Partida Rol por web

Del amor verdugo

I. El pueblo de Yepes

Cargando editor
24/12/2018, 23:19
Gonzalo de Castilla
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Notas de juego

Me lié con la tirada que la hice desde el móvil en un momento de cuñadismo de la cena. Es 21 sobre 75 (ya sumándole el bonus)

Cargando editor
25/12/2018, 19:52
Padre Alfón Torrero

Sí, los graves sucesos. Sorprendido estoy -decía el cura- de recibir ayuda del obispado. Alabado sea Dios, y agradecido uno de que vos estéis aquí. Pues los desaparecidos son María y sus dos hijos, Antonio, de ocho años, y Juana de seis. Su esposo está sumido en el caos mental, ¿cómo estar sino, no cree? Y también Maribel, una muchacha cuyos padres, que viven ahí a la entrada del pueblo -señalaba con la cabeza, como si pudieras ver dónde-, están destrozados. Desde hace algo más de una semana este pueblo sufre por ellos, sufrimos por ellos. Entonces el padre Alfón abrió el mueble y sacó instrumental para coser, y paños y también trajo agua caliente. Y con todas estas "viandas", comenzó a coser al malherido malhechor, que blasfemaba en la misma sacristía de puro dolor entre aguijonazo y aguijonazo. Las gentes hablan del diablo... y no dudo que sea así -y se santiguó antes de continuar pinchando la carne-.

Notas de juego

No te preocupes por la tirada ;)

Cargando editor
25/12/2018, 19:53
Andrés

Pues eso deberían hacer, gulusmear pronto y donde sea, porque en este pueblo reina la desdicha -decía el posadero hablando con Severino en la barra mientras les llenaba los pellejos-. Francisco y Carmen, los padres de una de las chicas desaparecidas, están como molidos a palos: destrozados. Toa'la gente les intenta apoyar, pero perder una hija así... Me refiero, de la noche a la mañana -anunció Andrés-. Todo muy duro. Yo creo... en fin... no sé -se reservó unos instantes su opinión, pero no pudo acercarse a Severino y decirle algo en más confianza-, que la buscaba al otro era ella. Maribel, la hija de esos padres, estaba mucho con Miguel. Ahi truhán, truhán... Que ambos desaparecieron en la verbena de San Juan, muy juntitos. En fin. Que ahí van los chatos, y les costará dos maravedíes, señores -acto seguido se puso a limpiar la barra-. Y os dió la sensación que echaba la culpa de la desaparición de la tal Maribel a ella misma.

Cargando editor
25/12/2018, 22:48
Baldomero Cubero

- ¿Ya tan rápido te quieres ir, hombre? Si ni me ha dado tiempo a gastar lo de Pedro.

Baldomero, quien ya se había terminado hace tiempo el vaso, se acercó a curiosear al ver la indicación de Severino. Esbozó una sonrisa cuando escuchó la historia completa, habiéndole producido su encanto, incluso su chiste.

- ¿Y para qué tanto drama, pues, si la historia acaba con un final tan bonito? A lo mejor las susodichas desapariciones no son más que historias de amor encubiertas. – dijo con discreción, si bien la risa grave y redundante del hombre retumbó por la taberna.

Mientras pagaba el resto que le debían a Andrés, tomó el pellejo, y se giró para marcharse del lugar, haciéndose paso entre los campesinos con su oronda panza. – Venga, amigo. Gracias por la simpatía y por el vino.

Cargando editor
25/12/2018, 23:51
Severino Modrego

Que había pozos menos hondos que la sed por el vino del amigo Baldomero, que duda alguna pudiese quedar de ello. Dejó caer la mano sobre el hombro del gigante que acompañábale en el camino de la expiación - ¡Baldo!, que luego podemos venir'á por más. Este trago era par'abonar la sesera y alegrar'l'pico - echando la suya vista hacia la puerta. La bota, ya colmada de buena bebída, fue a parar al cinto del almogávar - ¡Ay la moza!, más a mi favor si's'que no se puede ir sola. Pues lo mismo s'a'scorromoñao por el campo o'l Miguel ese la encorrío. Que la culpa es de ella lo sabe Dios, pero qu'al Miguel va'ver que cortarle las manos si s'a propasado te lo dice el Severino - antes de que dispusiérase a salir de aquella  maja posada - Andrés, ¡ala maño! - golpeada por la desdicha del lugar.

