Partida Rol por web

Escuchó el grito de Naila expresando lo mismo que ella pensaba, que el ataque al profesor no lo había hecho la delegación china, pero ellos no estaban haciendo más que defenderse. Hasta Lythia, que la costaba controlar su poder, se había esforzado por contenerlo en un hechizo defensivo.

-¡¿Qué debemos hacer?!- respondió a su compañera pero para que la escuchara bien el resto -¡¿Dejar que ataquen a nuestros compañeros, sin hacer nada?!- eso para la norteña era imposible, era incapaz de ver injusticias y no actuar.

Todos y cada uno de ellos estaban tomando medidas defensivas, menos quizás aquel quién había herido al profesor pero ¿Quién era? Lyana tenía miedo de desviar la mirada de los chinos y encontrarse ensartada en una espada, pero estaba bastante segura que el verdadero culpable estaba en el comedor. ¡Pero claro, ahí había mucha gente!

Hubo un momento de duda, no sabía si sacar ella también su artillería pesada para prepararse para el combate o intentar detectar al verdadero enemigo, dejándose expuesta en el proceso.

Un vistazo a Naila y otro a Viana, la sacó de dudas. Ellas eran dos auténticas princesas, tenían un sentido para el bien que ni ella misma ni muchos de los demás tenía, así que decidió seguir su ejemplo.

Anuló el efecto de frio en el aire y dejó de prestar atención a los chinos y la pelea. Se giró incluso dando al espalda a estos y buscó entre los presentes aquel que le pareciera sospechoso. Una mirada, una sonrisa, un gesto... El hacedor de aquella dantesca escena debía estar disfrutándolo y eso le delataría.

En su revisión de los presentes se dio cuenta de que Dorian no estaba, o al menos no le veía, pero confiaba en él y estaba segura que hiciera lo que estuviera haciendo, tendría una razón de ser.

Los susurros de Lythia y su olor habían creado una barrera de calma y protección sobre René, hasta que una voz se alzó por encima de ese Dark Paradise. Una voz que si que llegó a los oídos del príncipe (no se sabe porqué). 

René apretó más fuerte sus manos sobre el vientre de la hija de Maléfica. Los dedos rígidos se curvaron y las uñas del adolescente se clavaron más intensamente sobre ella.

El chico abrió los ojos, y escudriñó que estaba pasando... Por fin. La mirada del príncipe, normalmente del color de la coca-cola, había cambiado y ahora mostraba un pequeño destello color rojizo que parecía iluminarse. 

Ariana seguía tecleando en el ordenador, buscando localizar la localización del dispositivo que mandaba los mensajes, quizás estaría usando la red del Instituto. Alzó la vista cuando las sombras de Lythia comenzaron a moverse, levantando sus ojos de la pantalla durante apenas unos segundos. No había prestado atención a lo que sucedía, pero en esos momentos se bajó los auriculares al cuello y esbozó una sonrisa. Su dedo pulsó el Enter. De pronto, empezó a reproducirse en los móviles de todos los presentes y por los altavoces del instituto de forma simultánea una canción:

Nada como tener una buena banda sonora para concentrarse en lo importante.

Estaba en las redes internas del sistema, seguramente no duraría mucho, pero lo suficiente. Ariana guardó entonces los objetos susceptibles a estropearse con el agua en la mochila. Los rociadores de incendio empezaron a echar agua, primero unas gotas, luego se activaron como si realmente hubiera un incendio que debían apaciguar. Y, en cierto modo, lo había, quizás el agua fría bajaría los humos.

Dos muros se alzaron frente a Xi, el primero un muro de oscuridad creado por las sombras de Lythia que se interponía entre los dos bandos y este fue reforzado por el muro creado por Feyre. Justo en el otro lado estaban Xi y dos de sus guardias, la asiática dice:

- Creeis que somos tan idiotas como para no venir preparados para luchar contra usuarios de magia...

