Partida Rol por web

Pero entonces Tass, que estaba siendo empujada por su hermano, hace un movimiento de forma que sus deportivas zumban, se hinchan y se extienden hacia arriba fijándose mecánicamente a sus tobillos y brillando con un tono bruñido de vivos colores. ¡Se han convertido en unos extraños patines!.

Rajad se aparta sorprendido, y ella le señala a la temblorosa Megan y al extraño desconocido; "Rajad ayuda a Megan, yo he traído mis patines y creo que puedo ayudar a Eddie". Su hermano se aparta estupefacto, mientras ella se impulsa a una velocidad imposible por el parque.

Rajad y Gabriel cogen a Megan y la levantan del suelo sin esfuerzo, (pesa sorprendentemente poco, incluso para ser una chica tan delgada), y los dos se ponen a correr hacia los autobuses, (llegarán en un par de asaltos), seguidos por Mervin.

(Sigue...)

Eddie, que iba algo adelantado porque había sido el primero en empezar a correr, se mete detrás de un árbol sin que le vea nadie, (no es difícil, la gente ya ha huido o está en ello), y mientras las sombras le rodean se transforma en Sombra. En ese momento, un montón de criaturas caen sobre el parque dispuestas a devorar a quien se topen por delante.

Hay tres grupos;

El primero está formado sólo por el Sr. Archibald, en la terraza del Little Bohemia Nightclub, que se enfrenta a cuatro de estos zánganos, (1, 2, 3 y 4), mientras Saphire lo observa desde detrás, aturdida. El héroe no lleva su traje, así que si se pusiera a repartir estopa se descubriría ante Saphire. Otra opción sería pasar al piso de abajo, (Destreza dificultad 2), pero en este caso dejaría libre la entrada hacia su acompañante. ¿Qué es lo que hará?.

El segundo grupo lo forma sólo Liam, (Clone), cuando otros cuatro aterrizan ruidosamente a su alrededor, (5, 6, 7 y 8), al ser un blanco grande e inmóvil, o al menos más inmóvil que todos los que están corriendo hacia los autobuses. Hay mucha gente corriendo despavorida, y está claro que si empieza a usar sus poderes se descubrirá, pero afortunadamente lleva la sudadera con capucha, y será difícil que nadie descubra sus facciones... a menos que se acerque mucho.

El último grupo lo forman Tass, Eddie (Sombra), Gabriel (Ghost Rider, aunque no se ha transformado), la nerviosísima Megan, Mervin y Rajad, el hermano de Tass. Ocho de las criaturas caen rodeándolos, dispuestos también a merendárselos con patatas. (Números 9 a 16). Rajad y Mervin tiene entre mucho y bastante miedo, pero quizás puedan defenderse un poco si los atacan. Megan está totalmente aterrada, y no podrá defenderse si intentan hacerle daño. Afortunadamente Tass está dando vueltas alrededor a una velocidad absurda, y llama la atención de los monstruos: ninguno va a atacar a sus compañeros... por ahora.

Hay otros aterrizajes aquí y allá en el parque y en los alrededores, pero no tan numerosos. Podéis escuchar algunos tiros, cuando la policía local empieza a responder al ataque. ¿Qué haréis?. ¡Es vuestro turno!.

Veo que varios de esos seres persiguen a Tass así que tras haberme transformado decido ayudar a mi compañera de clase que parece huir de ellos con sus patines. Desenvaino mi ninjato y decide darles un "toque mortal".

Aprovecho que la siguen y que no me prestan atención para lanzarme a por uno de ellos y golpearle con mi ninjato. Si puedo deshacerme de uno de ellos estará genial.

- ¡Quieto ahí! - grito mientras le golpeo.

Si logro eliminarlo mi intención es convertirme en su centro de atención y poder eliminar a los siguientes...si es que sobrevivo claro.

 Al ver la situación, miré a mi alrededor, buscando un rincón, puerta o pasillo por el cual poder evacuar a los civiles de aquí, ya que era obvio que aquí no estaban a salvo. Si fuera necesario, buscaría una habitación donde pudieran resguardarse mientras los héroes se ocupaban de estos atacantes y yo buscaría un lugar luego donde... Ponerme algo más apropiado para situaciones como esta.

