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[Desafío Mensual 02] La Maldición de Bronbog

Acto III: Las Damas del Bosque

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27/11/2018, 10:45
Angus Larssen

Con un gruñido, Angus aceptó el daño recibido de la Guisadora, pero no cejó en su empeño y siguió haciendo buen uso de su espada.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Master: descontado ya el daño en mi ficha.

una duda. La letanía de castigo, se aplica a media distancia... ¿o es 'hasta a media distancia'?, es decir... veo que los compañeros pueden lanzar la letanía de Luz Ardiente y combatir en el mismo turno. ¿Es compatible entonces lanzar la Letanía de Castigo a corta y usar la espada en el mismo turno?... si es así... ¿me llevaría uno, o dos contraataques del enemigo?

Por si puedo lanzar la Letanía en este caso, hago tirada "Letania Castigo - Ver notas", y el daño sería "Daño Letania Castigo - Ver notas": 1d4, y si se lanzó, en el siguiente turno tengo un -1

Máster: la Letanía de Castigo es hasta media distancia, sí. Con un éxito condicionado, no recibes un contraataque por ella, pero tu siguiente tirada de lo que sea tendrá un -1 en los dados, tal y como dices.

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27/11/2018, 10:55
Alistair Lianz

Alistair volvió a la carga (con menor suerte esta vez) estorbado por un combate tan numeroso. El caballero quedó en mala posición, sabiendo que iba a recibir algún golpe.

- Tiradas (1)
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27/11/2018, 11:03
Augusto Bellator

Sin perder el tiempo, agarré fuerte mi espadón con ambas manos y cambiando de dirección con la intención de cambiar de objetivo, corro hacia la Tejedora.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Intento volver a usar la Letanía.

Si no puedo usarla porque ya lo he intentado anteriormente, se obvia.

El último daño olvidadlo, le he dado al botón dos veces sin darme cuenta.

Máster: Te sale éxito en la Letanía... pero te sale fallo en el ataque. No hay daño, me temo.

 

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27/11/2018, 14:03
Capitán Rogal Helbrecht

Los primeros golpes intercambiados habían sido favorables para los Templarios, salvo por el caso de Martha que había fallado su ataque y había sido atacada por la bandada de cuervos. 

Rogal acudió sin dudarlo en su ayuda, y cuando los cuervos volvieron a Tomar la forma de aquella asquerosa bruja, el capitán procuró martillarla para ver si se volvía a desarmar en mil cuervos.

No cedan ni un paso! Acaben con ellas! - gritaba para animar a sus hombres. 

- Tiradas (2)
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27/11/2018, 18:58
Martha

Todavía dolorida Martha reaccionaba lenta y predecible. Sin embargo la ayuda de su Capitán en el combate fue suficiente para que la Tejedora no pudiera esquivar no solo el ataque de Rogal, sino tampoco el de Martha, que aunque débil fue certero...

- ¡¡ Si Capitán !!- Grito acompañando su golpe.

Estaban ante uno de esos momentos en los que debían darlo todo, para esto son entrenados... para esto son, caballeros de Luminaris.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Pongo resumen de daño de las damas (a ver si no la ha liado):

Tejedora 0 de daño + 5 de Augusto + 7 de Rogal + 4 de Martha = 17 daño
Guisadora 11 de daño +13 angus = 24 de daño
Susurradora 13 de daño.

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27/11/2018, 19:10
Narrador

La lucha era encarnizada, los Templarios atacaban sin piedad pero las Damas eran un adversario temible a pesar del daño que les infligían. Angus seguía trabado con la primera Dama, su espada abría cortes aquí y allí en la voluptuosa carne de la criatura, haciendola gritar de dolor y furia. Una sangre fétida chorraba de sus heridas a borbotones, manchando el suelo allí por donde se movía, pero sus propios ataques no cesaban. Una de aquellas manazas golpeó al caballero, aturdiéndolo un momento y obligándolo a retroceder. Angus aprovechó para tratar de lanzarle un Castigo a la Dama, pero esta no le dió tiempo a recuperarse, y de nuevo llovió un nuevo golpe sobre él.