La mujer hace un corte con su arma y cuando esta toca los dos muros mágicos ambos desaparecen como si nunca hubieran existido, la mujer con una mirada extasiada dice: - Siempre es bueno contar con armas que anulan la magia

Justo en ese instante una figura similar a Lythia aparece sin embargo, esta es completamente ignorada por Xi al igual que un pequeño "dragón" hace su aparición, en este caso uno de los guaridas de Xi se interpone deteniendo con su espada el ataque del dragón y contratacando, parecía que al menos durante unos instantes estos estarían entretenidos. Sin embargo, otro de los guardias si que se dio cuenta que había sido Feyre y se lanza a por ella, el movimiento del oriental era realmente rápido, pero en el ultimo instante se escucha como su arma choca con otras dos armas, se trataban de Harry Garfio y Neva Pan, ambos se habían interpuesto para defender a Feyre, el oriental sonríe levemente y dice: - Vaya... yo que pensaba que erais enemigos... - Ambos notan como el hombre estaba bastante tranquilo y confiado, al parecer no les temía, realiza un par de ataques mas que ambos consiguen detener para ganar un par de pasos de distancia mientras dice: - Va a ser divertido... chico, si quieres, puedo cortarle la mano como hizo su padre con el tuyo

Zaira por su parte usando su habilidad hace que dos de los orientales se rian a carcajadas, sin embargo, los hombres disiciplinados siguen en su intención de luchar, aunque por culpa de la risa sin duda lo hacen con menor efectividad.

Xi se disponía a lanzar su furia contra los que tenia delante (Lythia y Rene) sin embargo al escuchar las palabras de Naila se detiene un segundos: - Princesa de Agrabah siempre es igual, siempre somos nosotros los que tenemos que aguantar, pues hoy no será mas asi.

Y mientras ambos agarrados susurraban entre ellos Xi parecía mas enfadad aun y lanza un ataque contra la hija de Maléfica la cual estaba siendo abrazada cada vez con mas fuerza por Rene, y fue cuando el golpe de Xi llego mientras ambos hablaban. El espadazo de Xi bajo con fuerza sin embargo, no llego a cortar, a fin de cuentas alguien empujo a la pareja, era Dyre que les había empujado con fuerza para apartarlos mientras decía: - Vosotros, a daros besitos y abracitos a un hotel, que aquí pasan mas cosas... el chico no termino la frase, el arma de Xi no simplemente descendió, también ascendió después cortando al chico que cae al suelo, todos los aspersores comienzan a escupir agua en esos instantes y por todo el comedor se escuchaba una canción.

Xi parecía seguir molesta y se preparaba para volver a atacar mientras el otro guarida que estaba a su lado se encaraba a Zaria: No dejare que vuelvas a hacer eso que has hecho, por tu culpa no han derrotado ya a esos niñatos- Tras lo cual sin dudarlo lanza un ataque contra la hiena

Mientras todo sucedía Robert había construido una especie de parapeto para los de su bando, ¿acaso había visto alguna clase de atacante o de ataque que los demás no habían visto?

Lenna luchaba contra uno de los guardias, al parecer bastante igualados ambos y Viana seguía tratando de despertar al profesor.
 

La lucha había comenzado pero ella ya estaba acostumbrada a mantenerse serena dentro de una tormenta, así que siguió escrutando las caras de los ahí presentes hasta que encontró lo que buscaba; una chica que se parecía mucho a Lenna y que les miraba como si todo aquello la estuviera pareciendo de lo más entretenido.

La norteña la señaló, con un dedo acusador: - ¡Es ella! ¡Ha sido ella!-

Si era quien había matado a Fa Min y quien había levantado en el aire al profesor Stein debía ser muy poderosa. El primer miedo de Lyana fue que escapase, que se saliera con la suya y que encima pudiera volver a atacar, así que hizo lo único que ella creía que podía hacer; usar los dones que había heredado de su madre para congelar a esa chica y que no pudiera escapar por ningún medio.

Pero justo cuando canalizaba la energía, la entraron las dudas ¿Y si la mataba? ¿Y si acababa con una vida y encima era resultaba inocente?...

Que Arianna, su compañera de habitación y cómplice de caos, hubiera hackeado los sistemas para provocar una lluvia artificial parecía una idea brillante... salvo para la hada de turno. Feyre, empapada de pies a alas, se sentía más espárrago hervido que criatura mágica. A veces soñaba con controlar el agua como la amiga de su madre, pero no: la Naturaleza la había destinado a flores, bichos y raíces. Cero glamour bajo la lluvia.

