Partida Rol por web

Intenté matar al zombie pero antes de conseguir alcanzarle, me vi sorprendida por un gran golpe. Sin tiempo para reaccionar, me vi volando por los aires y rodando por el suelo del cementerio. Todavía un poco aturdida, contemplé cómo terminaban con los dos zombies.

Me levanté y eché a correr hacia Jake, que afortunamente, había conseguido esquivar al zombie. Aunque no lamenté la muerte del inquisidor, no le habría deseado aquella muerte más que a mi peor enemigo. Apartando mi mente del cadaver carbonizado de Alexander, miré mis opciones. Concentré mi ataca en Rimmon, por ser la más próxima. Esperaba poder llegar hasta ella, en cuyo caso, atacaría a Skadhi.

Después del golpe con la lápida me precipité contra el zombie, atravesé el lugar esquivando otras tantas lapidas, y cuando le iba a dar su justo descanso al no muerto, desapareció, era el colmo, ni con eso me dejaban desquitarme, pero ahora solo quedaba un solo objetivo y lo más probable es que todos le atacaran, si eso pasaba su escudo caería, en especial con las muestras de poder que habían demostrado los demás, y todavía sentía un poco de energía para asestar un gran golpe, después nos encargaríamos de ver qué hacer con los otros, que al parecer también se pelearían entre si después, o ya habían iniciado con confianza de que el ángel caído ya no podía hacer nada.

Con esto en mente fui a plantarle cara y asestarle el golpe más doloroso que haya sentido nunca y de paso un ligero bronceado con flama directa.

Rimmon había sentido el golpe y Erika se dió cuenta de que era el próximo objetivo, sue scondite ya no la cubriría del angel caído. Por lo que se preparó para esquivar el ataque, sacando un cuchillo por si se le presentaba la oportunidad de hacer un buen tiro.

Max después de cargar por largo tiempo sus energías mágicas las lanzó en una gran bola de energía, la cual logró esquivar por poco el ángel caído, recibiendo un poco de heridas. De la misma forma fue el gran ataque que intentó hacer Edmun, un ataque espectacular, pero la mujer se cubrió con la espada del a misma forma que Edmun atacaba, recibiendo solo un pequeño corte en la mano. Rimmon se veía cada vez más cansada y herida. Rimmon maldijo y levantó sus alas al vuelo, comenzando a recitar;

O magna vis venti citius fiat mihi copia luminis, quod radii solis neque pervenire valeant me

Luego de eso, el aura que tenía antes se intensificó muchísimo, haciendo que toda la luz que antes tuviera, ahora simplemente era algo que se podía notar incluso en medio de la noche, como una luz que la cubriera en su totalidad.

Erika por su parte sabía que ahora ya no tenía nada de que esconderse. Su ataque anterior había dejado a Rimmon en malísimas condiciones, y ahora solamente le quedaba prepararse, por lo que apuntó justamente en medio de los ojos de Rimmon, sin perderla de vista. Duncan por su parte intentó concentrarse de nuevo para mantener su sacred gear, pero este se deshizo de la nada, dándole un gran dolor de cabeza, provocando que ahora Duncan fuera probablemente incapaz de volver a usar su sacred gear a lo largo del día, por lo que lo único que hace es desenvainar el cuchillo que traía en caso de que su espada le fallara.

Angela, con una gran pena embargándola, siendo que ella debería estar en una biblioteca y no en combate, y más encima viendo como su compañero está muerto, intentó disparar, pero el disparo salió muy lejos, por lo que Rimmon se rió y recordó su posición para luego atacar a Angela más tarde. Gabriel notó como su enemiga se volvió mucho más fuerte, y parecía que sus ataques costaría mucho más que funcionaran, miró a todo el resto y les dijo;

-¡Tengan mucho cuidado! ¡El aura que desprende su hechizo se ve espectacularmente fuerte! –

Dijo, mientras tensaba sus músculos, preparándose para enfrentarla nuevamente cuando bajara del aire. Por su parte Sumire, había sido azotada por el zombie y lanzada a volar al pasto, pero ella no se intimidó, y observando que había quedado cerca de Skadhi, ahora que Rimmon se encontraba en el aire, atacó a la chica de pelo negro, observando como dentro de la cueva estaba la chica de pelo rosado que había visto antes encadenada a una estatua. Sin embargo, cuando Sumire la atacó con el cuchillo que le había entregado Gabriel, falló completamente, pues Skadhi la esquivó sin problemas.

