Partida Rol por web

Tal vez no entendía la política como otros podían entenderlo. Yo veía traiciones, veía manipulación; pero no lo veía malo o bueno, yo lo veía como necesario para la subsistencia de este sistema. Era como ridículo creer que las cosas cambiarian porque unos idealistas intentarian tomar el poder. Dejemos que esas personas se golpeen contra ese universo.

Me levanté y dejé sobre la mesa el dinero. Caminé con el baston hacia la dirección de la puerta. Esperaba no tropezar con nada o golpear a nadie. Iba golpeando cada cierto tiempo el piso para evitar caerme. Cuando llegué a la puerta simplemente bajé la cara un momento y traté de escuchar por ultima vez el sonido de ese sito, sentir el aroma a harina horneada que solo ese lugar podía liberar. Respiré hondo y caminé en dirección al bar; lo mejor era prepararme para mi trabajo esta noche y de seguro me los conseguiría de nuevo (a los que hablaban) metidos en aquel sitio...

Dean observo el lugar un rato antes de entrar, era bastante desconfiando y le gustaba asegurarse de que no hubiese cosas raras cuando finalmente se dio cuenta que no parecía ser mas que un local normal y corriente se adentro en el mismo.

Busco con la mirada a alguien que encajara con la descripción de su madre, al menos con lo poco que recordaba de ella, aunque estaba seguro que de verla enseguida la reconocería. Chasqueo la lengua con fastidio al comprobar que tan solo había uno de los empleados. Se acerco a el.

-Disculpe he quedado aquí con una mujer... -fue a describirla, pero se dio cuenta de que su aspecto podría ser totalmente diferente a como la recordaba- de unos cuarenta y algo, y extranjera ¿la habrá visto por aquí? 

El hombre ciego deja el lugar, camina con su bastón de manera segura y se escucha como suena la puerta tras su partida. Ramón te mira y dice. Van a  venir unos de los grandes de la  CGT (Confederación General del trabajo) al  parecer algunos líderes importantes están ahí,  la idea es establecer las bases para la creación de una nueva organización, que creo que en estos momentos nos sirve a todos, hemos escuchado que  se llamara MTA, Movimiento de trabajadores Argentinos, y queremos ser parte de ello. Mira a los demás. Tengo entendido que habrá también algunos emprendedores nuevos a la causa.... si tienes amigos que quieran venir, puedes invitarlos.

Comienzas a caminar hacia el bar, el mundo está loco, piensas, no estás muy seguro de que esa gente con ponerse a gritar y marchar hagan algo, no pretendes ser idealista político, eres un artista, un pensador, un intelectual, tus manos sirven para tocar, no para golpear...
Vas camino al bar y abres la puerta, de repente escuchas a un hombre que al parecer habla con el mesero,  Daniel Raldan, la voz de el hombre establece juventud, pero no es de acá tiene, un acento extranjero.
Daniel es un buen trabajador, conoces algo de su vida han trabajado juntos por un rato, es un hombre agradable.

-Disculpe he quedado aquí con una mujer... -fue a describirla, pero se dio cuenta de que su aspecto podría ser totalmente diferente a como la recordaba- de unos cuarenta y algo, y extranjera ¿la habrá visto por aquí?

Mientras estas haciendo la pregunta un hombre abre la puerta, no puedes hacer otra cosa que mirar quien es, lo que vez es un hombre joven que tiene un bastón que lo acompaña, evidentemente es ciego. El mesero lo mira al entrar, y te responde un poco  confundido.

Una mujer extranjera de unos 40 años, se rie, oh señor,  esta ciudad es turística y  vienen  muchos extranjeros, aunque, sí tiene algún otro dato, su nombre o su fotografía podría ayudarle. Mira al que acaba de entrar. Anakin, ¿deseas algo?, ¿algo que caliente la garganta?

Justamente sí, que curioso, tienes una foto vieja en la billetera, aunque esta algo estropeada.

Fernanda sonrió de oreja a oreja, pletórica y llena de alegría. La habría besado. Dejó el tenedor sobre el plato sin ningún cuidado y le tendió las manos en un gesto cariñoso.

-¡Ay! Muchísimas gracias, amiga. Si haces eso... ¡te juro que te voy a querer para toda la vida! Llámalo, llámalo. ¡Qué nervios!

