Partida Rol por web

 Observo detenidamente como el chico de las gafas y el bigote se abalanza sobre la chica. Disimuladamente me coloco con mucha cautela detrás de la chica aprovechando que está distraída con el forcejeo. Me acerco lenta y sigilosamente a los dos e intento arrancarle el folio de la mano de un tirón. 

En caso de que la chica se resista, o logre zafarse de la presa de su oponente o que de alguna manera evite que le quite el folio, me lanzo salvajemente para morderle en la cara como haría Hannibal Lecter. En caso de que esto ocurra pareceré más una bestia salvaje que un  ser humano y no pararé hasta hacerme con el folio o matar a la chica.

¿Votaban por quien matar primero? Y justamente le toco a ella, estoy impresionado...

-Si, mejor a ella, no os entrega el folio obligando a comenzar una discucion por el...- señalo el relog -Ya casi van a pasar 10 minutos, si seguimos tardando tanto vamos a quedar todos encerrados- miro a mi alrededor -Ademas, por sus palabras ya se dio por muerta sola- me cruzo de brazos esperando la desicion de los demas con aspecto altivo.

 El muchacho se mantiene con el oído atento a la conversación, sin siquiera intervenir en las discusiones de los demás y susurrando para si mismo y para quién alcanzara a oirlo

-Todos merecen un castigo para enviarlos al infierno, al parecer todos son delincuentes, ¿Porque estoy yo aquí? Tal vez tiene algo que ver con mi propia fuga.... En cualquier caso, yo votaría por usar al demonio, porque todos somos presas de condenación... Maldición, no puede ser que este psicópata vaya tan en serio.. ¿Que pretende con todo esto el maldito?-

Empieza a revisar los cables, contándolos e intentando ver como separar los cables o hacer algo con ellos, luego de un análisis bastante concienzudo de su situación sonríe y empieza a buscar alrededor de la habitación, pasando de los demás como ha pasado de su conversación, casi como si para él no existieran ellos.

-Pierden el tiempo discutiendo la solución obvia y la más obvia, peleando por como matar en vez de pelear por sobrevivir... Psicópatas....-

Suspiro con impaciencia. Realmente estamos rodeados de personas indeseables, yo el primero, por supuesto. Para quien sea fácil esto, vaya, que lo diga y ya está. Está claro que aquí son todos muy matones pero a la hora de acabar con su propia vida corren como ratones. Y una vez más, yo el primero. Miro a los demás y me impongo de nuevo elevando la voz.

Señores y señoritas, creo que estamos aquí sin solución aparente. Todo se está radicalizando. La señorita que tiene el papel no puede ser elegida simplemente porque ustedes le pidan algo que ya ha quedado claro con la suficiente claridad. Simplemente, no tiene sentido. No nos dejemos llevar por el pánico por favor.

Estaba claro que nadie me haría caso. Mirando a todos lados, me acerco a inspeccionar la pintura en la pared. Así que un demonio y un ángel ¿no? La presión general podría pesar sobre esa chica que mantiene la calma en todo momento. Y entonces, temo que ni yo podría hacer algo...

Al ver a Emilio avalanzarse sobre mi, los recuerdos del pasado invadieron mi mente; mi corazón comenzó a latir más de prisa y rápidamente me aparto de su camino.

-Bonita forma de tratar a las mujeres- chasqueo la lengua -pobre de tu mujer- lo miro con desprecio de arriba a bajo -si es que tienes una, claro- sonrío con burla y añado -si a las buenas no te entrego el puto folio, ¿Qué te hace pensar que de una forma tan salvaje lo haré?- llevo un dedo índice a mi sien -piensa bien, actua mejor, que tan psicópata puedes ser tú, como yo. ¿Acaso eres de los que cree que por ser mujer soy débil?- ladeo la cabeza -si es así estás muy equivocado.

Me alejo del hombre de gafas, escuchando las palabras de la rubia y el musculoso e ignorandolas por completo. Inspiro y exhalo, controlando de esa forma las emociones producidas por los desafortunados recuerdos del pasado. Al llegar al frente del abogado, le sonrío -gracias por tus palabras, guapo- le guiño.

Con mi mano derecha, cojo la suya y pongo el folio en ésta -es todo tuyo -me encojo de hombros, me acerco mucho más a él -me agradas por lo que has dicho, supongo que por eso te lo estoy entregando. Mi nombre es Dasha, encantada, aunque sea en estas circunstancias- me aparto de el, conservando aún, una distancia cercana -léelo y te darás cuenta que lo he dicho todo; textualmente no, pero la esencia del mensaje, si. No oculté nada- le sonrío.
 

