Partida Rol por web

Sin apenas necesidad de coordinarse, los acólitos se repartieron por la sala en busca de diferentes pistas. Isolda se dirigió hacia los pergaminos de la estantería, no le hizo falta un examen en detalle para ver que todos ellos eran planos y cartas de rutas estelares, con la única particularidad de que todos ellos estaban dibujados a mano, algunos incluían anotaciones escritas en los márgenes (escritas en gótico clásico, pero sin sentido aparente), junto a planetas, estrellas o grupos de asteroides, y muchos mostraban localizaciones del espacio de las cuales la Sororitas ni siquiera había oído hablar. Aquella información le era de poca utilidad, pero en las esquinas de aquellos planos estaban numeradas por lo que parecía ser la fecha en que fueron creados. Si esto era así los planos iban retomando cada vez más lejanos en el tiempo hasta la era de la Cruzada de Angevin, hace algo más de dos milenios.

Artemius, demostrando una afición poco habitual, se entretuvo examinando los vinos sin etiqueta. Tuvo que abrir uno de ellos y olfatearlo, pero todo indicaba que se trataba de algún tipo de vino bien conservado.

Arcturus se dirigió a la mesa dada su familiaridad con la máquina. Determinó que no se encendía porque no recibía energía, de modo que utilizó parte de la suya propia en un ritual breve pero ceremonioso tras el cual el tecnosacerdote terminó algo agotado, pero tuvo éxito en su tarea. Al terminar, la mesa cobró vida y mostró un inmenso mapa estelar holográfico, centrado en el planeta que os encontrabáis, Quaddis. Una vez encendido, Arcturus solo tuvo que dar unas órdenes sencillas al espíritu máquina para saber que estaba repleto de información sobre infinidad de diferentes planetas, y pronto comenzó a mostrar un informe detallado de Quaddis en una escritura comprensible para todos:

Población: Variable (residentes estimados en menos de 5 millones).
Grado del Diezmo: Exención colonial (planeta no desarrollado hasta el punto del diezmo imperial).
Clima/Geografía/Biosfera: Flora abundante, condiciones ideales para la vida, algunas formas de vida peligrosas nativas del planeta. Extensa región tropical en el ecuador, zonas templadas salvajes y no cultivadas; mares salinos cubren un 75% de la superficie. Regiones polares heladas. Único asentamiento de importancia en la región polar norte (Xicarph–centro colonial de gobierno).
Tipo de gobierno: Administración colonial–Autoridad central suspendida indefinidamente.
Gobernador planetario: Ninguno (Último gobernador colonial–Thaddeus Haarlock 457-690 M41)*.
Adeptus presentes: Presencia menor del Adeptus Administratum y el Adeptus Ministorum.
Presencia militar: Ninguna, (fuerzas privadas).
Comercio/Economía: Ninguno; Quaddis no posee industria, ni tiene materias primas con que negociar, y no tiene base para ninguna economía que no sea la riqueza intrínseca de los colonos.

En último lugar estaba Gianna, que deambuló fisgoneando entre los pergaminos y al aburrirse se adelantó lo justo para examinar el pasillo siguiente. Estaba caminando junto a la pared cuando su esfera luminiscente iluminó una zona de la pared que le llamó la atención. Una capa de moho y humedad se había cebado con la roca, pero no en una zona concreta. Al examinarla más detenidamente pudo escuchar como parecía hueca o vacía al otro lado, una suerte de puerta secreta o un muro falso.

El vino huele fuerte. Muy fuerte y dulzón, incluso conserva un aroma que solo puedes asociar con los lujosos frutos secos. Solo has oído hablar de un grupo de planetas donde se destile un vino así, el sistema Tephaine, casi en la otra punta del sector y de difícil acceso por una permanente tormenta de meteoros que rodea el sistema hasta varias semanas de viaje en cualquier dirección con motores subluminicos.

