Partida Rol por web

Tras dar vuestras armas a Hugh, caminais escoltados por uno de los golems a la mansión. En la entrada os hace esperar un sirviente mientras el golem os dice:

-Esperad aquí, voy a llamar a Sandro y os diré si podeis pasar.

Al rato vuelve y le hace una seña al sirviente. El golem se va otra vez a la puerta principal, donde están vuestros amigos, el sirviente os hace pasar con una gentil expresión.

Nada mas entrar a la mansión. Os veis impresionados por el lujo con el que está decorada. Cuadros, alfombras, plata, oro por todas partes. Estos nombles son realmente muy ricos.

Os vais a la puerta de la izquierda, el despacho de Sandro. El sirviente os despide.
Sandro tendria unos cuarenta años, era un tipo bastante gordo, rubio y de aspecto grasiento y tenia la expresion de suficiencia de los que son asquerosamente ricos. Iba vestido con ropas de noble, pero los dos Pumas que estaban con él vestian buenas armaduras y encinchaban decoradas espadas.

-Y bien señores, qué desean.- Dijo Sandro con voz de niño.

Al admirar la mansión por dentro, Hahan no podía llegar a imaginarse como alguien podía vivir tranquilo ante tanta riqueza, debería miar siempre a sus espaldas y tener ojos en cualquier lugar, estaría constantemente acechado, eso era una vida de la cual no quería ser partícipe, al fin y al cabo se apenaba por esas personas que debían contratar a gente ara su protección.

Les hicieron pasar a ver a Sandro el cual mostraba una seguridad impresionante, tal vez por que iba bien acompañado o tal vez la experiencia obtenida durante tantos años, por lo tanto no habría que tomarle a la ligera.

 - Bien señor Sandro, ya sabrá quienes somos y por que estamos aquí, verdad? No creo que lo ignore, no aparenta ser persona que no sepa lo que ocurre a su alrededor, así que dígame señor, como podemos solucionar sus problemas?

Sandro os mira con cara extrañada, luego uno de los Pumas se le acerca y le susurra algo al oido. La cara de Sandro se pone mas seria.

-Ah... otra vez venis a por lo de ese manco... Pues os repito lo que le dije a él! No voy a pagar esa bebida! Estaba caliente! Gracias a ese estúpido que me dió los vinos y las cervezas calientes fui abochornado en mi fiesta!! En mi propia casa!! De ninguna manera voy a dar un duro por ella. Y ahora largaos de mi propiedad!!

Dijo Sandro atropellando las palabras.

Shekaroth interviene aún arriesgando empeorar más la situació, pero por intentar que no tuviesen que llegar a las manos (cosa que parecia bastante inevitable)

-Señor Sandro, tanto a usted como a nosotros no nos interesa tener más problemas de los que ya tenemos, así que seamos razonables y pague su deuda aunque después no vuelva a poner un pie en esa taberna. Una vez dado los que debe nos iremos tan tranquilos y dudo que nos volvamos a ver y podrá estar más por sus negocios, sin nadie que le moleste por nuestra parte.

Sandro estaba poniendose aún más impaciente.

-Mirad, escoria! Podeis hacer dos cosas, largaos de aquí inmediatamente por vuestro propio pie, o salir en trocitos!

Los pumas guardaspaldas llevan sus manos a las empuñaduras de sus espadas.

La impaciencia se mostraban en el rostro de Sandro y eso no era bueno para la situación en la que nos encontrábamos, si teníamos que luchar no sería una muy buena posición en la que estábamos.

- Señor Sandro no debe usted alterarse ni ponerse nervioso, estamos aquí para solucionar el problema, no queremos que nadie salga herido, sabe usted tan bien como yo, que si no acaba pagando lo que debe, se verá abordado por verdaderos problemas... Que no somos nosotros, a quien debe dinero tiene suficientes medios para que usted acabe pagando lo que debe o haciéndoselo pagar a la fuerza, nosotros estamos aquí para ser diplomáticos, si se niega rotundamente, nosotros daremos el informe y ya está, pero se deberá preparar para lo que después venga, y que conste que lo mío no es una amenaza sino un consejo, se de lo que es capaz ese hombre por dejar bien alta su reputación y es capaz de gastarse mas de lo que le debe en conseguirlo...

En la mente de kahan  mientras hablaba con el señor Sandro, se le dibujaba la silueta de Ur Khan, debía comunicarse con el de inmediato pues no creía que las cosas salieran como el quisiera, con las manos a la espalda hizo los movimientos arcanos necesarios para el hechizo de telepatía funcionase, enseguida noto como la energía de la magia recorría todo su cuerpo para centrarse en la imagen que tenía plasmada en le mente, el hechizo había sido realizado ya podía conectarse con el.

- Atento Ur, soy Kahan, las cosas por aquí andan mal, y creo que al final nos veremos obligados a utilizar la fuerza, así que haced lo posible para entrar y estar con nosotros cuanto antes...

Kahan enseguida desechó la imagen de Ur para poder utilizar algo del hechizo he intentar confundir a los gólems de la puerta, tal vez funcionaría. En su mente empezó a dibujarse el gólem que en la puerta pareció tomar la iniciativa, y cuando el poder que quedaba del hechizo penetro en la imagen estaba preparado para comunicarse con el, o al menos es lo que Kahan creía.

- Soy vuestro señor Sandro, os ordeno que dejéis pasar a los individuos que tenéis plantados a las puertas, si no queréis que tome represalias contra vosotros, inmediatamente!!!- La voz la intentó poner algo ronca para que no se le reconociese, no sabía si funcionaría pero debía intentarlo, enseguida el hechizo se disipaba y ya estaba ejecutado...

Sandro se levanta de la silla cada vez más enfadado.

-Bueno, a qué esperais?? Fuera de mi casa!

En el momento que Kahan intenta invocar un hechizo del sueño, los pumas reacciónan a una velocidad de vertigo, atacando uno a cada uno. Desgraciadamente, Shekaroth recibe una dolorosa herida en la pierna derecha. Estos guardaspaldas parecen bien entrenados, igual o más que chorizo es su amo.

GUARDIAAAAAAAAAAS!! CAPTURADLOS!!

-Malditos bichos!! - maldice Shekaroth al recibir la inesperada herida. Intenta reaccionar y atacar con su bastón (si es que coló a la entrada como una no arma). En el caso que no le hubiesen permitido la entrada con él, intenta sacar la daga escondida en una manga, y si fuera el caso de que no pudiese porque no la pudo entrar, pues....

Kahan reprimió un quejido al fallar el hechizo de sueño, no lo esperaba así y eso hizo que les pillasen por sorpresa los ataques de los pumas, en el último instante pudo esquivar el golpe no así su compañero, debía intentarlo de nuevo o se verían en serios problemas, con movimientos rápidos empezó a ejecutar el conjuro con precisión y certeros, después con voz gutural y casi en un susurro pronunció una palabra inteligible para los demás.

Uno de los pumas cae al suelo dejando sus armas en el aire al producirse el efecto del  hechizo de Kahan, pero el otro consigue clavar su espada en la pierna herida de Shekaroth, dejándole a éste fuera de combate inconsciente.

-Vas a morir tú tambien pequeñajo!!- Dice el gordo Sandro a Kahan al ver cómo cae el sanador, mientras saca un cuchillo del cajon de su escritorio.