Partida Rol por web

Nada más retroceder te das cuenta que aquella criatura te estaba acechando y te ataca pillándote desprevenido y trata de pegarte un mordisco mientras ves como de entre sus fauces un líquido cuelga. Por suerte esquivas el ataque y no sufres ningún tipo de daño.

El único problema era que solo estaba una de las criaturas, no sabías donde andaba la otra...

Suelto el arco, dejándolo caer al suelo, desenvaino mi estoque y ataco a la criatura. Miro a mi alrededor tratando de encontrar al otro de los seres.

Aramil clava ligeramente el estoque en la repugnante criatura y esta le devuelve el golpe clavando una de sus garras. Al echar la vista atrás puedes ver como la otra criatura viene corriendo, o al menos moviéndose deprisa desde el otro pasillo que había. En tan solo unos instantes habrá llegado a ti.

Viéndome rodeado, decido echar mano de un mayor potencial de ataque. Doy un paso atrás para alejarme de mi oponente, me giro mientras muevo la mano en la que no llevo el estoque, pronuncio unas palabras y lanzo un rayo de tono rojizo hacia la criatura que se acercaba hacia mi.
-Yaaaaaaaaaaaaaar
La última de las palabras del conjuro la grito, mezcla de rabia por estar siendo superado por estos seres y de esperanza por que alguien me escuche.
Por último, rebusco entre mi bolsa sacando uno de los frasquitos de ácido que guardo en ella.

Hay rastros de sangre en el suelo de la habitación y parecen estar algo frescas, la habitación es bastante pequeña y salvo aquellas manchas no había mucho más en el lugar, tan solo dos puertas en el misma pared de la habitación. Debíais tomar uno de los dos caminos, o bien podíais ir por la derecha o bien por la izquierda, pero también podríais separaros y así abarcar más rápido aquel piso.

Retrocedes un paso hacia atrás y lanzas un rayo de fuego a la criatura que está por llegar, impactandola y reduciendo el cuerpo a simples cenizas. 

Entonces la otra criatura avanza de nuevo hacia a ti y afortunadamente para ti esta falla su golpe y logras esquivarlo.

Puedes volver a tratar de luchar contra ella, pero ahora cuando miras para atrás te das cuenta que si sigues por ese camino no te quedará más remedio que encontrarte con la puerta cuya habitación contenía alguna extraña criatura porcina.

A pesar de ello decides seguir retrocediendo y sacas de tu bolsa un frasco de ácido que por suerte logra impactar en tu enemigo y le hace el daño justo como para que también se convierta en una montaña de polvo. Por suerte te has librado de aquellas dos criaturas y ahora tienes el camino despejado, o al menos eso crees.

Puedes o bien continuar por la habitación en la que oiste los sonidos de puercos, o bien por el otro pasillo. Y siempre te cabe la posibilidad de retroceder.

¿Estas bien? parece que la caida a sido dolora.- digo recogiendo al picaro en el suelo - Parece que aqui se a librado un combate, no deben estar muy lejos. digo mirando en ambas posibles direcciones, Creo que debemos ir a la izquierda..-  

Comienzo a ver las manchas de sangre en el suelo para rastrear algun posible indicio de donde se fue el grupo

Luego de tomarme unos instantes analizando la sangre y su distribución en el suelo me dirijo al picaro -Arther, creo que esta sangre es de lobo, e probado su sabor un par de veces y es justo como esta. Por lo que puedo apreciar aqui, la sangre que se dirige a la puerta de la izquierda está más fresca que la que va a la derecha. Deberiamos tomar el camino de la izquierda e investigar ahi primero.-

Vio como Uswe se arrodillaba en el suelo y olia la sangre, se acercaba a la puerta de la derecha donde inspeccionaba la sangre y luego se dirigio a la izquierda desde donde le llamo y explico lo que habia averiguado. Ha sido realmente impresionante Uswe, avancemos entonces por la izquierda. Y avanzó el primero buscando posibles trampas.