Sin el ímpetu de la carga incial, Alistair no tuvo tanta suerte y el corte de su espada no alcanzó a la Dama. Se esperaba recibir el ataque de esta, pero una de sus garras apenas lo arañó un poco, pues el ser se había lanzado sobre otro objetivo.

Bellator se había destrabado del combate con la intención de ayudar a sus otros hermanos, pero al hacerlo dejó el flanco expuesto. Susurradora saltó sobre él y hundió profundamente sus garras en la espalda del sargento.

Rogal y Martha, por su parte, seguían enfrentados a Tejedora. Vuelta a su forma normal, la Dama se defendía con uñas y dientes de sus ataques. El martillazo de Rogal impactó en una de sus piernas, dañándola, pero esta se impulsó con la otra para saltar sobre el capitán y clavar sus garras en su torso, abriendo cuatro marcados surcos que pronto se llenaron de sangre.

Martha no perdió la ocasión de lanzar su ataque también, aunque un arma como era un martillo de guerra requería de una amplia área para ser usado con eficiencia, y en esos momentos la Dama estaba demasiado cerca de Rogal, por lo que el martillo solo pudo hacer un daño superficial, aunque al menos consiguió alejarla del capitán.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Martha sufre 4 de daño (11 total), Rogal 8 de daño (10 total), Bellator 8 de daño (15 total), Angus 9 de daño (13 total) y Alistair 3 de daño (3 total).

Tejedora sufre 11 de daño (11 total), Guisadora 11 de daño* (22 total) y Susurradora 13 de daño (13 total)

*Angus ha puesto al revés los bonos, el +2 es al ataque y el +1 al daño, por lo que la espada hace 11 y no 12 de daño. También me he dado cuenta de que solo tiene un +1 en SAB, así que la Letanía se quedaría en 6, un fallo.

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27/11/2018, 20:28
Angus Larssen

-¡Teneos fuertes!!, !Ánimo, hermanos!!!

Angus está sintiendo en sus carnes la dureza del combate; están haciéndoles buen daño, pero los cortes que reciben a cambio... hay que desequilibrar rápido la batalla a favor, o pueden ser presa de estas alimañas...

Vuelve a lanzar un ataque, echando de menos por momentos su armadura y escudo

- Tiradas (2)

Notas de juego

Aplico el -1 a ambas tiradas, por lo que la primera queda con un +1, y la segunda sin bono

¿pero cuanto les queda a estos bichos para palmar???

Máster: el -1 se aplica a los movimientos, la tirada de daño no se ve afectada por eso (si consigues acertar, una espada no hace menos daño)

Angus: ok, entonces, el daño heho sería 5

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27/11/2018, 20:44
Capitán Rogal Helbrecht

La batalla se hacía más sangrienta a cada momento. Los Templarios avanzaban valientemente cargando sus ataques contra las Damas, pero estas respondían con ferocidad. Rogal sintió en carne propia las garras de una de ellas, pero por suerte el ataque de Martha logró hacerla retroceder un poco. Lo suficiente como para permitirle a Rogal atacar.

- Tiradas (3)
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27/11/2018, 23:02
Alistair Lianz

Alistair se lanzó de nuevo al ataque tras los arañazos sufridos... lanzó una estocada oblicua hacia la enemiga. Gruñendo sabía que se exponía demasiado, pero al mismo tiempo sabía que impactaría: aceptaba el intercambio.

- Tiradas (2)
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28/11/2018, 09:36
Augusto Bellator

Me quedé inmóvil unos instantes al sentir las garras de la Susurradora penetrar mi piel. Cuando el dolor se hizo soportable, me incorporé lentamente y me giré hacia la Dama, - Disfrutaré cuando vea tu cabeza en el suelo, separada de tus hombros. 

Al terminar la frase me abalancé directamente hacia la Susurradora, consciente de que si no tenía cuidado podría volver a alcanzarme y entonces sí que tendría problemas. No obstante, gustoso daría mi vida en combate defendiendo a mis hermanos y a La Orden.

- Tiradas (2)

Notas de juego

En la tirada anterior conseguí usar la Letanía de Luz Ardiente. Lo que no sé es si mi espadón se ha mantenido en llamas tras recibir el golpe, o en su defecto, al fallar el ataque la Letanía llegó a su fin.