La miró con labios temblorosos y alas caídas como servilletas mojadas, pero aun así le regaló a Ari una mirada de aprobación digna de una mártir con glitter.

—En cuanto me haga pequeñita, sacúdeme como si fuera una zambomba...bueno, mejor no—le dijo a Neva, muy seria, mientras le entregaba una bolsita minúscula con polvos de hadas. Entre el susurro conspiratorio y el tamaño ridículo del paquete, parecía una traficante de microdosis encantadas. —Tened cuidado, Harry, Neva...

Y sin más, se menguó con un brillito y un ploof.

Frente a ella se abrían dos caminos: acompañar a Viana a curar al profesor o... hacer lo que mejor sabía hacer. Trastadas.

Obviamente, escogió la segunda.

Corriendo como un chispazo diminuto por el campo empapado, agitaba sus manitas como si lanzara conjuros de nivel prohibido. Fue entonces cuando pensó en Do.

Y por algún motivo caótico del destino, invocó un Do.0 en forma de... ¿¡un pulpo gigante!? Morado. Con cara de cocinero enfadado. Más imponente que cualquier dragón y cien veces más surrealista. Feyre se sintió orgullosa.

—¡Ataca! Do punto cero.

Pero no había tiempo para procesar pesadillas marinas. Intentó alzar otra barrera para proteger a Lyanna, pero la magia simplemente no respondió. Estaba empapada, agotada y un poco indignada con la gravedad.

Así que, en su versión de 15 centímetros y rebosante de furia feérica, trepó por las piernas de Xi con una determinación inquebrantable.

—No tengo escudo, pero sí uñas, voluntad y muy mal genio cuando quiero. —masculló mientras escalaba como una lapa con sed de venganza.

Y sí, tal vez no fuera una guerrera... pero nadie debía de subestimar a una hada mojada.

La canción Bad reputation comenzó a sonar en los oídos de René de forma lenta y reverberada, con la voz de la cantante unos cuantos tonos por debajo, como si todo estuviera en el Upside down en ese momento y hubiera dos realidades para René, una donde las imágenes de Xi se teñían de rojo, el mundo oscuro, el que no tomaba la realidad, pero quería rasgar el velo de la cordura.

Sintió el empujón de Dyre que lo hizo tambalearse junto a Lythia, poco después sintió agua caer sobre su cuerpo (inútilmente para bajar ánimos), y bajo el agua anti incendio que había “hackeado” Ariana el príncipe completó su transformación en una Bestia de dos metros, entre ruidos de huesos crujirse, músculos contorsionándose ganando un tamaño imposible, ropa deshaciéndose en jirones, un nacimiento de pelo preocupante, y un grito humano que terminó por ahogarse en sí mismo y eliminar toda voz culturalmente entendible para cualquier presente, solo permitiendo escucharse rugidos.

Su silueta estaba cubierta de sombras líquidas. Unas sombras queridas para él. La Bestia no bailaba sola.

Sus manos se abrieron en garras afiladas y se abalanzó sobre la posición de Xi, ni siquiera tanteando que ahí asida a su cuerpo estaba Feyre. Lanzó un zarpazo sobre la mano que empuñaba su espada y trató de desestabilizar a la china, lanzando un mordisco a cualquier parte.

Maldiciendo para mis adentros observo rápidamente a mi alrededor. Es hora de actuar y de sobrevivir.

—Lanzadores de conjuro, detrás de la barricada. Guerreros de melé retroceder en orden. Debemos cubrirnos unos a otros.

Tomo rápidamente una silla y la aviento hacia el soldado más cercano a Lyana.

—Detrás de la barricada podemos defendernos.

Arrojo un par  de sillas a los soldados cerca de Zaria y de Garfio.

—¡Jefa, Garfio! mantenganlos a raya.

— ¡Alguien siempre tiene que aguantar temporalmente: así es la diplomacia! —Naila estaba perdiendo su paciencia con Xi pero no por eso iba a volverse contra ella. Sólo quería ponerle freno a ese gran malentendido que podría acabar con bajas lamentables para todos y detestaba no sentir las riendas entre sus manos.

Dyre, por ejemplo, era una baja que lamentar a ojos de Naila.

¡Es ella! ¡Ha sido ella!