Estoy llamando la atención de los monstruitos cuando ocho de ellos caen justo rodeando a nuestro grupo. Busco con la mirada a mi hermano y mis amigos. He perdido a Eddie de vista pero ha venido un hombre a ayudarnos así que quizá otros le estén ayudando a él o eso quiero pensar.

Es entonces cuando un hombre que parece andar entre las sombras aparece y de un salto ataca a uno de los bichos que me persigue. ¡Guau! Parece un auténtico superhéroe. Ver a ese hombre me llena de energía y determinación. Debo ayudar a que lleguen los demás al autobús y que se pongan a salvo.

Acelero la marcha de los patines mientras empiezo a girar sobre mí en una sola pierna, como una auténtica patinadora sobre hielo pero a una gran velocidad, tal es la velocidad que llega un momento que casi no se puede apreciar mi cuerpo envuelto en el torbellino pero yo si veo, escucho y siento lo que hay a mi alrededor.

Cuando he cogido la suficiente fuerza centrífuga me lanzo a abrir paso a Rajad, Megan, Mervin y el hombre que les ayuda. Acabaré con cualquier bicho que se interponga entre ellos y el autobús.

Un montón de diablillos iban acercándose a los transeuntes exponiéndoles al peligro. Aquello podría acabar muy mal así que había que actuar pronto... y de forma violenta.

No encontraba a su amigo científico y temía ya no sólo por su vida sino porque hubiera sido secuestrado. Quizá tendría que averigüar dónde estaba su supuesto laboratorio donde la mala suerte había querido que desencadenara este peligro.

Liam enseguida fue rodeado por cuatro de esas criaturas y seguramente creerían que iba a huir, pero lo que debía hacer era aguantar hasta que llegara la Liga de la Justicia. Claro que como estuviera ocupada las cosas se podrían complicar bastante.

- ¡Más os vale que os larguéis, tengo amigos muy poderosos!

Mintió a las criaturas aunque lo más probable es que ni le entendieran. El hombre entonces aprovechó para arrancar una de las farolas demostrando así su fuerza sobrehumana y entonces tomó impulso para realizar un poderoso giro con el que esperaba llevarse a varios de esos bichos por delante.

La situación era cuanto menos comprometida. Una gran cantidad de horripilantes seres habían surgido de aquel extraño vórtice, y Chris sabía que aquello lo superaba por mucho, nunca se había enfrentado a nada así, pero eso no quería decir que no lo intentara. Saphire intentó hacerlo entrar en razón, era gracioso, pues probablemente la joven estaría más acostumbrada a lidiar con aquellas situaciones que él mismo, y debía saber perfectamente que lo razonable para la gente normal era huir. Pero Chris no era exactamente normal. Sabía que frenar a esas cuatro criaturas solo era el principio, el lugar parecía comenzar a sumirse en el caos, pero de momento él solo podía impedir el acceso de aquellas criaturas al club.

-Mierda...- Masculló al ver como cuatro de ellas aterrizaban en la terraza y se dirigían hacia la entrada.- Huye, ganaré algo de tiempo.- Le dijo a la joven, aunque no tenía muchas esperanzas en que le obedeciera.- Estaré justo detrás de ti.

No tenía tiempo que perder, no podía disimular y dejar que aquellos seres entraran, no se perdonaría el daño que pudieran hacer. Y tampoco podía tontear ganando tiempo con la alocada idea de que Saphire se fuera y no le viera. Era una pelea seria, así que se tendría que esforzar al máximo. Ya lidiaría después con las consecuencias.

-No vais a pasar.- Dijo mientras lanzaba una patada contra la cara del zángano más cercano.

En cuanto se movió con la intención de patear a su enemigo supo que no había calculado bien las distancias, y que impactarle sería un milagro. Por el lado positivo, igual su penoso ataque ocultaba su identidad.

Metrópolis, turno 4

En el parque, Levi, Rajad y el desconocido llamado Gabriel cargan fácilmente con Megan y corren desde la pista de patinaje, (ahora vacía), hacia la salida. Un nutrido grupo de criaturas han aterrizado cerca, pero centran toda su atención en Tass, una chica que gira, corre y se desliza alrededor de sus compañeros a tanta velocidad que, por un momento, parece apenas un borrón.