Las materias primas de los planetas en ese sistema son de primerísima calidad y raramente se comercia con ellos por la dificultad que supone para una nave acudir al planeta y salir con el cargamento, por no hablar de fabricar grandes cantidades de ese vino. Se dice que una sola botella equivale a una vida de lujos en la cúspide de Scintilla por dos generaciones, y tenías en tu poder al menos media docena de ellas (menos una, la que has abierto para examinarlo).

Ya tenías tus sospechas, pero definitivamente los datos del planeta no concuerdan en nada con lo que habéis visto hasta el momento. Un simple planeta colonial no cuenta con tamaño desfile de nobles del imperio ni podría permitirse el despliegue de eventos, festividades y coliseos al nivel que habéis presenciado en el planeta.

La mención a que el planeta no paga tributo al Imperio parece poco menos que un insulto (por no hablar de la inexistencia de una fuerza de Adeptus Arbites), y tanto el gobierno como la economía mencionados parecen una imposibilidad que desafía toda lógica y razonamiento.

- Esto no me gusta - gruñó el arbites - Los datos son falsos o están obsoletos. Este planeta es mucho más rico de lo que señala el mapa y la exención de autoridad o tributo son inaudito en un planeta como sobre el que estamos.

- O bien los datos corresponden a varios siglos atrás o alguien, alguien muy diligente y enemigo del Trono, se ha tomado la molestia de evitar que la información real haya alcanzado el Administratum y sido actualizada. 300 años dificilmente justifican el desarrollo tecnológico, social y urbanístico que hemos visto. Además, nada justifica la ausencia de un Gobernador y unas fuerzas organizadas.

- Alguien muy poderoso hace que este planeta siga pareciendo en los archivos como poco más que un planeta salvaje. La familia Haarlock definitiviamente apesta a herejía.

Si Arcturus no era capaz de cambiar la información (o la fecha) que mostraba el mapa o de extraer más información, no tenían nada más que hacer allí.

- Rojo, recoged la información que podaís y sigamos - no sabía si el tecnoadepto usaría un pictograbador, un stylus, un cogitador o su prodigiosa memoria, pero debían llevar esa información al Tricorne.

Volvió la vista hacia los demás y reparó en Gianna, que miraba intrigada una pared. Observó con atención e identificó lo que llamaba la atención de la soldado. Se unió a ella en busca de una posible puerta oculta.

Cuando veo acercarse al viejo le señalo con la mirada la pared que tenemos delante, con un pequeño golpe de nudillos le hago ver que la pared esconde algo, aquí hay otra habitación o algún corredor, busquemos si hay alguna especie de entrada, y si no, no creo que nos costara mucho abrir un agujero para ver que hay al otro lado, miro a mi alrededor buscando con la mirada cualquier cosa que nos pudiera servir para hacer un agujero sin armar mucho ruido.

-El Emperador protege- susurra el psíquico mostrando una gran sonrisa en su rostro antes de dar un largo trago al vino que contiene la vetusta botella- Buenísimo. Viejales, Soldada, Hermana, deberíais probar esto- dice a sus compañeros tendiéndoles la botella- Chispas, te ofrecería, pero ¿bebéis alcohol los de tu oficio?- empieza a buscar una forma de transportar el resto de botellas y determina que puede crear una especie de saco/mochila con su gabardina si la enrolla de la forma adecuada y ajusta las mangas para que sirvan de asas. La idea es meter las botellas bien prietas dentro para que no se choquen entre ellas evitando desgracias y que queden algo protegidas por el robusto material de la prenda. 

Ya había realizado ciertos contactos crípticos con la superficie de la mesa cuando el arbites le pidió registrar los datos del informe. Con un ligero ronroneo apareció un documento escrito en un lateral que el tecnosacerdote recogió con cierta reverencia y sin dar explicaciones.* -Puede que el informe proceda de hace 300 años y que la mesa no se haya usado desde entonces -sugirió al arbites, y miró alrededor como buscando señales recientes de uso en la sala para descartar la idea. Ignoró con disgusto a Artemius y curioseó las cartas de Isolda, pero sabía más bien poco de navegación interestelar** y buscó más bien algún rastro de artefactos antiguos, tema que le interesaba sobremanera. Felicitó a Gianna por su hallazgo cabeceando, reconocido.

