Partida Rol por web

- ¡Au!, dijo mientras se ponía uno de los parches en el balazo que acababa de recibir. ¡Haced algo de una puta vez! - gritó a sus compañeros.

ASALTO 4

Los guardaespaldas de la cocina al ver venir la granada de Cables con poca fuerza se limitan a protegerse tras la esquina pero artefacto rueda lo justa para quedarse en la puerta y la explosión les pilla de lleno pintando las paredes de sangre y vísceras. El último guardaespaldas coloca su arma en ráfaga y dispara a la mujer que ha acabado con sus compañeros pero el sofá cubre a la ingeniera de las balas.

El subfusil se había encasquillado. Maltida era su calavera. No podía pasar en otro maldito momento.

No había problema. Tenia otro subfusil, pero sobre todo, tenia su pistolón. Así que se lo saco del bolsillo.

Golpeo nuevamente su cabeza, a ver si su visión se aclaraba de una vez, y espero detrás de la cobertura.

Aguantando el dolor, solté el subfusil sobre el suelo "joder, en serio, ahora se jode esta mierda?" y agarré mi pistola, buscándola en la pernera que me había puesto Tanque.

Mire un instante al rededor para situar dónde estaban mis compañeros.

-¿Y qué carajos crees que hacemos?- Recriminé a Virus, volviendo a asomarme por mi cobertura para intentar acertarle una bala al cabrón que quedaba.

Virus obvia el comentario de Cables y se mueve hacia la entrada de la cocina para pillar al guardaespaldas que queda por el flanco pero falla el disparo.

ASALTO 5

El guardaepaldas reacciona al disparo perdido de la chica y lanza una ráfaga contra ella que hace saltar astillas del mueble tars el que se parapeta.

Kovac estaba harto de estar a la defensiva, él era un cazador y no una presa. Así que empuñando su pisotón, salto a un lateral, y abrir fuego hacia la rodilla del guardaespaldas, al cual ahora veía en visión térmica gracias a sus ojos maravillosos.

El sonido del arma al encasquillarse me hizo mirarla con una mueca de fastidio. Volví a cubrirme, y esta vez saqué uno de los parches que apliqué contra mi pecho, sintiendo la vitalidad volver a mi cuerpo.

La poderosa detonación de la pistola pesada de Tanque puso fin al combate cuando el proyectil entro por el ojo izquierdo del último guardaespaldas. El hombre cayó al suelo hacia atrás y la casa quedó en silencio.

Respiré profundamente cuando se hizo silencio en la habitación. Aproveché esos instantes para concentrarme en desescasquillar mi arma.

El tanque salió de la cobertura a ver cómo estaba la situación, pisotón en mano. Parecía que de momento habían eliminado a los hostiles. Pero el tiempo seguía corriendo en su contra.

Curaros, y preparar las armas, tenemos que arrancar una confesión al dueño de esta casa, más pronto que tarde tendrá aquí a toda la caballería.

Dio unos pasos atrás, y cogió el subfusil. Tiro de la palanca hacia atrás, y luego le dio un golpe seco, para que la corredera se colocara en posición. Sin embargo, parecía que aquel trasto no iba a funcionar sin desmontar alguna pieza.

Lo coloco en su sitio, y siguió con él pistolon en la mano, cambiando la munición por la perforan que llevaba.

El último tiro dio fin al combate. Aquellos perros estaban en el suelo agujereados a balazos, malditos mercenarios de mierda.

En un gesto instintivo, agarré uno de mis parches DocFast y lo pegué a  mi piel del pecho sintiendo su morfina entrando en mi cuerpo y recuperando, casi cómo milagro, mi fuerza.

- Subamos arriba, la fiesta que hemos tenido aquí habrá alertado a todo el vecindario, tenemos que ser  rápidos, cuanto más mejor!

Agarré mi subfusil y sin intentar arreglarlo, me lo colgué al hombro, sujetando en la otra mano la pistola.             

- Vamos equipo, estamos cerca!

- Voy a intentar ralentizar lo que pueda a los de seguridad, decidiros y me avisáis cuando vayamos a subir - con esto enfundó su pistola, estiró la mano izquierda y comenzó a girar una bola invisible con la mano derecha.

-Denme un jodido minuto, ¿de acuerdo?- Pedí, tomándome unos minutos en desencasquillar el arma. Sabía que el tiempo estaba en nuestra contra, pero no iba a arriesgarme a quedarme sin manos por un error.

Tanque avanza hacia la entrada y mira las escaleras que suben al siguiente piso, haciendo ademán de subir sin demora. Cables, por su parte, está intentando liberar su arma aunque sin mucho éxito por lo que Susurro decide seguir acompañar a su compañero y dejar su propia arma atascada.

- Seguid, yo cubro a Cables - les dice Virus cuando le miran inquisitivamente.

Tanque y Susurro suben las escaleras con las armas listas a la espera de nuevos defensores pero nadie sale a su encuentro; al llegar a lo alto les recibe un pasillo que distribuye las habitaciones a lo largo, una al fondo a la derecha, una al fondo a la izquierda y el resto en la pared de enfrente, todas cerradas.

Los dos hombres del grupo suben al piso superior mientras las mujeres quedan en la planta baja, todavía no se oyen sirenas ni coches de la seguridad de la urbanización.

Tanque aguza el oido, y no parece haber más sonidos que le indiquen donde puede haber enemigos. 

Su primera opción era ir a donde estuviera la habitación principal, pero no quería dejarse detrás a ningún enemigo. Así que ejecuto el plan como si estuviera otra vez en operaciones especiales. 

Primera puerta en la derecha, patada a la puerta.