Alejandro se altera cuando le hablan de la CGT. Eran ellos los que habían ignorado su situación laboral hasta tal punto que fundase la CTM.- ¿La CGT? ¿Y se han puesto de acuerdo para venir o han coincidido de coña?-. Luego lo intenta arreglar.- No me malinterpretes. No os voy a reventar la reunión porque no comparta su juego pero os digo que me fio más de vosotros que de ellos-. Intenta convencerlos de su perspectiva.- A mí me dejaron tirado años en la mina porque no alcanzaban una posición común. Y mientras tanto nos comíamos todos los marrones ahí abajo. No es la primera vez que pasa algo así…-.

Sin prestar demasiada atención al chico que acaba de entrar, se lleva mano a la cartera sacando una vieja foto y mostrándola al barman.

-Es una foto bastante vieja... Pero para que se haga una idea servira, supongo. Se llama Sophia, Sophia Cythraul.

Y sí, ciertamente  al parecer  ese hombre estaría en un  bar bohemio por el centro esta noche. Luego de hablar con Fabiana, y  tomar los datos del lugar, sales de ese restaurante con una esperanza, en realidad, es lo que buscabas. Es tembrano aún, almorzaron a las dos de la tarde y siendo las tres, pues aún el día esta lleno de actividades, sólo deberas decidir que hacer.

Fernanda estaba nerviosa ante la perspectiva de encontrarse con Agustín, pero no sería hasta más tarde. Ahora volvería a casa y se tomaría un baño largo. Tenía que estar deslumbrante para él. Quizá hasta podía intentar seducirlo, pero sin que la cosa se liase demasiado. Ya se había enrollado con sus jefes antes y no había sido tan buena idea después de un tiempo.

Fernanda volvió a su piso y se aseguró de que su compañera no estuviera. Susi podía ser un poco molesta a veces, como un grano oportunista que sale justo antes de una sesión. Para los granos tenía una solución: nada de chocolate. Para Susi... era más difícil.

Llenó la bañera y se metió dentro. Aún le quedaban algunas sales de baño que le había regalado Fabi el año pasado por su cumpleaños. Hoy era su día, de modo que las usó todas y las gastó. Con el vapor notaba que sus poros se abrían y el calor la renovaba. Iba a ser su oportunidad. Lo sabía.

Qué bueno que viniste, qué bueno.

Natalia ha pasado entre todos ellos como si fuera una sombra, un fantasma. Muchos de ellos ni siquiera saben que está viva, es la primera vez que aparece tras un largo tiempo de ausencia. Las caras largas, hipócritas, la siguen mientras les da la espalda, tal como se la dieron a ella, y entra a la habitación. La situación la ha puesto de muy mal humor, la ha llenado de ira, de una rabia que hacía muchísimos años que ya no sentía. Quizás fue una mala idea haber ido, con todos esos cristianos practicantes a medias acusadores, a medias creyendo que vino a perdonar a su padre. Una muy mala idea.

El olor a orina le pega como una cachetada, pero aún así, Natalia avanza hacia el interior. Ninguno de sus familiares se atreve a decir nada cuando la puerta se cierra a sus espaldas. Los hospitales siempre le produjeron la misma molestia, la misma sensación de desasosiego e impotencia. Los hospitales, no la situación actual. Tan pacífico que se lo ve, ahí, aún a puertas de la muerte. Tan pacífico, sí, ¿y cuando ella estuvo al borde de la muerte? ¿Qué andaría diciéndole a sus amigos? ¿Que sigan, que sigan adelante, a todos los subversivos? ¿Yo, una hija secuestrada? No, yo no tengo ninguna hija.

Se acerca, dejando a un lado el olor a orina. Las celdas en las que estuvo en un momento tenían peor olor. Mucho peor.

- ¿Estás despierto? Es tu última oportunidad.

Esa voz familiar, que siempre me saludaba. Casi como un padre para mí desde que trabajaba en este sitio... Supongo que era uno de esos sujetos en los que confiaba ciegamente... sí, ironias el hecho de que aun no entiendo esa frase. Me acerqué al bar y busqué con mi bastón un asiento para poder sentarme.

Puse el baston entre mis rodillas mientras hablaba con él - Lo de siempre Raldán, muchas gracias - Era bueno siempre empezar la noche con un trago de agua a temperatura natural, con un par de cubos de hielo adentro. Ese sonido que hacian los hielos al resquebrajarse con el cambio brusco de temperatura era algo hermoso; como si miles de cristales se resquebrajaran con ellos. Levanté la cabeza y trataba de escuchar las cosas a mi alrededor mientras conversaba - ¿Como ha estado el negocio? ¿Estamos muy llenos? - Escuchaba el bullicio normal pero simplemente me aturdía cualquier sonido mas alto que el de mi guitarra.

