Partida Rol por web

Una vez que nos hemos alejado del tipo de las cadenas Clara se suelta y para demostrarle que no pretendo hacerle nada me aparto respetuosamente un paso.

Escucho sus palabras y la respuesta de Eduardo. Ha sido muy conciso pero necesito intercambiar información, hay que explicarse un poco más.

Ehem . . . yo salí muriendo. Si es que eso es posible de algún modo porque tras lo que hubiera debido ser una segunda muerte lanzo una mirada de reojo a Eduardo aparecí en el cementerio tras una especie de pesadilla. Pude ver el fin de mi propio entierro así que no cabe duda que estamos muertos, por si a estas alturas alguien aún no se lo cree.

Cuando llegó el momento de morir una especie de desgarrón en el espacio me tragó y desaparecí de la celda. Pero no fui el primero, hubo otros antes. Había uno . . . muy agresivo. Ese atacó a otro preso y ocurrió algo extraño, el otro empezó a recuperarse pero luego desaparecieron los dos.

Miro a la muchacha con extrañeza en los ojos.

Yo soy Carlos y la cuestión es  . . . ¿como escapaste tu? Te llevaban presa fuera cuando te vimos por última vez.

Clara escuchó con atención las explicaciones de Eduardo y Carlos. Éste segundo se explicó mejor… por lo menos fue más detallado. ¿Así que, en esta “vida tras la muerte” en que se hallaban, si volvían a morir reaparecían en otro lugar? El “tipo muy violento” que le comentaban debía de ser Arturo. No le gustaba nada, era peligroso. Prefirió no decirles nada sobre él por ahora… tampoco sabía si ellos dos eran de fiar. Aunque no parecían demasiado malos.

- Yo… tuve mucha suerte. Me gustaría decir que sobreviví por mi misma, pero no fue así. Me encontré… con alguien que conocía, que había muerto hace tiempo. Me compró, para que no me forjaran. Ahora se supone que soy… “suya”, o algo así. El caso es que ahora puedo moverme con cierta libertad por este mundo, incluso en la “Ciudadela” esa…

Su expresión se entristeció y bajó la mirada.

 Escucho a Carlos sin añadir nada mas, no recuerdo haber "muerto" claro que no recuerdo nada después de coger la espada, creo que la que soltó Clara precisamente, y lo de después... bueno, la explicación de Carlos me sirve igual

-así que alguien te compro y ahora puedes moverte libremente. ¿eso significa que te han dado algún documento o marca que te identifica?¿Carlos y yo somos fugitivos? el palurdo ese del hospital no parecía desconfiar de nosotros ni nada, aunque no era un lumbreras precisamente-

-Si nos buscan me gustaría saberlo, y también si podemos ir a la ciudadela, aunque no me apetezca nada lo cierto es que poder hablar con otra gente no estaría mal-

Aunque haya sobrevivido lo cierto es que no tengo ni idea de que hacer con esta existencia, lo que es bastante incomodo

-No fue una pesadilla...- susurró la voz que había estado callada, la consciencia de Carlos, que era lo que parecía representar -...Es lo que haremos si no cambiamos, si no hacemos las cosas diferentes... si no empezamos a tomar nuestras sugerencias en cuenta...

-Porque ni siquiera estamos buscando a Claudia...- recita amargamente.

Estaba indignado. Salió de la habitación y regresó a la planta donde estaba Laura. "Jodida niñata con su vida perfecta, por mí está bien, que le den, no es mi problema..." pensaba mientras esquivaba a las personas para no ser atravesado y tener que desmaterializarse. Odiaba a la gente como esa pija, que se creían los dueños del mundo por haber sido afortunados... pero ahora, del otro lado... quizás debería enseñarle una lección, como en los viejos tiempos.

"No, no... prometí cambiar. Por Laura" piensa mientras reconoce la puerta nuevamente. Saca pecho, cómo si fuera a tomar aire. "No me voy a acostumbrar a este jodido dolor de atravesar puertas" dice mientras da un paso y llega al otro lado de la habitación con el dolor instantáneo y la sensación de haberse rasgado mientras atraviesa aquella estructura sólida.