Rimmon, viendo con antelación el espectacular disparo que preparaba Jake, pero sabiendo de antelación sus palabras, logró esquivar justo a tiempo el disparo de este sin problemas, ya que de otro modo el disparo la habría rematado de una vez por todas. Por otra parte Hitsagaya nuevamente se quedó con las ganas y la fuerza de sus puños en estos al ver que Rimmon quedaba volando, fuera de su alcance. Por su parte Skadhi se preparaba lanzar un conjuro sobre Sumire, para lanzarle una ráfaga de fuego igual que lo hizo antes, pero ahora debido a que Sumire se encontraba encima de ella esta se veía incapaz, por lo que no logró hacer su conjuro.

- Joder... - Dije instintivamente cuando observe que la angel caido aun seguia viva pues aunque sabia que quizas, no la acabaria con mi ataque probablemente los demas aprovecharian esta oportunidad para eliminarla, aunque al parecer estaba equivocado y esta ahora se habia fortalecido aun mas que antes...

- No creo que pueda reunir tanta energia como antes en tan poco tiempo, ademas el dolor provocado por las heridas me desconcentra lo mejor que puedo hacer es reducir el numero de enemigos. - Al pensar eso mire instintivamente a la chica que habia carbonizado al inquisidor de antes con un poco de suerte puede que mi ataque o el de la otra chica junto a ella la acabara.

Decidi atacar a aquella chica justo como acababa de pensar por lo que rapidamente use mi energia sobrante y le apunte, al hacer esto le grite con todas mis fuerzas a la inquisidora que estaba frente a ella:

- ¡Cuidado! - Entonces de la misma manera que en el ataque anterior lance una llamarada carmesi hacia mi objetivo.

Erika Sonríe al ver que Rimmon se distrae de ella permitiéndole aprovechar la situación y apuntar bien su disparo. Se afirmó sobre el suelo mientras Jake realizaba su certero disparo, y en el instante en que Rimmon se movía para esquivar el disparo, lanzó un cuchillo directo al cuello de su objetivo.

Esquiva esto...

Murmuró mientras miraba fijamente a la criatura.

¡No me jodas. Baja aquí y pelea, ángel cobarde!

Ya me estaba colmando la paciencia asi que decidí acabar con esto, una vista rápida al terreno, observando la posición de los aliados y los posibles vectores de sus ataques me permitirían calcular hacia donde esquivaría y con las lapidas dar un salto hacia ella para por fin golpearle.

De esta si no te escapas

Hitsagaya, es una acción por turno, por lo que en este turno solo se contará la ventaja que haces del terreno

Ok, me emociones porque todas las toradas salieron bien, lastima, lo siento.

Como tu sacred gear es de acción libre, este turno se prenderá, y con la ventaja que has hechos tendrás una ventaja más de +4, ahí lo verás todo cuando responda de nuevo, pero por lo demás te respetaré esas dos tiradas que mencioné antes.

Estaba seguro de que el disparo iba a dar de lleno a Rimmon y cuando el angel caído pudo esquivarlo, aunque fuera con dificultad, solo sirvió para llenarme de frustración. -Mother Fucker!- grité inconscientemente con todo lo que la garganta me permitió.

De todas formas no iba a detenerme ahora, así que antes que nada corrí hasta Sumire, para ayudarla y cubrirla si fuera necesario -Ten cuidado, por favor- grité mientras ella cargaba contra Skhadi, mientras tanto comencé a disparar nuevamente contra mis enemigas. Mientras más rápido terminaramos, mas rápido iríamos a casa.

Frustrada, me eché atrás y evalué la situación. Tras unos segundos, volví a la carga. Esta vez decidí coger el cuchillo con más fuerza y acercarme a la chica por un lado, corriendo en zig-zag intentado esquivar cualquier ataque. 

- No te preocupes, Jake, lo tendré - le dije a Jake, mientras le dedicaba una sonrisa.

Max observando la situación decidió lanzar su bola de fuego carmesí directamente sobre la mujer que había matado al Inquisidor. Sumire se movió justo para ver como esta bola de un fuego extraño le llegaba a la chica, pero esta bola chocaba con una especie de círculo de características mágicas, quemándolo poco a poco hasta que no quedara nada de él, parecía que entre lo que había logrado era disolver aquél conjuro. Edmun por su parte corrió hasta una lápida y dando un gran salto, logró llegar hasta el lugar donde estaba volando Rimmon. Ella se sorprendió por esto e intentó esquivarlo, pero no lo logró, recibiendo un gran corte por parte de Edmun en el pecho, dejándola bastante mal herida. Su cuerpo se encontraba lleno de heridas, y ahora estaba sangrando profusamente de su nueva herida.

Rimmon decidió que acabaría otro enemigo, y fijando su atención en Angela y su mala posición, en un solo vuelo bajo a una velocidad impresionante, y volviendo a subir como si se tratara de un águila, levantó a Ángela por los aires, para finalmente atravesarle el pecho con su estoque y finalmente dejarla caer, rompiéndose la espalda y los huesos al caer sobre una lápida, completamente muerte. Otra baja más en el lugar. Justo cuando ella parecía haberse recuperado con su ataque, llegó un cuchillo que se alojó justo en su corazón, que la hizo aletear un par de veces, antes de caer al piso, en un charco de sangre. Erika le había dado sin problemas, provocando que muriera con la daga en su corazón.