-No necesito ningún tipo de bebida alcohólica ni de sustancia tóxica ilegal como otros, que las necesitan para amortiguar sus penosas vidas -a pesar de las palabras duras, el tono era indiferente, sin ningún tipo de hostilidad en él, lo que era bastante raro.

Alzó la vista de su búsqueda y se giró hacia la mesa cuando esta ofreció los datos. Frunció el ceño pensativa mientras veía lo que ofrecía y asintió a las palabras del arbites.

-Puede que fuera el mismo Haarlok, empiezo a pensar que esa familia tenía un control bajo el imperio que podía llegar a cubrir el sector o sub-sector -negó con la cabeza, pues cada vez que se mencionaba a dicha familia era para añadir algo malo más a su nombre.

Negó con la cabeza al psíquico y habló a Gianna y a Hieronymus.

-Intentad explorar vosotros dos un poco ese pasillo, pero no os vayáis muy lejos, yo me quedaré hasta que Rojo termine de coger todo lo que pueda y cubriremos a los dos -se giró hacia el Académico- ¿podrías decirnos algo que no sepamos sobre esto?¿O tal vez vos? -señaló la noble, esperando que alguno de los dos pudiera añadir algo más.

El descubrimiento de la pared hueca pone a los acólitos a trabajar para encontrar una puerta oculta en las cercanías de la pared y el pasillo, pero sin éxito. Sin embargo Gianna no cede en sus intentos y procede a intentar abrir un agujero en el muro. Para su sorpresa, este cede casi sin esfuerzo; lo que parecía roca sólida era tan solo una capa de tierra a presión disimulada para camuflarse con la pared. Al iluminar al otro lado los acólitos se encuentran con una sala anexa sin otras entradas o salidas, que parece no haber visto la luz desde que la sellasen hace quien sabe cuantos años o siglos. Parecía un despacho privado: pequeño, sobrio, solo quedaba allí un escritorio ennegrecido que alguien parecía haber intentado reducir a cenizas, y sobre él un puñado de lo que parecía papeles casi reducidos a ceniza y un diminuto marco de foto.

Ante la afirmación de Isolda y su pregunta, Melua niega con la cabeza, aún sorprendida con todo lo que se desarrollaba a su alrededor, pero Septimus Dexter se acaricia la barbilla, pensativo. - Es posible... la historia de los Haarlock se remonta muy atrás, tal vez hasta la cruzada de Angevin, que fue cuando se conquistó el sector Calixis. Sería exagerado afirmar que tuvieran poder para controlarlo todo, pero no es descabellado pensar que su influencia en época de su mayor poder sirviera para mantener la burocracia alejada de sus bases de operaciones como en este lugar. En teoría es posible, pero no creí que nadie se atrevería nunca a aplicar... -

Un súbito ruido de salpicaduras a la espalda del grupo rompió el ambiente y casi aterroriza a los acólitos por lo inesperado del momento, pero solo se trataba de Artemius, que en un instante se había doblado sobre sí mismo y estaba expulsando el vino recién bebido. Alguna clase de polilla apareció atraída por la luz, y quien examinase ahora las botellas se daría cuenta de que en el fondo estaban repletas de huevos a medio eclosionar de estos diminutos y asquerosos insectos.

