Partida Rol por web

Devil Enclaim: El examen de acceso

Estadio Ceres

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15/11/2009, 22:08
Director

Llegáis al Silfarion son problemas.
Junto con muchos otros turistas del Cronos, también habíais venido a ver la 4º prueba en el estadio Ceres, aunque vosotros en concreto para ver a cierto grupo.

Pasáis una confortable poca estancia por las calles del Avelibre, hasta que se hace la hora de ir al estadio. Una hora a la que vais más temprano por Akira, el cual quería estar pronto, pues te contó por experiencia que el estadio a pesar de todo no era tan grande y seguramente se formarían colas kilométricas, así que desde hace bastante estabais esperando en vuestros asientos de buena fila.
Te das cuenta de que, a pesar de lo delicada y polémica que es tu situación en la Orden, el ir solo con Akira os hace pasar bastante desapercibidos, en vez de si hubieras tenido que ir con varios guardias, como quizás te habrían dejado si el Capitán Takeda hubiese sido muy benevolente. Seguramente esta sería una de las razones por las que os ha concedido esto a Akira y a ti, por lo que deberías estarle muy agradecido además de por todo lo que ya le debes.
Sentados, Akira muestra su semblante risueño y sereno de siempre. No se despegaba de ti, pero tú tampoco lo hacías de él, no había motivo. Te sientes hasta verdaderamente confortable, como el hijo que va a ver el 1º partido de futbol con su padre. Es a mitad de una de las sinceras y agradables conversaciones que tienes con tu padre y maestro cuando ya anuncian la salida de los del Lunaestrella, saliendo ya éstos junto con una chica que no reconoces. El reemplazo del anterior chico.

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18/11/2009, 15:35
¿?¿?¿?

Aunque estaba seguro de que no sería fácil que alguien lo reconociera, Córen no podía evitar llevar la capucha bien calada y la cabeza algo baja, para minimizar las posibilidades. A pesar de esto pudo disfrutar de lo enorme de aquel estadio. Seguro que se iba a llenar.

Una vez sentados en las gradas pudo ser consciente de que estaba realmente nervioso por ver de nuevo a sus antiguos compañeros, incluyendo al que le estaría sustituyendo a él. Quizás era al que más deseaba ver de todos.
Finalmente aparecen en el estadio, y Córen se queda en silencio viéndolos desde su posición, consciente de que ellos probablemente ni sepan que está allí.

Vaya...No se me había ocurrido pensarlo, pero me siento realmente mal por no estar allí con ellos...Uhm, esa debe ser la chica que me reemplaza, aunque juraría que se trataba de un chico...

-Akira...Creí que mi sustituto se trataba de un chico y no de una chica...No es que me moleste, pero vamos ...- le comenta en voz baja, como temiendo que lo escucharan, pero lo suficientemente alto como para que Akiro lo oyera...

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22/11/2009, 13:18
Director

Notas de juego

Ya sabes lo que se dijo en las redes de información, que el integrante del grupo del Lunaestrella Michael Lance abandonó la competición por un grave incidente en la 3º prueba.

Por Akira, conoces todos los detalles de la verdad. Sabiendo que incluso tus antiguos compañeros también acababan de perder a un compañero a manos de Ancestra. Lo cual te hacía sentir hasta cierta empatía para con ellos. La chica es un suplente adicional, llegada del Silfarion Lúmina, que no pudo participar en las primeras pruebas por falta de plazas vacantes.

Pd: Ahora te copypasteo, que hay mucho, que se me ha olvidado XD

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22/11/2009, 13:23
Director

Adrastos
-Bien, equipo... ¡Vamos allá! -exclamé tan pronto la capitana y su subcapitán desaparecieron del terreno, dándonos pié al comienzo de la prueba-. Paso a reconocer el terreno desde aquí. Diokles; alza el vuelo para tener vista aérea de toda la zona e infórmanos... -no sabíamos nada acerca del cometido de nuestra misión, además de que teníamos que eliminar a un enemigo que nos igualaba en poder. Debería estar en algún lugar de aquél cañón. En principio debería poder localizarle con mi vista... Si no ocurría así... Habría que improvisar aún más de lo que ya estábamos obligados a hacer.
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Himeko
Adri, yo desaparezco ya, ya sabeis entro por donde siempre

Comento un tanto nerviosa, he sido incapaz ni siquiera de responder a las palabras de la capitana, y la dedicatoria de mi compañero no ha hecho sino conseguir que suelte un par de lagrimas, aunque parece que la adrenalina ha conseguido que mi concentracion sea buena, nadie me habia visto volverme invisible tan rapido

Dadme un minuto que aqui hay mucha gente y no quiero tener el mismo problema de ropa que la otra vez

Me quito rapidamente la ropa colocandola en la funda de la espaada y esperando hasta haber salvadola ropa para volver a concentrarme en mi otro poder, y sentir rapidamente como mi cuerpo cambia y ya esto lista para lo que tenga que venir
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Diokles
Diokles agitó las alas con fuerza hasta que poco a poco fue despegando... realizo un vuelo ascendente sin pasarse y desde ahí se quedó dando circulos mientras miraba hacía abajo aunque no pareció ver nada en absoluto... empezaba a pensar que necesitaba gafas o algo...
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De momento, ninguno, ni siquiera Adrastos, consigue percibir nada extraño o fuera de lugar. El murmullo del público seguía vigente e inagotable, junto con el fluír del riachuelo, ahogado por el griterío del estadio. Aunque el estar entre dos gigantescas paredes de roca parecía amortiguarlo.
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Cynthia
Bien podría sentirse Clover intimidada. Ya no solo porque el combate al que iba a hacer frente (por decisión divina) no se asemejaba mucho con lo que había hecho anteriormente. Tenía claros sus objetivos, pero la realidad era que estaba sustituyendo el vacío de un integrante desaparecido al que hacía mención Adrastros.

El enfrentamiento comenzaba con la despedida de los superiores, y Clover desvió los ojos hacia el hermano del líder cuando éste extendió sus alas blancas, sin poder evitar apreciar semejante visión angelical. Cada uno de los componentes, a su manera, gozaba de unas expléndidas capacidades físicas. Justo era ese el rasgo del que carecía la recién llegada, que por encima de todo debía mantener una mente ágil y rápida. Sólo esperaba poder adaptarse al ritmo y llegar de pie al final.

Adelantó dos pasos hasta situarse casi a la altura de Hermokrates y extendió los brazos hacia delante con la esfera entre sus manos. Un leve retorcimiento y la joven la había abierto a la mitad como una píldora, agarrando la materia para aproximarla hasta sus ojos, estirándola como si se tratara de un rollo de papiro. Una vez hizo contacto con su piel, el artilugio terminó de fijarse a ésta uniéndose en la parte posterior de la cabeza, reflejando la forma de unas gafas blancas de estilo futurista, a simple vista nada llamativas, que proyectaban una amplia visión panorámica a su portadora.

Se llevó un par de dedos tras la oreja, y al momento se formó un único auricular que le ocupada toda ésta.

- Os informo de cualquier irregularidad desde aquí - avisó, en guardia, frunciendo un poco el ceño sin quitarse la mano del auricular. El griterío del gentío sobraba soberanamente...
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22/11/2009, 15:44
Director

Antes del post de antes:

Al salir, pasáis de un espacio en línea reducido a un gargantuesco espacio abierto. cambio el cual llega hasta a echaros un poco hacia atrás de la impresión.
El estadio estaba casi lleno, el habla y los gritos de tanta gente se fundían en una línea sonora imposible de comprender, la cual se acentuó al ver que el equipo Lunaestrella al fin hacía su aparición en el terreno. Era tal la amalgama de gente que era casi imposible reconocer una sola cara, incluso Adrastos con su supervisión debía concentrarse más que nunca para captar uno a uno los rostros de las miles de personas atentas a vosotros. El espacio abierto, el gentío y los gritos os impresionan tanto al que más como al que menos, fuera de las fuertes sensaciones que invaden a cada uno en ese momento.

