Partida Rol por web

Veréis: la magia es una cosa muy curiosa. A veces es espectacular y viene acompañada de grandes artificios. En otras es algo tan simple que muchos piensan que los magos les están tomando el pelo. Y ésta pudo ser una de esas ocasiones. Mientras el resto del grupo veían a Lady Blackbird murmurar una rima infantil y mover sus gráciles dedos la dama comenzó a ver flotando en el aire —pero sólo ella— una ristra de puntitos que marcaban un camino por los pasillos.

Los demás la observaban entre confundidos y divertidos, esperando que aquella pantomima fuera explicada.

A todo esto el rastro de puntos invisibles doblaba el recodo ¡hacia donde se escuchaban las voces!

Natasha observó la cara de sus compañeros de viaje, aunque Naomi ya conocía sus capacidades para la hechicería, el resto estaban intrigados con su rima infantil. Sonrió a todos y señaló en una dirección, en la que se escuchaban voces.

—Debemos avanzar en esa dirección. Es un pequeño truco para volver hacia atrás nuestros propios pasos hasta donde nos bajaron de el Búho. Supongo que estará en la misma posición o cerca. Vayamos con cuidado, no quisiera que me rompieran el hechizo-miro a sus compañeros y sólo vio dos armas por los cinco que eran-. Confío en que Naomi y Cyrus puedan silenciar a los que nos encontremos. Y Kale seguro que se saca algún otro truco como hizo para abrir la puerta con tanto garbo y donosura. Y a buen seguro que Snargle también dispone de talentos muy apropiados para la situación.

Mientras hablaba, iba mirando a sus interlocutores dedicándoles una sonrisa de aliento, incluido el goblin. 

—Hacía unos años que no cogía uno de éstos. ¡¡Eh, es un X-P10-T-4!! — el capitán del Búho iba a lo suyo, mirando de cerca el mosquete mientras subían las escaleras. No dijo nada más al respecto. ¿Qué secretos ocultaba aquella clase de mosquetón?

Sus ojos pasaron por todos los recovecos de la Mano del Pesar mientras la comitiva avanzaba, chasqueando la lengua de cuando en cuando por alguna que otra queja que jamás compartió con el grupo y que quizás ni el propio Cyrus entendía. Entonces Natasha paró para hacer alguna clase de juego extraño y enarcó una ceja con expresión escéptica. —Dama Syri... ¿acaso encontráis aburrimiento en esa clase de juegos baratos? Esas rimas solo las hacíamos de pequeños en los descansos de nuestro colegio.—

Y entonces algo vino a su mente y Cyrus se quedó mortalmente pálido. —¡No podemos ir directamente al Búho!— por todos los dioses que existían en el firmamento: ¿cómo había podido olvidar aquello?— Este es un crucero clase Leviathan, y por mucho que el Búho corra mucho más que esta enorme piedra nos derribarán siete veces antes de que podamos decir 'Muerte al Imperio'. Además, me juego una mano de Snargle a que tienen enganchada la nave con una de esas... ¡una de esas cadenas raras! Si no saboteamos sus cañones y no soltamos el Búho estaremos en un aprieto mucho, mucho peor.

Hasta aquel momento todo parecía ir a favor de nuestros héroes, pero el capitán Vance, hombre precavido curtido en mil batallas, acaba de vislumbrar unas nubes de tormenta en el horizonte.

Kale mira a la mujer noble haciendo el truco y lejos de sorprenderse piensa a sus adentros que él pudo hacerlo mejor, pero no se iba a poner a competir por quien hacia el artilugio más grande, sea como sea  Kale notaba que nadie le estaba poniendo un poco de atención y mira molesto al capitan de la nave. "¿acaso no escuchan nada de lo que digo?"- pensó mirando al Goblin y a los demás. Posiblemente la distracción de Lady  Blackbird estaba poniendo a su amigo tonto.

- Como "acabo de decir"- recalca Kale aceptando la idea de su capitan- No sólo debemos encargarnos de los cañones, hay buscar dañar esta nave para poder escapar. Los cañones  seguramente destruyan al buho, sino  hay que evitar de alguna forma que nos persiga, y Snargle no quiere que destruyan la nave...

"le daria un colapso nervioso al Goblin y  lloriquearia por las esquinas sí eso pasara"- pensó Kale tratando de que el piloto contestara a su inicial pregunta, posible ese ser verde tenía alguna buena idea.

De repente  Kale se dio cuenta que el hechizo que hizo la mujer solo les serviría en el momento que llegaran al Buho,  lo cual podía que la pusiera muy de mal humor.

- Hay que saber donde podemos dañar la nave, un mapa o una guía- aclaró mirando al jefe- ¿cuales son tus ordenes cápitan?

