El telon se abrio y alli habia un hombre que no necesitba presentacion, solo hizo una reverencia agradeciendo al publico y al dueño del local para luego sentarse frente al piano y alli desde sus manos y corazon comenzo a emanar una musica que delietaba...
Al tiempo que fluían sus acordes yo me iba dejando llevar a un mundo dónde todo era música, dónde todo era magia. El último de sus acordes me devolvió al mundo real dandome cuenta de que no había comido ni bebido, ni siquiera sabía si el camarero me había servido bien, rápido....
El tiempo parecia detenerse con cada acorde y tonada, la musica inundaba el lugar de una forma poco antes vista... pero como podia ser que un hombre asi estuviera escondido de los demas? como podia ser que tanto talento se desperdicie en un lugar asi? por qeu no estaba en un teatro esperando la obacion de publico?... Muchas preguntas pasaron por la mente de varios alli hasta que la musica finalizo.
Enzo se incorporo y miro a la audiencia - Gracias - Dijo de forma elocuente - El Señor Magner a sido una gran persona al darme esta oportunidad de mostrar lo que hago, pero tambien me ha dicho que hay alguien entre nosotros que es un artista al igual que yo.... una cantante - Murmullos y las voces comenzaban a tratar de averiguar de quien se trataba....
pero tu estabas oculta en una de las mesas, sabias que se trataba de ti.... solo bastaba con hablar para despejar las dudas.
Me incorporé lentamente y me acerqué a él con paso firme y sensual. Al llegar a su altura le dije -Soy yo.
Enzo sonrio en amplitud, observo tus rasgos y movimientos como si de un escultor se tratase; - Por favor - Dijo extendiendo su mano hacia ti, lentamente te condujo hasta el centro del escenario y alli te pregunto a viva voz para qeu todos escucharan.
- Con que tema nos deleitara a los invitados y a mi persona... yo la acompañare en el piano -
La emoción embargaba mi cuerpo, me sentía como en un sueño, pero era mi momento, no podía dejarlo escapar. Pensé rápidamente y recordé aquel tema de Zucchero que me hiciera ganar mi primer premio. Sí esa sería mi elección, aunque necesitaba pensar rápido en caso de que mi interlocutor no la conociera, a veces se me olvida que lo que es conocido en mi tierra no lo es fuera de ella.
- "¿Conoce el tema Come Il Sole All'Improvviso?" - interrogué a mi interlocutor - No es mio, pero es el tema con el que gané mi primer premio.
Si la conozco Aseguro Milinner, camino unos pasos que parecieron eonicos mientras la gente te observaba desde sus mesas, la melodia comenzo a sonar suave dejandote via libre para qeu tu voz se proyectara por el lugar; el silencio era rotundo y ningun sonido perturbaba la melodia que esperaba obtener voz.
Poco a poco mi voz en perfecto italiano empezó a fluir, cada nota, cada acorde dado con la mayor pulcritud posible. Una a una me iban llevando hacia el lugar dónde sólo yo era dueña de sus corazones, de sus emociones. El desamor de una joven brotaba a borbotones de mi voz y penetraba en los corazones de los allí presentes. Terminé mi número con la misma rotundidad que lo empecé y esperé.
La gente se puso de pie y ovacionando con aplausos tu espectaculo, parecia que ambos hacian buen equipo pero Milliner permanecia en silencio con una media sonrisa en su rostro mirandote, fue solo un movimiento de labios qeu pudiste comprender solo * Te ganaste al publico *.
Poco a poco la gente volvio a sus lugares mientras Enzo se acercaba a ti tomandote de la mano, la sentiste fria al tacto pero esto pronto cambio - Bien echo, creo qeu ganaste el premio mayor -
La emoción me embargaba. Eso era lo que me llenaba de vida, el aplauso y el cariño de la gente. Pero... ¿como podía calentarse su mano con tanta rapidez? Igual sólo había sido mi impresión...