Antes de nada, os llama la atención una anomalía destacable en el terreno de combate.
En la planta ovalada, un gran surco dibujaba un claro límite en ella, como una gran grieta abierta al abismo, que separaba claramente el terreno de lucha de las gradas y el resto del estadio*.

Por supuesto, un puente metálico aparentemente retractil unía el espacio del estadio con el terreno de combate. Y al final de ese puente, al comienzo del terreno de lucha, estaba plantada solemne y con una sonrisa dibujada en su cara la Capitana Lyubochka junto con su peculiar tigre albino, recostado junto a ella.
Además, junto a ésta, estaba también la figura de un desconocido hombre, que acabáis por identificar como el subcapitán de la 9º Unidad junto con la Capitana Lyubochka. El Barón Ostan Oriotto**, inquietantemente conocido con el sobrenombre de ``El que ejecuta sin enteder´´. Lo cierto es que, contrastando con la capitana, su expresión era confusa. Mostraba una media sonrisa acentuada, pero sus ojos entrecerrados no parecían mirar a ninguna parte. Parecía estar completamente ausente de lo que ocurre a su alrededor. De hecho, no sabríais explicarlo bien, pero cuanto más os acercábais a él más os invadía una sensación de inquietud temerosa y extraña, con él como epicentro de la misma. Como si estuvierais frente a una pistola programada para dispararse en cualquier momento desde el segundo siguente o hasta 50 años después.

Tras ellos, se dibujaba perfectamente la topografía del terreno de combate, la cual parecía un trozo del desierto de Australia arrancada del mundo y puesta allí.
Era sencillo, comenzabais en el fondo de un desfiladero, estrechado en sus laterales por sus respectivas grandes masas de piedra y tierra totalmente uniformes. Poca vegetación se observaba, aunque un riachuelo surcaba tangente el interior del cañón del desfiladero***.

Todo ello hacía formarse una visión ante vosotros soberanamente espectacular. Un grandioso panorama de los cuales se llegan a ver pocos en la vida, incluso en la de un guerrero Haze. Y además erais los protagonistas del momento.

Os acecáis cruzando el puente, aún junto con Koza, hasta pararos al comienzo del terreno frente a la Capitana, su tigre, y el Barón.
Incluso Koza se le llega a notar un escalofrío al acercarse al subCapitán de la 9º División, llegñandose hasta a escapársele un resoplido.
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Capitana
Buenas tardes, Lunaestrella. - Dijo la Capitana, totalmente serena y sonriente. Actitud la cual os llega a tranquilizar en una mínima medida. - ¿Estáis listos para la prueba? - Pregunta, mirando fijamente pero sinriente al líder y al sublider del equipo.
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Ethan
Ethan había estado nervioso durante todo el trayecto hasta el estadio. Y decir que había estado nervioso era no hacer justicia a su estado de ánimo. El combate y los entrenamientos previos a la cuarta prueba le habían cansado lo necesario como para que en lugar de descargas eléctricas, solo emitiera pequeñas chispas de energía dorada cada vez que se movía. Todo el pelo de su cuerpo estaba erizado, y aquellos que se tuvieron la mala suerte de sentarse a su lado, vieron como su pelo también sufría por la presencia de la estática que rodeaba al chaval.

El atravesar la multitud, recorrer los pasillos hasta los vestuarios y la espera posterior se convirtieron en toda una tortura para el australiano. Tamborileaba frenéticamente con los dedos sobre cualquier superficie que encontraba a su alcance, acompañando el efecto eléctrico de su nerviosismo con un molesto ruido repiqueteante. Parecía que estaba intentando crear una tormenta en miniatura a su alrededor...

Sin embargo... pasar de los reducidos espacios del interior del pasillo al basto terreno de la arena de combate hace que toda la tensión de Ethan se disipe de un solo golpe. Envía una poderosa descarga hacia el suelo, a través de sus patines, que por un segundo se iluminan como pequeñas estrellas y se siente renovado, mucho mas seguro de sí mismo. Acostumbrado como estaba a recorrer las planicies del desierto australiano, dónde se sentía libre y perfecto, Ethan estaba lejos de verse amedrentado por la grandiosidad del paisaje contenido bajo la cúpula del estadio. Ni siquiera el abismo sobre el parecía flotar todo el ingenio aquel le impresionaba. Se sentía, en cierta manera, como en casa. Y ya tenía fijado un objetivo en su mente y recorrería el camino hasta él a velocidad de vértigo.

Solo "el que ejecuta sin entender" lograba perturbar a Ethan. Se sabía más rápido que una bala... Pero no se creía capaz de escapar de la ira de ese inquietante hombre. Si el arma que aparentaba ser se disparaba, Ethan moriría.

Al llegar al otro lado del puente y quedar frente a frente con la capitana, Ethan inclina ligeramente la cabeza a modo de saludo y esboza una sonrisa amplia y arrogante. - Os saludo, capitana... Nacimos preparados para este día -
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Cynthia
No debía de ser natural la aparente calma de la nueva integrante del Lunaestrella.

Al contrario que sus compañeros, la joven de porcelana se mostraba serena y equilibrada, caminando con paso elegante pero decidido, embutida en el ceñido mono blanco que lograba acentuar sus no demasiadas curvas. Por su actitud frente al público daba la impresión de no querer destacar demasiado entre sus compañeros, pues inclinaba levemente la cabeza hacia abajo, adelantando los mechones de su corta melena, en un gesto de discreta timidez escondida tras esa locura de pulsaciones que experimentaba su corazón. No había dado a parar a un equipo cualquiera; quedaba claro.
Alzaba la vista para prestar atención a los comentarios de Koza, jugueteando entre sus dedos con la esfera, la cual debía de haberle robado el sistema nervioso a su portadora puesto que no paraba de sufrir pequeñas transformaciones de manera constante.

Pero fue su mirada la que sufrió un cambio perceptible al abandonar el pasillo para, finalmente, pisar el terreno de combate. El violeta de sus ojos centelleó sumergiéndose en aquel mar agitado que era el público. Hasta el mismísimo Rey estaba presente... De pronto sintió una debilidad en las rodillas.

- Ffffhh... - un suspiro fue todo lo que escapó de sus labios cuando junto a su equipo se adelantaron hacia la capitana y el subcapitán. Se relamió los labios y tragó saliva, dibujando por fin una sonrisa de Gioconda, paseando la mirada entre sus compañeros para luego posarla en quienes quedaban frente a ellos, inclinando ligeramente la cabeza a modo de saludo...

...El pulso no amainaba.
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Diokles
Diokles fue con paso tranquilo siguiendo a sus compañeros hacía el interior del estadio. Permanecía tranquilo, con el rostro inexpresivo y frío... no se permitía sentir nada en aquella situacion puesto que recordaría lo que le azotaba por dentro... y eso sería fatal para su grupo.
Una vez llegaron a donde debían miró a las gradas y los "oficiales" allí reunidos. Clavó la lanza en el suelo sin hacer demasiada fuerza y se quitó la chaqueta dejando sus alas al aire... las desplegó y replegó varías veces para desentumecerlas y las dejo pegadas a su espalda recogiendo la lanza sintiéndose preparado...

- Si, listos - dijo con voz queda
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Adrastos
Los nervios, aunque por lo general templados, comenzaban a aumentar de forma más que considerable conforme nos acercábamos al acceso al centro del estadio. Sobre todo por aquellos ensordecedores gritos que se escuchaban por todas partes, tan potentes que, parecía, iban a tirar abajo toda la construcción. Por suerte no parecía que eso fuera a ocurrir aquél día.

Cruzar el umbral era un paso de gigante que tuvimos que realizar sin siquiera pensar en ello. No era poca cosa, pero aún con todo habíamos llegado hasta aquél momento sudando y sangrando tanto que flaquear no era una opción. Y, de hecho, no lo hicimos. Ni flaqueamos entonces ni lo haríamos pese a la inmensa presión que suponía tener encima las miradas de miles de personas, el Rey incluido.