Tardó unos instantes en recomponerse, buscando la cama de Laura de nuevo. Pensando que sería de su futuro ahora que... estaba muerto. Había sufrido una experiencia algo perturbadora en aquel extraño juicio, pero quizás había algo más. Quizás debía redimirse. Emitió (o intentó emitir) un suspiro. Tenía toda la eternidad por delante, después de todo, no podía morir... no podía caer más bajo. Pero quizás si podía ayudar a aquellos que había hecho daño. Quizás así podría salir de allí e ir a... a lo que fuera que hubiese más allá.

"Al menos esto no es el jodido infierno... espero..." pensaba mientras se acercaba a la cama donde reposaba Laura.

No me jodas. En esa pesadilla Claudia sufría. Le hacíamos daño, tanto el tipejo estudiante como mi otro yo. Y eso no lo puedo soportar. Claudia es lo mejor que me ha pasado nunca, no pienso hacerle daño. No quiero hacerle daño. No permitiré que nadie le haga daño y si soy yo quien se lo hace tampoco lo permitiré. Seguro que ese daño se lo hiciste tú. Ese otro yo que vi debías ser tu, maldito entrometido. ¿No es así?

Ahora puedes ayudarnos. ¿Qué has averiguado? Cuéntanos lo que sepas de esta nueva . . . ¿vida? Lo que sea. Y si puedes moverte libremente puedes averiguar lo que no sepas pero nosotros no sabemos ni si alguien nos busca.

Y de pronto me surge otra duda.

¿Por qué tenías que venir al hospital? Nosotros hemos llegado intentando descubrir algo más pero tu . . . ¿venías a ver a alguien?

- ¿Documento? No, no tengo nada de eso. Por lo que he observado de esa sociedad, no parecen necesitarlo. Supongo que son pocos y se conocen, aunque sea de vista, porque lo único que hizo mi "dueño" fue hablar con los legionarios que vigilaban la puerta y decirles que me había comprado, que me dejasen pasar. Pero no tengo ni idea de qué ocurriría si dos personas que no conocen, como vosotros, se acercasen por allí.

La verdad es que hubiese podido volver a la Ciudadela y preguntar a Gonzalo, pero seguía teniendo cosas que hacer ahí. Y no iba a marcharse sin intentarlo, no podía. Quizá ellos querrían ayudarla... o quizá la traicionaban, pero no le parecía que tuviesen mucho que ganar con eso. Así que decidió arriesgarse, de nuevo. Pero esta vez jugaría mejor sus cartas. Se volvió hacia Eduardo.

- Antes me has preguntado si estaba ahí para Segar. Por lo que he entendido, "segar" es el acto de ayudar a otros fantasmas a salir de una especie de placenta en la que todos estamos envueltos al llegar a este mundo. Luego venderlos para que sirvan de materia prima ya es otra cosa. Así que, sí, he venido a segar. - se volvió hacia Carlos, respondiendo a su pregunta - Mi amiga iba conmigo en el coche cuando... cuando hubo esa explosión que me mató. No quería que la segasen unos esclavistas, así que vine a buscarla, pero parece que no va a morir, está fuera de peligro por ahora. Pero aún hay cosas que quiero hacer aquí... La explosión que nos mató en el acto debió dejar decenas de heridos, y algunos morirán pronto. Quiero ayudarlos. Quiero ser yo quien les siegue, porque no quiero dejarlos en manos de los esclavistas que nos cogieron a nosotros. Yo no les aterrorizaré ni les venderé. Si pudieseis ahorrarle a alguien lo que hemos pasado nosotros, ¿no lo haríais?

Suspiró. No le gustaba "jugar sucio", pero necesitaba ayuda.

- El que me compró me contó cosas útiles sobre nuestra nueva existencia, y sobre la sociedad que tienen organizada aquí. Cosas, por ejemplo, sobre una voz en vuestra cabeza que probablemente ya habréis empezado a escuchar. Si me ayudáis a salvar a algunas personas de estos esclavistas, lo compartiré todo con vosotros, y hablaré con el que me compró para ver si puede hacer algo para que podáis entrar en la Ciudadela.

Se cruzó de brazos, esperando la respuesta de los otros dos, alternando entre uno y el otro con la mirada.

-Era yo. Y yo soy tú- respondió la voz con un tono seco. -Éramos nosotros los que le hacíamos daño. Nosotros- recalcó.