Aprés, de nuevo por los paseos de Yepes y disfrutando de la tranquilidad que transmitíale la pequeña aldea - Feliz no diría yo, Baldo. Que'sos dos ... - que quiso dar su opinión de los hechos que el tabernero habíales contado - ... s'an abarraganao - bajando su voz de forma inusual mientras movía el codo adelante y atrás. Inquieto por el gesto, señalaba ya hacia una callejuela - Por'ay podemos alcorzar pa la casa de Francisco y Carmen. Co, que bien sienta facer algo bueno y Gonzalo estará bien contento - que llevase hasta la entrada del poblado, que senda visita recibirían los consternados padres de la Maribel.

Cargando editor
27/12/2018, 23:38
Gonzalo de Castilla
Sólo para el director

Gonzalo ayudó a coser al desgraciado que se encontraron en el camino, viendo cual sería el destino de sus propias carnes en primera persona. De paso escuchó la respuesta del párroco y sonrió ara disimular su descontento por no recibir de una sentada toda la información que hubiera pensado en un primer momento.

-Entiendo, María, sus dos hijos y también Maribel, que vivía en la entrada del pueblo - hizo una pausa - ...Por eso había tanta gente concentrada cuando llegamos al pueblo - dijo el prior para sí mismo, pero en voz alta -. bien, eso me da información de quién ha desaparecido y cuando. Lo que me falta ahora es dónde y como. Dígame hermano Alfón, ¿Qué es lo último que sabe de esos desaparecidos? ¿Desaparecieron de día o de noche? ¿Quizá en su casa, o drigíanse a algún lugar? ¿hicieron algo extraño el propio día o el anterior a la desaparición, algo fuera de la rutina? Cualquier detalle, por pequeño que parezca puede ayudar.

Notas de juego

Como me da que la conversación se va a prolongar, voy a presuponer que mientras hablamos, termina de coser al Pedro, y me coserá a mí, o al menos esa era la intención en mi cabeza, si ves que no procede, lo ignoramos y ya.

Cargando editor
28/12/2018, 22:58
Padre Alfón Torrero

Pues no sé de esos menesteres, prior -te dijo el cura Alfón-. No puedo concretarle detalles. Entonces levantásteis al tipo, colocándose en el suelo con cuidado. Ahora, si no le importa, túmbese usted -añadió-. No tardaremos tanto como con aqueste hombre.

Notas de juego

Haz una tirada de Elocuencia y otra de Empatía. Sí, él procede para coserte.

Cargando editor
28/12/2018, 23:01
Director

Tras decidir salir de la posada-taberna, que el posadero Andrés se despidió de vosotros, cogiendo vuestros vasos para limpiarlos. Después marchásteis hacia la entrada del pueblo, bordeando algunas casas y rodeando la población. Enfrente de la vivienda de aquellos dos padres destrozados ya había mucha menos gente, pero aún entraban y salían.

Notas de juego

Estáis delante de la casa de Francisco y Carmen.

Cargando editor
29/12/2018, 00:11
Severino Modrego

Tan pequeño decíase que era Yepes, que hasta un foráneo por poco ebrio lo cruzaba de punta a punta y que sin recelo a tomar callejuelas entre las casas, los descarriados topáronse con la de Francisco y Carmen - Maño, questa era la casa. Ya ves pues to'l'gentío de propio - en plena funesta condición. Aunque lo intentaba no podía evitar que le escuchasen, que eso de bajar la voz para quienes tengan algo que ocultar, que el Severino ya ponía remedio a lo suyo con Dios.

Caminó derecho a la puerta - ¡Maños, ahívadeahí!, que tenéis to'sto abarrotao. ¿Queste's'el hogar de la Maribel?, el mío más sentido pésame familia - apartando a algunos lugareños que le dificultaban el paso.

Cargando editor
30/12/2018, 14:39
Director

Notas de juego

No añadiste nada a tu útlimo post, Javi (está en blanco).

Cargando editor
30/12/2018, 14:57
Vecinos de Yepes

Los pocos vecinos que se agolpaban en la puerta se giraron ante los comentarios de Severino. Había allí, al menos, seis personas, y dos o tres más en el interior de la casa de madera.

¿Pésame? -decía tras girarse-. ¿¡Es que acaso sabéis donde está Maribel!? ¿Y quiénes sois vos? -decían los consternados vecinos con cara de pocos amigos-. Tras los gritos de aquel tipo, tres hombres más salieron de la vivienda, mientras algún lamento de voz femenina se oía en el exterior. Sin apenas quererlo, Severino y Baldomero (aquel gigante que infundaba cierto respeto), se vieron enfrentados a casi una decena de naturales de Yepes. ¿Qué quienes sois vos, os digo? -repetía el hombre-, ¿Y qué sabéis de la Maribel? -sin duda que aquello olía a malentendido-.