Presión que aún se hizo mayor al estar ante la presencia del segundo de abordo de la capitana Lyubochka, el barón Ostan. Sentí un ligero temblor en las piernas al percibir la mirada de aquél hombre de aspecto gélido y despiadado. Su reputación le precedía, por supuesto... Por un momento se me pasó por la cabeza la idea de que él podría ser el rival "de fuerza equivalente a la nuestra" y sentí miedo.

Pero apreté los puños con fuerza hasta que el dolor pudo más que cualquier otra cosa. Si había algo que no debíamos hacer era perder la calma (si quedaba algo de ella) y dejarnos llevar por aquellas emociones. Y es que todo parecía preparado, precisamente, para tal fin: hacernos perder la cabeza y, por consiguiente, hacernos cometer errores. Me dejé llevar por la seguridad de Diokles y de Ethan, y aquello renovó mis fuerzas.

Así, inspiré con fuerza y saqué algo de pecho, buscando la serenidad. Después me dirigí a la capitana.
-Estamos listos, capitana. Pero antes me gustaría decir algo en nombre de todo el equipo Lunaestrella: Lo que hoy hagamos, para bien o para mal, me gustaría dedicarlo a nuestro compañero perdido, Michael Lance, esté donde esté. Su marcha forzada ha sido para nosotros un gran dolor y una irremplazable pérdida que, esperamos, no sea eterna... Pero de cualquier forma sabemos que a él no le habría gustado que hoy no diéramos todo de nosotros mismos y al fin y al cabo es gracias a él que estamos nosotros aquí... Así que, Mike -llevé una mano al pecho en aquél momento, las palabras cargadas de sentimiento-. Lo que hoy hagamos es para ti, amigo... -y aquello era todo.
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Director a Adrastos
Con la vista captas deprimeras perfectamente el lugar más significativo, y es el palco del Rey donde también están los asientos adosados donde se encuentran algunos de los Capitanes y Subcapitanes de Unidad.
El Rey Yu Xun os mira con una sonrisa bonachona y benevolente. Junto a él, sin haber tomado asiento, un hombre jóven de apariencia, de pelo canoso y largo, con ábitos japoneses, se presenta firme y alerta. Quizás un guardaespaldas personal.
Ninguno de los 3 sabios ministros parece estar presente.
Capitanes y Subcapitanes parecen estar todos, excepto algunos pocos, como la subcapitana Wynee de la 10º Unidad, la subcapitana Tenma de la 3º y el Capitán Lothart y subcapitán Field de la 8º. Sin embargo, reconoces con cierta alegría a Fenris, siempre sonriente, seguramente esa sonrisa dedicada a vosotros, de hecho, al ver que giras la mirada hacia allí, ves que te levanta el pulgar, al fin y al cabo Fenris tenía también una vista sobrehumana. También ves a Dirge, Garret, Armstrong, Cássidi, incluso a Brownwing y a Alex Minnel del Astros, éste último ostentando ya el asiento del subcapitán de la 5º Unidad.
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Capitana
La Capitana, en señal de respeto por las loables palabras del grupo, baja la cabeza manteniendo su leve sonrisa. Las imágenes eran reflejadas por unas pequeñas y curiosas cámaras voladoras a unas pantallas situadas por el estadio, y vuestras voces y comentarios sonaban tan claros como la nitidez de vuestra imagen en las grandes pantallas.
Algo curioso, es que el Barón Oriotto no muestra signo alguno ante las palabras, al contrario que la capitana.
Bien pues, las reglas son sencillas. Una vez comenzada la prueba, debéis acabar el objetivo con éxito sin salir del recinto y sin recibir ayuda de ningún tipo del exterior. Seréis descalificados si salís del recinto, os rendís o resultáis gravemente heridos. Si uno solo de los miembros declara su rendición, sale del recinto o inflinge las normas del objetivo de alguna forma, el equipo entero será descalificado.
Mucha suerte, y, comenzad. - Dicta la Capitana con voz apacible, mientras, con paso tranquilo, abandona el escenario hacia las gradas mientras su tigre albino la sigue con el mismo porte.

El Barón se dispone a hacer lo mismo, mas no sin antes alzar también su palabra...
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Subcapitán
Sí... Suerte. - Dice simplemente el perturbador hombre de expresión ausente. Incluso os parece oír una levísima risilla una vez da la espalda al grupo mientras sigue a la Capitana. Desde luego, un tipo muy extraño.

Una vez los capitana y subcapitán abandonan la plataforma por el puente retráctil, éste parece seguirles con la ida, recogiéndose del todo y dejándoos a vosotros frente al desértico paisaje, dando definitivamente comienzo vuestra prueba.

Notas de juego

La dedicatoria a Mike la dice Adrastos, para ahorrarte leer XD

Por si no viste las imagenes del área de combate y ele stadio:
*Dibujo explicativo XD
Nota: el estadio está cubierto.

**Ver en el paso del tiempo o trasfondo.

***

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23/11/2009, 20:04
Director

Ethan
Los demás ya habían empezado a moverse. Adrastos parecía otear el horizonte con su excepcional vista, Diokles había alzado el vuelo para reconocer la zona desde las alturas y la chica nueva parecía haber convertido su arma en una especie de sensores oculares de gran potencia sobre los que Ethan le preguntaría mas tarde. Hime no estaba ya a la vista, por lo que habría adoptado su aspecto blindado.
De momento, el único que no había actuado era el chico australiano... Y así iba a seguir. En una situación de combate real se hubiera lanzado a la carrera a través del cañón, como avanzadilla del grupo, para hacer las veces de cabeza de puente y punta de lanza ante una posible amenaza. Pero esta vez la presión era demasiada y un fallo, por pequeño que fuera, podría resultar fatal para el grupo. Y si la moral ya estaba dañada por la ausencia de Mike, suspender en ese momento de la prueba sería la gota que colmaría todos los vasos.

Así que Ethan iba a aguantar, preparado para entrar en acción al igual que una bala en la recámara de una de las Socom de Adrastos. En el momento en que el líder localizara la amenaza y tuviera un blanco sobre el que descargar la fuerza de los rayos del haze relámpago, este actuaría con la velocidad del pensamiento.

- Adrastos, me mantengo a la espera... Sólo avanzaré si la zona es segura, ¿De acuerdo? No me gustaría correr a ciegas y activar alguna trampa o estamparme contra una roca por culpa de un enemigo oculto en el suelo, como las otras veces... - Con el ceño fruncido, anunció su intención al líder del equipo mientras descargaba sobre su propio cuerpo el poder principal de su sangre Haze, heredado de la primera generación de la familia Hex. Algo similar a una corriente eléctrica nació de la base del cuello del chico y fue avanzado a través de sus nervios hasta llegar a todas las terminaciones de su cuerpo. Un brillo dorado se intensificó en el fondo de los ojos azules como el hielo de Ethan mientras las probabilidades de éxito se multiplicaban de forma exponencial para él. La suerte estaba ahora del lado del Haze.
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Adrastos
-Recibido, Cynthia, Ethan e Himeko... Os informo de que no detecto ninguna clase de amenaza o anomalía en el terreno que nos rodea... Dicho de otro modo, no hay formas de vida visibles. Comenzamos el avance formando dos grupos: Diokles, baja aquí y coge a Himeko. Hime, hazle alguna seña para indicar tu posición. Seréis el apoyo aéreo y nuestros ojos por ahora. Ethan, Cynthia y yo continuamos por tierra. Avanzaremos sin prisa, pero sin pausa. No quiero arriesgarme a un ataque por sorpresa bajo ningún concepto, venga de donde venga, ¿está claro? -dicho lo cuál desenvainé la katana, tomándola del revés, y una socom, apoyando éste brazo sobre el primero en posición de avance.