 La voz de Miguel suena ahora seca, casi razonable

-es cierto, esto no es el infierno, y no vas a morir. Entonces ¿por que quieres redimirte?¿de que servirá? ¿para sentirte bien? te sentirás mucho mejor si dejas de machacarte con remordimientos idiotas, tu sabes lo que tienes que hacer para ser el jefe aquí. Y lo primero sería vengarte de esa pija idiota que se cree mejor que tu. Si les dices a los esclavistas lo que ella quiere hacer se caerá con todo el equipo y tu empezarás a subir. Aquí los que mandan son los esclavistas, ese es tu lugar-

 Bufo divertido por la idea de Clara, resulta que es una idealista. Seguro que en vida era de Greenpeace o cualquier otra así, chavales que no se enteran de en la clase de mundo en que vivimos. Viviamos

-¿piensas montar una ONG fantasmal?¿espectros sin fronteras?. A mi no me gustan esos esclavistas, pero parece que dominan el cotarro y tienen esposas de esas de hierro negro. Hemos escapado de ellos no se ni como, y no pienso arriesgarme a que me atrapen otra vez-

Sin embargo sus últimas palabras hacen cambiar mi expresión, parece que sí sabe negociar después de todo, información es lo que necesitamos ahora, que solo andamos de un lado a otro perdidos

-quieres que te ayudemos a cambio de información vital para nosotros, muy lista. Pero vas a tener que detallar un poco mas lo que quieres de nosotros, y cuanto te tendremos que ayudar para que nos digas lo que necesitamos saber-

Hijo mío, ya sabes lo poco que me gustan estos jóvenes que quieren cambiar el mundo. ¿Vas a hacerle caso y a provocar tu propia perdición? ¿Realmente quieres enemistarte con los peces gordos, en lugar de seguir a tu aire?

El gato saltó sobre un radiador, cerca de Carlos.

Ja... Ya ves lo que les importa. Salvar vidas. Qué buena eres, Clara. Y mira lo que piensan de ti: estás loca. Eso o vas a aprovecharte de aquellos a los que Siegues. Sigue viviendo en tu burbuja, sigue. Dentro de poco recibirás un buen palo y entonces me escucharás.

Reflexiono un momento sobre las palabras de la muchacha.

Un momento bonita. El tipo de ahí afuera llevaba cadenas y no venía de la ciudadela, habló de un tal Domingo. Si hacemos algo aquí que específicamente nos ha dicho que no hagamos ¿como crees que va a reaccionar? Llamará a sus amiguitos, traerán más cadenas y acabaremos mal. Corriendo, atrapados o quién sabe que.

Desde luego lo que dices suena muy bien pero implica un riesgo. No quiero de pronto convertirme en un paria perseguido por todos así que deberías venderte con algún buen motivo para hacer eso que quieres hacer, con ideas de como vas a evitar que te descubran y con garantías de apoyo que ahora mismo quizá tengas tu pero nosotros no.

Clara puso los brazos en jarras, frunciendo el ceño. El egoísmo era el motor de casi toda la gente en vida, y al parecer lo seguía siendo tras la muerte. Para ella era una máxima vital el que a veces hay que arriesgarse por hacer algo bueno. A veces hay que abandonar la comodidad del propio sillón para cambiar lo que no nos gusta. De no ser por su enfermedad, Clara estaba segura de que al terminar la carrera se hubiese apuntado como voluntaria para Médicos sin Fronteras, y viajar a algún país subdesarrollado para salvar vidas... y de hecho se había plantado muchas veces hacerlo de todos modos, a pesar de su problema. Pero no podía asumir que todo el mundo estaría dispuesto a las mismas cosas que ella.

- Escuchad, mi supuesto "propietario" no me dijo nada de que no se pudiese segar. No me habló de que hiciese falta una licencia, ni nada parecido. Las leyes de su sociedad no les dan a esos esclavistas el monopolio y, si nos hacen algo, puede tener consecuencias. Me dijo que si alguien intentaba algo, le dijese que soy propiedad de Gonzalo Hernández, que trabaja en las forjas, y que si tratan de hacerme daño él les denunciará a las autoridades. Si os dicen algo, usado esa excusa vosotros también. No creo que puedan comprobarlo sin ir hasta la Ciudadela y volver.

Entonces recordó algo... algo que le había dicho su tío, por si encontraba a Loreto y podía segarla antes que los esclavistas.