El grito de Lyana la hizo mirar. ¿Lenna? Pero si Lenna no…

Se llevó la mano libre a la cabeza, tan confusa y abrumada que por un instante fue inutilizada por una fuerte migraña. Todos ellos habían crecido en un periodo de paz tan idílico que, aunque entrenaran, no estaban preparados para un enfrentamiento así y eso se mostraba incluso en alguien tan combativa como Naila. Aferrada a su jambiya retrocedió un paso, aturdida por cada golpe de agua contra la piel. ¿Y Neva?

Mientras la buscaba con la mirada el rugir de René transformado la devolvió a la pelea. Fue por instinto pero avanzó deprisa para defender a Xi. La sujetó, evitando que el empujón de la bestia la tirara, y la apartó para encontrar el intento de mordisco con un corte horizontal del arma en su morro.

De repente Lythia tras haber embuido de oscuridad a René, ya convertido en bestia, observó como Naila intentaba salvar a Xi. Esto enfureció a la hija de malefica cuando invocando sus sombras, la cogió de la cintura (A Naila )para revolear el cuerpo hacia un costado. Nadie se metería en el camino y nadie sería tan traidor en su maldita cara.

—No te metas en una pelea que no te pertenece porque lo pasarás muy mal conmigo, hija de ladrón. 

La amenazó con severidad, estaba enfrentando al príncipe y nadie se metería con él. En medio de todo esto, la copia de Lythia estaba a su lado, protegiendo todo ataque directo a ella. *

Neva recibió con una sonrisa la bolsita de Feyre: sabía lo que había dentro y sabía cómo utilizarlo. Así que con la mano que no sujetaba la daga, la abrió y se la echó por encima. Ya había volado con Feyre y los polvos de hada y nada podía describir esa sensación de subidón. Esta vez, en lugar de evocar esos sueños que tenía de ser feliz en Nunca Jamás, en lo que pensó la pequeña Pan fue en cada momento que había pasado con Feyre desde que aquella locura de curso había empezado. Y los besos que compartieron en el lago fue lo que hizo que comentara a flotar. Aún se acordaba de cómo volar, claro, de cuando su padre aún no le había robado su sombra y era libre de hacerlo cuando le apeteciera, así que se desenvolvía con gracia en el aire. Aish, qué bien le vendría su juguetona sombra ahora mismo, pero tendría que apañárselas sola. 
Sí, pese a todo se le escapó una risa. 

No es que no le impactara ver compañeros muertos, pero tenía la suficiente entereza (y poca empatía, hablando en plata) para seguir adelante pese a todo, aunque sólo fuera por asegurarse de que Naila y su pequeña hada estaban bien. A Naila la tenía controlada pero ¿y su hadita? La localizó enganchada a la ropa de Xi. ¡La madre que la...! Y aquello no era una buena idea: el principito había sacado a pasear a la bestia.

—Garfio, mantén la posición — le pidió antes de usar su habilidad especial*, ensalzada con su vuelo, para colarse entre el caos y rescatar a Feyre de la escena, cogiéndola con una mano y poniéndosela después sobre un hombro — ¡Eres un hada traviesa, no puedo perderte de vista! Por cierto, muy chulo el pulpo, ¿y dónde se ha metido Dorian? — exclamó, aunque con una sonrisa. Estaba en su salsa, estaba claro — ¡Tenlo controlado, Nai! — le gritó después a su amiga, claramente refiriéndose a René convertido en bestia, ya que ella se fue directa a por la que Lyana había acusado de ser la creadora de aquel caos. No tenía claro de si era Lenna o no, pero sólo esperaba que no lo fuera porque como rival, era casi letal — Vamos a ver... Tú, aquí la única que se puede reír entre tanto caos soy yo — le dice, cargando después su daga contra ella, pero sólo pudo hacerlo una vez porque...

Escuchó algo que no le gustó. La voz de Lythia. Sabía que era contra Naila porque había evitado que bestia atacara a Xi. 

—Ahm, dame un segundo, ¿si? Tengo que hacer algo antes — le pidió a su contrincante zafándose de ella con un movimiento habilidoso de vuelo — Eh, tú — se encaró a Lythia — Te has metido con la persona equivocada. 