La habitación parece un mausoleo todo hecho de mármol con columnas blancas y con algunas lápidas con nada escrito. Dos puertas hay junto a la que has entrado, una te lleva a la derecha de la habitación y la otra te conduce en la misma dirección por la que has venido, a pesar de que seguramente te lleve a algún otro lugar del castillo.

Cuando entráis en la sala resbalais y caeis al suelo. La baldosa más cercana a la puerta parece estar impregnada de una sustancia grasa que la hace muy resbaladiza. A pesar de ellos os levantáis y podéis continuar.

Después de recuperar el aliento, Aramil se acerca curioso al montón de polvo en el que se han convertido sus adversarios, examinándolos mientras los revuelve con el extremo de su estoque. 

-Interesante... musita para sí. Nos hemos librado por poco, ¿eh Rac?. Saca al cuervo del bolsillo en el que se había cobijado y le deja que revolotee a su alrededor.

-¡Odio esta torre, odio esta torre! responde el cuervo, casi a gritos.

Después, ordena al cuervo posarse en su hombro, por si aparece otro peligro, y vuelve a la habitación donde se enfrentó por primera vez a las criaturas. La inspecciona, en busca de cualquier cosa que pueda ser útil en su aventura, o bien de alguna pista sobre la identidad de esos seres.

Sin poder darme cuenta me precipito al suelo por una sustancia resbalosa que reposaba bajo mis pies. -Zhark diig zurek?!!- exclamo al caer. Rapidamente me pongo de pie y en guardia por algún posible peligro. Nada sucede y bajo la guardia analizando aquella sustancia.

Avanzaron siguiendo la direccion marcada por Uswe pero al pasar la puerta ambos resvalaron con una sustancia del suelo. Maldita sea, menudo golpe más tonto. - dijo Arther al levantarse. ¿Por donde crees que deberiamos seguir? Pregunto Arther a su compañero.

Arther y Uswe se están levantando del suelo cuando Aramil entra por la puerta. 

Aramil entra a la habitación con su cuervo posado sobre su hombro. Lleva su estoque en la mano y sangra por varios puntos; trata de mantenerse fuerte, pero se ve que está herido y debilitado.

Podéis ver como pone una mueca de alivio al encontrar compañeros, aunque se mantiene parco en palabras.

-¿Estais heridos? Lamento mi comportamiento de antes, debo reconocer que fue mi error. Se acerca hacia el que esté más cerca de él envainando el estoque y le tiende la mano para ayudarle a levantarse.

Su cuervo, sin embargo, es menos retraido que su dueño. Nada más entrar en la habitación empieza a revolotear alegremente entorno a vosotros.

-Pooor fin, más gente, ya era hora, esta maldita torre es un infierno. Casi nos matan. ¡Casi nos matan! y ni siquiera se que eran esas bestias endiabladas. ¿También os atacaron a vosotros? eran parecidos a vosotros los humanos, pero con dientes, y nada más morir se convirtieron en polvo.

Aramil se encontraba solo y parapetado en aquella habitación, no era de extrañar que los demás pudieran estar muertos. La caida fue algo dolorosa pero lo seria más pensar que está torre sea capaz de asesinar a un grupo de aventureros en buenas condiciones de salud.

-¿Has quedado solo? ¿Que a sucedido con los demás?- pregunto mirando a todos lados -Luego de que cayeron por el foso entramos por aquella puerta y una especie de minotauro nos ataco de inmediato, le dimo muerte y encontramos que llevaba algunas cosas que podrían ser útiles, en particular este camafeo de jade. Aquella habitación no tenia otra forma para descender, por lo que tuvimos que tomar la via rapida.- Digo sacando el camafeo del morral -Bueno, aún no me has dicho que a pasado con los demás..-

-Mis compañeros y yo nos separamos después de caer. He estado buscando una forma de subir, pero no he encontrado ninguna aun, habrá que seguir explorando. Se fija en el camafeo. Um, déjame ver. Dice mientras tiende la mano.

Mientras habla el cuervo sigue revoloteando. Cuando Uswe saca el objeto el cuervo se acerca a él y trata con ansias de cogerlo con el pico, hasta que Aramil lo aparta de un manotazo.