No mucho, en realidad,  hoy ha estado medio vacio, pero más tarde como siempre se llena. Dice el hombre al ver la fotografía y mirar a  Dean, pues jeje amigo, esto debe ser una broma sí dice que esta es una foto vieja, una mujer muy parecida, pero así de joven, que podría ser la hija de esta mujer del que me habla, a veces frecuenta este bar... creo que se llama Rocio.

Mira al hombre ciego, ¿conoces a Rocio Anakin?... este hombre la esta buscando a la mamá de ella... porque sí me dice que esta foto es vieja, seguro son familiares, porque el parecido es enorme.

Rocio, bueno, no puedes ver la foto, pero sí sabes de una cliente que se llama Rocio, viene con cierta frecuencia y te pide canciones,  sin embargo, no estas segura de que sea la misma, pues es claro, que solo te fias de lo que dice el empleado, y con ese nombre entran muchas mujeres al bar, aunque sí, crees que hay una cliente asidua con ese nombre.

Tu padre simplemente abre los ojos. En ese momento te impresionas, su mirada esta oscura, ya habías visto esa mirada antes, es la mirada de cuando el alma se esta fugando del cuerpo. A pesar de los problemas familiares, y a pesar de todo, es tu padre quien moribundo yace en la cama. En ese momento hace un gesto, su quijada huesuda,  muy parecida a alguien que sufre de desnutrición se mueve, pero no genera sonido. Esta muy débil, trata de mover su mano hacia ti, lo cual es un acto mas fácil, la toma, y la aprieta por un tiempo. Te quedas mirándolo con sentimientos encontrados, te duele el alma. El hombre cierra los ojos, y pasa así los últimos minutos, tu estas un poco paralizada sin saber que hacer. En ese momento entra una enfermera y te dice que el tiempo de la visita a terminado,  es entonces que  tratas de zafar la mano de tu padre, te ha agarrado con fuerza y aunque ahora duerme, como un reflejo, la mano no te suelta. Tratas de  zafarte, y es entonces que sientes un objeto frio entre ambas manos lentamente  safas la mano, mientras la mano de tu padre queda vacia llevándote aquello que al parecer el te quiso dar. Lo miras, y lo reconoces. Un pequeño crucifijo de plata, sabes bien, que perteneció a tu bisabuela,  quien era italiana, era una pieza que tu padre guardaba con orgullo y ahora es tuya.
Sorprendida miras a tu padre quien no puede responder, se ha dormido. Sales entonces de la habitación y sientes que tu familia te ignora, sin darle mucha importancia sales del hospital con la pequeña cruz de plata entre tus manos.
El viento te impacta al salir del hospital en el rostro, de repente notas que  tienes un ligero templor, la situación fue fuerte,  estas confundida, pero nada puedes hacer, posible ya no vuelvas al hospital...

Te recostaste  en la tina, el agua caliente te refresco, no hay nada mejor para una mujer que sentirse tranquila, limpia, y bella. Mientras tomas tu baño estas algo pensativa, la situación económica estaba muy mal, y muchas modelos, y personas que has conocido, se han puesto a trabajar de meseras o en  labores que nada tienen que ver con el modelaje. La situación esta dura, tienes que convencer a este sujeto.  Esperas también, claro, que no sea gay, en esta industria es común encontrarse gente así, será mejor para seducirlo, sí le gustan las mujeres, de otra forma ¿qué hombre heterosexual no trabajaría en modelaje si no para disfrutar de el placer de las mujeres?
No eres tonta, tampoco una mojigata.
Se termina el baño, justo cuando suena el teléfono.

El hombre te mira y suspira, mientras mira a los demás. Sabemos que tiene razón, sin embargo, hemos pensado mucho en una estrategia, para que esto tenga  fuerza, a veces no nos prestan suficiente atención porque las organizaciones sindicales pequeñas no tienen tanta fuerza, pero, queremos ver sí la propuesta de la creación del nuevo grupo nos trae mas posibilidades, usted sabe que entre más seamos, el impacto será mejor. Mira a todos. Además, sabemos que tenemos que tener pies de plomo, y pisar con cuidado, no sea que nos quememos... así que vamos con los ojos abiertos, y dispuestos a tomar lo que necesitemos para que la causa se cumpla... sí vemos que no hay garantias, nos retiraremos.