Estaba harta, harta de la ineptitud del príncipe, del liderazgo endeble y pobre que ofrecía. Naila había sido la única que había tenido dos dedos de frente y aquellos dos "enamorados" que vivían en su mundo habían sido incapaces de abrir los ojos al respecto.

—Mejor hija de un ladrón que hija de una asesina que cargó contra un pueblo porque no la invitaron a una fiesta — hizo una mueca y luego se puso seria — ¡Ni se te ocurra ponerle una mano encima! — la advirtió, pero no llegó a tiempo, por lo que Lythia SÍ puso sus manos encima de su mejor amiga. Eso hizo que Neva se cabreara lo suficiente como para cargar contra Lythia con su daga. Y con Pan eran todo risas hasta que se enfadaba de verdad.

Observé la situación consiguiente a mi chiste. Unos peleando contra los esbirros de Xi, la propia Xi intentando matar a René y a Ly. Afortunadamente, este protegió a Ly todo lo posible; Robert volcando mesas y diciendo de protegernos. Pero me llamaron la atención dos cosas: UNO que acusaron en falso sin pruebas a Lenna, pero no solo la intrusa, sino también algunos de los héroes. Y DOS... Dyre, siendo cortado por la mitad por Xi. La rabia empezó a invadirme. Pero debía mantener la calma. Pero los esfuerzos fueron en vano. Así que rugí, lo más alto posible.

- ¡¡¡YA BASTA!!! ¡¿ES QUE NO OS DAIS CUENTA DE LO QUE HA PASADO?! ¡ESTAMOS ENFRENTÁNDONOS LOS UNOS A LOS OTROS SOLO PORQUE LENNA HA HECHO ¿QUÉ?! ¡¡¡NADA!!! ¡¡¡PELEAR POR SU PUTA VIDA!!! - me había dejado la garganta en el rugido, pero lo que le siguió me la agravó más - ¡¿VES LO QUE SE CONSIGUE SIN PRUEBAS, XI?! ¡QUE NOS ENFRENTEMOS LOS UNOS A LOS OTROS! ¡¿PUES SABÉIS QUE?! - digo, pisando todo lo fuerte que me permiten mis piernas humanas - ¡¡¡A LA MIERDA!!! - y me dirijo a la puerta del comedor - ¡APARTAD, PUTOS CHINOS!

Harry Garfio mantuvo su posición, sin perder aquella frialdad , las pobres provocaciones de aquel guardia no lo afectaban y permaneció en su sitio no pensaba ceder terreno y se centraría en defenderse de los ataques, Xi solo necesitaba una excusa para tener pruebas contra nosotros y eso es algo que no tendrían, esos chinos entraron sin pruebas acusándonos falsamente usando como no la intimidación, pero la verdad ya empezaba a cansarme, podría arrancarles sus lenguas insultantes con mi garfio y así mudos no hablarían más, era una opción, pero por ahora me limitaría a defenderme, ellos atacaron primero yo solo me defendería y defendería a mis amigos, y no tendría dudas en eso.

Lyana grita de pronto: ¡Es ella! ¡ Ha sido ella!

Mientras señala a una chica que tenia cierto parecido con Lenna o al menos al observarla podía intuirse cierto parecido con ella, no era que fueran iguales, pero si que tenían cierta esencia similar

Lyana concentra su magia dispuesta a actuar contra la chica, pero esta la mira directamente y sonríe lo que hace que Lyana se desconcentre y su magia se descontrola haciendo que caiga sobre si misma, el agua de los aspersores anti incendios caía y se convirtió en pequeñas gotas de hielo a su alrededor que le provocan algunos pequeños cortes en la piel nada grave, pero si que eran dolorosos.

Al mismo tiempo una especie de pulpo cocinero extraño hace su aparición en el comedor, el Guardia que estaba luchando contra la anterior invocación de Feyre termina golpeando con fuerza a la criatura y haciendo que se desvanezca, pero en esta ocasión tiene delante a aquella criatura de aspecto tan peculiar el guardia y el pulpo empieza a luchar, el guardia apenas puede mantener el ritmo pero al menos por el momento parece que puede hacerlo aunque es solo cuestion de tiempo que pierda el combate si no sucede nada mas.