Los monstruosos humanoides se lanzan contra ella como una masa, y la joven responde girando sobre sí misma y lanzándose de cabeza contra el primero de ellos, (éxito mayor). Cuando el borrón girante en el que se ha convertido choca de frente con la criatura se escucha un golpe húmedo, y ésta explota, literalmente, en una lluvia de pedazos de alquitrán que se desperdigan en varios metros a la redonda. (Efectivamente, el daño es el de tu poder, pero en este caso estáis combatiendo con esbirros, así que cualquier daño supone su eliminación).

Tass reduce su velocidad para orientarse, y en ese momento ve a la horda de criaturas que venían detrás lanzarse violentamente contra ella. (Los 7 zánganos restantes no ven a Sombra, ya que todavía no es su iniciativa y sigue oculto). Todos los monstruos se unen en un "esfuerzo combinado", (página 24 de manual).

La velocista reacciona en el último momento. Se agacha bajo el salto de los dos primeros monstruos, y gira alternativamente esquivando a todos los demás, que se arremolinan a su alrededor como salvajes. Finalmente encuentra un hueco entre las garras que la acosan, y logra colarse saltando a través de un momentáneo agujero formado entre los cuerpos de las criaturas, pero sin poder evitar que una de ellas le lance un mordisco al hombro en el último momento, (daño 2). Tass aterriza elegantemente fuera de la turba, sujetándose la herida sangrante con la mano y apretando los dientes. Tras ella, sus amigos han salido corriendo hacia la salida. Está sola... o eso cree ella. En las sombras, una figura encapuchada surge con un terrible salto, y termina aterrizando en la espalda de uno de los monstruos.

"¡Quieto ahí!"

La pequeña hoja japonesa atraviesa la garganta de la criatura, que sisea y gorjea mientras se deshace dando manotazos, y Sombra salta hacia atrás con una voltereta, aterrizando grácilmente junto a la masa de monstruos. Ahora, las criaturas tienen dos blancos distintos a los que atacar. (La tirada de Sombra era muy alta, no hacía falta tirar por la Destreza del zángano porque no podía superarla).

Gabriel puede ver que Eli, Rajad y Megan se dirigen hacia la salida junto a otros rezagados. Está claro que los dos muchachos pueden con la pequeña Megan, y además ésta parece estar recuperando las fuerzas y ya camina por sí misma. Buscó a su alrededor intentando encontrar un pasillo o una puerta, pero en un parque lo único que pudo encontrar fueron árboles y monumentos. De todas formas la mayoría de la gente había huído, o estaba huyendo hacia las puertas del parque y el aparcamiento, así que nadie se daría mucha cuenta de un joven rubio metiéndose entre los árboles.

Gabriel dejó a los tres jóvenes corriendo, y se perdió en la oscuridad de una pequeña arboleda surcada por un camino de piedra. Un inesperado rugido de motor salió de su interior, y en un momento después una criatura de pesadilla, con un cráneo llameante en lugar de cabeza, surgía montando una demoníaca motocicleta envuelta en fuego infernal.

Sobre la terraza del Little Bohemia Night Club, Chris se enfrenta a cuatro demoníacas criaturas fingiendo una increíble torpeza, (o quizás no), para enmascarar su personalidad secreta. (Los zánganos combinan su ataque, 8, 8, 10, 7 contra el 6 de Chris, lo que supone un 11 contra 6, éxito masivo, afortunadamente el héroe pasa la tirada de muerte).

Una de las garras de los pequeños y fornidos monstruos desgarra la camisa del magnate y parte de sus músculos abdominales, mientras él se mantiene firme y le grita a su acompañante, muerta de miedo, que reaccione y salga corriendo.

"¡Huye, ganaré algo de tiempo!"

La mujer se levanta impulsada por las palabras de su acompañante, (éxito masivo), y temblando sin mirar atrás se pierde por las escaleras de bajada hacia las plantas inferiores, perdiendo de vista la pelea y temiéndose lo peor para el pobre Chris. Éste lanza una patada, que sin embargo es fácilmente desviada por una de las sucias y húmedas extremidades de los monstruos.