-Vamos allá... Ethan, te quiero en movimiento constante, de un lado a otro. Si nuestro enemigo estuviera bajo tierra es probable que se guíe a través de alguna clase de sentido hipersensible basado en nuestro movimiento. Si estás constantemente así le desorientarás... Pero no te alejes y ve siempre por detrás de Cynthia y de mí. Cynthia, adelante, tú y yo somos la avanzadilla por tierra -y terminadas las órdenes pertinentes comencé a avanzar mirando de un lado para otro, cambiando la visión al espectro calorífico, reconociendo el terreno en todo momento.
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Director
Himeko hace que Diokles consiga ver su posición por el sonido de su voz, cogiendo a ésta y volviendo a iniciar el vuelo por la zona. Mientras, Cynthia y Adrastos siguen juntos, ambos escaneando el terreno con su visión sobrenatural y mecánica. Además Ethan se mueve con facilidad por el terreno semiescabroso del desierto, se notan los largos ratos libres, y prácticas por su maestra, patinando por la geografía similar de Australia, lo cual hace que no tenga ninguna dificultad añadida a su movimiento por el lugar. Un golpe de suerte para el chico.

La visión calorífica de Adrastos sigue sin detectar nada, al igual que las visiones que le permite el XGP de Cynthia transformado en gafas de visión especial. Ni siquiera desde arriba Diokles y Himeko consiguen ver nada.
Parece como si no hubiera enemigo alguno contra el que luchar, y llegáis a extrañaros en gran medida.

Pero, es justo cuando empezáis a impacientaros, cuando algo anormal ocurre.
Empieza como un leve temblor, las pequeñas piedras del suelo se mueven y bailan cada vez más con el movimiento del suelo. El temblor va cobrando fuerza, hasta el punto en el que llega a convertirse en un considerable movimiento sísmico, que podría llegar a hacer perder el equilibrio a los que están en tierra.
El grave sonido de rocas resquebrajandose acompaña cada vez más al temblor, viendo con asombro cómo una basta zona de las paredes del cañón empieza a agrietarse considerablemente, empezando a caer grandes pedruscos contra el suelo. La zona que se agrieta no pilla lejos a los tres que están en tierra, sino que se encuentran a la altura des resquebrajamiento. Casi parecería que la gran pared del cañón fuera a reventar...

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28/11/2009, 13:36
Director

Himeko
-uyuyuyu

No puedo evitar una pequeña exclamacion al ver como se empieza a mover una pieza tan grande del suelo

-Ese es mas grande que el del edificio
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Adrastos
-Mierda... -mascullé, boquiabierto y ojiplático, tan pronto empezó a atisbarse aquello contra lo que tendríamos que combatir. ¿Igual en poder a nosotros? Maldita sea, si de semejante montículo de roca aparecía algo... Bien podría suponer nuestra descalificación en el examen si cometíamos el más mínimo error. Di un salto hacia atrás para alejarme de la mole que se desprendía poco a poco. Intenté pensar algún tipo de orden... Pero en ese momento sólo podía observar.
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Ethan
Ethan, moviéndose por el terreno pedregoso con total naturalidad mientras el poder de su sangre aceleraba sus reflejos, podía ver venir todas y cada una de las rocas que se les echaban encima, como si estas se desplazaran a cámara lenta.

El suelo temblaba bajo sus pies y el cañón amenazaba con abalanzarse sobre el grupo. Si no se movían deprisa, una marea de roca y tierra acabaría por aplastarles antes de que tuvieran tiempo de llegar a terreno abierto. Colocando los patines en el ángulo correcto mientras decelaraba, Ethan logró mantener el equilibrio a la perfección. Aún se mantendría atrasado unos segundos más, siguiendo la última orden de Adrastos. Aunque el australiano no creía que fuera a aparecer nada de aquellas grietas, sino que el derrumbamiento era el peligro en sí mismo.
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Director
Con un fuerte estruendo, la pared rocosa estalla.
Las grandes y no tan grandes piedras salen volando por todos lados, desde piedras del tamaño de una palota de tenis hasta pedruscos del tamaño de un camión.

El peligro era inminente, si alguno de los pedruscos grandes os alcanzaba, para más de uno significaría su final trágico de la prueba.

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28/11/2009, 13:40
¿?¿?¿?

Córen observaba los acontecimientos de la prueba con interés. En varias ocasiones intentó enfocar su aguzado sentido del oido en escuchar qué decían sus compañeros, que desde luego podría hacerlo sin problemas en una situación normal, pero por desgracia un estadio lleno de gente significaba mucho ruido, por lo que aunque lo intentó varias veces no conseguía más que dolor de cabeza. De todas formas su "relativamente nuevo" sentido de la vista resultaba útil para esa situación. Con ver le valía.

No abrió la boca durante toda la prueba, pero cuando el suelo empezó a temblar frunció el ceño y  rompió su silencio.

-Vaya...¿Qué será?.- dijó para si mismo más que para cualquier otro, aunque Akira lo habría escuchado sin problemas.- Akira ¿tú tienes idea de qué es lo que va a salir de la tierra?.- Le preguntó con verdadera curiosidad.

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27/12/2009, 17:38
Maestro Akira Kurono

No tengo ni idea, Córen... - Te contesta serio, dando de vez en cuando alguna mueca de molestia, cuando el griterío del público se hace molesto incluso para alguien con el sentido auditivo normal. - Pero deberá ser algo que les iguale en fuerza. Y, conociéndoles, habrán elegido algo un poco fuera de lo nromal...
La verdad es que hasta a mi me intriga qué habrán elegido para ellos... Más os vale estar viéndolos... Pensaba Akira, sabiendo que sus compañeros maetsros de lso examinados estarían viéndoles por alguna parte del estadio...

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27/12/2009, 17:41
Director

Adrastos

-Mierda... -mascullé, boquiabierto y ojiplático, tan pronto empezó a atisbarse aquello contra lo que tendríamos que combatir. ¿Igual en poder a nosotros? Maldita sea, si de semejante montículo de roca aparecía algo... Bien podría suponer nuestra descalificación en el examen si cometíamos el más mínimo error. Di un salto hacia atrás para alejarme de la mole que se desprendía poco a poco. Intenté pensar algún tipo de orden... Pero en ese momento sólo podía observar.
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Ethan

Ethan, moviéndose por el terreno pedregoso con total naturalidad mientras el poder de su sangre aceleraba sus reflejos, podía ver venir todas y cada una de las rocas que se les echaban encima, como si estas se desplazaran a cámara lenta.

El suelo temblaba bajo sus pies y el cañón amenazaba con abalanzarse sobre el grupo. Si no se movían deprisa, una marea de roca y tierra acabaría por aplastarles antes de que tuvieran tiempo de llegar a terreno abierto. Colocando los patines en el ángulo correcto mientras decelaraba, Ethan logró mantener el equilibrio a la perfección. Aún se mantendría atrasado unos segundos más, siguiendo la última orden de Adrastos. Aunque el australiano no creía que fuera a aparecer nada de aquellas grietas, sino que el derrumbamiento era el peligro en sí mismo.
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Director

Con un fuerte estruendo, la pared rocosa estalla.
Las grandes y no tan grandes piedras salen volando por todos lados, desde piedras del tamaño de una palota de tenis hasta pedruscos del tamaño de un camión.

El peligro era inminente, si alguno de los pedruscos grandes os alcanzaba, para más de uno significaría su final trágico de la prueba.
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Cynthia
Ante el gran estruendo, Cynthia en un acto reflejo alza las manos para protegerse de los escombros que vuelan por todas partes mientras activa su campo de fuerza automático. Gracias a eso, no había necesidad de transformar su arma en un objeto defensivo, aún.
Por suerte, a pesar de todo ningún escombro de considerable tamaño llega a impactarla. Los más grandes caen a su alrededor haciendo temblar la tierra, cayéndole encima las pequeñas piedras que les acompañan.

El estruendo aún no había acabado y una gran nube de polvo empezaba a levantarse. Mas con las gafas que tenía podía empezar a vislumbrar algo más entre las rocas y el povlo...
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Ethan

Ethan no tenía ni que moverse. Las piedras, como por arte de magia, parecían esquivar al chaval, que veía como la peña se les echaba encima cada vez con las velocidad. A si alrededor cientos de kilos de roca que podrían haberle aplastado marcaban una zona "segura" en la que el australiano podía permanecer cuanto tiempo considerara necesario hasta que fuera imprescindible moverse.

