Partida Rol por web

-¡Argonianos, si!- grita Ilth, dándose un pequeño golpe en la cabeza con el báculo. -Y si, por favor, paremos a comer. Hace mucho de mi última... comida... No queréis saber que fue.- Termina, con una mueca de desagrado.

-¡Si!, una parada no vendría mal!. Oye Fred, ¿no tendrás por ahí un poco de aguamiel?, llevo sin echar un trago varios días y cuando pasa eso me vuelvo más insufrible que tú, Fred. - dice descaradamente soltando un carcajada. - Si paramos, ¿pararemos a echar la noche o continuaremos el camino? Porque poco a poco el Sol esta bajando.

Fred suelta una gran carcajada cuando le acusan de argoniano, desde luego que era el mejor chiste que había escuchado nunca.

-¡Yo vivo en Skyrim y Skyrim es de los nórdicos! ¿Piensas que si no fuera nórdico defendería mi tierra a capa y espada? Además, los imperiales están influidos por esa escoria Altmer. Esos malditos orejas picudas están corrompidos hasta la médula, solo tienen sus intereses y nada más. Además, esos elfos nos roban con sus impuestos- dice alzando la voz y le pasa el aguamiel a su compañero nórdico. -Esta es la mejor aguamiel de Skyrim, el agua miel Espino Negro. Puede que Riften esté lleno de ladrones, pero saben hacer buena aguamiel, ¿no creéis?

Al llegar al pie de la torre Fred para el carro y hace un gesto para que guardéis todos silencio.

-Habrá que ver si hay bandidos... Siempre es divertido robar a unos bandidos idiotas- baja del carro y se agacha levemente para acercarse al torreón en modo sigiloso.

Ilth baja despacio, mirando fijamente los movimientos felinos de la elfa, y avanzando lentamente intenta imitarla.

Torpemente y de forma brusca, Sigurd logra  bajar del carro con la suficiente valía para no hacer mucho ruido y que no se diferencie con el sonido del entorno.

Me sitúo entre unas rocas y me asomo ligeramente para tratar de distinguir cuantos enemigos hay. Después me giro y veo cómo se van posicionando para atacar. 

Ninguno de los aventureros es visto, ni siquiera Fred que aunque no lo parezca es extrañamente sigiloso. Así os coláis dentro de aquella torre y podéis ver que está infestada de bandidos. Al menos ocho bandidos se encontraban entre la torre y el puente, montando guardia un par y el resto comiendo alrededor de una pequeña hoguera.

Había que acabar con todos ellos si querían pasar allí la noche. Había de todas las razas entre aquellos bandidos, hasta un khajita.

Mediante gestos Ilth indica que deberíamos primero reducir a los dos vigilantes. Se acerca con sigilo, espera a que sus compañeros se posicionen, y de nuevo susurrando unas palabras arcanas, lanza una aguja mágica que impacta en el rostro de uno de los bandidos.

Veo los gestos de Ilth, asiento con la cabeza y sigilosamente tomo mi arco, una flecha y tenso el arma. De repente un silbido agudo suena siendo provocado por la flecha atravesando el aire.

Los dos guardias que hay justo en la puerta del torreón caen. Uno es alcanzado por una flecha y el otro por una aguja de huelo que atraviesa el cuerpo del hombre. Los cuerpos caen al suelo y ruedan por el precipicio dirección al río.

Al entrar los aventureros ven unas estrechas escaleras que les llevan al piso superior.

-El resto están arriba- dice Fred el cual en realidad no ha movido ni un dedo para acabar con aquellos bandidos. El bueno de Fred no parecía estar muy interesado en ser útil. -No olvidéis matar al khajita, esa escoria ladrona no merece ni respirar el aire que nos rodea- añade para no dejar de ser tan racista como siempre.

Antes de subir me detengo. - Vale, creo que ahora debemos organizarnos y pillarlos por sorpresa, si vamos a lo loco podría superarnos con facilidad. Yo iré por el lado derecho, repartíos como queráis las posiciones.-  Digo mientras cojo otra flecha y la tenso lo justo para poder subir con rapidez y no tardar en demasía a la hora de disparar. Avanzo según lo dicho y me sitúo a esperar a los demás.