En cualquier caso ataco a la Susurradora.

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28/11/2018, 22:36
Narrador

El combate se alargaba, y aunque las heridas y el cansacio ya pesaban en los caballeros, las Damas no parecían estar mucho mejor paradas. Siendo tres contra cinco les estaba poniendo las cosas más difíciles de lo que pensaban.

En el centro del combate, Angus se batía en solitario como un león contra la más grande de las hermanas. Un nuevo ataque de Guisadora acertó en él, pero, a pesar de estar en las últimas y sangrando por varios cortes, el caballero sacó fuerzas de flaqueza y, impuslándose hacia adelante mientras daba ánimos a los suyos, consiguió esquivar los brazos de la Dama y esartar su vientre con su espada. La Dama bramó de un modo inhumano mientras convulsionaba, y entonces su cuerpo se convirtió en ceniza que se espació al viento.

Al mismo tiempo, y aprovechando la ayuda de Martha, Rogal volvió a golpear con su martillo. Aunque la Dama consiguió herirlo nuevamente en un costado, la cabeza del arma impactó directamente en su cabeza, sufirendo Tejedora un destino igual al de su hermana al convertirse su cuerpo en ceniza que pronto desapareció, sin darle tiempo a gritar siquiera.

La Dama que faltaba, Susurradora, viendo la muerte de sus hermanas lanzó un grito de furia y se abalanzó sobre Alistair y Bellator. El primero le hizo un corte en el torso al tiempo que conseguía clavar sus garras en su brazo, pero el golpe de Bellator fue más letal. El mandoble seccionó limpiamente la cabeza de la Dama, tal y como había dicho, y pronto ambas partes se convirtieron también en ceniza.

Pasaron unos segundos en los que los únicos movimientos fueron la agitada respiración de sus cuerpos, jadeantes y cansados por la lucha, pero pronto entendieron que habían ganado. A sus espaldas, el fuego ya consumía la cabaña por completo y esta empezaba a venirse abajo, el último testimonio de lo que una vez allí había existido.

Había destruido a aquél mal ancestral que tenía sometidos a los habitantes de la zona, y cumplido la misión que les había confiado el Gran Maestre. Heridos, agotados, pero triunfantes. Era hora de volver a casa.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Pues había una mecánica chula que hacía que en cuanto matárais a una Dama las otras se hacían más fuertes... pero las habéis matado a las tres a la vez xDD

Recuento de vida: Alistair 15 PG, Angus 5 PG, Bellator 8 PG, Rogal 7 PG, Martha 11 PG

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29/11/2018, 14:55
Angus Larssen

Jadeando, sandrando, dolorido, Angus tardó unos instantes en darse cuenta de que el sonido de la batalla había cesado alrededor; de las Damas no quedaban más que trazas de cenizas en ese suelo empapado, y oleadas de aire cargdo de hollín le azotaban la piel por efecto del incendio que estaba devorando aceleradamente la casona. A saber qué habría allí, y cuanto tiempo tendría, como para arder de este modo.

Se volvió hacia sus Hermanos, feliz de verles a todos con vida, salvos, aunque no muy sanos; él mismo tampoco era precisamente un ejemplo de salud en ese momento; de múltiples heridas salía sandre, que sin manar a borbotones, sí que le causaban una cierta falta de fuerzas ahora que no estaba en el ardor de la batalla.

-¿Hermanos, estáis todos bien?. Parece que todo ha terminado

Envainó la espada, y gastó unois instantes en contemplar la casa ardiente, preguntándose quién sería la Madre de aquellas "Damas", cuantas vidas se habrían arrebatado por su culpa, y... y que pasaría ahora, que sería del pueblo y de sus habitantes.

-Supongo que deberíamos pensar en volver, dejar el pueblo, e informar a la Orden, para que manden algún Inquisidor y Juez para exclarecer lo sucedido, y juzgar si es oportuno a los responsables de la Aldea. No puedo sentir piedad por los culpables, ya que bien podrían haber pedido auxilio y no haber sido cómplices de estos seres del averno.

... pero eso ya escapa de las competencias de un simple Caballero.