Naomi era una mujer práctica. Y por práctica refiramonos a que siempre optaba por la solución más sencilla. El camino más corto. Por eso había sonreído al oír aquella rima, porque ya sabía lo que iba a pasar: Su señora iba a encontrar el camino directo hacía la libertad y el amor. Por eso, al oír los problemas expuestos por el capitán, no puedo evitar frustrarse.

–¿Y no podemos simplemente romper esas cadenas? Ya, ya...que aún podrían dispararnos. Pues vaya...–la gladiadora bufó ligeramente y se encogió de hombros. Practicidad ante todo– Bueno, pues habrá que sabotear los cañones.

Decirlo era fácil, pero los planes eran más complicados. 

–Quizás...– la formidable mujer iba a añadir algo a la idea de Kale, pero entonces algo pareció hacer "clic" en su cabeza. Luego "clac". El "clic" inicial había sido procesar la mirada que el ladrón había lanzado a la mujer cuando volvió con el guardia y el mosquete. Era la mirada de deseo...y evidentemente no iba a ser hacia ella. Si dudar un segundo, le tendió la espada. Total, ella no la quería, y si Kale la deseaba, tarde o temprano se a acabaría robando. O con trampas a los dados, lo cual también era robar–. Oye, toma esto. No lo necesito.

El "clac" era algo más complejo.

–Creo que sé que podemos hacer para sabotearlo rápido... "Capi", tú conoces bien a esta gentuza, sabes sus protocolos  y demás. – Naomi hizo un gesto con la cabeza hacia el lugar de donde venían las voces.– Y esos tienen uniformes. Y hay varias celdas vacías...

—Necesitaríamos cuatro uniformes de un tamaño parecido al nuestro y me temo que por mucho que nos esforcemos nadie creerá que Snargle es un oficial del Imperio. Aunque no te negaré que algunos de ellos huelen muchísimo peor. Sin ofender, Snar. No es una mala idea para venir de una bruta... bien. Kale, haz de las tuyas y acércate sigilosamente a ver quiénes son los de las voces, cuántos son y cómo van de armados. Si podemos controlar la situación con ellos podríamos tener dos uniformes e ir adelantando el trabajo que está por llegar...

–Claro, como Naomi os saca de la celda rápido, Naomi es una bruta ¿no?–hizo una mueca al capitán para que se diese cuenta de que bromeaba– Y en realidad tenemos tres, con el de la celda... El otro podría ser un preso o yo que sé. Si es Snargle se puede transformar. 

Ella solo decía las cosas tal cual la venían. Aunque era astuta, los planes de más de una persona no eran lo suyo. Y mucho menos si ponía en riesgo la vida de Natasha.

¿Yo? ¿Alejarme de mi nave más? No, no, no, no —dijo el goblin poniendo los ojos en blanco mientras miraba en dirección a la parte marcada por aquella extraña magia. 

Aquello estaba yendo demasiado lejos y Snargle no quería estar mucho más tiempo alejado de ella. 

—Snargle se acercarrá a la nave mientrras vostrros os encargáis de los cañones y las cadenas —comentó mirando a la comitiva. —Tendré que tenerla arrancada y prreparrada para cuando volváis, si no, no nos darrá tiempo a escapar. 

El hombre miró la espada sorprendido cuando la hermosa y mal hablada Naomi se lo entrega, aunque mostraba extrañeza, "¿porqué me entrega el arma?"- pensó, no lo comprendía, no quería pensar que era algo más que una cooperación de equipo, pero sea como sea la toma musitando un gracias un poco extraño. Luego escucha las ideas de Cyrus y de Naomi, mientras que Lady permanece en silencio.

Kale escuchó al Goblin y dijo con ironía, “sí, y supongo que también lavarás el piso y tendrás listo el café...como sea, igual habrá que ir sacando obstáculos, y por lo pronto hay gente cerca que puede ser un problema, espero no sean muchos, y que estén ebrios, haré señal con las manos hacia ustedes diciéndoles cuantos son”

Es así que dejando a sus compañeros Kale camina despacio y con sigilo hasta la esquina donde se oyen las personas y se asoma tratando de no ser detectado.

Hay ciertas cosas que la gente hace con una naturalidad innata. Y Kale siempre había sido sigiloso. Desde que tenía uso de razón recordaba su habilidad para colarse en sitios sin que nadie se percatase. Con el tiempo había sublimado aquella habilidad para que seguir a unos incautos por un enorme pasillo como el de Mano del Pesar fuera pan comido.

Echó un vistazo y vio como a un par de individuos se alejaban charlando. Uno de ellos era alto, de anchas espaldas, con uniforme de oficial. Llevaba colgando de su cinto la cartuchera de una pistola y una daga. Sus botas reforzadas resonaban por aquel pasillo vacío. Su mata de pelo negro repeinado hacia atrás, la anchura de su espalda y su porte erguido denotaba que era alguien joven y bien entrenado.