Por ese motivo, y sintiéndose relativamente seguro, se tomó uno segundos para esperar las órdenes de Adrastos. Normalmente no hubiera esperado... Pero era el examen y no quería jugarse a una carta el destino de todo su grupo.
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Diokles

Diokles siguió sobrevolando la zona en busca del adversario al que debían enfrentarse...
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Himeko

Miro hacia el suelo tratando de localizar a lo que sea que esta montando semejante estropicio con las piedras
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Adrastos

Las rocas no habían hecho ningún daño... Pero lo que me preocupaba es que no fuera aquello una trampa del escenario, sino más bien algún tipo de enemigo con la capacidad de Himeko para hacerse invisible. De ser así, ni con mi vista podría detectarle. Pero hay trucos. Lo pensé por si se diera el caso de que Hime y yo combatiéramos en algún examen: observar el entorno. Con la súper percepción podía abarcar gran cantidad de terreno cercano para observar cualquier variación extraña; un movimiento de piedras fuera de lugar; una pisada que aparece donde no debiera... Así que, en efecto hice eso. Siempre teniendo presente que Himeko estaba con Diokles en el aire.

Notas de juego

A ninguno le cae encima ninguna piedra. Todos o las esquivan o por suerte no les dan.

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27/12/2009, 17:45
Director

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Director:

Y, de entre la gran nube de polvo en suspensión y las pequeñas rocas que aún andaban volando por las alturas tras el estruendo, no tarda en salir lo que parece una gran cabeza monstruosa, acompañada de un rugido estremecedor.

El gigantesco monstruo parecía sacado de una película al más puro estilo de Gozilla. Con cada paso se estremecía la tierra, llevándose por delante casi sin apenas dificultad las grandes rocas que se encontraban en el camino de sus grandes patas, sin que ninguna frenara su lento pero poderoso paso.
Terminó de salir de la pared del barranco, dando un fuerte coletazo a las rocas de éste para sacar por completo su cuerpo. Junto con otro estruendo, más rocas salieron dispersadas, pero por suerte, no en la dirección en la que os encontráis...

El enemigo era grande, gigantesco, más bien. Y, aunque lento en movimientos, parecía poderoso en todo lo demás, e intrigaban esas extrañas formaciones de cristales verdosos que emergían de su rocosa piel escamada cuan púas o garras. De alto llegaba a ser prácticamente tan alto como las paredes del cañón, de ancho podría ocupar una 6º parte de pared a pared de éste y su largo llegaría a ocupar la mitan de esta misma distancia.

Con otro estruendoso rugido al aire, el monstruo parece declararse activo y en pie de guerra contra cualquier cosa cercana a él, y los extraños cristales de su cuerpo empezaron a brillar con una luz verdosa extraña a la par que siniestra, mas no parece haber otro efecto más que el brillo que emanan.

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Cynthia

Jod... der... - Murmura la chica, asombrada de no haber visto un bicho que se mueve y respira tan jodidamente grande en su vida. Había oído de boca de sus compañeros en alguna ocasión de el enfrentarse a seres monstruosos de un tamaño mayor a de un ser humano normal, pero eso que estaba frente a ella, era exagerado.
Por un instante se le cruzó por la mente la idea de que seguro que sus compañeros jamás se enfrentaron a algo tan grande. Mas enseguida cambió la línea de pensamiento y se centró en lo primero que pensó, en algo con lo que atacar a ese bicho y al menos poder ver su defensa.

Pero, a pesar de todo, no pudo analizar bien todas las partes que constituían el arma que quería que su artefacto procesara, y éste, cambiando un poco la forma que tenía antes de las gafas, no llegó a transformarse en algo concreto.
¡Mierda! - Masculló mientras se peleaba con su querido artefacto, el cual había elegido un momento un tanto inapropiado para escacharrarse, tal y como pensaba la chica.
Por suerte, tenía activado su campo de energía perfectamente visible.

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28/12/2009, 14:03
Director

Ethan

Ethan se tomó un segundo para contemplar la enorme masa del monstruo que acababa de aparecer de la nada. Una criatura imposible, gargantuésca, tan inmnesa que no era capaz de abarcarla en su campo visual. Poco a poco la boca del joven se abre para dibujar una mueca de asombro e incredulidad mientras eleva la vista hacia la cabeza cristalina del enemigo. Allá, en las alturas, brillaban con luz propia dos ojos del tamaño del cuerpo del chaval. Del mismo modo que no podía contenerlo con su vista, tampoco era capaz de hacerlo con su mente. Aquella aparición le abrumaba y le hacía sentir insignificante. Aquella sería una batalla épica de la que seguramente no saldrían victoriosos.

Sin embargo, el joven australiano no se mueve ni un solo centímetro de su sitio. Con la suerte de su lado y unos reflejos dignos de un rayo, esperaría a que el monstruo hiciera el primer movimiento para podr contraatacar con toda la potencia de su poder.

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Diokles

Diokles se lo tuvo que pensar varias veces antes de lanzarse en picado a por el bicho... pero aún así se contuvo y espero instrucciones. Mejor no lanzarse a lo bestia a la primera de cambio. Mantuvo el vuelo en círculos sobrevolando la zona...

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Monstruo

El monstruo, con fuertes gruñidos, rápidamente fija con la mirada a su primer objetivo. Que por desgracia es la chica que se pelea con su aparato que ha elegido un momento funesto para no obedecerla.
con toda su reptiliana cabeza dirigida hacia la posición de la chica, abre sus enormes fauces, mas no para rugir esta vez. En unos segundos, una fuerte luz verdosa parece concentrarse en el interior de su boca, explosionando dentro de la misma y saliendo disparado de ella una gran bola de luz verde y blanca, llena de energía y potencia, directa hacia la chica.

Sólo por el estruendo que ha causado el tremendo disparo, y la fulgurante energía que parece emanar el proyectil, se puede intuír que si alcanza a la chica, ni su campo de fuerza podrá salvarla.

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Himeko

ayayayay no puedo evitar preocuparme por nuestra nueva compañera, que por un momento parece que va a haber que llevarla en tres cubos a ver que puede hacer con ella nuestra maravillosa curadora, pero nada mas puedo hacer qu eestar lista para actuar cuando nos acerquemos

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Ethan

-¡Cynthiacuidado!¡Apártatedelatrayectoriadeesedisparootematará! - Era imposible entender qué demonios trataba de decir Ethan cuando hablaba a aquella increíble velocidad, pues las sílabas se solapaban unas con otras y todo quedaba convertido en un escueto murmullo ininteligible.

Antes de que el descomunal impacto tuviera lugar y con las palabras gritadas flotando aún en el aire, el joven australiano ya estaba en movimiento, lanzándose a la carrera para apartar a Cynthia de la trayectoria del rayo emitido por la criatura. Pretendía hacer lo que tantas otras veces había hecho ya y que siempre había tenido un grado de éxito aceptable. Esperaba no fallar esta vez, porque lo que se jugaban era demasiado importante como para cometer el más mínimo error. Si había calculado bien, la trayectoria de su carrera, aún cargando con Cynthia, les llevaría a un lugar seguro, lejos del impacto del ataque del monstruo.

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Director

Ethan, por suerte para Cynthia, supo reaccionar a tiempo, cogiendo a la chica a supervelocidad y apartándola de la trayectoria del proyectil de energía. El cual impactó en el rocoso y arenoso suelo con una ligera explosión que hizo volar roca y tierra en un radio de unos 2-4m.
Desde luego, alguien normal no habría sobrevivido.

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Adrastos

En el interior del casco cibernético, ocultos tras los visores rojos del mismo, mis ojos se abrieron como platos. Aquél monstruo superaba con creces cualquier desafío con el que nos hubiéramos enfrentado antes... Al menos en tamaño y envergadura. Muy probablemente en fuerza también. Entendí rápidamente cómo había pasado desapercibido a mi vista: gracias a esa piel de roca. No sólo era una armadura de lo más formidable, sino también un camuflaje natural muy eficaz. Sentí, por un instante, que ante semejante criatura bien poco podríamos hacer. Y mis peores temores se vieron confirmados cuando la bestia se dispuso a acabar con Cynthia de un único golpe. De hecho, de no ser por Ethan así habría sido.