-Ahora que lo pienso... ¿como nos recibirá la Aldea cuando sepa lo que ha sucedido?

 

Notas de juego

... ¿pues no voy y pienso ahora que los aldeanos nos van a querer pasar por la quilla, para que no impartamos justicia o vayamos a informar de sus actos?

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29/11/2018, 19:31
Martha

Martha apoyó una rodilla en el suelo. En la mano opuesta sostenía el martillo. Había sido un combate duro, y las heridas de todo el grupo daban buena cuenta de ello. En cualquier caso habían salido vencedores. Una vez más habían logrado sobreponerse al mal y derrocarlo de la tierra.

- Si, algo cansada y dolorida... pero nada que una buena comida y una noche de oración y descanso no cure - 

Dijo respondiendo a Angus.

- Entiendo que los aldeanos estarán agradecidos. Poder recuperar sus vidas, no tener que sacrificar a seres queridos... Puede que estuvieran presos del miedo. Pero la luz de la esperanza es poderosa. Se recuperaran, y sus vidas seguirán con más luz. - 

La joven escudera era una idealista, puede que tuviera razón, puede que no... 

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29/11/2018, 21:04
Capitán Rogal Helbrecht

La batalla los había exigido al máximo, y había estado reñida hasta la estocada final. De no haber contado con todos y cada uno de sus compañeros, aquel combate fácilmente se podría haber tornado a favor de las brujas. Cómo tantas otras veces, Rogal se sentía orgulloso de sus hombres. 

Al terminar la pelea con la ceniza fresca de las Damas todavía en el aire, se acercó a la anciana para controlar su estado. Y al ver que tanto ella como su grupo se encontraban no bien, pero sí a salvo, se dejó descansar unos minutos. Utilizó la última de sus vendas para parar el sangrado producido por las garras de aquella arpía y esperó por sus hombres. La batalla había terminado, pero no su misión. Entonces volverían a la aldea para comunicar las noticias y para llevar a la anciana. Y luego, un largo viaje de retorno a casa, donde él contaría las grandes hazañas de sus hombres. 

 Bien hecho Templarios!

 

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29/11/2018, 23:22
Alistair Lianz

Alistair se había llevado la mejor parte del combate con apenas heridas y había conseguido un par de golpes letales y certeros. Cansado, limpió la espada como pudo y la envainó; era de sangre caliente y bueno, una vez pasado el peligro mejor dentro.

Echó un vistazo a sus compañeros y a la anciana, parecían estar bien y no pudo evitar meterse en lo de la aldea:

-Por el bien de los aldeanos espero que al menos se muestren aliviados...no y agradecidos...aliviados al menos -dijo molesto con unas gentes que les habían ocultado información.

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29/11/2018, 23:29
Narrador

Tras recuperarse un poco, tocaba regresar a la aldea a por sus caballos y armaduras y regresar al castillo de Albia a dar parte de la buena nueva. Deshaciendo el camino andado para llegar allí, el pantano les pareció otro. En aquél oscuro tramo, aunque la luz seguía siendo escasa, pudieron ver a su paso que las bolsas rojas de los árboles habían estallado o se habían deshecho por su cuenta, colgando flácidas de los troncos y ramas.

Incluso aunque el aire seguía algo viciado y el terreno seguía igual de difícil de transitar, el recorrido se les hizo más sencillo y ameno, pues toda sensación de maldad u opresión se había desvanecido. Con la anciana a cuestas, no tardaron mucho tiempo en llegar de nuevo hasta Bronbog, justo cuando empezaba a atardecer.

En la aldea, les esperaba una escena curiosa. Los lugareños estaban todos reunidos en la pequeña plaza, y discutían acaloradamente sobre algo. A medida que se acercaban, pudieron distinguir más o menos el porqué entre tanto grito.

— ¡Ha sido ella! ¡Nunca ha sido de los nuestros! ¡Tenía envidia de ellas, de su belleza! ¡Enseguida aceptó lo que decía ese sacerdote! ¿Por qué no la mandamos al pantano como a los demás? — gritaba la gente. Por debajo del gentío, se escuchaban los gritos de suplica de Fayre.

