Partida Rol por web

Tus básicos conocimientos no dan como para saber si una sencilla higiene podrá tratarlo, si su muerte es segura o si acaso requiere cuidados urgentes.
Lo que si sabes es que cuanto menos resulta extremadamente desagradable a la vista y que quizá halla riesgo para su vida.

Yo…? Caraquemada medita unos instantes para responderos.
Era tan solo uno de los criados que sirven a los Arryn en palacio, servia en la cocina ayudando en cualquier menester. Un día llego ha oídos del cocinero que hurtaba comida, por lo que, paciente, espero el momento en el que darme un escarmiento. El hombre parece respirar con cierta agitación mientras os cuenta lo ocurrido.
Una tarde mandome ir a probar guiso que hallabase al fuego, cuando me arrodille para ello hundiome el rostro en la misma. Extendiendo los brazos encadenados prosigue. Poco mas hay que contar, el dijo que en un acceso de furia al haberme cogido hurtando habíale atacado y que tan solo se defendió. Su posición superior a la mía no dejo lugar a las dudas y di con mis huesos en ese hostal del que acabáis de sacarme.

Todos los presos del mundo proclaman siempre su inocencia, pero hay algo en este hombre que dota de verosimilitud a sus palabras. Y mejora sustancialmente la opinión que Damon se está formando sobre sus reclutas. Pero de todos modos es prudente y decide que los dos reos considerados peligrosos, los completamente adultos, viajarán por ahora con sus grilletes. Supondría demasiado riesgo liberarlos ahora y tal vez transmitiría un mensaje equivocado…

Por suerte en este viaje contará con el respaldo de Ketil, el pelirrojo, pues sabe que en este muchacho si puede confiar plenamente. Ha llegado a conocerlo bastante bien durante las últimas jornadas y se diría que es todo lo que se podía esperar de él y más aún. Al final su primer viaje como reclutador no tendrá un balance tan negativo…

También decide que Tomas bien merece que algún curandero eche una ojeada a sus heridas así que buscará uno tan pronto como atraviesen la primera aldea aledaña a la capital. Pero no piensa volver a entrar en la gran urbe, ahora hay que seguir camino…

Así que ordena al grupo iniciar la marcha y mientras avanzan aprovecha para preguntar por sus historias a los demás integrantes de su pequeña recua de candidatos a vestir el negro:

- Bueno, y vosotros dos… – dice refiriéndose a Daamir y Zacarías - ¿Qué funesto accidente del destino os llevó a las celdas de la Fortaleza Roja?

Zacarias es joven pero no tonto. El viejo omite responderle para no provocar que los nuevos reclutas decidan fugarse ante la perspectiva de un futuro frío y triste en el muro. Sin duda la vida allí no será agradable ni cómoda pero tampoco lo ha sido en la gran ciudad y a zacarias no le da miedo trabajar siempre que su trabajo sea recompensado con alojamiento y comida.

En silencio escucha las conversaciones y toma algo de alimento del saco arrojado anteriormente sin ser consciente del hambre que tenía tras estar varios días en ayuno y masticando apenas lo minimo resulta agradable poder beber agua fresca y comer algo sano. Tal vez por eso se anima a hablar sobre si mismo.

Mi historia es sencilla, señor. Me críe en el lecho de pulgas donde para poder comer hay que ingenierselas y los comerciantes pronto se cansarón de amenazarme y castigarme fisicamente con unos azotes. Finalmente me cortaron un dedo - dice mientras muestra su mano en la que le falta un dedo. Con la amenaza de cortarme el resto de la mano si me pillaban de nuevo. Por fortuna o por desgracia no fueron los hombres del gremio quien me pillaron sino la guardia de la ciudad, los capas doradas, y acabe en la catacumbas de las que me habéis rescatado.

