Partida Rol por web

Efectivamente Roselina tenía razón. Por el mero hecho de estar en aquella sala unos escasos minutos, podías notar como las camas incitaban a dormirte en ellas. Por alguna mágica razón, trataban de embaucarte en aquel reparador sueño que ya había embaucado a dos de tus compañeros.

- Pero es más terca que una mula.

Añado a lo anterior.

Os avisé de que descansar en esta torre no sería nada bueno dije acercándome. Debemos despertarles, ¿no? O al menos intentarlo... Si no podemos, deberíamos seguir avanzando y terminar con esta misión.

- Primero debo salir de éste sitio.

Bostezo antes de seguir hablando y encaminándome a las escaleras.

- Ve sacando a uno no vaya a ser que sea imposible despertarlos de permanecer aquí.

Las ganas de dormir en aquel lugar cada vez eran mayores. Parecía que permanecer en esa sala haría que tarde o temprano cayeses en un profundo sueño. Las camas querían que te tumbaras en ellas.

Finalmente decidís subir por las escaleras hasta el piso inmediatamente superior. Ya no sentís esa sensación que os llena por dentro, la misma sensación sentida cada vez que subíais a una nueva planta.

Avanzáis por un largo pasillo hasta llegar a una puerta, la puerta es de un tono blanco nieve y en ella hay dibujada un gran círculo amarillo. La puerta emana cierto frío y el pomo de la puerta está tan helado que casi quema al contacto.

¿Y te vas? dije acercándome a la cama donde estaba el más cercano. Le cogí como pude y le arrastré hasta las escaleras, fuera del efecto de esa habitación.

-El triángulo rojo quemado, y ahora el círculo amarillo helado.- Mira hacia Falcon al hacer el comentario. Aunque no añade nada más, ese simple gesto es su manera de reconocer al guerrero el mérito por su idea de los elementos, y para la mentalidad de Aramil es suficiente con ello. -¿Trampas, Arther?

Arther parecía que habia estado esperando la señal para acercarse a la puerta y curiosear. Intentare ser mas exaustivo esta vez.

La dama Roselina se marchó de la habitación sin escuchar tu pregunta, así que decides actuar rápidamente y tratas de coger el cuerpo de uno de tus compañeros. Pero cuando tratas de moverlo tienes la sensación de que estuviera pegado a la cama en la que dormía, como si fuera imposible moverle de allí. Sin duda, parecía estar bajo el efecto de sueño de las camas y la torre, algo que podría pasarte a ti también si no te dabas prisa.

Arther investiga la puerta detenidamente y entonces niega con la cabeza ante la pregunta de Aramil.

Sin duda, aquella puerta era segura, no parecía haber rastro de trampas en ellas.

Falcon abre la puerta con la punta del espadón, preparaod para retroceder si esta empeiza a enfriarse.

No podía levantar a ninguno y las ganas de dormir eran mayores.

Mierda... dije tambaleándome por la habitación

Arther entro detrás del grupo, no se encontraba en perfectas condiciones y prefería no arriesgarse.

Cuando ve que Arther hace ademán de entrar después de él, Aramil se vuelve hacia el pícaro. Se fija en sus heridas, y en la debilidad del humano, y no le gusta la idea de avanzar expuesto, aunque Falcon vaya delante.

Así que saca la poción de curar heridas moderadas que tenía Dimple y se la da sin hacer ningún comentario, después le hace un gesto con la mano para indicar que espera que pase delante.

Entras en la habitación agarrada con la cuerda de seda. Te das cuenta que el caballero Seifer ha sucumbido también a la voluntad de la torre y se encuentra en el suelo tirado completamente dormido.

Fascinado por el cadáver del dragón, Aramil se acerca al centro de la estancia, deja el arco en el suelo y toca su piel escamada.

-Era joven, muy joven... - Susurra para sí, algo decepcionado por no poder ver a la bestia viva.

Examina con detalle el cuerpo, fijándose en todo, como queriendo hacerse una imagen visual completa de la criatura. Por un momento se olvida de sus compañeros y de la torre, concentrado en su exploración. Finalmente, saca su daga y arranca una escama de la piel del dragón, procurando dejarla intacta, la limpia de sangre y después la guarda en la bolsa que lleva al cinto.

-Continuemos.- Dice en voz más alta, volviendo a preparar su arco y esperando a que los guerreros avancen delante.