Entonces alguien se giró y dio un grito al ver a los Templarios. La discusión murió de repente, en cuanto vieron que habían regresado, todos enmudecieron y se quedaron quietos, salvo aquellos que se hicieron a un lado cuando los caballeros se dirigieron al centro de la placita. Allí acabaron de entender lo que pasaba.

Unos aldeanos sujetaban un tapiz igual al que había estado expuesto en la cabaña de las Damas, el medio que estas utilizaban para comunicarse con las aldeas bajo su control. Pero este estaban roto. Tres grandes desgarrones atravesaban el tejido, allí donde debían de haber estado las figuras embellecidas de las Damas. Era fácil suponer que lo mismo debía de haber pasado con el resto.

Otro par de lugareños sujetaban a Fayre por ambos brazos, estaba no había dejado de revolverse hasta que entraron los Templarios en escena, a juzgar por los arañazos que tenían sus captores por sus brazos e incluso su rostro. Al lado del tocón central, estaba de pie Estraven, tratando de calmar a la turba, que evidentemente se pensaba que la pobre muchacha había sido la que había rasgado el tapiz al que rendían culto.

Aunque el miedo y el respeto a los caballeros contuvieron los ánimos mientras se movían por la plaza, estos no tardaron en volver a estallar — ¡Ellos, ellos! ¡Han sido ellos! ¡Ella los trajo! — la actitud de los lugareños se volvía hostil por momentos. Por lo que decían, no parecían tener mucha idea de lo que realmente eran las Damas.

Notas de juego

Pues penúltima actualización, gente :)

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30/11/2018, 08:36
Augusto Bellator

Me dejé caer sobre mi rodilla derecha mientras veía como la cabeza de la Susurradora rodaba por el suelo hasta pararse, no pude evitar esbozar una leve sonrisa ante la escena. Al poco tiempo tanto el cuerpo como la cabeza se convirtieron en cenizas y desaparecieron, traté de descansar durante un rato corto, antes de emprender el camino de regreso.

El camino de regreso se hizo más fácil, poco a poco todo el paisaje parecía iluminarse levemente, más a medida que nos alejábamos del lugar donde las Damas habían encontrado su fin.

Poco a poco, nos fuimos acercando a la aldea, pero las reacciones no eran ni mucho menos las que esperábamos. Todos estaban apiñados en la pequeña plaza, dando gritos. A medida que nos acercábamos al centro pude ver como la persona en que estaban desfogando su ira, era la muchacha que me habló de las Damas, la única que nos ayudó.

Desenvainé mi espadón lo más rápido que pude, y manteniendo el arma sujeto con ambas manos en posición amenazante, dije en voz alta y firme, - ¡Soltadla, ahora mismo!, ¡YA!

¿Qué demonios estaba pasando?, los aldeanos parecían defender a las Damas, no parecían sentirse aliviados al no tener que rendir cuentas a tres monstruos.

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30/11/2018, 10:31
Angus Larssen

Notas de juego

La escena que se abrió ante ellos, en la aldea, enfureció al Caballero; unos ... unos adoradores de brujas, encubridores, asesinos en tanto en cuanto mandaron a gente a la muerte, si es que no los mataron ellos mismos, estaban culpando a alquien de hacer algo contra su culto, algo de lo que encima ella era inocente. Sorpresa, ira, sed de justicia, temor por la seguridad de la inocente; todos estos sentimientos pasaron por la mente de Angus en breves instantes.

Automáticamente, secundó a su Sargento; sin llegar a desenvainar, con la mano asiendo la empuñadura de la espada, se introdujo directo entre la turba. Aun estando herido, el Caballero era una fuerza que los aldeanos no podían contener; simplemente, llegó a la altura de uno de los que sujetaban a la joven Fayre, y le "rozó fuerte" con el hombro, provocando que la soltase y se cayese de culo. El otro, simplemente, visto lo visto, la soltó y retrocedió un par de pasos.

-¡Sargento, Orden cumplida, ya la han soltado!

Su mirada barrió en derredor, buscando los ojos de todos y cada uno de los aldeanos, paralizados por la sorpresa, para que pudieran ver lo que sus propios ojos decían... estos justos caballeros podían convertirse en heraldos de la muerte si les daban el motivo adecuado.