Si queríamos ganar aquella lucha, teníamos que dar el todo por el todo. Rápidamente en mi cabeza comenzaron a rondar estrategias de combate, que buena falta iban a hacer. Sin embargo, algo captó mi atención poderosamente... Algo entre las escamas de esa especie de dragón. Se me antojaba a oportunidad, pero no podría asegurarlo hasta hacer un reconocimiento amplio del enemigo. Y, por los dioses de Rune, que iba a hacerlo...

Pero de momento no conseguí ver bien aquello en el monstruo que me extrañaba...

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01/01/2010, 13:39
¿?¿?¿?

Cuando apareció aquella bestia descomunal Córen no pudo evitar abrir los ojos como platos. Aquel monstruo era enormemente grande. Apenas se podía abarcar del todo con la vista. De hecho sus antiguos compañeros parecían poco más que escarabajos al compararlo con el tamaño de aquella especie de dinosaurio. Incluso su antiguo yo, orgulloso hasta al final, habría dudado a la hora de enfrentarse a ese enemigo. ¿Eso es lo que entendían los examinadores por un rival con su mismo poder?. No podía ser. O estaban bromeando o es que realmente sus antiguos compañeros se habían vuelto realmente poderosos...

En cuanto apareció el ser en el escenario Córen no dijo nada. Se mantenía completamente en silencio y atento al desarrollo del combate...

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03/01/2010, 14:12
Director

Ethan

Diez metros mas allá del cráter dónde había impactado el proyectil de energía, Ethan detiene su carrera para volver a tomar aliento, preparado para lo que les viniera encima de nuevo. Esboza una sonrisa ligera y silba por lo bajo, consciente de lo cerca que han estado los dos de ser... eliminados de la prueba. Elige una zona a campo abierto, dentro del campo visual de sus compañeros, para poder coordinarse en el momento en que a Adrastos se le ocurriera un buen plan de actuación.
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Cynthia

¡Aaaaaaaaah! - No pudo a la chica escapársele un fuerte chillido ante el estruendo del proyectil y el repentino empujón que tan rápidamente le hizo cambiar de posición en el espacio.
Confusa y atolondrada, tardó en posicionarse por entera en cuerpo y mente y descubrir que en vez de estar calcinada o desintegrada, había sido Ethan quien con su supervelocidad la había apartado y salvado de... No era momento para querer pensar en lo peor.
¡DIOS! - Dijo después. - Gr... gracias... Ethan... - Le agradeció la chica con la voz debil mientras volvía la mirada a la gran mole monstruosa que cerraba de nuevo su boca, la cual despedía una humeante neblina verdosa tras el disparo.
¿Cómo iban a vencer a algo así? Era imposible, estaba claro que se habían pasado con esta prueba. Ni sus compañeros de Silfarion, quizás ni los veteranos, podrían con algo así...

El combate había empezado de una forma interesante para el público, las pequeñas cámaras revoloteaban a vuestro alrededor, bastante alejadas de la acción para no interferir en nada. De lejos se oía el ligero murmullo del público, acallado por los repentinos estruendos que se daban últimamente.
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Diokles

Sorprendido por el poderoso ataque realizado por aquella bestia, Diokles se centro en sobrevolarla a ella en círculos mas cerrados esperando la oportunidad... la orden, o lo que fuere.
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Himeko

Ves donde darle?

Susurro mientras miro con preocupacion al monstruo
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Adrastos

Tenía que calmarme. Si no hacía eso estábamos todos muertos. Durante unos segundos respiré hondo, cerré los ojos y me concentré. El monstruo era inmenso, desde luego, pero muy lento. Tal y como había previsto. De este modo el equipo Lunaestrella seguíamos contando con un factor fundamental: la superioridad numérica. Ahora sólo quedaba resolver el problema de la piel pétrea de aquella bestia. Pero eso iba a resolverlo también. Alcé el puño para que el equipo viera esto, para que entendieran que debían aguardar un poco más. Comenzaba a perfilar una estrategia en la cabeza y mi vista se agudizó hasta niveles sorprendentes para observar toda la armadura del monstruo, en busca de algo extraño... Cualquier punto al que atacar.
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Cynthia

Cynthia, una vez vió que el peligro había pasado de momento, y que gracias a Ethan no era un montón de... ¿Cenizas, quizás? volvió a intentar modificar su aparato, el cual volvió a tomar una forma indefinida de la cual no salió, a medio camino entre la simple esfera y el arma que la chica intentaba construír en su cabeza pieza a pieza para que el aparato la sintetizara.
Pero el primer paso no conseguía hacerlo bien.
¡Aaaargh! Maldito trasto. - Maldijo por lo alto, ahora que su maestra no estaba cerca. Pues de haberla oído insultar a su creación seguramente se habría ganado una buena.
Cada vez más enojada, pensó que quizás sería mejor pensar en algo más sencillo...
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Ethan

- Memuevo, ponteacubierto. Amasblancos, masdificultadparaimpactarnosatodostendrá. - Con esas rápidas palabras, Ethan busca en un abrir y cerra de ojos una nueva posición que lo triangule con Cynthia y Adrastos, para darle a aquella monstruosidad algo en que pensar antes de atacar. Si tenía tres blancos claros, no podría impactarlos a todos y en caso de que eligiera al líder o la novata, Ethan tendría tiempo de apartarlos del camino del proyectil tal y como ya había hecho.

Una vez localizada su nueva posición, patina sobre el terreno pedregoso para colocarse en ella, siempre en guardia y listo para moverse de nuevo.

La señal de Adrastos suponía unos segundos más de espera, pero seguramente estaría haciendo funcionar la maquinaria de su mente para localizar y explotar los puntos débiles del pétreo enemigo.
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Diokles

Y diokles siguió dando vueltas...

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10/01/2010, 12:16
Director

Himeko

Aisss, por que no encuentran donde pegar? la final le va a acabar haciendo daño a alguien como tardemos mucho
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Adrastos

Sencillamente perfecto. Aquél detalle no sólo explicaba muchas cosas sino que también inclinaba la balanza por completo en nuestro favor. Sobre todo porque dos de nuestros miembros suponían un peligro increíblemente grande para un enemigo como al que nos enfrentábamos.

-¡Es una máquina! -grité, para que todo el grupo pudiera escucharme-. ¡Diokles, Himeko, necesito que abráis brecha en su espalda, en el corazón del monstruo está el núcleo que le permite moverse! ¡Ethan, colocaré en él puntos entre las escamas para que puedas disparar y freír sus entrañas! ¡Estate atento a las marcas! ¡Cynthia, necesito que conviertas tu aparato en alguna clase de elemento conductor de electricidad para facilitar el trabajo a Ethan! ¡Y, Diokles, en cuanto veáis un hueco, quiero que concentres hielo en el interior!

Electricidad y frío. No había nada peor para un ingenio electrónico o mecánico.

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30/01/2010, 18:41
Director

Adrastos

Un rápido movimiento y en ambas manos, entre cada dedo, aparecieron tanto cuchillos lanzables como shuriken. Muy pequeños en comparación con la inmensa mole a la que nos enfrentábamos, desde luego, pero teniendo en cuenta la piel pétrea del monstruo incluso conductores eléctricos tan pequeños entre sus escamas resultarían fatales para el interior. Y no necesitábamos más para comenzar el camino a la victoria. Así, salté sin pensarlo hacia adelante, recorriendo la distancia que me separaba de una de sus inmensas patas. Tan pronto estuve bajo una de ellas, me agaché y escuché cómo mis músculos y la armadura empezaban a gemir ante la tensión. Me preparaba para hacer un salto de altura tan potente como era capaz.