Feyre por su parte tras hacer algunos gestos para lanzar un hechizo que no puede se encarama a Xi esto hace que la guerrera no sea capaz de terminar su ataque ascendente dando algo mas de tiempo a Rene y Lythia los cuales parecían ausentes a lo que les rodeaba, el iba transformándose mientras ella le envolvía en sombras, la transformación del príncipe estaba cambiando, haciéndose mas oscura, mas intensa y mas terrorífica sin duda. El príncipe se irguió ante una sonriente Xi que tenia a Feyre encaramada, el ataque del príncipe fue rápido, pero Xi no era ninguna aficionada, sus años de entrenamiento hicieron que interpusiera su arma ante la garra del príncipe, la fuerza de Rene era sin duda mayor en su estado de bestia, pero Naila aporto la fuerza que era necesaria para lograr a Xi aguantar el ataque, la asiática observa y asiente con aprobación a la de Agrabah

Rápidamente Rene lanza un mordisco contra la asiática, la cual empuja con fuerza a Naila, haciendo que la chica debido al agua en el suelo se deslice un poco, Rene sigue con su ataque y fue cuando este sintió que mordía algo, tenia a Xi a su lado, pero la china no parecía estar lamentándose, mas bien estaba sonriendo, Lythia que era la que estaba mas cerca pudo ver en primera persona lo que paso, sin embargo, había alguien mas muy cerca aproximándose a gran velocidad con la intención de salvar a Feyre de Xi, aunque según llegaba pudo ver claramente como Rene había mordido con fuerza, con la fuerza de una bestia, pero no lo que el pensaba, Xi en el ultimo momento se agacho bruscamente y consiguió deshacerse de Feyre, el hada había sido la victima del príncipe, la pequeña Feyre fue mordida con fuerza por el príncipe, el dolor que sintió Feyre fue indescriptible para ella, nunca antes había sentido algo igual pero quizás no solo el dolor también el miedo, la oscuridad ya que Feyre estaba dentro de la boca de Rene y Lythia en primer plano y los demás que miraran podían ver como las alas de Feyre caían al suelo al tiempo que las criaturas que el hada habia invocado se desvenecian, Xi dice mientras coloca su arma:

- ¿Asi es como proteges a tu gente?

Tras lo cual lanza su ataque con una mirada de autentico enfado y concentracion, Rene siente como la espada de Xi se clava en su brazo a la altura del hombro, las sombras de Lythia en el punto donde toca la espada desaparecen y el arma corta el brazo del príncipe mientras Xi dice: - Os lo dije antes... mi espada anula la magia.

Rene siente un dolor como nunca antes había sentido, el chico no puede evitar gritar lo que hace que una muy mal herida Feyre caiga al suelo desde su boca, con dos heridas sangrantes en la espalda, sin embargo, cuando esta a punto de caer al suelo algo blando la recoge, es la mano de Dyre. Y en ese instante Naila lanza un contrataque contra Rene interponiendose la sombra que Lythia habia invocado con anterioridad, no siendo lo unico que detiene a la princesa ya que en ese instante algo agarra a Naila de la cintura apartándola del lugar y tirándola al suelo cuando Lythia grita a Naila Xi se incorpora diciendo a sus hombres: - Proteged también a la de Agrabath… tu hija de la oscuridad serás la siguiente-  Y Naila puede ver como el guardia que habia estado antes luchando contra el pulpo invocado por Feyre se aproxima quedandose en posicion de guardia protegiendola mientras dice: - Alteza, vamos, la pondre a salvo

Robert al mismo tiempo por su parte lanza un par de sillas contra el guerrero que estaba luchando contra Harry y Neva, esto fue lo que dio la ventana a Neva para moverse y dirigirse a donde el que parecía ser el enfrentamiento principal se estaba dando. Al mismo tiempo que Garfio seguia intercambiando ataques con el guardia de Xi, este poco a poco parecia ir ganando terreno: - Parece que tu amiguita te ha dejado al final solo pequeño grumete