Lo que parecían papeles sobre el escritorio ennegrecido resulta ser las crónicas de un diario de tapa gruesa que no ha sobrevivido al fuego. Todas sus páginas se han convertido en polvo salvo una, que aunque tenía los bordes quemados y deshechos había sido protegida en el interior de la propia encuadernación, y ahora asomaba entre los bordes arrugados y secos de los restos del diario:

El arbites se volvió con preocupación hacia el psíquico que se introducía los dedos en la boca intentando provocarse el vómito. Algo tan escandaloso como repugnante. Al menos, parecía que el acólito seguiría vivo. El arbites con gesto ceñudo y y expresión impenetrable chasqueó la lengua molesto, quizás por el ruido, quizás porque el psíquico no hubiera encontrado su fin presa de la curiosidad¹.

- Rojo ¿has conseguido algo más de ese mapa estelar o del escritorio?

- Vámonos, tenemos que seguir, el tiempo corre y aún no hemos encontrado al Viudo, ni la forma de detenerlo.

Lanzó una última mirada de sospecha a la sala en la que se encontraban antes de salir de alli arma en ristre ^{3 y 4}.

Isolda miró al psíquico y frunció la nariz con un poco de asco. Daba gracias de no beber y él ahora mismo estaba pagando caro su descuido.

La sororitas leyó la carta y miró las fotos un momento antes de leer la carta de nuevo. Frunció el ceño como si no le gustase lo que estaba pasándose por su cabeza y apretó los dientes con rabia ante lo que podía ser.

-Se que no soy una experta, se que no es más que una posible tontería, pero tras leer la carta, esta foto -mostró a la pareja- podría ser Erasmus y su mujer, y estra otra -alzó la otra- podría ser Erasmus, hasta ahí está lo normal. Pero esta cita -señaló la letra escrita a mano- es donde viene el problema. El Viudo y la Viuda -dio con los dedos en la pareja del matrimonio- ¿y si está intentando traer a su mujer asesinada de vuelta por medio de tecnología herética y ritos de los Poderes Ruinosos?. 

Un escalofrío recorrió a la mujer cuando el viejo mencionó al Viudo y la mujer empezó a recitar oraciones por lo bajo, murmurando a una velocidad que solo una persona que llevaba haciéndolo toda la vida podría hacerlo.

-No creo que podamos detener al Viudo, lo que podemos hacer es evitar que cumpla su objetivo y enviar todos los datos a las altas instancias de la Inquisición para que ellos sean los que procedan. No tenemos ni siquiera nuestro equipo básico, no tengo mi bolter, no creo que podamos enfrentarlo -intentó guardar la carta y las fotos, solo por si eran una prueba que pudieran mostrar a sus señores.

Me quedo mirando a Artemius mientras da bocanadas vomitando el vino que acababa de beber, no puedo evitar hablar con un poco de ironía, bueno, por lo visto tu estómago es igual de patético que tu don de gentes..., en mi tierra a los ancianos se les decía que para beber primero tienen que saber mear, después de mirar lo que había en la habitación era momento de seguir adelante, lo que dice Isolda tiene bastante sentido, el enfrentarse al Viudo con o sin armas no parece una buena idea, parece lo suficiente poderoso como para no tener que preocuparse mucho por nosotros, quizás esa sea la única baza que tengamos a nuestro favor.

Limpiándose la boca se reincorporó y tiró la botella al suelo estallándola en mil pedazos.

-Bueh, se ha picado...-dijo intentando mantener algo del orgullo perdido. Sus sentidos le engañaron, o simplemente no se fijó bien. De haber visto esos asquerosos bichos no hubiera bebido. El resto de botellas no valdrá nada, así que decide desarmar el invento y dejarlas donde estaban antes de acercarse a donde se encontraban sus compañeros.

Esta vez si le molestó el comentario de la soldado. La línea entre la broma simpática y el insulto es tan fina...

-Ni siquiera ha llegado a mis riñones, así que no podría haberlo meado de ninguna manera- su semblante se volvió serio y dejo de un lado la irónica sonrisa que solía tener en el.- Mi "patético" don de gentes ha hecho que un señor del submundo no os mate por casi armar un tiroteo en su local. Y nadie me dio las gracias por ello- volvió a sonreír una vez más antes de hablar una vez más- En todo caso no creo que sepáis mucho de beber más allá del amasec de letrina que hacéis en la trinchera.