Cargando editor
30/12/2018, 17:33
Severino Modrego

Los malos humores de los lugareños apareciéronse delante del almogávar que arrepentido de ser tan llano en su trato, que hachazos a la cabeza más finos habíanse visto, y que retroceder tuvo. Alzaba sus manos para pedir la paciencia de una marabunta enfurecida - ¡Jodó, sosiegaaa que se me queréis comer!, maños - quedando en pie junto al otrora bandido que de penas era compañero. 

Aprés, aclaró el malentendido sin dejar pasar mucho tiempo, que la suya vida apreciaba - Que'l pésame es por la desaparición desta cordera tan escoscá, más a mi favor pues. No sabemos ná y por eso venimos pa'ver a el Francisco y la Carmen, que somos fumildes siervos de Dios. Gonzalo, un prior de Toledo y más bueno quel pan, está en la iglesia pa'yudar con to'esta zapatiesta - y acabar colgado en la plaza mayor de Yepes no era el suyo plan. 

Cargando editor
30/12/2018, 18:13
Gonzalo de Castilla
Sólo para el director

Lo siento dire. Es que sigo sin ordenador, no me lo dan arreglado. Posteo todo desde el móvil y es algo incómodo. Pensé que había hecho las tiradas...pero ya veo que no. Lo siento de nuevo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Cargando editor
31/12/2018, 03:08
Baldomero Cubero

- ¿Qué has dicho, alcorzar o almorzar? – preguntó Baldomero con intriga mientras veía adelantarse al almogávar para adentrarse entre el desconsolado gentío de la casa.

Si bien el bandido no estaba muy contento de gastar el tiempo en algo que poco o nada tenía que ver con él, esperó pacientemente a que el más risueño de los dos cumplidores obrase con el cometido de la misión. Prefirió quedarse a las puertas de la casa para evitar asuntos no deseados. Mas al ver lo rápido que se caldeó el ambiente, se sintió igualmente molesto, y anteponiendo su voluminoso cuerpo entre Severino y los conocidos y parientes de la niña, los retó con un aviso.

- Y hacernos venir desde tan lejos para emprender como hombres de bien, que poco aguante tengo yo para serlo... para luego llegar a esta aldeucha en la que resulta que todos son más irascibles que yo. – dijo, sosteniendo en todo momento el mango de su hacha en el caso que debiera usarla para defenderse a sí mismo y a su compañero del desenlace del desafortunado malentendido. – Modrego, nos tratan de poner una mano encima y no respondo, lo juro. – murmuró entre dientes al hombre. No obstante, si bien aquella reacción le causó un atroz enfado dejó justificarse a Severino, por si al menos este ponía quietud al altercado, antes de tener que recurrir al acero.

Cargando editor
31/12/2018, 14:48
Director

Si bien Severino quería tratar de apaciguar ánimos y a la vez aclarar el asunto de porqué estábais allí, que Baldomero, que parecía tener cierta mano izquierda menos, enseguida se alertó. Ciertamente era normal, que aquel hombre de gran envergadura no iba a ser menospreciado por el motivo que estábais allí. Y que las gentes del pueblo de Yepes, congregados en la puerta de aquellos dos vecinos, que se vinieron abajo, y que dejaron de miraros mal (también hizo la mención de nosequé prior que había venido con vosotros, el cual, por cierto, no se veía por allí). Enseguida, pues, os adentrásteis en la vivienda, y una vez dentro vísteis que se trataba de una gran sala, donde había una camilla, varias sillas y unos estantes. En un lado, como separado con un murete de madera, la cocina y una alacena acababan la disposición de la vivienda. Allí había una pareja de unos cuarenta y tantos años (campesinos ambos dos), y los vecinos que les acompañaban se marcharon, para que hablárais a solas. El matrimonio se asustó un poco, aunque era sorpresa realmente.

Cargando editor
31/12/2018, 14:49
Padres de Maribel

Qui... ¿quienes son vos? -preguntaron, acercándose hasta donde estábais. La mujer era la que hablaba-. ¿Qué sabéis de mi Maribel? ¿¡Sabéis dónde está!? -decía, con desesperación, y el marido la estrujaba contra sí, para calmar su estado-.

Cargando editor
31/12/2018, 14:58
Padre Alfón Torrero

Lo cierto es que... Su esposo..., Miguel -decía compungido el párroco mientras preparaba una aguja nueva y el hilo, y para ello abrió el armario y sacó material nuevo, incluyendo vendajes-. Fui a verle, para ver qué tal estaba, y para ver si podía ayudar a buscar a su familia. Pero sólo supo negar toda ayuda, y ponerme en alerta, aludiendo al diablo. "Al diablo y al diablo", me decía -te contaba con pesadumbre-. ¿Pero el diablo hace desaparecer a dos criaturas y dos mujeres, así como así, sin pedir nada? Nosé, prior. Tal vez vos sepáis arrancarle más palabras que yo. Vive al final de esta misma plaza, en la penúltima casa, la de piedra en el zócalo.