A pesar del polvo que arrastra el viento y de la extraña tonalidad rojiza que lo invade todo desde el cielo, el alter ego de Moonshine se sorprende al ver, a los pies del edificio, pequeños combates en el parque. Una joven acaba de deshacer a una de las criaturas, y una especie de ninja que ha aparecido entre los árboles, a otro. Un ser demoníaco montado en una harley davinson demoníaca acaba de hacer aparición, y junto a la estatua conmemorativa de Superman... ¿qué es lo que sucede?.

Clone observa el aterrizaje de cuatro de las criaturas, pero no huye a la carrera como las demás personas del parque. En vez de eso enfrenta su corpulenta mole contra ellos y les grita;

"¡Más os vale que os larguéis, tengo amigos muy poderosos!".

Los monstruos no parecen entenderle; en lugar de eso gruñen y se lanzan contra él con una furia enloquecida, estrellándose contra el corpachón del héroe, que tiene la consistencia de un saco de ladrillos. Uno de ellos logra arañarle, (éxito marginal, daño 1), pero ni lo mueven un ápice.

En vez de eso se gira y agarra con las dos manos una de las farolas que están titilando a su alrededor, arrancándola de cuajo y llevándose un pedazo de hormigón en su extremo. Acto seguido utiliza el hormigón como cabeza de martillo, y hace un barrido violentísimo que tiene como blanco a los cuatro monstruos que le están atacando, (invoca una cualidad y usa correctamente la ventaja área, a cambio de una penalización de +2 a la dificultad).

La cabeza de martillo alcanza a tres de los atacantes, aplastándolos uno detrás de otro y lanzándolos contra el suelo, donde se convierten en papilla alquitranosa. El cuarto monstruo se aparta en el último momento, y a pesar de la proeza que acaba de presenciar saca de nuevo sus garras y se prepara para seguir luchando.

Chris, sigues en el balcón, y ahora con los cuatro monstruos dispuestos a hacerte trizas por impedir su entrada al edificio.

Tass y Sombra, estáis los dos contra seis zánganos demoníacos. Tass, con tus patines puedes plantarte donde quieras si prefieres moverte, (hasta en la azotea del Little Bohemia Nightclub).

Ghost Rider, tú estás sólo. Puedes ver a Clone en un lado jugando al béisbol con los monstruos, y a Tass y a Sombra en el otro. (Y si te esfuerzas un poco también puedes ver la figura de Chris breándose en el balcón sobre el edificio). Con tu motocicleta puedes moverte a donde quieras y actuar, (también eres muy rápido).

Clone, estás junto a la estatua. Ahora ves pasar a Levi, Rajad y Megan hacia el autobús, y ves cómo la mayoría de los vehículos se ponen en marcha para huir del parque. Puedes ver también a Tass y a Sombra a lo lejos, (y a Chris, si te esfuerzas un poco), y desde luego puedes ver al motorista de pesadilla que acaba de salir entre los árboles.

Vuestro turno, y vuestra decisión.

 Al ver que Christopher J. Archibald parece ser el que corre un peligro más inminente, acelero a tope mi moto y en un instante aparezco al lado de él y sus atacantes, con intención de, al menos, enganchar a alguno de ellos con mi cadena y arrastrarlo a toda pastilla con mi moto, detrás de una estela de fuego y asfalto quemado, mientras yo me quedo para enfrentarme a los otros que queden:

 - ¡¡¡¡ARGGGGHHH!!!. - Grito como si fuera un demente, que, junto a mi aspecto y mi voz infrahumana, me da una imagen verdaderamente aterradora, mientras llego al lugar del combate.

Había logrado espachurrar tres de los energúmenos y salido más o menos bien del ataque del que había quedado. Le gustaría correr hacia el parque, donde podía ver varios diablillos rodeando a unos chavales pero no iba a poder hacerlo hasta acabar con el bicho que tenía delante. Clone no lo pensó más, fue a por él, lo agarró del abdomen y apretó hasta que escuchara algún hueso romperse, momento en el que lo dejaría.

El autobús se estaba llenando de jóvenes y esa era buena señal. Además había notado una figura oscura, una chica corriendo en patines a gran velocidad y un motorista ardiendo. No entendía bien lo que estaba pasando pues por el momento el combate no le dejaba ver demasiado.

- ¡Venid a por mi, diablillos! ¡Si no, os aplastaré a todos!