-Idiotas..- pensó el psíquico cuando leyó todo lo referente al poder sin igual de los Haarlock.- Si el imperio impide que flota y ejercito vayan juntos es por algo... es de eso de lo que se aprovechó Horus para su maldita herejía.- siguió leyendo y le sorprendió que la caída de un hombre como él se produjese en una batalla. Artemius pensó que habría sido purgado. La herejía siempre sale a la luz...-La batalla del Alcance Amargo...- se quedó pensando por si sabía algo sobre esa batalla.

Las palabras de la Hermana le hizo estremecerse y a la vez reír por dentro.

-Venga ya- dijo al oír el lamento de Isolda- Os he visto machacar a enemigos duros sin necesidad de un bolter. El bolter es solo un instrumento. Un instrumento de por sí no vale de nada si la persona que lo empuña no sabe que hacer con él. Y lo que es más importante. Si su fe no es inquebrantable para enfrentarse a los peligros que habrá delante de la mira.- tras estás palabras tan poco propias de él intentó buscar una solución a todo- Como dices, quizá no podamos detener al viudo en si mismo. Pero si podemos frustrar los planes de los herejes. ¿Qué querrán de los Haarlock además de esa arma que es el viudo?

De pronto una idea cruzó la cabeza de Artemius

-Lay Melua... ¿a qué se dedica su familia?

A diferencia de sus compañeros de fatigas, Arcturus no se mostró disgustado por el incidente provocado por Artemius. Cierto es que tampoco mostró simpatía alguna, lo que hubiera sido extramadamente raro.

-¿Se encuentra bien, señor Plex? -fue cuanto se limitó a decir.

Miraba fijamente a Isolda mientras hablaba. -¿Está diciendo, hermana, que de alguna manera el Viudo y la Viuda son Erasmus Haarlock y su esposa?

Alzó las cejas, valorando la situación, callado por lo demás. El final del parlamento de Isolda era sombrío, y tuvo que respaldar la afirmación de Plex: el bólter era sólo una herramienta, y su misión iba más alla de contar con las herramientas adecuadas.

-El Viudo nos encontrará a nosotros, señor Homron. Y tampoco creo que podamos detenerlo. Aún así, se puede evitar la catástrofe.

Pero no indicó cómo ni añadió nada más.

Mientras los acólitos discutían su nuevo hallazgo Lady Melua contemplaba con interés las fotografías para distraerse y Septimus releía una y otra vez la página del diario en voz alta, o al menos murmurando el texto entre dientes.

Artemius: -Lady Melua... ¿a qué se dedica su familia?

La pregunta tardó un momento en calar sobre la mujer, que no creía que fuera a ser necesitada. - ¿Mmm? A la compraventa de armas en el Imperio, claro ¿por qué lo pregunta?. - respondió como si resultara evidente.

Arcturus: -¿Está diciendo, hermana, que de alguna manera el Viudo y la Viuda son Erasmus Haarlock y su esposa?

- Absurdo. - respondió de inmediato el académico levantando la cabeza como si se hubiera activado con un resorte. - Las leyendas sobre el viudo datan casi del origen de este planeta, mucho antes del posible nacimiento de Erasmus Haarlock. ¿Y quien es esa otra Viuda? -

Mientras tanto, Hieronymus era el único que se había guardado para sí mismo su opinión sobre los artículos encontrados, y continuaba buscando. El mueble quemado parecía incapaz de ocultar más secretos, pero sus esfuerzos dieron sus frutos. El escritorio debía de haber albergado un compartimento oculto o un cajón con un falso fondo, y aunque el mueble se desmoronó por completo al manipularlo, pudo extraer su contenido sin daños.