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Ethan

Ya tenían las órdenes. Era justo la señal que Ethan estaba esperando para actuar. El plan de actuación estaba en conocimiento de todos y esperaba que, como siempre, lo cumplieran de forma mas o menos eficiente. Siempre lo habían hecho así y no era mejor momento para cambiar la manera de actuar del grupo.

Aún así, Ethan necesitaba concretar la capacidad defensiva del enemigo. Si resultaba ser demasiado poderoso, necesitarían algo más que puntos de contacto entre escamas para que sus rayos pudieran dañarle. Necesitarían abrir una brecha directa al interior del monstruo y atacar sus nervios y músculos mecánicos para fundirlo. Quizá deberían fundir módulo a módulo hasta acabar con todas las partes vitales de aquella mole de tecnología imposible. Si ese era el caso... Iba a resultar una batalla larga de desgaste. Y Ethan no estaba precisamente preparado para ese tipo de combates.

Concentrando todo su poder eléctrico en sus brazos, Ethan los alza hacia el monstruo, creando un impresionante arco voltaico que chisporroteaba de puro poder. Pequeñas descargas doradas se alejaban cada ves más del chico mientras contenía el rayo a base de fuerza de voluntad. Tras lo que le pareció una eternidad al australiano pero que en realidad no habían sido mas de unas décimas de segundo, libera toda la energía contenida en su organismo Haze contra la aberración mecánica, dispuesto a poner a prueba su resistencia.

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Director

El rayo de Ethan impacta con estruendo en la cabeza de la mole mecánica.
Al impactar hace que ladee la cabeza por la fuerza del impacto, haciendo también que varios trozos de metal salgan disparados, destruyendo parte, aunque no mucha, del exoesqueleto protector del engendro mecánico, viendose un poco el mecanismo interior de un lado de la cabeza.

El impacto no resulta tan devastador como parecía, o debería. Pero justo en el momento del impacto se ven brillar con mayor intensidad verdosa los cristales circundantes alrededor de la cabeza donde se ha producido el impacto. Como bombillas al darle un pequeño subidón de energía.
Los cristales siguen brillando con más intensidad que los demás, su luz no vuelve a la tenue normalidad del resto...

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Adrastos

Y entonces, soltando de golpe toda la tensión contenida, efectué un salto de altura inmenso. Hasta diecisiete metros podía surcar el aire en vertical, según sabía por mis entrenamientos. Pero no sería suficiente con semejante mole... De forma que, al llegar a mi techo de altitud, busqué apoyo en una de las grandes escamas que recubrían el corpachón del monstruo para impulsarme de nuevo y, así, aterrizar en la grupa del mismo.

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Cynthia

La chica escuchó las palabras del jefe del grupo, poniendo gran interés en lo primero que dijo.
Es una máquina... Pensó la chica. Algo que hizo saltar una pequeña chispa en su línea de pensamiento. La gran mole que casi la mata y estaba intentando matarlos no era un enorme monstruo de carne y hueso. Era una enorme máquina de metal con cables y engranajes, con circuítos y sistemas electrónicos.
Una leve y momentánea sonrisa de confianza se dibujó en los finos y perfilados labios de la chica. No sabía mucho sobre grandes masas de carne lanzadoras de rayos mortales, pero sí algo sobre grandes masas de metal y circuítos que lanzaban rayos mortales.

Ignorando por un primer momento las órdenes del líder del equipo, Cynthia dedicó unos segundos a analizar bien las características de los módulos que esa criatura debería tener. La reacción de los cristales al impacto de energía eléctrica de Ethan ya le había hecho una idea a la chica sobre algo en principio...

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Ethan

De momento, Ethan no tenía nada más que hacer. Necesitaba unos segundos entre descarga y descarga para recuperar las fuerzas y siempre quedaba relativamente vulnerable en esos momentos. Inspira con fuerza, para llenarse los pulmones de aire, preparado para moverse de nuevo.

Según sus cálculos mentales... El monstruo debía estar a punto de volver a atacar... con la posibilidad de más devastación a causa del ataque eléctrico del australiano. Si lo que pensaba Ethan era cierto, aquella criatura mecánica podía recargarse con sus descargas. Y eso suponía una gran desventaja para el grupo. Ojalá estuviera equivocado.

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Diokles

Diokles, que ya había recibido la orden lanzó a Himeko con fuerza hacía el monstruo confiando en que su constitución fuera de si cuando se hacía invisible la protegería...

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Monstruo

El proyectil invisible Himeko se dirige hacia el montruo, imactando con fuerza* en su torso. El mismo torso donde está subido Adrastos en a parte alta, lo que es su espalda. El impacto se hace notar, pero, sorprendentemente, apenas daña la coraza rocosa de éste. De hecho, incluso es suerte que la misma Himeko no se haya estampado contra ninguno de los afilados cristales verdes brillantes o alguna otra parte puntiaguda de su coraza.
Tras el impacto, va cayendo al suelo*

Tras esto, el monstruo no parece hacer nada más que moverse lenta pero potentemente. Casi podríais oír algún ruído extraño por alguna parte de su cuerpo, pero sin fijaros no podríais determinarlo.

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Himeko

Una vez hecho el golpetazo contra el bicho me agarro de uno de los salientes a la espera de poder hacer algo mas en cuanto me estabilice

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12/02/2010, 00:32
Director

Adrastos

En momentos como aquél, lo más importante era mantener la cabeza fría y el plan dentro de ella. Y, junto con ello, había que considerar todos los posibles problemas de encontrarse sobre la grupa de una bestia mecánica con, seguramente, muy mala leche. Así que tenía que recordar que, por muy mecánica que fuera, seguramente sería lenta. Eso suponía que dejaría más rango de actuación tras unas primeras sucesiones de ataque... Lo malo de desafíos como aquél era que con un solo golpe tus opciones se disolvían por completo. Como no tenía ninguna intención de dar al monstruo esa ventaja, y a sabiendas de que seres mecánicos como estos son capaces de generar mecanismos de defensa como corrientes eléctricas que recorren sus cuerpos, me mantuve a la espera, atento a cada detalle, preparado para saltar o esquivar lo que pudiera venir por el momento. Ya habría tiempo de desarrollar el plan más adelante.

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Cynthia

Cynthia había comprendido lo que posiblemente podía hacer funcionar a la gran y monstruosa máquina.
Si conseguía que el XGP adoptara la forma y las capacidades que la chica necesitaba, podía conseguir asestar un gran golpe a la máquina. Una máquina de esas características debía basarse en ciertos programas cibernéticos para llevar a cabo sus funciones. Si la chica lograba que el XGP se convirtiese en un sistema de medidas electrónicas que bloquease el funcionamiento del software que rigiera las opciones de funcionamiento de la máquina, conseguiría dejarla incapacitada, al menos en cietra medida.

No puedo saber de qué nivel pueden ser sus defensas cibernéticas, si las tiene... Pero por probar... Pensaba la chcia mientras intentó darle forma en su mente al aparato que necesitaba y al artefacto en sí. Por suerte, su maestra le dedicó bastante tiempo e interés a esta clase de artefactos, por lo que le sería más fácil crearlo.

La idea estaba clara en su mente, pero no consiguió pulir bien el dichoso artefacto.
¡Mierda! Solo un poco... - Tendrá que concentrarse un poco más para acabarlo del todo.

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Ethan

Sus compañeros ya habían abordado al monstruo. Adrastos y Himeko estaban sobre el lomo de la máquina y Diokles no tardaría demasiado en atacar también. Poco le estaba por hacer a Ethan que estar atento a los posibles ataques de la criatura para evitar que Cynthia saliera dañada. Al parecer estaba intentando hacer algo con su arma haze. Algo bastante complejo y, esperaba el australiano, definitivo, porque le estaba tomando demasiado tiempo ya...

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Diokles

Su plan había sido estamparse contra la criatura... pero estando su hermano ahí no sería buena idea... El joven griego dirigió su vuelo hacia el cuello del monstruo donde aterrizó dispuesto a atacarle...