Era lo único que podía hacer para tratar de atraer a unos cuantos y que dejaran de amenazar inocentes. Por si acaso, una vez destruído el que tenía delante echó a correr hacia donde estaba el numeroso grupo del parque. 

Uno menos pero quedan muchos. Observo mi alrededor, ahora ya soy una diana para ellos y eso significa que deberé esforzarme al máximo para salir con vida ya que estos diablillos son pequeños pero matones. 

Agarro con fuerza mi ninjato y realizo un giro de 270 grados intentando rebanar la cabeza a todos los diablos que intentan atacarme, esperando que pueda llevarme al menos a uno por delante.

- ¡Morid cabrones! - susurro mientras realizo mi movimiento 

Los chicos parecen que están bien y Tass sorprendentemente se mueve a una velocidad endiablada con sus patines. Parece que mi compañera de clase guarda al igual que yo algún secreto. En ese momento se me ocurre que ella podría guiarlos hacia un punto donde atraparlos o matarlos a todos de golpe...¿pero dónde? La pista de patinaje parece el mejor sitio aunque no está cerrado es un sitio acotado al menos de alguna forma pero no me termina de convencer.

El pecho le ardía a causa de la herida recibida por aquellos seres del averno, y se sentía absolutamente ridículo por su ataque, sabía que podía hacerlo mucho mejor, aun así que le transmitió cierto alivio. Aunque si aquellos seres cruzaban el umbral toda la gente estaría en peligro.
La gente por la ciudad hacía frente como bien podía a aquel mal proveniente de algún lado, fue entonces cuando el rugido de una moto llamó su atención.

-Pero, ¿qué demonios...?- Dijo sorprendido.

La situación se volvía más rara por instantes, y lo único positivo era que aquel otro monstruo parecía estar de su lado, así que de momento no iba a hacer más preguntas sobre aquello. Se centró nuevamente en su primer objetivo, respiró pausadamente, no iban a pasar.
Con un grácil movimiento Archibald le lanzó una mesa sobre el ser para después lanzarle una potente patada a la media vuelta en plano plexo solar.
Sin perder ni un segundo en ese enemigo, Christopher enseguida se centró en los otros, y en el extraño motero. Si tan solo tuviera un momento para llamar a Sophie, igual podría sacar algo en claro.

El destrozar a uno de los bichos me hace venirme arriba. Estoy combatiendo al mal, liberando a los inocentes de los enemigos y ayudando a verdaderos superhéroes. Y es que no puedo evitar mirar con fascinación a las diversas personas que se han puesto a luchar a mi lado: primero está el guerrero sombra que ha salido de la nada para ayudar a mis amigos a escapar, también un motorista que ha salido envuelto en fuego y por último un fortachón que con una fuerza descomunal ha arrancado una farola y destrozado a los esbirros.*

Empiezo a rodear a los enemigos a toda velocidad y cuando tengo la suficiente fuerza como para empezar a centrifugar me abalanzo sobre tres de los bichos** girando sin parar a ver si consigo hacer que se desvanezcan.***

"Allá voy, venga Tass, tú puedes."

Metrópolis, Turno 5

https://www.youtube.com/watch?v=8VGJGXMUhmc

Hay tres zonas de combate; la primera está cerca de la pista de patinaje del Cenntenial Park, en la que se encuentran Tass y Sombra. La segunda está en la entrada del parque, donde se levanta la estatua de superman y se encuentra la salida y el aparcamiento; allí se encuentra Clone. Y por último, en la terraza del Little Bohemia Nightclub, donde Chris se está breando con cuatro de los monstruos.

Tras eliminar a algunos de los numerosos atacantes, Tass comienza a girar sobre sí misma cada vez con más rapidez, convirtiéndose en un borrón que pivota en torno a los tres zánganos que arremeten contra ella. De sus tecno-patines saltan chispas rojizas debido al esfuerzo mecánico, y llega un momento en el que las rodillas de la joven apenas pueden controlar su trayectoria, (sufres el +2 a la dificultad). Debido al incontrolable temblor el primero de los pequeños monstruos logra hurtar su cuerpo al ataque, dejando sin embargo el paso libre hacia los otros dos, que estallan en un montón de porquería alquitranosa esparciéndose por los alrededores cuando la masa rotatoria de Tass choca contra ellos. La pequeña velocista todavía está terminando de girar cuando su último adversario se lanza contra ella a dentelladas y se ve expulsado por el viento arremolinado sobre la joven.