Entonces, por sus explicaciones, notaste que no mentía en nada, ni que ocultara nada en absoluto. Parecía querer el bien para los suyos feligreses de Yepes, y nada más. Sus intenciones te parecieron buenas. Acto seguido, comenzó a coserte, y tú emitiste alaridos de dolor. En media hora, ya estando cosido y vendado por espalda y pecho, parecías sentirte mucho mejor.

Ahora debo irme, y creo que me llevaré a este malherido al hospital de la Sangre de Cristo, en la villa de Orduz. No queda lejos. Si no le importa, le ruego que se precipite e indague cuanto antes. Nadie quiere más despariciones aquí.

Conocías ese lugar de oidas, y tal vez se recuperara bien el desgraciado que quiso rajaros de abajo a arriba.

Notas de juego

Tú dirás, pero el cura debe irse.

Cargando editor
31/12/2018, 18:47
Gonzalo de Castilla
Sólo para el director

Por mucho que Gonzalo intentaba extraer infomración, parecía que el padre Alfón no era poseedor de ella. El dominico se dejó coser, agradeciendo a Dios, el haber dado con alguien que supiera ponerle remiendo a aquella herida.

-Gracias Alfón - dijo Gonzalo cuando el sacerdote terminó de coserle-, me pondré ahora mismo a investigar. Vive Dios que no he de irme sin solucionar este entuerto.

Justo después se dirigió hacia Pedro, y hablándole con un tono serio, le dijo:

-Y tu, malhechor, espero que sepas aprovechar la oportunidad que Dios te ha dado, pues ha sido él, y no yo, quien te ha perdonado. Y si bien agradecido el estás, habrás de volver este pueblo a ayudar con el menester que me ocupa, pues es para el bien del pueblo, y una buena redención. De no encontrarme, pregunta a los lugareños. Espero no equivocarme contigo, hijo.

Viendo marchar a la peculiar pareja, Gonzalo se incorporó de donde se había postrado para que le atendieran la herida, con calma y comprobando hasta donde había mejorado su movilidad. Hecho esto, se dirigió a la puerta del edificio santo, para con un vistazo al pueblo, localizar la casa del tal Miguel. Una vez que le echó el ojo, caminó hacia el lugar, llamando a la puerta al llegar.

 

-Hola, me llamo Gonzalo, -dijo cordialmente -y en el caso de que me hayan indicado bien, y tu seas Miguel, me gustaría hablar contigo hijo. Dios me envía a ayudar.

Cargando editor
31/12/2018, 20:46
Severino Modrego

Habíase tensado el Baldomero en menos que canta un gallo y no era desproporcionado cuando la ayuda  - Co, ¡serena!, questas gentes'tan equivocadas. No vamos a'cabar tos con una pitera tan temprano, si's'que buscamos a la misma cordera - en vez de ser de buen recibo, bien parecía que habíanla malinterpretado. Que de fachada dejaban un poco que desear los dos mozos, y que los prejuicios eran sobrados y más en aldeas tan pequeñas, que la desaparición de un familiar altera a cualquiera.

Con las aguas calmadas, dejáronles pasar a la humilde casa de madera - ¡Coooo!, ¿sois los padres pues?, m'entristece lo de la Maribel. Me llamo Severino Modrego y'emos venido a dar auxilio - que resultaba grande por el vacío que solo deja un hijo. Severino arrepentíase de su tosco comportamiento, que mirar los ojos de aquella madre no era fácil y que antes enfrentaría a la muerte. Mantuvo la cabeza gacha - No se sabe ná entoavía, mujer. En l'iglesia'stá el prior de Toledo y podría ayudar con to'ste entuerto - para sincerarse mientras apretaba su puño oculto tras la espalda ante la impotencia.

Cargando editor
31/12/2018, 21:16
Padres de Maribel

Los padres somos, señor -respondiendo a Severino el padre-. ¿Y quién es ese prior? Que venga aquí, si le place, y que nos encuentre a nuestra querida hija -los hombres eran ya mayores como para ir a buscar ellos solos a la muchacha-. Sólo queremos que vuelva, ¡que vuelva! -entonces la mujer rompió a llorar y al padre le salían lágrimas también-. ¡Mi hijaa! -sollozaba la madre-.

Notas de juego

Dado su estado, cualquier cosa que queráis preguntarle habréis de hacerlo con una tirada exitosa de Elocuencia.