De la misma manera, Skadhi vio como moría la persona que la ayudaba, sintió que las esperanzas dejaron su cuerpo. Duncan observó a Skadhi, y haciendo un esfuerzo insuperable, cerrando los ojos, sabiendo lo bella que era esta última, la ataco con una apuñalada directa a su corazón, acabando con su vida de forma rápida y sin dolor. El silencio había llegado al cementerio, con muertos y sobrevivientes, ya no parecían quedar más enemigos.

- Mas bajas... Es una suerte que no sean de mi grupo. - Fue lo que pense al terminar por fin esta larga batalla, sin embargo no habia ninguna garantia de que no comenzaria pronto otra.

Me acerque a Edmun y revise si el medallon todavia iluminaba hacia alguna direccion, queria asegurarme de que de verdad habiamos cumplido nuestro objetivo... 

Coloque mi mano sobre el hombro de Edmun y dije: - Revisare los cadaveres. - Y luego mirando con cautela a los extraños dije: - Esperemos que respeten el tratado... - al terminar mis palabras me diriji hacia los cadaveres de nuestros antiguos enemigos mientras lanzaba miradas furtivas hacia los extraños.

Al llegar examinaria de forma rapida y superficial los cadaveres por si tenian cerca algun libro como el que la antigua angel caido tenia, pues no tenia duda de que serian utiles en el futuro.

Al terminar de revisar tomaria el estoque de la ultima angel caido, lo enfundaria y luego volveria con el hacia donde Edmun, con la intencion de observar un poco mas la situacion.

Vi como los últimos enemigos caían, a la par que algunos más que parecían estar apoyando nuestra causa. Sentí lástima por ellos, aún sin haberlos conocido, pero me alegraba que no fuera ninguno de mis amigos. Agotada, me senté en el suelo durante unos segundos para recobrar el aliento. No había sido de gran ayuda, pero estaba segura que con el tiempo y un poco más de experiencia, podría hacer más cosas.

Miré a Jake a mi lado, y me arrodillé - ¿qué tal van tus heridas, te duelen? - Revisé que las heridas estuvieran bien después de la pelea. Los vendajes se habían movido y las heridas no tenían muy buena pinta, pero sobreviviría hasta poder examinarle mejor.

Luego, me acerqué a Erika para mirar también las suyas - ¿qué tal te encuentras?

Un chico que no conocía habló de un tratado, le miré sorprendida. Me volví a Erika y Gabriel - ¿De qué tratado habla?

Max está hablando del tratado de ''paz'' que hay entre las tres grandes razas, ángeles caídos, ángeles y demonios (aunque saben que hay una guerra fría de por medio)

Cuando vi como Rimmon caía al suelo muerta me voltte preparado para golpear al siguiente que se pusiera agresivo, pero al ya no haber nadie enojado golpee una lapida cuyo obvio resultado solo fue que me doliera- ¿cómo es posible que haya sido tan inútil es esta batalla?

Disimulando el dolor de mi mano me acerque a Max, sin dejar de ver a los inquisidores, pues todavía desconfiaba de ellos y debía protegerle de cualquier cosa si es que intentaban algo en lo que el revisaba los cuerpos, en el fondo esperaba que asi fuera, todavía quería hacer algo. –Apúrate Max, no confió para nada en ellos.

Todo había terminado y parecía que por fin podían irse a casa. Cuando Sumire me preguntó como estaba, me acerqué a ella y con dificultad me apoyé en ella tomándola de la cintura. -Estoy bien gracias a ti, pero incluso con tus tratados tengo que decir que me duele el cuerpo entero- no pude evitar reirme, estábamos en una situación que hace unos días hubiera sido imposible para mi.

La risa se apagó un poco al desviar la vista hacia Angela y Alexander. Ese imbécil finalmente había muerto y no me molestaba para nada, era un maldito inestable pero Angela... ella no merecía morir así.

-Quienes son todos ustedes? Y por qué nos juntamos todos en este lugar?- Esta última pregunta fue para Gabriel.