-Alguien tiene que dar unas explicaciones

... dijo a la audiencia circundante

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30/11/2018, 20:09
Alistair Lianz

Acercarse a la aldea le supuso a Alistair, que no era muy avispado, el darse cuenta definitivamente hasta que punto toda la aldea era más o menos cómplice. Al menos estaba contento por haber extirpado ese mal del pantano, de hecho, hasta parecía un sitio más agradable...dentro de sus limitaciones. Seguía oliendo mal, había humedad y suciedad, pero al menos esa sensación maligna no estaba.

Ver a los villanos de la aldea reunidos en la plaza alterados por la caída de su falso ídolo enfadó muchísimo al Templario que no dudo en gritar al ver a la chica:

-¡Soltadla y quizás no pongamos un cadalso! - pues ese era su deseo, pasar por el cadalso o la hoguera a varios aldeanos por herejía consentida.

Miró alrededor esperando a que aquello saliera bien.

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30/11/2018, 22:12
Narrador

Los ánimos no dejaban de caldearse, y la actitud de los Templarios solo hizo que escalar la situación. El empujón de Angus enfureció a los aldeanos, pero la espada desenvainada de Bellator impidió que nadie se lanzara a cometer una locura, aunque los gritos de unos y otros se siguieron sucediendo.

Con tanto ruido, la anciana terminó por recuperar del todo la consciencia y se revolvió en el hombro de Rogal, que la había cargado hasta ese momento, para que la bajara.

— ¿Helga? — preguntó Estraven con voz sorprendida, mientras los gritos iban callando de nuevo, siendo sustituidos por expresiones de asombro. La anciana se mostró perpleja al principio, pero entonces sonrió, y ambos ancianos corrieron hacia el otro y se abrazaron.

— Oh, Estraven — decía la mujer, llorando — Todo lo que tuve que presenciar... Lo que hicimos todos estos años... Era todo mentira... — la anciana fue contando lo que los caballeros ya habían visto y deducido que ocurría con aquellos a los que se enviaba con las Damas. Posiblemente los aldeanos también lo habían sospechado, pero habían preferido vivir en la incertidumbre y la ignorancia, prolongar aún más la mentira que llevaban viviendo sus antepasados, antes que afrontar la verdad.

La gente se fue calmando, pero seguía mirando con recelo a los Templarios. Estraven alzó una mano en dirección a los que estaban cerca de Fayre — Dejadla. Ya se ha derramado más que suficiente sangre en estas tierras — dijo, entristecido. Entonces se volvió hacia los caballeros, hacia Rogal, para formular la pregunta que todos los aldeanos allí se hacían — Las Damas ya no están. ¿Qué haremos ahora? ¿Quién nos protegerá?

En aquellas palabras se alzaba la súplica de un pueblo que ya no tenía a quien recurrir. La maldad no había guiado a aquellas gentes, solo habían continuado aquello que sus padres, y sus padres a estos, les habían enseñado. Ahora se veían desválidos y desprovistos de alguien en quien confiar, pero fue otra voz la que respondió a la pregunta.

— Esta claro quién — dijo Fayre, alzando la cabeza, mirando a los caballeros con orgullo — Acaban de hacerlo. Incluso si todavía no os dais cuenta.

Tras aquello, no hubo más que decir o hacer. Los Templarios recogieron sus enseres, se pusieron de nuevo sus armaduras, y montaron en sus caballos. Había llegado la hora definitiva de abandonar aquellas tierras. Como a su llegada, la aldea entera salió a verlos partir, pero la mezcla de temor y respeto que les tenían seguía manteniéndose. Solo la pareja de ancianos y Fayre se despidieron realmente de ellos.

Pero eso no importaba ya. La misión había sido cumplida, el pantano purgado y sus habitantes liberados, aunque en ese momento no se lo agradecieran. No vivían por los agradecimientos, sino por el saber que con su trabajo hacían de aquél mundo, que tan cruel podía ser a veces, un lugar mejor. Bañados por la luz naranja del atardecer, los cinco Templarios salieron de Bronbog, rumbo a su próximo destino.

Notas de juego

FIN DE LA PARTIDA