El otro era la antítesis: encorvado, de andar vacilante, con una mata de pelo grisaceo que crecía rodeando una enorme calva, vestía una bata que lo identificaba como un Jefe de Técnicos o probablemente un Ingeniero.

—No señor...— reprendía el viejo Ingeniero a su interlocutor mientras se alejaban — El tema está en que con el nuevo depósito auxiliar la Mano del Pesar gana más autonomía que la que nos ocuparía repostar varias veces, lo que pasa es que vosotros los militares no sois capaces de ver más allá de los impactos de un misil. ¡Ha sido la mejora adecuada para nuestra nave!

Kale retrocedió unos pasos para informar a sus compañeros de lo que acababa de ver.

Kale  retrocedió a donde estaban los demás.

- Son dos, un ingeniero debil y un oficial de la guardia armado y fuerte. Hablaban de un repuesto o mejora que le hicieron a la nave  en el deposito auxiliar que le permite repostar varias veces, si podemos llegar a él y dañarlo, seguramente nos irá bien. Las dos personas se estaban alejando por el mismo camino que debemos tomar tanto para ir a la nave como, "espero" buscar la forma de dañar cañones y otros temas.

Miró al capitán y a los demás para que definan que se iba hacer

—Rreventemos ese maldito depósito —dijo el goblin con cierta alegría. Todo lo que fuese una explosión le encantaba. —Perro ese depósito no puede estar muy cerca de mi nave, si no, me niego. Estoy nervioso por lo que le haya podido pasar. 

Miro a sus acompañantes y les dirigió una mirada que quería preguntar qué demonios iban a hacer. Estaba bastante excitado. En situaciones como aquella el goblin se venía arriba con bastante facilidad. 

—Mientrras ustedes hacéis los vuestrro yo me encargo de tener lista la nave. Snargle intentarrá cambiar de forma para hacerse pasar por uno de ellos y así no levantar sospechas. Mientrras encendemos los motorres de la nave y demás podemos tardar, así que es mejor hacerlo mientra ustedes lleváis a cabo el plan. 

Sonrió. 

—Además, nunca os ha fallado Snargle. El Búho en engaña, es rápido. Y si, Kale, tendrré listo el café, pero parra tu madrre, que viene a visitarme muy a menudo —le contestó divertido y con ironía. —¿Entonces qué?

Mientras escuchaba, mantenía un ligero movimiento con los dedos para que las "miguitas" no desaparecieran mientras esperaban. No contestó a la pulla de Cyrus pero sí escuchó muy atenta sus palabras. Entonces, se dirigió a él con toda la educación y buenas maneras de noble imperial, que sin embargo en ella no resultaban tan estiradas.

—Tengo una pregunta para vos, Capitán Vance. Dado que parecéis conocer el tipo de nave que es, una vez que estemos en alguna cubierta más arriba, ¿podríais orientaros hacia las zonas que nos interesan para sabotear esta nave y que podamos salir en el Búho rápidamente y, a ser posible, ilesos? Los ingenieros imperiales-torció el gesto ante lo que iba a decir-no suelen ser muy imaginativos pues los que les pagan tampoco lo son. Lo más probable es que lo hayan hecho en la misma zona donde estaban los depósitos originales. 

Hizo una pausa antes de proseguir.

—Podemos aprovechar el conjuro y ver si nos lleva hasta el Búho o cerca y luego intentar el sabotaje. ¡Si al menos tuviéramos un plano para ver las posibles rutas!

A Cyrus no le gustaba recordar su época de servicio pero ¿quién puede escoger sus recuerdos? Y por supuesto que sabía cual era la estructura del Mano del Pesar. Como la de cualquier Fragata Imperial.
 

No pudo evitar ponerse como si estuviera recibiendo órdenes cuando Natasha dijo 'Capitán Vance'. Le molestaba muchísimo la influencia que esa mujer tenía sobre él y sin embargo, no podía evitar reaccionar así. —Llámame Van... ¡digo Cyrus! Y sobre la nave... esos depósitos posiblemente estén en una de las cubiertas inferiores, posiblemente en las salas de máquinas o en una sala anexa a éstas. Lo bueno es que son zonas muy ruidosas donde no hará falta pasar tan desapercibidos... lo malo es que son zonas muy ruidosas y comunicarse podría ser un problema.

—Los cañones... se me ocurren dos posibilidades. O tratar de sabotear los propios cañones, algo más efectivo pero mucho más complicado... o sabotear los sistemas de disparo que estarán en la sala de mando, que tendrá el mismo efecto aunque si lo reparan pronto las cosas se complicarían. Quizá dejaría ésto para el final... y me centraría primero en los depósitos. No sé si ir al Búho ya es una buena idea: cuanto menos paseemos por la Mano menos posibilidades habrá de que salten las alarmas.— si algo tenía claro el capitán es que las cosas SIEMPRE irían mal de alguna manera u otra—. Porque saltarán. Antes o después.