Max se acercó a Edmund y se dio cuenta que ya no brillaba el medallón, la misión por la cual los habían enviado parecía estar cumplida. Max decidió acercarse a los ángeles caídos a revisar, específicamente a el ángel caído, encontró su estoque. Por el acero observó que no se trataba de un arma común, además de que tenía otro libro oscuro, que parecía muy antiguo. Al revisar a la humana que estaba usando a los zombies en un principio encontró un libro mucho más nuevo y que no parecía tener mucho tiempo, y aparte de eso no logró encontrar nada más que llamara su atención. Edmun se acercó a quién parecía ser el jefe del otro grupo y lo miró y habló (a Gabriel);

-Pues parece que han venido por lo mismo… ¿Son de la Inquisición? –

Dijo, mirándolo. Sumire se sentó en el piso, cansada y a la vez que la adrenalina se le iba yendo poco a poco del cuerpo después de haber pasado por tantas cosas. Comenzó a hablar con Jake, y se dio cuenta de que en el pasar de los días Jake se encontraría en mejores condiciones, pero por ahora se encontraba normal, aunque ciertamente el golpe en la cabeza parecía haber sido bastante fuerte, por lo que recomendabas que fuera a hacerse un escáner para salir de dudas.

Erika y Gabriel se encontraban bien, por lo que sonrieron ante Sumire. Habían pasado la prueba y habían sobrevivido a un combate contra un ángel caído. Había habido bajas, pero de no ser por las otras…personas que había allí probablemente cualquiera de ellos podría haber muerto. Gabriel miró a Sumire y le respondió;

-Hay un tratado de no agresión entre los ángeles, los demonios y los ángeles caídos…aunque de partida nosotros no somos ángeles, ni tampoco pertenecemos a la Inquisición, y aquí se nota claramente que los ángeles caídos han tenido gran responsabilidad en el asunto. Las cosas se pondrán muy tensas. –

Dijo con seriedad. Se le había borrado la sonrisa y se dispuso a responderle al hombre que vestía como un ‘’maestro de artes marciales’’ con ropa e incluso una katana, parecía un anciano profesor de artes marciales. Gabriel lo miró y sacando un cigarro mientras se ponía a fumar respondió;

-No. La Inquisición murió con ese par de allí. Nosotros somos cazadores de brujas. Hacemos lo que creemos correcto. Ha sido bueno que al menos los mandaran a ustedes a intentar limpiar esto. Si no las cosas se habrían salido de control. Y de partida ya se salieron para que hayan enviado a varios grupos aquí. –

Dijo mirando a Edmun. Hitsagaya por otro lado se lamentaba no poder haber destrozado a ningún enemigo, pero aún tenía confianza después de haberle partido el pecho con un puño de fuego a su enemigo anterior hace un tiempo más atrás, aunque ciertamente lo que más tenía que agradecer era estar vivo después de pasar por tantas heridas. Hitsagaya dejó en claro la desconfianza con los cazadores de brujas, y no era para menos, pues el sonido de partida era atemorizante, aunque ciertamente él tampoco era un demonio.

Duncan por su parte corrió a desarmar las cadenas que mantenían a la mujer de cabello rosado, y como si de su vida dependiera de eso, la estaba ayudando e intentando tranquilizar, entregándole su propia chaqueta para que se cubriera, la chica parecía estar completamente asustada después de lo que había ocurrido. Duncan se acercó con al resto junto a ella y Edmun la miró y les comentó;

-Ya veo…ella tenía un sacred gear. Con esa intención la querían aquel ángel caído, la pregunta es para que tuvieran un par de humanas… -

Comento Edmun en voz baja, aunque cuando la mujer llego al centro habló sin tapujos, intentando recuperarse;

-Por qué… ¿Por qué paso esto? ¿Quiénes son ustedes? Dios…porqué ella tiene alas y ellas están muertas…-

Duncan comenzó a hablar en voz baja con ella intentando tranquilizarla mientras le explicaba todo y se terminaba de informar de lo sucedido. Edmun volvió a mirar al cazador y le dijo;

-Nosotros no tuvimos nada que ver con esto, de hecho ni siquiera tenemos mucho contacto con quienes debieron encargarse de esto. Informaremos sobre lo que sucede y de su ayuda… ¿Pero qué harán con la Inquisición? No habrá forma de explicar sus muertes. –

Dijo Edmun con tono serio. Ciertamente demonios y cazadores podían ser algo de desconfianza para la Inquisición, sobre todo si había ángeles caídos de por medio. Solo quedaría esperar ver qué sucedería. Gabriel lo miró y revisando el cuerpo atravesado de Angela, encontró un teléfono, y junto con él comenzó a hablar

-Yo informaré a la Inquisición de lo que pasó acá…dejémoslo como está. –

Dijo, mirándolos. Parecía que las cosas se resolverían por si solas. Duncan se acercó al cuerpo de la mujer que habían atravesado, y tomando su espada la enfundó y mirando a los cazadores les preguntó;

-Este… ¿Quieren sus armas? ¿Deberíamos dejárselas a la Inquisición? –

Preguntó en voz alta por si alguien las quería tomar. La mujer de pelo rosado parecía que ya había decidido que hacer, pero por ahora no había hablado nada más.