-Parece que ahora estáis más elocuente que en nuestra vieja posada. -Respondió a Zacarías en un tono burlón, el buen humor y cierta esperanza había vuelto su rostro, tras ello procedió a contar su historia: -Mi padre fue asesinado, si dijera que era perfecto mentiría, pero quién lo es cuando tienes que alimentar a tu familia y no hay medios... Podría decir que él no tuvo la culpa de ello porque quién suele tener la culpa del hambre. Obviamente los señores no lo vieron así, un error le hizo chocarse con la persona equivocada. Sin juicio ni nada lo rajaron ahí mismo, en medio de la calle ante cientos de transeúntes. Y todo por traer a sus hijos una hogaza de pan. -Daamir tomó una pausa para recobrar el aliento-. A raíz de ello juré venganza, a los siete recé, al anciano en concreto por ejemplo, le pedí explicaciones, a la madre le pedí por mi familia, al desconocido por mi padre y por supuesto al guerrero porque me diera la habilidad y la posibilidad de venganza. Los dioses fueron de alguna manera piadosos y dos años más tarde aquel malnacido se agarraba la chorreante entrepierna sin dejar de pegar alaridos... Música celestial. A ese hombre le conocisteis, vino a visitarme para agradecérmelo supongo... -Tras esbozar una sonrisa irónica concluyó-. Y ésta es la razón por la que estoy aquí.

Zacarias miro a Daamir con suspicacia. El que hubiesen sido compañeros de celda no implicaba el que fuesen amigos. Si a él le gustaba ir contando su vida y banagloriarse de sus miserias era cosa suya pero zacarias preferia callarse. El hecho de haber contado el porque acabo en prisión era exclusivamente porque su liberador se lo había pedido.

Siguió masticando con la mirada baja mientras observaba a los otros presos, los encadenados, preguntandosé si serían también dóciles en el viaje o buscarían una oportunidad para matar al viejo y volver a ser libres.

El hacha había cambiado de posición y ahora la llevaba al hombro, sujeta solo por el peso de su antebrazo sobre el mango que hacía que la misma no cayese al suelo, seguía caminando al lado del carro escuchando las historias de los que serían sus hermanos una vez en el Muro. Eran historias tristes y casi todas hablaban de la injusticia de sus señores para con ellos, algo que él no concebía pues de donde provenía sus señores tenían un sentido de la justicia y del honor bastante más marcado.

Se llega a alegrar mientras camina de pertenecer a donde lo hace, allí los problemas son otros desde luego que los hay, pero la casa Stark no mandaría a prisión a alguien por robar una hogaza de pan, mucho menos los ejecutaría sin juicio alguno... Incluso estaba seguro que la propia casa velaría por las familias que no pudiesen sostenerse. O eso le gustaba pensar a él. Y nada indicaba a sus ojos lo contrario, aunque solo había visto a un Stark en una ocasión.

Damon se sonríe cínicamente mientras sigue caminando. Son buenas historias, duras, crueles y realistas… así es este puto mundo, y de esta calaña bebe desde siempre la Guardia de la Noche para formar sus filas. De esta y de otras mucho peores, así que no puede decir que esté nada descontento, probablemente puedan sacar gente de provecho de este grupo. Probablemente.

Cuando se acercan a la primera aldea a lo largo del Camino del Rey, de vuelta al norte, ordena hacer un alto y pregunta por el sanador o curandero local para que, como tenía previsto, le echen una ojeada a las heridas de Tomas Caraquemada. No va a permitir que se le muera…

Al detener el caro indica en voz alta, sin quitar el ojo de encima a sus acompañantes:

- A ver, muchachos – su tono ha sido siempre amistoso, pero ahora suena seco y duro – Mientras estemos en una población, no quiero que nadie se aleje más de diez pasos del carro, o voy a ponerme muy suspicaz…

Desde luego, de los que no tiene que preocuparse es de Tomas y Kwal, cuyos grilletes están firmemente sujetos al carromato. Se acerca al primero y lo desata de la soga para conducirlo a que lo examinen, pero por prudencia ha solicitado que el sanador venga a verlos a la plaza…

Y si toca pagar alguna moneda, habrá que hacerlo. Estos hombres son una inversión para los hermanos juramentados, son su futuro. Y qué demonios, el pobre pinche se lo merece…