- Mirad... mi "dueño" es... bueno, era... o sigue siendo, no sé cómo referirme a él ahora... da igual. Es mi tío, es familia. Quiere ayudarme. Me ha dicho que, si encontraba a mi amiga y la segaba yo antes que los esclavistas, él la compraría y así nadie la echaría a las Forjas. Puedo pedirle que os compre a vosotros también... así podréis moveros libremente por la Ciudadela, y él no os tratará mal. Puede que tengáis que trabajar para devolverle el dinero que le cueste compraros, pero si es así, yo trabajaré también para ayudaros a saldar la deuda.

Se quedó un momento en silencio, pasando la mirada de uno al otro, antes de terminar.

- Pero, si voy a hacer todo eso, que sea por una buena razón. Demostradme que merecéis el esfuerzo y los posibles problemas. Ayudadme con lo de los esclavistas... o apañáoslas solos. Y siento poneros prisas, pero tenéis que decidir YA. Cuanto más tardemos, a más gente inocente pueden estar segando.

Una idealista, ¡que encanto!

Me quedo mirándola unos segundos, reflexionando.

De acuerdo, cuenta conmigo. No importa si mis motivos son egoístas o no, jugaré a tu juego. Ya verás que divertido será, una idealista, un utópico y un piloto de fórmula 1. Si es que te apuntas, mi querido asesino.

Sin esperar su respuesta tiendo la mano en señal de acuerdo hacia Clara.

No se si lo dije antes, soy Carlos.

Nos ha jodido la niñata. No solo acepta la esclavitud sino que la alienta, debería mandarla a la mierda pero ha dicho algo interesante. Si los segamos nosotros podemos hacerlos libres y cuantos más libres haya menos poder tendrán los esclavistas ¿no?

Un grano no hace granero pero podría ser un primer paso hacia la anarquía y todavía no he tenido que comprometerme a que me marquen como una res. Vamos allá.

 -todos los dias muere gente, no veo la necesidad de correr riesgos innecesarios por las prisas-

No acabo de entender lo que dice Carlos, aunque supongo que lo de la formula 1 lo dice por mi, que simpático

-¿y que dicen esas leyes de que me marche a mi casa y me dedique a asustar a los nuevos inquilinos? suena divertido y menos peligroso que lo que tu propones-

no es cierto, suena estúpido y aburrido, y no parece que pueda asustar a los vivos de ninguna forma, y la información de Clara, o de su tio mas bien, me ayudará bastante si quiero sobrevivir en este mundo de locos

-bah, te ayudaré, pero no te creas que es algo definitivo-

Lo de que Carlos se refiriese al otro como "asesino" no le hizo ninguna gracia a Clara. ¿De veras era eso? ¿un asesino? Tomó nota mental. Ahora no era ni el momento ni el lugar, pero lo averiguaría, vaya que sí. Se volvió hacia el tal Eduardo.

- Siento arruinarte el plan, Beetlejuice, pero eso sí que me lo han dicho y han insistido mucho sobre el tema: interactuar con los vivos, o intentarlo siquiera, está prohibido. Lo que no sé es por qué. Pero dado que probablemente ninguno de nosotros ni nadie que conozcamos ha recibido visitas de un fantasma, debo suponer que las "autoridades" se esfuerzan en hacer cumplir esa ley.

Estrechó la mano de Carlos, sonriendo. Contar con ayuda haría las cosas mucho mas fáciles que tener que entrar ahí dentro sola. Miró hacia la esquina tras la cual estaba la entrada a urgencias y su guardián.

- Bueno, ¿cómo lo hacemos? La verdad es que no necesitamos entrar por la puerta que ese tipo custodia... podemos limitarnos a atravesar las paredes.

 Bueno, si esta prohibido es que de algún modo es posible, habrá que pensar en ello. De momento vamos a lo que tenemos delante

-no, nada de cruzar paredes, según vamos haciendo eso nos volvemos menos mmm corporeos. Carlos y yo antes estábamos como si nos fuera a llevar el viento en cualquier momento. De todos modos conozco el hospital y estos sitios no los hacen precisamente con una sola entrada. Seguidme, encontraremos otro camino-

Me voy decididamente por otro lado haciendo memoria de otro modo de entrar en urgencias