Pero como si aquellas palabras tanto las dichas por Lythia como las dichas por Xi y seguramente lo que le había sucedido a Feyre hicieron que Neva se lanzara contra Lythia, la hija de Peter Pan era una hábil guerrera y quizás el hecho de volar, el hecho de empuñar el arma de su padre, el ver el ataque a sus amigas y ver a Feyre ensangrentada sin alas y cubierta por su propia sangre por culpa del enamorado de Lythia le dieron la fuerza para lanzar un ataque contra la hija de Maléfica, la chica siente como la hoja de la daga se introduce en su piel, en su abdomen, Neva siente como la sangre de Lythia gotea por su arma, manchando sus manos tiñéndolas de roja, el mismo color que envolvía a Feyre y que salía con fuerza del brazo de Rene y en ese instante un golpe seco en su costado que le hace caer al tiempo que su arma sale del cuerpo de Lythia, la sombra de esta le habia golpeado con fuerza y se disponia a continuar con su ataque a una tirada en el suelo Neva.

Lenna seguia luchando con el guardia y a duras penas podia mantener el ritmo del hombre que en cierta forma parecia observarla con cierta admiracion, Viana por su parte habia estado sanando al profesor el cual parecia mas recuperado y es ayudado por Viana a ir al lugar que Robert habia preparado como parapeto y pequeña base

Y entonces algo sucedió, un rugido, uno que hizo que la sangre de prácticamente todos se helara, haciendo que los combates se detuvieran por unos instantes, era Zaria: 

- ¡¡¡YA BASTA!!! ¡¿ES QUE NO OS DAIS CUENTA DE LO QUE HA PASADO?! ¡ESTAMOS ENFRENTÁNDONOS LOS UNOS A LOS OTROS SOLO PORQUE LENNA HA HECHO ¿QUÉ?! ¡¡¡NADA!!! ¡¡¡PELEAR POR SU PUTA VIDA!!! - me había dejado la garganta en el rugido, pero lo que le siguió me la agravó más - ¡¿VES LO QUE SE CONSIGUE SIN PRUEBAS, XI?! ¡QUE NOS ENFRENTEMOS LOS UNOS A LOS OTROS! ¡¿PUES SABÉIS QUE?! - digo, pisando todo lo fuerte que me permiten mis piernas humanas - ¡¡¡A LA MIERDA!!! - y me dirijo a la puerta del comedor - ¡APARTAD, PUTOS CHINOS!

El mordisco que René lanzó para Xi acabó de la peor forma posible. Fue Feyre quien acabó atrapada y herida dentro de las fauces de la Bestia. Naila por su parte había intentado atacarle, siendo para el príncipe más que evidente su inquina, y su traición. ¿Qué se podía esperar de una rata callejera como ella? La ambición la movía. Se lo había dejado claro en su duelo en las pistas. Esa sería la última vez que confiara en ella. 

Pero lo que realmente dolió fue lo que vino después. El tremendo corte de Xi, cortando su brazo como si fuera un atún japonés. Cortando músculo y hueso. El príncipe dejó escapar un alarido horrible, apenas manteniéndose en pie. Su otra zarpa se movió por instinto, intentando atacar, o mantener el equilibrio. No llegó a atacar, y de su boca emergió una Feyre destrozada por sus colmillos.  

Solo había una cosa en la que René podía pensar, en esos breves segundos de conciencia antes de desplomarse al suelo ensangrentado. Lythia. 

-¡¡¡GRAUUUHHHRRRR, GHRRRR, SIMBA!!!

La sangre tibia deslizándose por su abdomen no le importaba. Ni el ardor punzante que subía como fuego desde la herida. Lo único que Lythia podía ver era a René, con el brazo colgando, la carne desgarrada por la espada de Xi, las sombras disipándose en el contacto con esa maldita arma. Su grito la había atravesado más que la daga de Neva.

—¡René! —jadeó, con el rostro empapado entre sudor, agua helada y desesperación.

Ni siquiera miró a Neva, sola una orden silenciosa a su doble de sombras para que la chica no vuelva a atacarle. No le dedicó odio, ni furia. Solo había algo más urgente, algo vital. Su príncipe.

Las sombras que aún obedecían a su voluntad se alzaron como si hubieran sentido el mismo miedo que ella. Con un gesto desesperado de sus dedos, Lythia las invocó para cubrirlos. Una niebla espesa, oscura, mágica, se extendió por el comedor como una cortina viva, ocultándolos de miradas hostiles, incluso del juicio de Xi, incluso de las consecuencias.