-Muchas gracias señor Milliner, no podría haberlo logrado sin su gran destreza tras ese maravilloso piano - dije mientras le hacía una pequeña reverencia como las que se les suele hacer a los virtuosos.
Esperaba que se sentara a charlar conmigo un rato, pero no podía pedírselo directamente, sería mucho abusar de la confianza de un hombre que acababa de conocerme.
Milliner te agradecio y te entrego una tarjeta con un numero de telefono - Siento que nuestra charla solo durara tan poco, pero nos veremos pronto - asintio con un gesto de respeto hacia tu persona - No dude en llamarme Señorita - Cuando el telon se cerro el pianista dejo el escenario tras bastidores y se retiro del lugar en un auto que le esperaba.
Me dirijo a la mesa con la intención de acabar mi cena. Mientras ceno sigo pensando en la maravillosa oportunidad que el señor Milliner me había ofrecido. Jugueteaba con la tarjeta entre mis manos con la firme convicción de que le llamaría al día siguiente, tenía que conocerle, tras esta noche sabía que podía ser mi gran oportunidad en la música y no podía desperdiciarla.
Al acabar mi cena llamé a un taxi para volver al hotel y así descansar después del largo viaje. Ya tendría ocasión de seguir de ruta turística entre concierto y concierto.
Tras unos quince o veinte minutos Brass estaciono frente al restaurant y aguardo por que te avisar y asi lo hicieron el maitre del restaurant te informo de la llegada de tu vehiculo.
- Señorita, su coche la espera fuera -
Caminaste y abordaste el auto, Justin miro por el retrovisor... - Y como fue la velada? - sonrio mientras el auto comenzaba a marchar.
Mi mente seguía divagando y pensando en las palabras exactas que debía decirle al señor Milliner al día siguiente cuando lo llamara. La voz de Justin era sólo un eco lejano.
-Ha sido una noche interesante - Me limité a contestar mientras mi mirada seguía perdida entre las luces de la ciudad.
Entonces conseguiste lo que buscabas? Pregunto Justin mientras miraba por el retrovisor cada tanto siguiendo el camino hacia tu hotel Digo esta es la ciudad del pecado... bueno no como los vegas pero estamos cerca Sonrio ante lo dicho, frenaron frente a un semaforo y aguardaron la luz verde.
-Podría decirse que en cierto modo llevas razón - dije clavando mis penetrantes ojos verdes en Justin. Por fin he conseguido que me vean cantar lejos de mi Italia natal. - La gran sonrisa que dibujaban mis labios dejaba ver que esa noche era realmente feliz. Sería una de esas noches que no se olvidan con el paso del tiempo.
- Me alegra escuchar eso - Respondio Justin - Creo qeu te has ganado el corazon del publico, y eso es bueno... dices que los artistas se nutren del aplauso - El semaforo seguia sin cambiar, fue alli qeu un auto se coloco a su lado... un auto rojo y una mujer de rubias cabellos estaba en el asiento trasero...
Le sonrío a Justin tras sus palabras. No me doy cuenta del paso del tiempo. ¿Estaría tardando mucho el semáforo? Quizá no y el cansancio comenzaba a hacer mella en mi persona. Al ver el coche me quedo mirando. La mujer rubia tiene pinta de estrella. La sigo observando mientras guardo silencio.
La Mujer rubi aseguia en su mundo cuando sintio esa mirada tuya hacia ella, todos aveces tenemos ese presentimiento que alguien nos mira y esa era la ocasion; la Mujer de unos trienta y tantos ya adentrandose en los cuarenta se giro para mirarte con unos profundos ojos color ambar.
No dijo nada pero aquella mirada lo decia todo, yo soy la estrella hoy y siempre, la soberbia se notaba y todabia no habia abrierto la boca para decirte algo, fue alli que Justin comenzo a mover el auto dado que el mismo habia cambiado.
- El mundo de hoy en dia es asi, siempre te trataran de menos si los dejas -
- Es una pena que el mundo sea así - dije quitandole importancia. Estaba deseando llegar al hotel, necesitaba descansar. Ya eran horas después del largo viaje.