Junto a ella, Sombra trata de defenderse de sus tres monstruosos contrincantes. El primero en acometer le lanza un zarpazo, pero el artista marcial atrapa su muñeca y lo desvía pasando por debajo, para encontrarse con las fauces abiertas de su compañero. Tiene la destreza de interponer su ninja-to, que resuena metálico ante las dentelladas, y así consigue superar al segundo zángano, justo cuando el tercero se lanza sin que pueda frenarlo, y desgarra con sus monstruosas uñas los músculos de su espalda, (2 daños, éxito moderado). El ninja, sin embargo, no se arredra, y con una vuelta sobre sí mismo descabeza a su atacante (éxito marginal); su cráneo cortado se estrella en el suelo como una bolsa de aceite negruzco, mientras el cuerpo se descompone de la misma forma. (Intuyo que querías usar la proeza de área, pero no has aclarado qué cualidad querías activar ni que fueras a hacer lo mismo que Clone. Como además sólo tiraste un dado, he preferido dejarlo así).

Mientras, en la azotea, Chris intenta defenderse de las cuatro extrañas criaturas que tratan de acabar con él; aparta  a la primera de un empujón, pero las otras tres comienzan a rajarle con sus afiladas dentaduras y escabrosas garras, hasta que el héroe termina golpeando su espalda contra la entrada de cristal de la terraza, con el traje destrozado y teñido de sangre, (éxito mayor, éxito moderado y éxito marginal, 5 daños en total). Cuando el grupo se abre, y el primero al que empujó vuelve a la carga para abrirle el estómago definitivamente, algo parece recuperarse en el hombre de negocios. Una patada directa a la boca colmilluda hace crujir sus dientes, y un momento después su cuello. La criatura se ve despedida contra la barandilla, que atraviesa deshaciéndose en aceitosos fragmentos de densa materia húmeda y oscura.

Un segundo después la terraza se convierte en un lugar surrealista, cuando en una explosión de pirotecnia y llamas infernales algunas de las mesas y sillas de la terraza salen volando por los aires, y una huella de neumático en llamas aparece desde ninguna parte junto a una motocicleta incendiada y pilotada por un cráneo llameante. Jinete y montura llegan arrasando con parte del mobiliario de la terraza, y también con uno de los zánganos, que queda atrapado entre sus ruedas y gira con un grito agudo hasta quedar reducido a una cosa negra y húmeda repartida por toda la terraza.

Más abajo, junto a la estatua del Hombre de Acero, el último de los adversarios de Clone se lanza contra él en un ataque enloquecido, pero el corpulento héroe lo frena con una sola mano, en el aire, como si no le costara demasiado, y comienza a apretar su estómago hasta que la criatura se hincha como un globo y estalla, pringándole de arriba a abajo con la sustancia alquitranosa de la que está formada.

El poderoso mutante se queda solo, mientras los tres muchachos corren y se meten en el autobús, que la Srta. Zane deja de retener. Todos los vehículos escolares salen del área a través de la puerta principal del Cenntenial Park.

¡Es vuestro turno!. ¿Qué haréis ahora?

Había acabado con el cuarto bicho y los chicos entraron en el autobús lo que significa que podrían ponerse a salvo.

- ¡Mejor será que se vayan!

Exclamó al conductor haciendo señas con la farola lo cual quizá no interpretaría correctamente. Ya eso no importaba demasiado, tenía que llegar hasta los otros diablillos que luchaban contra esa especie de ninja. No sabía bien las intenciones de éste, quizá buscaba al científico para interrogarlo o quizá era una especie de héroe en la sombra.

Clone entonces echó a correr, dejando la farola en el suelo para poder tomar más velocidad. El hombre trataría de acortar distancias y entonces saltaría, arreando con las manos juntas más el impulso logrado. Sería un golpe devastador.

- ¡Habéis asaltado la dimensión equivocada!

No tenía ni idea de dónde habían venido pero no iba a dejar que se salieran con la suya.

 Reí de manera siniestra y horripilante, mientras una cadena llameante apareció de repente en mis manos y atacó al más cercano de mis adversarios, que se encontraban atacando al humano. Definitivamente yo daba más miedo que esos diablillos, a juzgar por la expresión de todos los presentes...