Lo haré por ti, por nosotros... Pensó al escuchar la palabra Simba.

—Aguanta —susurró ella, sus alas negras abriéndose con un chasquido brutal, mojadas por el agua y cubiertas de gotas carmesí que no supo si eran suyas o de René.

Lo tomó con fuerza, con decisión, con el amor crudo y feroz de quien ya no teme nada. Lo alzó, como si su propio cuerpo herido no importara, como si pudiera con el peso del mundo si eso significaba salvarlo. Intentaron volar por los pasillos oscuros entre el caos, entre los gritos, entre el estruendo. Ella jadeaba, sentía que se desangraba, pero el temor no era por sí misma.

Era por él.

—No te mueras, por favor —murmuró, con un nudo en la garganta, empapada en llanto sin lágrimas—. No ahora… No cuando por fin… cuando por fin era real.

Sus alas se esforzaban, cada aleteo era un grito en su espalda. El dolor del corte de Neva se expandía, pero no cedía, porque ella no iba a ceder.

La enfermería ya estaba cerca. Solo un poco más.

Un poco más y lo salvaría. Aunque tuviera que darlo todo. Aunque tuviera que morir en el intento.

Aquello tomó un cariz que la de Arendelle pensó que nunca podría llegar a adquirir. Tenían sus diferencias, sí, y era normal llegar a pelearse, pero la enviada China estaba completamente desaforada, dispuesta a matar a cualquiera que se interpusiera en su camino, fuera inocente o no. Eso no era propio de una heroína. Hasta ahora todo lo que habían hecho era defenderse, pero los chinos habían seguido con el ataque obligándoles a algunos a dar un mal paso.

¿Dónde estaba la seguridad del centro? ¡¿Cómo podían dejar que aquello pasara?!

Algo la decía a la norteña que lo que estaba ocurriendo ahí era mucho más grande que de lo que parecía, y ya parecía bastante horrible. Si no habían venido los profesores y los guardias era porque estarían lidiando con algo que les impedía acudir. Tenía que ser eso, ¡DEBÍA creer eso!

Lyana estaba algo aturdida, tirada en el suelo, recorrida por un centenar de pequeños cortes que en sí no eran tanto pero que escocían muchísimo. Claro que no se podía comparar con las mutilaciones que estaba presenciando. Las alas de Feyre, quedaron cercenadas entre las mandíbulas implacables de la Bestia en la que se había convertido René. Pero ese mordisco había errado el blanco, era evidente. Su objetivo nunca fue la dulce hada. Las fuerzas del caos y del mal estaban liberadas y hacían estragos entre los que peleaban.

La fuente de aquel mal, o lo que ella había percibido como la verdadera culpable de todo, escapaba. Lyana dudó si seguirla, o seguirle, porque la había visto cambiar de forma, pero entonces fue testigo del brutal tajo que se llevó el brazo de la Bestia y su corazón se encogió de dolor al ser consciente de que, de no tratarse pronto, sería una herida mortal.

Había dos heridos más, de gravedad, o eso la pareció; el hada y el hijo de la reina de corazones. Feyre fue recogida rápidamente por Robert y Dyre... Era incapaz de ver su estado desde su posición. De todas formas ya sabía lo que tenía que hacer. Lythia y René necesitaban su ayuda, y Naila quizás pudiera calmar a la china si todos ellos salían de su vista.

Lyana gateó hasta donde estaba el brazo cercenado de René, lo recogió y salió corriendo detrás de Lythia. La alcanzó rápido pues ella no llevaba peso extra.

-¡Lyth un segundo! ¡Para! - tenía que hacerle un torniquete en el brazo para que no se desangrara. Usó su propia camiseta para hacerlo. - Ahora, ¡vamos!-

Lyana sabía que Lythia necesitaría su apoyo a falta de Zaria o Dorian y no iba a dejarla sola tal y como estaba. Mientras corrían hacia la enfermería, ella congeló el trozo suelto del brazo de René para que se conservara y se lo reimplantaran.

¡Dorian ¿dónde estás?! Se preguntó para sus adentros, aunque en su fuero interno esperaba que él hubiera ido a avisar a los profesores o algo así. Eso hubiera sido muy inteligente y sabía que él lo era.