Partida Rol por web

Devil's Gate

Interludio: Sin gasofa

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06/12/2018, 22:41
Director

En algún camino perdido de Devil's Gate                                                             Media hora antes de llegar

Eddie es el típico capullo que gusta de creer que las chicas se mueren por sus huesos, pero lo que realmente es Eddie, es un PAGAFANTAS. Haría lo que fuera por sus amigas, con pretensiones de que acabarán tirándole un día las bragas a la cara. Sí, ese era el idiota de Eddie. Porque no era el pagafantas servicial, era más bien del tipo "sé que te mueres por cabalgarme nena y por eso te voy a pagar cinco copas más".

Es ese pensamiento el que ha metido a Eddie en este lío de mierda. Mientras sacude su pelo a ritmo de metal para no tratar de reflexionar en qué coño hace por un camino perdido en dirección a Devil's Gate. Claro que lo sabía, bien lo sabía pero nunca le diría la verdad a nadie. Iba camino de Devil's Gate porque hacían la mejor tarta de manzana de la zona y ÉL había decidido ir a comprar un par. De paso le compraría otra a Jenny por su cumpleaños. No es que se lo hubiera perdido expresamente, pero había repetido como tres veces cómo le gustaba esa tarta. Entrar con ella mientras el resto cantaba cumpleaños feliz, con sus velas encendida y ÉL llevando esa tarta, sería un premio asegurado. Y el premio era bajarle los pantalones a Jenny, o subirle la falda, tanto daba.

Es cuando está fantaseando en la ausencia de ropa interior de Jenny que el coche se para. La radio deja de funcionar y él golpea el volante frustrado. Trata de arrancar el coche, le da al contacto girando la llave un par de veces y nada. Toquetea la aguja de su viejo sedán azul, donde indica la gasolina. No ve ningún cambio. Eddie no tenía ni pajolera idea de coches, así que baja y descarga sus frustraciones pateando las llantas del coche. Mira su móvil y parece que se quedó sin batería.

Ahora no podría llegar al cumpleaños a tiempo con la tarta perfecta. La canción tenía razón, iba camino del infierno. Y todo se desmorona. Golpea con el puño cerrado el techo del coche un par de veces. Siente la frustración de estar demasiado lejos de todo y en ninguna parte como para ir andando. 

Pero un rayo de esperanza ilumina a Eddie. Levanta la cabeza y ahí hay una granja. Sí, una granja en medio de la nada y en un terreno baldío. Seguro que era una oportunidad, no podía verlo de otra forma. Con pasos al principio dubitativos y después seguros se acerca a la granja.

Aquello parece más bien un cobertizo viejo y una casa viejas. Ahí debe vivir una persona mayor pues alrededor de la casa no solo hay una valla, alguien se ha encargado de llenar todo de hilos con latas colgando, alambre de espino y algún que otro socavón con a saber qué intenciones. La puerta principal y las ventanas están tapiadas y Eddie se adentra en aquel improvisado campo defensivo y trata de rodear la casa.

-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?- pregunta al aire.

Nadie le responde y decide seguir caminando por ese lado. Aunque su recorrido se detiene a mitad. No por decisión de Eddie sino porque algún tipo de trampa se activa y lo empala sin dejarle dar un paso más. Eddie no tiene tiempo a pensar en mucho más, aparte de la ausencia de ropa interior de Jenny y en su camino hacia el infierno.

Highway to hell...