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Himeko

Agarrandome como puedo de uno de los salientes agarro con la mano izquierda una de las escamas del robot, arrancandola sin mucho esfuerzo

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Adrastos

El monstruo estaba preparándose para hacer algo... Y probablemente no sería agradable para ninguno de nosotros. Pero no puedo perder la concentración: debo hacer un punto de ataque para Ethan. Centro mi vista en la zona cercana al núcleo de energía del extraño ingenio, observando las escamas para detectar aquellas más accesibles en vistas de poder clavar en ellas mis cuchillos. No penetrarán demasiado, pero con que sólo sea un poco me sirve. Después de todo su única función es la de ser conductores...

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Cynthia

Cynthia empezaba a estar harta de que el cacarrito que ya creía dominado lo suficiente como para poder convertir lo que quería en un instante no lo hiciera. La idea esquemática, la forma, el material, los circuítos... el esquema de lo que quería estaba ya claro en su mente, sólo tenía que girar las tuercas adecuadas.
¡AGH, FUNCIONA MALDITO CACHARRO! - Y así lo hizo, con un grito desesperado, como si el propio artefacto hubiera respondido por un miedo infundado por la desesperación de su delicada ama.
Había convertido el XGP en un dispositivo de medidas electrócinas que podría alterar el funcionamiento del gigantesco robot. Ahora sólo quedaba que pudiera ser posible.
Espero... Espero que Maegan no me haya oído...

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Ethan

Una nueva idea rondaba la cabeza de Ethan. Ahora que dos de sus compañeros estaban en el lomo de la criatura y Cynthia tenía preparado lo que fuera que estuviera pensando utilizar, era un buen momento para llevar a cabo su nuevo plan. Siguiendo ese impulso y omitiendo las órdenes de Adrastos como tantas otras veces para obedecer a una corazonada, Ethan se mueve a la velocidad del viento para colocarse tras la criatura, a una distancia de relativa seguridad pero que lo llevara lo suficientemente cerca como para no fallar en su empeño.

Si su idea tenía éxito, derrotar a aquella criatura sería pan comido. O al menos podrían evitar el que hasta el momento parecía su ataque más devastador. Si lograba destrozar las patas del robot, este caería al suelo y allí su volumen no le serviría de absolutamente nada.

En silencio, Ethan siente como la reservas de poder regresan a su cuerpo. Su organismo Haze estaba trabajando a la perfección durante ese combate, propiciando que la energía eléctrica que generaba su sistema nervioso pudiera ser descargada una y otra vez sin llegar a sufrir daño alguno o quedarse sin reservas. Pequeños arcos dorados erizan todos los pelos de su cuerpo un instante antes de que el muchacho extienda las dos manos hacia el talón derecho del monstruo. Un chispazo ilumina sus ojos mientras la piel de sus brazos parece brillar con luz propia. Un latido después, un rayo de extrema potencia es liberado hacia el talón del monstruo.

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Director

El rayo de poderosa y destructora energía eléctrica de Ethan impacta de lleno contra una de las patas del monstruo mecánico.
El estruendo es fortísimo, pero, por desgracia, el ruío no parece acompañar a los efectos destructores.
El rayo impacta, pero de nuevo parece ser absorvido en parte por esos extraños cristales verdes, que integrados en las escamas del monstruo están como parte de ellas. Los cristales de esa zona de la pata aumentan intensamente su brillo verdoso, y algunos trozos de metal salen disparados por la potencia del rayo que ha conseguido superar la defensa del material y la protección adicional de esos condenados cristales.
El impacto hace que el monstruo se resienta, pero ni siquiera llega a hacerle caer a esa rodilla.

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Diokles

Diokles, sobre el monstruo mecánico vio por el rabillo del ojo como su novia arrancaba un trozo de escama y este vio en ello una buena idea... quizás arrancando una escama e introduciendo la lanza podría conseguir un efecto mayor en su congelación... sin más preámbulo, metió sus dedos e hizo saltar una de aquellas escamas...

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Himeko

Una vez que la escama se ha desprendido del monstruo la lanzo con todas las fuerzas contra uno de los cristales, esta claro que valen para algo, asi que lo mejor sera romperlos

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12/02/2010, 00:35
Maestro Akira Kurono

Fíjate bien en el combate, Córen. - Te dice Akira, en un momento de éste. - No pierdas detalle de su lucha.

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25/02/2010, 11:57
Director

Adrastos

Vale, teníamos problemas. Tal vez la primera idea de lanzar descargas a puntos estratégicos del monstruo no era tan buena como habría podido parecer. Al fin y al cabo los rayos de Ethan parecían fortalecer aquellos cristales más que debilitar la estructura del ingenio mecánico. Quizá teníamos que cambiar de táctica... Y quizá esos cañones podían darme una buena forma de hacerlo. De un par de rápidas zancadas me coloque junto a uno de ellos, observando el tamaño y estructura del mismo. Si conseguía ver uno de sus proyectiles... Incluso podía armarse una buena fiesta.

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Ethan

Ethan sentía que el poder le abandonaba poco a poco, por lo que ya era hora de volver a activarlo antes de que aquella criatura mecanizada atacara. Necesitaba tenerlas todas consigo, visto lo visto. Sus descargas apenas la dañaban, ya que eran absorbidas por los cristales que cubrían todo el cuerpo del monstruo. Necesitaría, como ya había apuntado Adrastos al exponer el plan, una abertura, un punto focal para poder hacer daño al sistema cibernético y freír sus circuitos. Pero eso le llevaría algún tiempo.

Con las probabilidades de nuevo de su lado, se aleja del alcance del monstruo y busca algo de cobertura, sin perder de vista en ningún momento a Cynthia y su extraño aparato por tenía que volver a apartarla de uno de sus devastadores ataques.

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Adrastos

Era sencillo: buscar y destruir. La búsqueda ya había sido realizada... La destrucción sólo era un paso lógico con el que terminar aquella fiesta. Sin embargo, con todo el grupo revoloteando de un lado a otro las complicaciones aumentaban. Quizá sería una imprudencia lanzar una granada al interior del monstruo. No sabía a ciencia cierta qué armamento poseía, pero si entre sus ingenios destacaba un buen número de explosivos... Bueno, las consecuencias de una detonación serían totalmente imprevistas. Debía ser preciso, así que comencé a dar vueltas en la cabeza y a considerar todo el lugar en el que nos encontrábamos y todas las variables: perdonas implicadas, tamaño del enemigo o estructura... En busca de la optimización de las cinco granadas que restaban en mi arsenal.

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Cynthia

Cynthia logró al fin lo que quería.
¡SÍ! - El XGP se convirtió en pocos segundos en una especie de equipo informático, el cual puso en el suelo y la chica empezó a toquetearlo de rodillas en el arenoso campo de batalla.
Tuvo que confiar ciegamente en esas personas que acababa de conocer no hace ni un día. Debía estar totalmente concentrada para hacer bien la tarea que tenía pensada hacer. Si le salía bien, ganarían una buena ventaja sobre el mosntruoso armatoste. Pero si el monstruo decía de atacarla, estaría indefensa, ni siquiera vería venir el ataque, en este sentido decidió confiar en que, por ejemplo, el rubio volviera a rescatarla en el último segundo. Además, parecía dispuesto a ello.
Si no fuera por ello, Cynthia no haría lo que estaba haciendo.

Como un condenado relámpago, sus dedos se movían entre tecla y tecla, casi parecía tener supervelocidad en las manos.
Vamos, vamos... Puertos de entrada... Accediendo... Cargando sistema... Este bicho tiene que tenerlo...
¡SÍ! - Y pulsó una última tecla.
Un segundo sí hizo que del equipo informático que había formado en un instante emergiera un pequeño poste metálico, que se abrió en el extremo como un abanico y se inclinó ligeramente hacia el monstruo, formando una pequeña antena de comunicaciones.

La mirada de Cynthia se pueso en el munstruo, con una mezcla espectación y preocupación.

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Ethan

Guardo acción a ver qué pasa con el aparato de Cyn.

Cargando editor
25/02/2010, 11:59
Director

Notas de juego

Tira Per. -60 xD