Se trataba de otro libro, magníficamente conservado en un recipiente hermético y al vacío. El título rezaba simplemente "Quaddis", y en la primera página indicaba "de la mano de Faustino Haarlock 367.M39". Un vistazo superficial reveló que al inicio estaba organizado como un libro de cuentas, con anotaciones sobre la gestión del planeta como colonia Imperial; más adelante las notas cambiaban, y con ellas el autor. Con el contenido de aquél texto se podía seguir el liderazgo de los miembros de la familia Haarlock que habían ostentado el cargo de gobernantes planetarios del planeta de forma ininterrumpida durante algo más de 2 milenios; y no era lo único...

...el viudo aparecía en las páginas. Uno de los cinco primeros gobernantes Haarlock del planeta hizo unas anotaciones detalladas sobre el propósito del viudo cómo medio de defensa del planeta y de la línea familiar. Además de llamarlo como "el viudo" en ocasiones también se lo llamaba "Orfeo", y en una única mención le nombraban como "uno de los Familiares", aunque no daban más detalles sobre lo que aquello significaba exáctamente.

Había una página entera cuyo título prometía explicar cómo controlar al viudo, pero el texto a continuación era un absoluto galimatías; las letras estaban desordenadas, las palabras fraccionadas y revueltas, y ni siquiera se podía estar seguro de que aquella parte estuviera escrita en vuestro idioma. Lo único entendible de aquella página era el dibujo de un cristal negro en el centro de la página, seguido por el subtítulo "la piedra angular".

Con la revelación del contenido del nuevo libro, el académico se olvida por completo de la hoja suelta y se vuelca su atención por completo en aquél nuevo hallazgo.

- No hay duda, aquí tiene que estar la clave. - afirmó mirando emocionado al libro - por qué los peregrinos de Hayte quieren al viudo, y cómo destruirlo. Tal vez incluso qué tecnología utiliza. Ya me las he visto antes con los códigos secretos de comerciantes independientes, y seguramente alguno inventado por los propios Haarlock en mi investigación. Tratándose de una sola página podría descifrarlo en 5, no, solo 3 horas bastarán. -

-No es que necesite un bolter, es que no puedo dejar atrás ESE bolter -dijo la sororita al psíquico- fue el último regalo de mi orden hacia mí antes de dejarlas atrás por labores más importantes en cierta medida, así que no puedo dejarlo atrás. Antes de salir de ese planeta ese bolter será mío o arderá con todos aquellos que me lo arrebataron.

La convicción y la fe brillaron en sus ojos como pocas veces hacía, dándole un aire de fanatismo mayor de lo que podía llegar a ser normal en ella, que ya era bastante para los que la conocían. Se giró un momento a Arcturus.

-No, estoy diciendo que pueden que él quisiera usarlos para resucitar a su mujer y esté usando al Viudo. No tengo ni idea ni de tecnología ni de ritos de los Poderes Ruinosos, pero Erasmus Haarlok tenía acceso a ambos, y ya se ha visto en varias ocasiones lo que se puede hacer si se mezclan ambas. 

Se giró ahora hacia el Académico.

-Cuando todo haya terminado le hablaremos de la Viuda, si es preciso -puntualizó al final.

Miró ese último libro y se quedó un momento pensando. Tres horas, eso era mucho tiempo, pero tampoco tenían una pista mejor. Si pudieran sacar algo más de información podrían estar mejor preparados, pero al menos tenían ahí a Lady Melua. Si no se habían hecho con su hermano o con ese maldito cazador que aparecía en todos los sitios a donde iban, tal vez podrían evitar el rito.

-Lady Melua, ¿como es su hermano? -preguntó- más que nada por si lo han traído aquí y podemos reconocerle de alguna forma. Su sangre también es válida, aunque aún no estoy segura de si el Viudo intentaba destruirnos o protegernos, porque estaba atacando a los mismos enmascarados que venían a por nosotros.