pudo reacionar. Su puño aferraba con fuerza el Rosario, temblaba. Afirmó con la cabeza y se dirigió hacia la puerta. Antes de atravesarla giró y preguntó con inocencia.

- Que... Que le... digo a la Madre Sup...?

La Hna. Bernarda giró su cabeza rápidamente y respondió con ironía.

- Dile que además del temporal y el estallido de las luces, hay un muerto caminando, y una mujer crucificada desangrándose en medio de la Iglesia... VE!

Se dirigió hacia la otra hermana que había entrado con ella.

- Corre, busca a Paris. Dile que traiga sus herramientas y una escalera... Y prepara la sala de primeros auxilios.

La jóven hubiera querido acercarse a Rachel, de hecho se quedó mirándola unos segundos. Pero las órdenes (y el sentido común) dictaban otra cosa. Salió corriedo con agilidad por la puerta por donde había entrado.

- Sin herramientas solo la lastimarás más... Alejó a Miguel de la cruz.Aguarda unos segundos hija, ya te sacaremos de aquí. Mientras dime ¿cómo te llamas? Sé que estás sufriendo muchísimo dolor, pero necesito que te concentres un segundo. ¿Hay alguien a quien podamos llamar para que venga? Cuéntame.

Las preguntas de la Hna. eran mas bien para tratar que Rachel no pensara tanto en el dolor, que al menos por unos segundo se distrajera. Aquella era una situación extraña, parecía desubicado, pero no podía hacer mas nada que esperar.

Con los ojos abiertos como en trance sigo al lado de miguel ,le escucho pero solo muevo la cabeza en negacion. Hasta que interviene la hermana bernarda y lo dispone todo para ayudar a descolgarla y curarla

-NOOOOOO- grito desesperada y me adelanto hacia ella para tirarla de la manga de sayo - Hermana es el diablo! no lo descuelgues o le dejaremos invadir nuestro sagrado lugar, lo se, hagame caso..NOOOO-

Sigo tironeando de ella histerica

-DISELO, DISELO MIGUEL!!!!-

En alusion a lo que solo el y yo sabiamos, creia que si la descolgabamos seria el fin

Noelia...mi nombre es Noelia...y no sé que hago aquí, no puedo recordarlo...dice la voluptuosa mujer. Y baja su cabeza cubriendo su mirada con su abultada cabellera cobriza.

La muchacha parecía haber perdido en un santiamén la seguridad con la que se mostraba, y su blanca piel de espuma emitía temblores casi imperceptibles. Fuera, la tormenta estaba en su esplendor, iluminando las caras con los relámpagos, dándole un aire casi tétrico a la escena...