Naomi levantó una ceja al ver la reacción del capitán ante las palabras de su señora, pero si algo sospechaba, no lo dijo. La mujer volvió a mirar a Kale y Snargle, escuchando las indicaciones de uno y los ruegos del segundo.

–Esos mosquetones...¿los explota? o como los hayas llamado no son letales, ¿verdad? Son de estos que pegan unos calambrazos que te dejan tonto. Me han pegado más de un disparo con ellos, cuando intentaba...tomarme unas vacaciones.–La guardaespaldas volvió a mirar al camino por el que tenían que pasar.– Los seguimos sin hacer demasiado ruido, y cuando estemos cerca, disparais a uno y reducimos al otro.

Cuando dijo "reducir", Naomi chocó un puño contra su mano abierta, dejando muy claro que pretendía hacer. No le interesaba tanto pegar un buen cate al ingeniero como al otro tipejo. Los ingenieros eran unos currantes que, aunque participaban en todo el mal que hacían esos cabrones, nunca le habían hecho daño. Los otros en cambio... bueno. Naomi tenía unas cuantas deudas por saldar, y no le importaba mucho quien recogiese el pago.

– Lo mejor será que disparéis al viejo y me encargue del otro. Siendo enclenque, como dice Kale, ni aunque lleve un traje protector se librará de una siesta. Además, los cerebritos suelen llevar comunicadores. Mejor que caiga el primero. El otro en cambio puede aguantar uno o dos disparos sin caer.

Era una excusa bastante buena, que le permitiría dar rienda a su odio mientras protegía a su señora y a la tripulación. Le caía muy bien aquella pandilla y, aunque Lady Blackbird era su prioridad, deseaba en secreto que, cuando esta estuviese completamente a salvo en manos de su amado tendría un sitio en aquella nave. Al fin y al cabo, ¿que otra cosa podía hacer con su vida?

Miró al goblin con  señuda expresión - ¿a mi madre le darás café?... vaya, si tú la encontraste, felicitaciones, no sé nada de ella desde mis,¿4 años?,  no esperaba tener un padrastro tan apestoso.

Kale no pudo evitar responderle en ese tono a Snargle,  usualmente tenían ese tipo de relación de quien decía más barbaridades, sólo que ahora no parecia el momento y tenían que ponerse en movimiento.

Adelantandose unos pasos dijo:

-¿pues qué estamos esperando?-  invitó al resto a que dejara de hablar y comenzara actuar-   Naomi tiene razón, el ingeniero debe tener si no es herramientas, planos o algo,  el sujeto grande, bueno, la cosa es tomar su pistola, y claro los uniformes, para seguir el plan.... pero eso sí,   que no se den cuenta que vamos a por ellos..¿le quitaron ya el uniforme al guardia de la carcel?, no hay tiempo que perder... rápido.

Entonces él comenzó a caminar, invitando a los demás que le siguieran,  cruzarian esa esquina y buscarian a ese par.

Naomi y Vance se habían topado con ese tipo de mosquetones a un lado y al otro del cañón. Tenían la virtud de ser regulables en tres intensidades: atontar, daño leve y daño mortal. Dependiendo de cada una el tiempo recarga era equivalente, por lo que en batalla solía servir o bien para aturdir a los enemigos mientras los compañeros con otras armas remataban la faena o para derribar a los oponentes más peligrosos desde la distancia.

Kale, quizás el más inquieto, ya se estaba dirigiendo hacia el pasillo.

Naomi vio como Kale se adelantaba antes de que Vance diese su visto bueno. Sabía que era escurridizo, pero si por un casual intentaba algo contra aquellos tipos, el grandullón convertiría sus huesos en migas, de modo que se puso en marcha para hacer lo que mejor sabía: atizar al personal. Atizarlo a base de bien.

Como un rayo, la mujer adelantó a Kale y saltó sobre las espaldas de aquel tipo para derribarlo. Por si el golpe contra el suelo no fuese suficiente, la mujer le propinó dos buenas bofetadas con la mano abierta. De las que pegaría una madre enfadada, solo que multiplicadas por mil. El "plas-plas" le hizo sonreír. Nada mejor que las tortas para paralizar a un enemigo. Los puñetazos, podían soportarse, las bofetadas descolocaban. Sin embargo, en el fondo del corazón de Naomi había compasión y por ello le pegó otros dos puñetazos para terminar de dejarlo K.O antes de que procesase lo que había ocurrido. Así no tendría que explicar que le había derribado una mujer a bofetadas. Podría decir que le había derribado una mujer a bofetadas y puñetazos, que era más digno.