Sin dejar de girar para acabar con los monigotes que me atacan, sigo con la mirada al motorista infernal. "¿Dónde irá?" Parece que en la azotea del edificio ocurre algo. Es en ese momento que miro arriba cuando me despisto y una de las criaturas consigue flanquear mi torbellino para morderme pero un último giro lo repele a tiempo.

Vuelvo a buscar a Eddie con la mirada y es que el muchacho desapareció. "¿Estará ahí arriba?" pienso preocupada. Entonces sin perder más tiempo y sin fijarme en lo que dejo atrás, salgo a toda velocidad hacia la azotea del Little Bohemia Nightclub. Normalmente no me dejarían entrar en un lugar así sola pero es urgente y gracias a mi supervelocidad nadie reparará en mí y menos con el miedo que tienen.

Atrás dejo al chico sombra luchando pero puedo apreciar de reojo como el hombre grande se aproxima hasta el, seguro que le ayudará más que yo.

Si mi supervelocidad me lo permite nada más llegar arriba embisto a uno de los zánganos con un giro demoledor.

Los malditos diablillos lograron hacerme daño, por suerte no son demasiado graves todavía. Es hora de acabar con todos los posibles, agarro el ninjato con fuerza y me preparo para acabar con el resto de enemigos que tengo a mi alrededor en un movimiento circular. Estoy rodeado pero no muerto...

Me preparo y giro sobre mi pie izquierdo en sentido contrario a las agujas del reloj para acabar con los tres diablillos que tengo a mi alrededor, mientras lo hago pienso en mi siguiente movimiento que será atraer la atención de los que pueda quedar para que no causen más destrozos de lo necesario.

- ¡Malditos cabrones! - grito para dejar fluir mi rabia y el dolor que siento tras la herida recibida en la espalda. Espero que me dé algo más de fuerza para poder acabar con ellos.

Le habían golpeado con especial dureza, tanto que por un momento había perdido de vista a sus enemigos, así como a aquel misterioso motero que le ayudaba. Tan solo había visto garras y dientes causándole un daño atroz. Aun así se sobrepuso...

*"¡Puedo resolver esto!" Se dijo a si mismo. Era cierto que nunca se había visto envuelto en ninguna situación peor que aquella, pero si quería ser el mayor héroe de todos los tiempos, tendría que sobreponerse a esto y mucho más.
Aunque múltiples heridas cubrían su cuerpo Christopher estaba bastante más centrado, volvió a fijarse en aquellos dos monstruos que quedaban, y tampoco perdió de vista a aquel motero fantasmagórico, puede que le hubiese ayudado, pero no se fiaba ni un pelo de él.

Sin perder ni un segundo más, Christopher volvió a reemprender su ataque, confiando en deshacerse lo antes posible con los bichejos que quedaban en pie.

Metrópolis, turno 6

Tass se desliza sobre sus tecno-patines cromados como una centella; la velocidad hace que la visión se distorsione, y la joven sufre un efecto túnel mientras ve pasar a su alrededor los árboles del parque, la gran estatua conmemorativa junto a la salida, los vehículos que están saliendo del aparcamiento y que, a su lado, parecen circular a cámara lenta, y la puerta del Little Bohemian Nightclub, por la que todavía está saliendo gente, huyendo de lo que está sucediendo en la terraza de la última planta.

La patinadora cruza el salón del local en un suspiro, esquivando a personas que parecen estatuas en poses de huida, y se lanza hacia las escaleras rodando a toda velocidad. Para la gente sólo ha sido una desdibujada sombra de color; alguno especialmente rápido llega a señalarla con el dedo, antes de que la joven suba sus patines hasta la pared junto a la escalera y, usando la fuerza centrífuga, marca un surco por ellas mientras avanza en espiral hacia el último piso.

En la terraza quedan dos pequeños monstruos, que en el momento en el que la puerta de cristal revienta y deja pasar a Tass se encuentran asediando a Chris, aunque parecen dispuestos a apartarse de él y atacar al recién llegado, una criatura motorizada y llameante de aspecto demoníaco que acaba de esparcir a uno de sus compañeros por el suelo tras aparecer teleportándose desde ninguna parte.