Ésto dice el folio:

Vuestra primera habitacion, espero que no sea la ultima, dicen que la primera vez siempre es la mejor, esperemos que asi sea.

En esta habitacion hay dos formas de que se abra la puerta.

La primera forma de abrir la puerta consiste en que alguien se siente en la silla, en cuanto se siente, la silla activara unos grilletes dejando a dicha persona apresada impidiendo que mueva los brazos o las piernas, tambien descendera un casco metalico que se ajustara a la cabeza del individuo y tras cinco segundos la silla comenzara a emitir una descarga electrica mortal sobre el individuo produciendole la muerte. Pasados treinta segundos del inicio de la descarga electrica, la puerta se abrira.

La segunda forma de abrir la puerta consiste en apretar uno de las dos partes del cuadro, al apretar una de las dos partes se activara o desactivara la silla electrica, ahora bien, solo podreis tocar el cuadro una vez, si lo tocais mas veces, la puerta no se abrira, despues de haber tocado el cuadro, uno de vosotros debera sentarse sobre la silla electrica, ya sabeis, se activaran los grilletes y descendera el casco metalico; dependiendo del lado del cuadro que tocaseis, la silla electrica descargara la electricidad durante treinta segundos o no, pasados los treinta segundos, se abrira la puerta.

Suerte.

La chica que llevaba el papel en la mano se aparta de forma veloz y le da dicho papel a James quien lo lee detenidamente.

 Al ver que la chica entrega el folio al abogado, detengo mis intenciones psicópatas y me relajo un poco.

Me dirijo hacia el abogado lenta y cautelosamente con la mirada casi perdida y le digo.

-¿Podría echar un vistazo yo también?

Acto seguido me vuelvo hacia los demás y digo en voz alta y casi indiferente.

-Yo voto por el demonio. He cambiado de opinión porque me gusta el razonamiento que apoya la idea de que todos los aquí presentes merecemos la eterna condenación, si no, no estaríamos aquí metidos.

Se cruzó de brazos y caminó por la habitación a bajo perfil. Aquello era desesperante sin duda, y en conjunto con la ropa que llevaban todos puestos y el desesperante reloj que no se detenía...

Apartó algo de cabello de la cara y levantó la vista, para enterarse de lo que decían los demas.

Sonrio ligeramente a Dasha. Atractiva, sensual, joven...¿qué llevaría a una chica como ella a un lugar como éste? No era tiempo de preguntas de ese tipo, pero un abogado no puede dejar de pensar en eso; no puede dejar de pensar en que motiva a cada uno de nosotros a realizar acciones tan contrapuestas en el propio sentido de vida humana. Era todo demasiado complejo, pero más que complejo, yo diría que aterrador. Sí, esa era la palabra que buscaba.

Miro un momento a los ojos a ésta, y cojo el papel:

Gracias, señorita Dasha. Mi nombre es James Haxbord, llámeme James. Me alegra ver que algunos intentamos conservar la calma, y lo conseguimos, aunque a duras penas ¿no? Sonrio de nuevo y leo atentamente el papel. Ni más ni menos que lo que ella había mencionado. Todo era demasiado fácil, como un juego de niños....y demasiado aterrador.

Lo que la señorita Dasha ha indicado es todo lo que viene en el papel. Olvídense de él por ahora, centrémonos en lo importante. Miro a todos y cada uno de los que nos encontramos allí. ¿Me harán más caso a mí que a ella? Lo dudo. Pero debo intentarlo. El tiempo corre. Creo que está lo suficientemente claro que nadie se pondrá ahí por las buenas señalo la silla y morirá por los demás. Lo entiendo. No es momento de juicios de valores. Por lo tanto, tocaremos una de las partes del cuadro. Y como en ello tampoco estamos de acuerdo, lo lógico es hacer una votación, democrática. Cada uno de nosotros tiene un voto para una de las dos mitades. En caso de empate, ya veremos que hacer. Se puede no levantar la mano y abstenerse. Creo que es lo suficientemente fácil para todos ¿no? Vuelvo a mirar a toda la sala. Ahora. Bien. Hagámoslo rápido a mano alzada. No nos preguntemos por qué. Son debates innecesarios. Que cada uno crea lo que es conveniente. ¿Votos a favor de tocar el ángel?

Levanto la mano. Había visto demasiada oscuridad aquí. Si queríamos salir, tendríamos que perdonar nuestros pecados. Purificarnos. Y lo primero era mirar a la luz.