La joven se dirige a una de las criaturas, pero el ser resulta ser lo bastante rápido como para saltar hacia el Jinete Fantasma, dejando pasar por debajo a Tass a toda velocidad. A tanta velocidad, de hecho, que pierde el control, cruza toda la terraza en medio segundo y termina estrellándose contra la barandilla, haciéndola estallar y lanzándose al vacío con un chillido. (Putadita del Master, muahahaha. Ahora puedes pagarme un punto de determinación para evitarla, agarrándote en el último momento, o caer al vacío sobre el parque a docenas de metros más abajo, con la posibilidad de herirte gravemente. A cambio ganarías un punto de determinación. Tú decides).

El zángano volador cae sobre la calavera llameante, rueda por el suelo y le lanza una dentellada contra la pierna, hincando sus dientes sobrenaturales sobre su muslo, que empieza a chispear como los masillas de Power Rangers. (Éxito moderado, 2 daños). Éste no parece muy contento con la situación, así que con un gesto materializa una larga cadena en llamas, que usa como un látigo contra la pobre criatura aferrada a su pierna. (El zángano no puede alcanzar la dificultad del ataque). El monstruo termina cortado como una longaniza, y los dientes interdimensionales que mordisqueaban al Ghost Rider se deshacen junto al resto del desdichado ser.

El último de los zánganos chasqueaba también sus dientes junto al cuello de Chris, dispuesto a acabar con él. El joven hombre de negocios se encontraba malherido, cubierto de sangre y apenas en pie, pero una chispa de determinación saltó a su mirada en el último momento. De repente, restablecido por una increíble fuerza de voluntad, giró con un Tai Sabaki hurtando el cuerpo a su furioso adversario, que se golpeó duramente la dentadura contra la galería de cristal que había detrás. El giro dejó al Sr. Archibald en posición de lanzar una impecable patada contra la nuca de la criatura, que quebró su cráneo, quebró el cristal, e hizo pasar al interior del edificio un chorretón de alquitrán deshecho.

Tass, en ese momento de horrible suspensión en el aire rodeada de pedazos de barandilla, observa el parque a casi cien metros bajo ella. El monstruo que había dejado allí, (el Zángano 11), parece momentáneamente confuso. (La patinadora acaba de desaparecer a toda pastilla). Mira a un lado y a otro, y finalmente fija la vista en Clone, que se dirige hacia el ninja y hacia sus dos compañeros, que luchan contra él. 

Con un maligno siseo se lanza volando por el aire, interceptando a la mole y cayendo sobre su espalda. (Éxito mayor, pero no puede aturdir porque Clone es demasiado fuerte: 2 daños). Se la desgarra con las sucias y largas uñas, obligándole a frenar durante un momento. El frenazo hace que la viciosa criatura caiga al suelo frente a él, y cuando levanta la vista ve que el gigantón ha unido sus dos manos en un puño enorme y descendente. El resultado es el sonido de un trueno, un agujero en el empedrado y un montón de alquitrán salpicado en treinta metros a la redonda.

Sus dos compañeros están tratando de alcanzar a la Sombra, pero éste salta, esquiva y se mueve con soltura a su alrededor, evitando todos sus agresivos ataques, soltando una grosería y situándose finalmente entre los dos. Salta con un movimiento circular para alcanzarlos a ambos, (entiendo que aceptas la desventaja de "dificultad +2" igual que hizo Clone). El primero de ellos es tomado por sorpresa, y recibe un terrible corte que casi lo abre en canal, cayendo de espaldas y deshaciéndose en la porquería alquitranosa de costumbre. El último, sin embargo, logra apartarse lo suficientemente rápido como para esquivar la pequeña y afilada espada.

El pequeño monstruo mira alrededor y se ve sólo, pero a pesar de ello sonríe con maldad y mira hacia arriba. Sombra no puede evitar mirar también, (así como los demás si os apetece ver el paisaje), y puede observar con horror cómo, del portal que se ha abierto entre las nubes, surgen una veintena más de estas criaturas. ¡Y detrás, descendiendo por el túnel arremolinado de nubes rojizas, vienen cientos, incluso miles!. ¡Las cosas se ponen realmente complicadas!.

Es vuestro turno!