Levanto la mano

-Solo falta un pequeño detalle ¿Quien se sentará en la silla? ¿Se hará también por votación? deberíamos decir nuestra edad y los mayores podrían ser los candidatos, luego se hará una votación y así elegir a la persona que recibirá la descarga

Me encojo de hombros -es una opinión, no se ocurre nada más. Alguna suferencia ¿James?- comenzaba a sentirme un poco ansiosa, el tiempo pasaba cada vez más rápido, no quería morir. -Dense prisa, levanten la mano...

El razonamiento de la edad no es malo, aunque los mas mayores no estaran deacuerdo....mas facil a cada uno se le asigna un numero entre el 1 y el 11 cada uno saca un maximo de 5 dedos se suman los dedos totales y se cuenta, a quien le toque se sienta....es lo mas justo. Si alguien no quiere sacar ningun dedo, saca el puño cerrado y cuenta como 0. 

Asiento ante las palabras de Dasha. Era interesante su apunte. ¿Quién se sentaría en la silla? Naturalmente, el tema de la edad era muy interesante. Posiblemente yo fuese de los más viejos, pero una decisión era una decisión. Sin embargo, la chica pelirroja tuvo una idea muy sugerente. El azar. Quizá de nuevo el elemento más objetivo que podíamos encontrar en una situación extrema. Los demás seguían levantado manos.

De acuerdo. Ahora que levanten las manos los que estén a favor de pulsar el demonio. Otros tantos lo hicieron. Era lógico por tanto que habría que esperar al recuento. Si eso me importaba, más crucial veía el hecho de quien se sentaría en la silla. Miro un momento a Dasha. Creo que lo de la idea del azar es buena. Así no hay ningún tipo de distintivos raciales, de edad o sexo. Lo considero una gran idea. ¿Qué opinas? Las mentes pensantes comenzaban a asomar. Estupendo. Quizá aun tuviésemos alguna oportunidad y todo.

A los demás, ¿qué os parece la idea de....? Miro a la chica pelirroja. No sabía su nombre. Yo creo que es lo más acertado. Así nadie podrá sentirse intimidado. Ni vulnerado sus derechos. Lo considero lo más justo desde un punto de vista arbitrario. Su forma de contar también es muy aceptable. Si no lo comprendéis pruebo a repetirlo. Siempre me gustaba dejar estas cosas claras. Para que no hubiese errores. Todos a una sacamos una mano. Números del 1 al 5. Puño cerrado igual a 0. Nos ponemos en fila, y yo mismo cuento el total, de izquierda a derecha. El elegido se colocará en la silla. ¿Entendido?

Espero a que la mayoría contesten. Y comienzo el recuento de votos...

A regañadientes se colocó cerca al escuchar esa solución. Siempre había tenido suerte en la vida, así que por decisiones de suerte, se sentía mas que protegida.

-De todas formas sigo queriendo ver el folio, mientras el resto se decide no cuesta nada.

-Si, la pelirroja tiene razón. Es lo más justo para todos- le respondo a James y le dedico una sombría sonrísa.

Pongo los ojos en blanco al escuchar a la rubia -y dale con el puto folio ¿acaso no te das cuenta en la maldita situación en la que estamos? -le digo en un tono molesto y con los ojos un poco desorbitados.

Suspiro irritada y miro a James, mostrandole cuatro dedos, sin esperar a la decisión de los demás.

dejo de mirar la puerta doy media vuelta y con una gran sonrisa Hola! soy Roy ... un poco mas serio ahora que los niños ya estan tranquilos ... me parece una buena idea la del elegir de esa manera

Levantando la mano dijo Yo voto por el demonio ... y mirando a James le muestro mis dedos ...

 Mira a los demás, pensativo, y al ver que no hay salida simplemente se encoge de hombros y mira alrededor, y cuando habla lo hace en tono seco y calmado, denotando una extraña tranquilidad

-Voto por el demonio... y lo que dice la chica es cierto, podríamos sacrificar a quienes menos habilidades tengan en beneficio del grupo, a menos de alguien que crea férreamente que su decisión es la correcta, ese puede sentarse si se tiene tanta fe...- 

Se coloca detrás de la silla, mirando a todos tranquilamente, evaluándolos mientras pasea sus dedos por el casco de la silla, intentando pensar como librarse de esto sin matar a nadie.

¿Por qué razón un psicópata se interesaría en algunos presidiarios, un abogado y en mí? Hay algo raro acá... Además, ¿Como los conocía a todos? Sus vidas, obras y "milagros" los debían relacionar... Esos trajes de presidiarios debían significar más que lo que se veía a simple vista...

Lo siento, no soy ninguna maleducada, pero no me voy a presentar, ni tampoco me gustaria saber los nombres de los demas, no al menos hasta que sea necesario, es bastante desagradable tener en la memoria el nombre de alguien que muere y que ha convivido contigo, desde luego, con el tiempo sera inevitable.....